La destitución de Guadalupe Llori de la Presidencia de la Asamblea Nacional fue la cereza del pastel legislativo que sabe a desprestigio. La torta se ha agriado rápido, a pesar de que apenas lleva un año en funciones. 

La figura de Llori, una mujer amazónica que fue electa Presidenta de la Asamblea gracias a una alianza momentánea entre el oficialismo, Pachakutik y la Izquierda Democrática, terminó desgastada. 

Tras meses de presión, finalmente, el 31 de mayor de 2022, fue destituida del cargo de Presidenta que ostentaba desde mayo de 2021. En su lugar, asumió la Presidencia de la Asamblea, el primer vicepresidente, Virgilio Saquicela, que llegó al Legislativo respaldado por el movimiento Democracia Sí, liderado por Gustavo Larrea, ex ministro de Gobierno de Rafael Correa y posterior enemigo acérrimo. 

Con la salida de Llori, se evidencia la reconfiguración política de la Asamblea Nacional que ya venía ocurriendo hace algunos meses. 

Las crisis internas en las organizaciones políticas que alcanzaron representaciones en el Legislativo —sobre todo en la Izquierda Democrática y en Pachakutik— se hicieron más fuertes cuando los legisladores debieron decidir sobre el futuro de Llori y las votaciones se dividieron: los legisladores de la facción formal de la ID—cercana a Xavier Hervas, ex candidato presidencial del partido— no asistió a la votación. Entre ellos, Wilma Andrade, Yeseña Guamaní y Ramiro Narváez.

Mientras que la rebelde —en la que se encuentran legisladores como Alejandro Jaramillo y Johanna Moreira— votaron para condenar a Llori. 

Lo mismo ocurrió en Pachakutik. Los legisladores de la facción rebelde, como Mireya Pazmiño, Patricia Núñez y Mario Ruiz, votaron en favor de destituirla; mientras que Ricardo Vanegas, Sofía Sánchez y Edgar Quezada, votaron en contra. 

El cambio de fuerzas políticas

En un año, las corrientes de las fuerzas políticas tomaron otros rumbos en la Asamblea Nacional. 

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El Consejo de la Administración Legislativa (CAL), conformado por Presidente, primer y segundo Vicepresidente, cuatro vocales y un secretario, fue modificado por esas alteraciones del clima político ecuatoriano. 

En mayo de 2021, la Asamblea estaba presidida por Guadalupe Llori, de Pachakutik. La primera vicepresidencia era de Saquicela y la segunda de Bella Jiménez de la Izquierda Democrática.

cambió la Asamblea

El Consejo de la Administración Legislativa de 2021 cambió en 2022.

Un año después, Saquicela lo preside. Jiménez ya no está. Fue destituida por presuntamente recibir coimas a cambio de gestionar cargos. En su lugar está su coidearia, Yeseña Guamaní —de la Izquierda Democrática cercana a Hervas.

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Así está la representación en el CAL en 2022.

Las cuatro vocalías se han mantenido en este año: Darwin Pereira de Pachakutik, Nathalie Arias, de CREO, Ronny Aleaga, de UNES y Johanna Moreira, de la facción de la Izquierda Democrática contraria a Guamaní y Hervas. 

Esos no son los únicos cambios que hemos visto: las disputas en la Izquierda Democrática, que llegaron a su momento más álgido en la discusión del proyecto de ley que de interrupción del embarazo en casos de violación, provocó también rupturas. 

Johanna Moreira tomó distancia de su organización, Alejandro Jaramillo renunció a la jefatura de la bancada. Unos meses después, fue expulsado de la organización política, al igual que Moreira, Xavier Santos, Rocío Guanoluisa y Lucía Placencia. Algunos interpusieron recursos internos y su situación está en el limbo político aunque, en la práctica, el distanciamiento parece irreversible. 

Algo similar ha ocurrido en Pachakutik: siete asambleístas se declararon en rebeldía a la coordinación de la bancada, en ese momento en manos de Rafael Lucero. Darwin Pereira, Joel Abad, Patricia Sánchez, Mario Ruiz, Mireya Pazmiño, Peter Calo, José Cabascango, Salvador Quishpe y Salvador Maita dijeron estar más identificados con los principios de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), cuyo presidente es Leonidas Iza

En abril, los autodenominados rebeldes fueron expulsados de la bancada por decisión de Lucero, pero poco después, el Consejo Político decidió reintegrarlos. 

Además, se cambió la jefatura de la bancada, a principios de mayo de 2022 —quedó en manos de Salvador Quishpe— pareció limar las asperezas que se habían producido entre varios militantes. Sin embargo, la votación por la cabeza de Llori, mostró nuevamente que los cambios son más de forma que de fondo. 

Representación de los partidos ante el CAL

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Así está la representación de las bancadas ante el CAL.

Aunque estas son las organizaciones políticas que más separaciones han registrado, también ha habido otras bajas. Varias, para ocupar puestos en el Ejecutivo. Fue el caso de César Monge, quien encabezaba la lista de candidatos nacionales a la Asamblea y ganó una curul que prácticamente no ocupó, pues pocos días después de su posesión, renunció para ser el primer Ministro de Gobierno de Guillermo Lasso. En su lugar, quedó su suplente, Ana Belén Cordero. 

También renunció el legislador oficialista, Diego Ordóñez. En febrero, tras nueve meses en el cargo, lo dejó, para aceptar el de Consejero Presidencial de Lasso, y lo hizo también César Rohon —quien llegó respaldado por el Partido Social Cristiano, de cuya bancada se separó, pocas horas después de conocerse el intento de hacer un acuerdo político entre esa organización, UNES y CREO. Eso, sin contar la destitución de la segunda vicepresidenta del CAL, Bella Jiménez.

Muchos de los legisladores que llegaron a la Asamblea respaldados por organizaciones políticas locales o con menor fuerza nacional, se unieron a la llamada Bancada del Acuerdo Nacional (BAN), que agrupa a los doce legisladores que llegaron por CREO  y aquellos que decidieron unirse al oficialismo. 

Entre ellos, por ejemplo, Eitel Zambrano, quien se separó de la Izquierda Democrática, menos de dos semanas después de ser elegido legislador. 

Algo similar ocurrió con Vanessa Freire, quien llegó a la Asamblea con la alianza correísta UNES. Freire fue la segunda legisladora en separarse del bloque correísta —primero fue Francisco León. Lo mismo ocurrió con legisladores como María Aquino, Elías Jachero y Gruber Zambrano —además de Rohon— que se separaron del PSC. 

Estas separaciones muestran también la fragilidad de los partidos y las candidaturas que, muchas veces, se respaldan en organizaciones políticas que luego abandonan. 

Este nuevo año de gestión legislativa, será también una nueva oportunidad para esas reconfiguraciones políticas que determinarán la ruta para la elección de autoridades internas de la Asamblea en mayo de 2023. 

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María Sol Borja
Periodista. Ha publicado en New York Times y Washington Post. Fue parte del equipo finalista en los premios Gabo 2019 por Frontera Cautiva y fue finalista en los premios Jorge Mantilla Ortega, en 2021, en categoría Opinión. Tiene experiencia en televisión y prensa escrita. Máster en Comunicación Política e Imagen (UPSA, España) y en Periodismo (UDLA, Ecuador). Ex editora asociada y editora política en GK.

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