La crisis energética de 2024 en Ecuador se ha agudizado. De golpe, sin anuncios, el lunes 15 de abril de 2024 empezaron los apagones en varias zonas del país. En junio y septiembre del mismo año, hubo dos apagones masivos en todo el país. Y habrá más.

El gobierno del presidente Daniel Noboa insiste en que ha abordado las causas de la crisis, pero al menos hasta inicios de septiembre de 2024, el futuro de la provisión eléctrica en el país lucía incierto. 

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El domingo 15 de septiembre de 2025, el gobierno informó de lo que llamó  un “mantenimiento preventivo” en el sistema de transmisión y distribución de energía eléctrica de todo el país. 

Por eso se programó un apagón total a partir de las 10 de la noche del miércoles 18 de septiembre hasta las 6 de la mañana del día siguiente.

Los mantenimientos se harán en cuatro subestaciones en: Macas, Santa Elena, Milagro y Molino. Su objetivo es evitar cortes masivos como los que hemos vivido en junio y septiembre de 2024.

El lunes 16 de septiembre de 2024, en una rueda de prensa desde la ciudad costera de Manta, la ministra del Interior, Mónica Palencia, informó que durante las ocho horas del corte de energía eléctrica en todo el país, se establecerá toque de queda. Pero el 17 de septiembre de 2024, el gobierno dijo que solo será en “en todos los cantones y parroquias de las provincias de Guayas, Los Ríos, Manabí, Orellana, Santa Elena, El Oro, y en el cantón Camilo Ponce Enríquez de la provincia de Azuay”.

El 16 de septiembre el Ministerio de Educación dijo que el miércoles 18 de septiembre de 2024, las instituciones que tienen modalidades presencial y semipresencial en horario nocturno “deberán anticipar la salida de sus estudiantes a las 20:00 de la noche”.

Pero eso no es todo. Cerca de las 12:00 de la noche del 16 de septiembre de 2024, el gobierno anunció que a partir del lunes 23 de septiembre de 2024, habrá apagones programados a nivel nacional desde las 10:00 de la noche hasta las 6:00 de la mañana del día siguiente. 

El apagón general de 10 de la noche a 6 de la mañana del día siguiente será el lunes 23, martes 24, miércoles 25 y jueves 26. 

Este apagón no es por mantenimiento programados, sino parte de la irresuelta crisis energética que vive el país. 

Según el gobierno, eligieron este horario para “generar el menor impacto posible en las actividades productivas y el desarrollo de jornadas laborales«. Además dijo que este es el “peor estiaje de los últimos 61 años”.  

También el gobierno dijo que el sector público, los jueves 19 y 26 y viernes 20 y 27 de septiembre de 2024, harán teletrabajo “para enfrentar la crisis”. 

La mañana del 17 de septiembre de 2024, el Ministerio de Educación dijo que “las autoridades de educación definirán las medidas que se adoptarán tras las nuevas disposiciones del ejecutivo”.

Los apagones de abril de 2024, junio y septiembre 

La noche del 15 de abril de 2024, después de los primeros cortes, el Ministerio de Energía y Minas dijo que habría cortes programados los siguientes días

Se dieron sin interrupción por varias semanas, y hubo algunas excepciones como en el día del Padre y el día de la consulta y referéndum popular del presidente Daniel Noboa. Luego a mediados de mayo pararon, y el  7 de junio el ministro encargado de Energía y Minas, Roberto Luque, dijo que no había riesgo de cortes programados.

Esa certeza, sin embargo, desapareció nueve días después: la noche del domingo 16 de junio, sin previo aviso, algunos sectores en Quito, la capital ecuatoriana, se quedaron sin luz. Y la mañana del 7 de septiembre de 2024 hubo un corte total de luz, sin previo aviso, en al menos 14 provincias del país. 

En junio, luego del apagón en Quito, Luque dijo, en X, que las lluvias de las últimas horas provocaron “altos caudales” y que en la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair los caudales causaron “altos sedimentos” lo que provocó que la hidroeléctrica salga de operación desde las siete de la mañana de ese día. 

Luque agregó que, por el momento, no se podía reactivar la central. En el mismo mensaje, el entonces  Ministro explicó otros problemas: adujo que en la central Agoyán, en la provincia de Tungurahua, en la Sierra centro del país, los altos caudales generaron inundación en la casa de máquinas de la hidroeléctrica por lo que la central tuvo que parar. 

Por todos estos inconvenientes en las centrales, el ministro Luque dijo que habrá “cortes eléctricos en el rango de horas de demanda pico”. Es decir, de seis de la tarde a diez de la noche. También dijo que la duración y hora de los cortes “serán definidos por las empresas distribuidoras”.

Pasadas las siete de la noche, la Empresa Eléctrica Quito publicó un comunicado en el que pide acceder al enlace para conocer la “programación de las suspensiones del servicio eléctrico, horarios y sectores, prevista para hoy, domingo, 16 de junio de 2024”. En el enlace están varios sectores de Chilibulo, La Floresta, La Carolina, Nueva Cumbayá, Alangasí, San Antonio, Epiclachima, Río Coca y Pérez Guerrero que tendrán apagones. 

Después de casi una hora y media de los primeros reportes del apagón masivo del 7 de septiembre, el Operador Nacional de Electricidad (Cenace), dio una explicación escueta de por qué se produjo el corte de energía masivo

El Cenace dijo que una falla en la subestación El Molino, que está conectada a la central hidroeléctrica Paute, en la provincia austroandina de Azuay, produjo el apagón masivo de septiembre de 2024

Dijo, además, que el servicio eléctrico sería reestablecido en un lapso de entre tres a cuatro horas. 

A las 12:53 del día, el Operador confirmó que se había reestablecido el 100% del servicio eléctrico en las provincias afectadas. 

Usuarios Digitales, organización de la sociedad civil que vela por los derechos digitales en Ecuador, publicó en su cuenta de X que la conectividad a internet durante las más de 3 horas que duraron los apagones a nivel nacional hizo que se redujo hasta un 40%, y que las autoridades no habían respondido sobre compensaciones por falta del servicio. 

Dos días después del apagón, la mañana del 9 de septiembre, el presidente Daniel Noboa dijo en un video que el gobierno pagará las planillas de electricidad de “hasta 180 kilovatios de consumo” en los meses de diciembre, enero y febrero de 2024

¿Cuál fue la razón inicial de los cortes?

La “extensión de la sequía, el incremento de las temperaturas climáticas, la falta de mantenimiento a toda la infraestructura del sistema eléctrico en años anteriores y la presencia de caudales mínimos históricamente”, dice el comunicado del Ministerio, publicado a las 9:30 de la noche del lunes 15 de abril.

En Ecuador, la mayoría de energía eléctrica que consumimos es de generación por fuentes hídricas. Según datos del Ministerio de Energía y Minas de 2020, el 92% de la energía proviene de centrales hidráulicas, el 7% de centrales térmicas, y el 1% de fuentes no convencionales, como la energía solar, eólica, biomasa, biogás, geotermia, entre otras. 

Ecuador tiene 71 centrales hidroeléctricas, 34 centrales de energía solar o energía fotovoltaica, 3 de energía eólica (usan el viento), 3 de energía de biomasa (usan la combustión de la materia orgánica), y 2 centrales de energía de biogás (que usa a la biodegradación de la materia orgánica de los residuos sólidos urbanos para generar la energía).

El 16 de abril de 2024, el presidente Daniel Noboa, a través de su cuenta de X, anunció la declaratoria de emergencia del sector eléctrico. También pidió la renuncia de la ministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo

En la publicación, Noboa también dijo que se había iniciado una investigación por posible sabotaje “en ciertas zonas y plantas eléctricas”. Una acusación que salpicaba a la ex ministra Arrobo y a otros funcionarios del mismo Ministerio.

“He tomado la decisión que el pueblo ecuatoriano no puede pagar por la ineficiencia y corrupción de unos pocos miserables. Por eso, he instruido que solo se cobre el 50% de la planilla de los hogares en el mes de abril”, escribió Noboa. 

Además, anunció la creación de un Comité de emergencia liderado por él mismo, “para resolver los problemas energéticos con capacidad, firmeza y extirpando la corrupción dentro del sector”.

A partir de ese momento, los apagones han seguido y la teoría de que hubo una trama de sabotaje —que incluyó una denuncia en la Fiscalía General del Estado en contra de la ex ministra Andrea Arrobo— ha perdido intensidad. 

Después de una semana de falta de explicaciones claras por parte del gobierno, el sábado 20 de abril de 2024, Roberto Luque, ministro encargado de Energía y Minas —y también ministro de Obras Públicas— publicó un video en su cuenta de X en el que explicó de manera muy clara y directa lo que estaba sucediendo.

En el video, Luque pidió disculpas por los cortes de energía y dijo entender la indignación del constante cambio en los horarios diarios de los apagones. Luque aseguró que la sequía en la región, producida por “una crisis climática (…) es la peor en los últimos 60 años”.  

El Ministro también dijo que “la falta de inversión en nueva generación y el mantenimiento en los últimos años ha sido importante y no ha permitido que el sector eléctrico aumente su capacidad de generación”.

Luque habló también de “inexplicables decisiones en los últimos meses [que] han generado que no se pueda producir energía eléctrica por más mínima que sea en este periodo de crisis”. 

Para explicar esas decisiones inexplicables, dio dos ejemplos concretos. El primero es que recién se aprobó una “resolución que estuvo represada por mucho tiempo y que impedía contratación de nueva generación eléctrica”. El segundo es un oficio firmado en febrero de este año que “inexplicablemente” revocó el anexo de de 35 a 40 megavatios a la Red Nacional Eléctrica, “producto de los excedentes de autogeneración del sector privado”. Agregó que estos megavatios se habían vuelto a anexar. 

En el mismo video explicó la instalación en tiempo récord de “una unidad de gas en la estación Pascuales”, que estaba programada para 2 o 3 semanas más. 

Luque dijo que la Operadora Nacional de Energía (CENACE) es la encargada de hacer los cronogramas diarios de los cortes. Sin embargo, la operadora revisa, cada 15 minutos, la curva de demanda. “Habrá veces que la demanda es mayor a la planificada el día anterior y tendremos que hacer mayores cortes y habrá a veces que esa demanda sea menor a la planificada y podemos dar más tiempo de energía eléctrica”, explicó Luque.

La denuncia a la ex ministra Arrobo

Parecía que todo estaba bien en el gabinete de Daniel Noboa, sobre todo luego de que el 23 de febrero de 2024, el Ministerio de Energía y Minas anunciara el fin de los apagones que habían azotado al país desde diciembre de 2023. La crisis se había resuelto, supuestamente, porque el nivel de los embalses había crecido por las lluvias, y esto permitía retomar el consumo de energía de manera regular.

Además, el 11 de enero de 2024 entró en vigencia la Ley Orgánica de Competitividad Energética —llamada Ley No Más Apagones— que, entre otras cosas, suponía la promoción de soluciones económicas para la generación de energía. Pero hasta el momento esta ley no ha funcionado porque si bien buscaba aprobar con facilidad proyectos de generación privada de energía, reduciendo trámites, esto no ha ocurrido.

A pesar de todos estos aparentes esfuerzos para solucionar los apagones, pocas semanas después, la entonces ministra de Energía y Minas, Andrea Arrobo, fue parte del grupo de 22 funcionarios denunciados por, presuntamente, haber querido sabotear el sistema eléctrico nacional. Un giro sorpresivo que parecería haber sido descubierto por Noboa y su equipo en un solo día —justo cuatro días antes de la consulta popular y referéndum, auspiciados por el presidente Noboa.

Ese día, el miércoles 17 de abril de 2024, la Presidencia de Ecuador anunció que la investigación preliminar, encabezada por el ministro de Energía y Minas encargado, Roberto Luque, había descubierto indicios de que “funcionarios de alto nivel de la Cartera de Estado, incluida la exministra Andrea Arrobo, ocultaron intencionalmente información crucial para el funcionamiento del sistema nacimiento energético”.

“Estas primeras investigaciones indican que se suprimieron y se deshicieron advertencias y alertas al Comité de Crisis Energética, con el propósito de que esta grave situación no sea conocida para la toma de decisiones oportunas”, dice el comunicado. Para el gobierno esto quiere decir que la crisis energética actual del país responde no solo a causas ambientales, sino a “corrupción y negligencia”.

El gobierno de Daniel Noboa ha elegido la vía penal. En el mismo comunicado, la Presidencia anunció que denunció en la Fiscalía a 22 funcionarios del Ministerio de Energía y Minas —incluyendo a Arrobo— por paralización de servicios públicos.

 En el mismo comunicado, la Presidencia dijo que según las cifras del Operador Nacional de Electricidad (Cenace,) los bajos niveles de caudales y almacenamiento en las hidroeléctricas del país registrar un récord histórico: “el déficit energético que enfrentaría el país a partir del mes de abril se ubicaría entre 22 y 27 Gwh —gigavatio hora— por día”.

Estado de excepción y un lejano final de los apagones

El pasado viernes 19 de abril, dos días antes de la consulta popular y referéndum, el presidente Daniel Noboa decretó nuevamente un estado de excepción en todo el país, por 60 días. En esta ocasión no fue por el nivel de violencia e inseguridad, sino por la crisis energética que vive Ecuador, con cortes que van de ocho horas en ciertas zonas y hasta 12 en otras. 

En el decreto se puede leer que se dispone la movilización de miembros de la Policía y de las Fuerzas Armadas a instalaciones eléctricas en el país “para prevenir sabotajes, ataques terroristas u otras amenazas que puedan afectar a su funcionamiento”.

De acuerdo a este decreto, el número 229, en estos 60 días se buscará “hacer frente al déficit energético y garantizar el suministro del servicio de electricidad en el presente, propendiendo a una estabilización en un futuro inmediato”. Los recursos para esto serán asignados por el Ministerio de Economía y Finanzas, sin afectar lo que ya está presupuestado para Salud y Educación.

Sin embargo, el decreto no va a tener una solución inmediata.

De acuerdo al ministro encargado de Energía y Minas, Roberto Luque, no hay una fecha para el fin de la crisis energética del país. Esto porque todo va a depender del nivel de lluvias, dijo en una rueda de prensa el lunes 22 de abril de 2024,.

“El déficit actual de energía bordea los 20 gigavatios hora todos los días”, dijo Luque. En un sentido más amplio, al país le hacen falta 1000 megavatios, lo que corresponde al 22% de la energía que el país demanda. 

Mientras tanto, el Ministerio se encuentra revisando la posibilidad de contratar barcazas de generación eléctrica como medida de emergencia. Aunque Luque dijo que para esto hay que revisar propuestas y que la adquisición podría tomar entre 15 y 20 días. 

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