A la medianoche de este martes 13 de junio vence el plazo para inscribir las candidaturas de los aspirantes a gobernar el país. Si todas las candidaturas quedan en firme —lo sabremos hasta el 6 de agosto próximo—  en estas elecciones anticipadas elegiremos entre siete hombres y una mujer.

Y aunque la campaña aún no inicia, el recorrido político, las declaraciones, los respaldos y las acciones de los precandidatos abren un panorama sobre las expectativas que podríamos tener en el caso de que lleguen a gobernar. Estas son las alertas que levantan los candidatos presidenciales. 

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Jan Topic

Una de los primeros candidatos en anunciar su intención de participar en las elecciones fue Jan Topic. Apareció como un outsider que construye su imagen de persona idónea para resolver la principal preocupación que tienen los ecuatorianos: la crisis de inseguridad.

Su imagen física —alto, corpulento, con barba— y las fotografías que se han difundido en redes en las que porta armas; sus acciones como miliciano combatiente en Ucrania, Siria y otros países —de lo cual se ha asegurado de hablar en las entrevistas que ya ha dado—, ayudan a construir la imagen de hombre duro. 

Ese hombre duro que un país sumido en la falta de liderazgo y con índices de inseguridad históricos, puede creer que necesita. 

alertas que levantan los candidatos presidenciales

Imagen tomada de la cuenta de Twitter del ex asambleísta Esteban Torres.

Topic representa un tipo de liderazgo que encarna una masculinidad muy arraigada en una cultura machista: un hombre que habla fuerte, que puede usar la violencia legítimamente para “defenderse” de un ataque o “defender” a los suyos. Que encarnan al héroe y al villano en uno mismo. Héroe para sus seguidores, a quienes defenderá a cualquier costo; villano para quienes se opongan a su propuesta que, por supuesto, incluye mano dura. 

En un contexto de inseguridad como el que vive el país y saliendo de un gobierno cuya cabeza no ha podido mostrarse capaz de enfrentar los problemas más urgentes del país, el líder joven (cuarenta años, cuatro menos de los que tenía Correa cuando llegó al poder), fuerte y vengativo, puede ser una enorme tentación.

Sin embargo, es preocupante que una persona que aspire a ostentar el poder piense que es un asunto menor, por ejemplo, el haber golpeado a su hermano menor porque “era una pelea entre dos hombres” como lo ha justificado. 

También es preocupante la poca tolerancia que ha mostrado con el escrutinio público. Y el ejemplo más evidente es la alerta de Fundamedios en la que advierte que el abogado de Topic habría escrito una carta amenazante a un medio de comunicación, Radio Antisana Online.  

Este medio replicó una nota de Teleamazonas en la que se informa sobre la riña de los hermanos Topic, ocurrida en 2019.

¿Si como candidato, Topic pretende eliminar contenidos incómodos, alegando su derecho a la privacidad, qué podemos esperar de él si llega a gobernar? 

Si a eso le añadimos la forma de responder a ciertos periodistas en redes sociales, utilizando unas letras rojas gigantescas que dicen FALSO en el contenido, parece que hay algunas alertas sobre esta candidatura. 

Luisa González

La candidata de la Revolución Ciudadana es la única mujer que participará en las próximas elecciones como aspirante presidencial. Sin embargo, algunas de sus posturas cuando fue asambleísta —entre mayo de 2021 y mayo de 2023— son preocupantes. Sobre todo si queremos hablar de derechos de las mujeres. 

A pesar de ser parte de un movimiento que se autodenomina progresista, González fue una férrea opositora a la despenalización del aborto en casos de violación.

Cuando la Asamblea de la que González fue parte, tenía que presentar un proyecto de ley para viabilizar el aborto por violación —por orden de la Corte Constitucional—, González esgrimió una serie de argumentos mucho más cercanos al conservadurismo más rancio que al progresismo del que su organización se jacta. 

“Dicen que 2 mil 500 son violadas, dan a luz; con esta ley que se pretende aprobar, ese número va a aumentar, serán más niñas violadas y nadie va a saber la verdadera cifra porque no va a haber una denuncia a ese violador”, decía González, en una intervención en el debate de febrero de 2022. 

Luisa González

La precandidata del correísmo fue contraria a la despenalización del aborto en casos de violación. Fotografía tomada de su Twitter.

Con sus palabras, cuestionaba que el informe de mayoría planteara que no era necesaria una denuncia ante la Fiscalía para que una mujer o niña violada pudiera practicarse un aborto. 

La candidata del progresismo pretendía, además que las niñas y adolescentes que quisieran practicarse un aborto tras una violación, pidieran permiso para hacerlo a sus padres.  

No sabía, al parecer, que muchas de las violaciones a niñas y adolescentes ocurren en el seno familiar más íntimo. Dolorosamente, en muchos casos, los perpetradores son padres, hermanos, tíos, abuelos. 

¿Pero de qué sirven los argumentos para crear políticas públicas cuando los dogmas y las creencias personales son los que priman? 

González tampoco se mostró favorable a la propuesta de ley sobre salud e higiene menstrual que pretendía, entre otras cosas, distribuir toallas sanitarias de forma gratuita. En su argumentación dejó ver un profundo desconocimiento sobre lo que significa menstruar para miles de niñas y mujeres en situación de pobreza. 

No es la única preocupación sobre esa candidatura. La organización política que la respalda tampoco tiene el mejor historial de respeto a la diversidad de opiniones o al trabajo de la prensa. 

Durante una década, el correísmo estigmatizó a periodistas y medios de comunicación desde la más alta esfera del poder. Cada fin de semana, en las intervenciones del entonces presidente Rafael Correa, se dedicaba todo un segmento producido para deslegitimar el trabajo de los medios de comunicación. 

Con todo el poder que un Presidente de la República puede tener, se arremetió contra periodistas, difundiendo incluso fotografías y datos personales, arengando a los simpatizantes del Presidente en contra de trabajadores de los medios de comunicación. 

¿Cuál fue el resultado?

Que muchos periodistas, fotógrafos y camarógrafos fueran amedrentados y señalados como “prensa corrupta”. Que cualquiera que se identificara como prensa podía ser agredido en medio de una cobertura. Que hordas de simpatizantes de la RC se sintieran con el respaldo gubernamental para agredir impunemente a los periodistas.

Las consignas que hoy leemos llenas de epítetos, en las que se ataca a las personas en lugar de atacar a las ideas —por ejemplo, el hashtag “Para tonto no se estudia”. La insultadera nuevamente a los periodistas y a la prensa, nos recuerdan a la época en la que el poder era utilizado para aplastar a los adversarios. 

Yaku Pérez

El candidato que en las últimas elecciones presidenciales logró disputar el segundo lugar con Guillermo Lasso, hoy parece debilitado. 

La fuerza de las ideas que, en el contexto social y político de 2021, parecían atractivas para un electorado joven y preocupado por el medioambiente, hoy parecen preocupaciones distantes frente a la realidad del país. 

La imagen más bien conciliadora de Yaku Pérez —hoy respaldado por Democracia Sí, de Gustavo Larrea y el Partido Socialista Ecuatoriano— parece diluirse ante la fuerza con la que Topic entró en el tablero político. Y ante el innegable apalancamiento político que tiene la Revolución Ciudadana en la fortaleza de su capacidad organizativa.

Las características que se le pueden atribuir a Pérez —que, junto a Otto Sonnenholzner son las caras más conocidas, de acuerdo a una encuesta de Perfiles de Opinión— no están relacionadas a un candidato capaz de resolver la crisis de seguridad y violencia que vive el país. 

¿Qué le queda a Yaku Pérez en unas elecciones en las que, el liderazgo de mano dura, parece tener más posibilidades que el de un ambientalista soñador? 

Parece que no mucho. Sus conocimientos sobre el manejo de la economía —otra de las principales preocupaciones del electorado— tampoco parecen muy sólidos. O, al menos, hasta ahora, no ha sido una característica a la que se pueda atar la imagen del candidato.

Aunque Pachakutik —habría que preguntarse qué facción de esa organización— anunció su respaldo al candidato, ese respaldo no queda registrado oficialmente en el CNE por problemas internos del brazo político del movimiento indígena. 

Esa, quizás, también es una pérdida de respaldo político y electoral para Pérez que hoy puede mostrarse debilitado frente a organizaciones con menos fuerza política.

Fernando Villavicencio

El exasambleísta que, además, presidió la Comisión de Fiscalización hasta la disolución de la Asamblea Nacional, tiene como mayor bandera de lucha el “anticorreísmo”. 

Él presenta como sus mayores logros, haber presentado notas en medios de comunicación de los que era parte, que llevaron a juicio a Rafael Correa, Jorge Glas y otros altos funcionarios del gobierno pasado. 

Para un electorado que requiere que se resuelvan los problemas de su vida cotidiana, eso va a ser insuficiente. 

No es que la lucha por la transparencia no sea necesaria. Lo es. Sin embargo la imagen que ha transmitido Villavicencio es que su fiscalización es selectiva y está absolutamente direccionada hacia los representantes del correísmo. Y eso, en unas elecciones en las que ya no es el tema central de discusión si un candidato es correísta o anticorreísta, no le favorece. 

Además, para toda una generación que hoy vota y que, en el gobierno de Rafael Correa no tenía conciencia política porque era muy joven, el discurso de Villavicencio parece profundamente desfasado. 

Otto Sonnenholzner

Aunque Sonnenholzner es uno de los dos candidatos con mayor índice de reconocimiento, su vinculación al gobierno de Lenín Moreno puede ser una alerta para los votantes. Incluso, a pesar de que no terminó el período con él —Sonneholzner fue nombrado en diciembre de 2018 y estuvo en el gobierno hasta julio de 2020, casi un año antes de que Moreno deje el poder. 

Esa puede ser una alerta para un potencial votante de Sonneholzner: abandonó el barco en medio de una crisis pues, al momento de renunciar, Ecuador aún vivía los terribles efectos de un sistema de salud débil y la incapacidad de responder a la magnitud de la pandemia.  

alertas que levantan los candidatos presidenciales

Otto Sonneholzner, en una visita como Vicepresidente de la República, al hospital Guasmo Sur, en plena pandemia por el covid-2019, en mayo de 2020. Imagen de la Vicepresidencia de la República.

La oposición a Moreno, en su momento, buscó posicionarlo como una persona indolente frente a la crisis sanitaria que vivía el país provocada por la pandemia del covid-19. Incluso se usó el apodo de “Fotto Sonneholzner” en alusión de que, supuestamente, aparecía únicamente para las fotos, sin estar realmente al frente del trabajo sanitario, sobre todo en Guayaquil. 

Xavier Hervas

La oportunidad de Hervas ya pasó. Tras las elecciones de 2021, en las que no supo capitalizar su triunfo político, su potencial despunte se diluyó. 

Hoy ya no cuenta con el respaldo de la Izquierda Democrática —que está en una crisis tan profunda que ni siquiera va a poder participar con candidatos propios en las próximas elecciones por un problema de disputas internas.

“Yo no conocí a ningún candidato a la Asamblea”, dijo Hervas en el canal RTU, sobre los legisladores de la Izquierda Democrática que lograron una curul cuando él fue candidato presidencial. 

¿Cuál es la responsabilidad entonces de un candidato que no conoce a los legisladores de la organización política que lo representa?

Esta debería ser una tremenda alerta para los votantes: partidos políticos sin candidatos y candidatos sin partidos políticos. 

¿Cuál es el sentido entonces de formar militancia —si es que esto ocurre— si al final el candidato presidencial no solo que no surge de ahí, si no que ni siquiera conoce a los otros candidatos de su propia organización?

El caso de Hervas no es aislado pero representa, una vez más, el debilitamiento de las organizaciones políticas para darle prioridad, por sobre un proyecto, a una candidatura, a un personaje. 

Daniel Noboa

El hijo del magnate y cinco veces candidato presidencial, Álvaro Noboa, es ahora aspirante presidencial. 

Saltó de la Asamblea Nacional a una candidatura presidencial aunque sus posibilidades son muy limitadas. 

Las acusaciones de su ex esposa, Gabriela Goldbaum, deberían preocuparnos como electores. Goldbaum lo acusó de violencia psicológica y de irrespetar los acuerdos de visitas y manutención para la hija que tienen en común que, a la fecha, tenía apenas meses de nacida. 

Debería preocuparnos más aún cuando la violencia contra las mujeres es un problema tan grave en el país. En 2023 ya no cabe el discurso —muy recurrente cuando hay casos de violencia por parte de personajes públicos— de que se trata de un asunto privado. No es así. 

Un personaje público no solo está sometido al escrutinio por sus acciones en la vida pública si no también por cómo se comporta en su vida privada. 

Bolívar Armijos

Un candidato como Armijos —desconocido, sin capital político, sin mayor trayectoria— despierta una gran alerta: ¿si no tiene posibilidades, para qué participa? 

Maria Sol Borja 100x100
María Sol Borja
Periodista. Ha publicado en New York Times y Washington Post. Fue parte del equipo finalista en los premios Gabo 2019 por Frontera Cautiva y fue finalista en los premios Jorge Mantilla Ortega, en 2021, en categoría Opinión. Tiene experiencia en televisión y prensa escrita. Máster en Comunicación Política e Imagen (UPSA, España) y en Periodismo (UDLA, Ecuador). Ex editora asociada y editora política en GK.
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