El arte como el puente por el que cruzan las ideas y las emociones. En este caso en particular son sensaciones y reflexiones sobre lo que significa vivir en Latinoamérica con VIH. Nueve artistas de la región forman parte de la muestra Positiva, que se inauguró el 25 de abril de 2024. El Centro de Arte Contemporáneo (CAC) en Quito es el espacio en el que está Positiva, que no sólo es una muestra. 

Lo que vuelve potente este proyecto es que es el resultado de una residencia creativa que puso a los artistas en contacto con otras personas seropositivas para desarrollar las obras. Los artistas que integran la exposición estuvieron en Quito la última semana de marzo pasado en el CAC encabezando talleres que sirvieron para exponer sus experiencias y conocer a otras personas que, como ellos, viven con el virus.

¿El resultado? Un diálogo que construyó ese puente. Uno con sus propios lenguajes y estéticas.

Instalaciones, fotografías, tejidos, collages y videos. Objetos artísticos que dicen tanto.

Obra de muestra Positiva

La medicación que deben tomar las personas con VIH integra esta muestra que busca acabar con tabúes sobre la enfermedad. Fotografía de Ricardo Guanín. Cortesía Centro de Arte Contemporáneo.

En Positiva hay obras de artistas como Camila Arce (Argentina), Juan Coronel (Argentina), Andrea Alejandro Freire (Ecuador), David Jarrín (Ecuador), Juan de la Mar (Colombia), Lucas Núñez (Chile), Rodrigo Ortega (Chile), Luis Rojas (Costa Rica) y Oscar Sánchez (México).

¿Qué sucede en las obras que forman parte de la muestra? “Este ha sido un trabajo de varios meses (…) La residencia pasa por encontrar un recorrido por la historia del VIH desde América Latina;  también hay obras que tienen que ver con las mujeres con VIH, con muchas más comunidades de las que se suele pensar que están afectadas por el VIH”, dice Ricardo Luna, productor de Positiva.  Entre esas comunidades están los vertis —gente que ha nacido con VIH por infección madre a hijo— lo que “permite otras dinámicas en las que no entran el discurso de culpabilidad que suele tener la sociedad con nosotros porque no usaste preservativo (…) Nosotros no somos culpables de nada”, dice Luna.

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Ese recorrido incluye también una forma de relacionarse con la medicina. Tanto por la cantidad de medicación que deben tomar las personas seropositivas, como por el costo de mantenerse con vida. Un costo que, en el caso de Ecuador, lo afronta el Estado. La obra también recorre la discriminación que sufren por los prejuicios o desconocimiento.

Se exploran, además, los objetos que forman parte de la vida de las personas con VIH. Positiva funciona como el vehículo que apuesta y exige una cura para el Sida.

A través del puente del arte puede cruzar la esperanza de una cura definitiva.

Asistentes a la exposición Positiva

Decenas de personas estuvieron presentes en la inauguración de la muestra, la noche del 25 de abril de 2024. Fotografía de Ricardo Guanín. Cortesía Centro de Arte Contemporáneo.

Detrás de la muestra

Es la segunda vez que Positiva existe como experiencia de residencia artística. La primera edición fue en 2015, que incluso se llevó uno de los premios del Nuevo Mariano Aguilera —que realiza el municipio de Quito para fomentar el desarrollo artístico en la ciudad. 

“En 2015 se hizo la primera residencia positiva qué reunió artistas positivos de Latinoamérica ya en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC)  y resultó un ejercicio muy interesante de participación democrática,  porque los artistas positivos latinoamericanos no se habían reunido, trabajaban muy aisladamente en sus países y unirse construyó mucho”, cuenta Luna. Dice que fue un ejercicio que construyó muchos lenguajes, participó la ciudadanía y tuvo  “un primer evento abierto a un público masivo”. 

En esta segunda ocasión, Positiva continúa el análisis y la reflexión —que se podría decir es política— acerca de lo que significa tener VIH en Latinoamérica. “Sería la  respuesta al VIH pensándolo como una herida colonial, como lo piensan algunos de los artistas, en términos de norte global. Nosotros, desde nuestra Latinoamérica tenemos realidades distintas y urgencias incluso una memoria distinta respecto del tema del VIH como en otros países”, dice Luna.

Para Francisco Suárez, coordinador del Centro de Arte Contemporáneo (CAC), desde la práctica artística se abren muchas posibilidades para que la gente se pueda acercar y empezar a hablar sobre el VIH y la gente que lo tiene. “Durante la residencia se habló de que justamente no se habla de esto y las instituciones estamos para eso. Creo que desde las artes existe una cierta posibilidad, desde lo sensible, para hacerlo. Eso está implícito en la exhibición y lo estuvo desde la residencia”, dice Suárez.

En Positiva: residencia artística de cultura VIH latinoamericana —el nombre completo del proyecto— el carácter colectivo es lo que eleva la propuesta. No solo porque es un trabajo de nueve artistas, sino por lo que esos artistas consiguieron articular en su contacto con otras personas, seropositivas. “Lo colectivo toma fuerza al momento en el que estableces este lugar de encuentro, la residencia, como el pretexto para conversar, hablar, producir y compartir para generar  estos otros espacios de encuentro con otros públicos”, comenta Suárez.

Ese otro espacio es la muestra.

Porque como exposición se trata de llegar a la gente que no está informada y sensibilizada sobre el VIH. “Es un tema que sigue siendo tabú, o sea, 40 años después sigue siendo marginado o se lo sigue imaginando desde estos lugares de siempre”, dice Suárez. Para él, la potencia de lo colectivo sirve para dar fuerza a otras formas de entendimiento de lo que le sucede a las personas y así fomentar “un espacio de intercambio de pensamiento y de reflexión desde lo creativo que ayude a generar posturas políticas”.

Ficha al ingreso de la muestra Positiva

Quienes visiten la muestra Positiva podrán experimentar una forma de vivir la enfermedad, pero desde el arte. Fotografía de Ricardo Guanín. Cortesía Centro de Arte Contemporáneo.

Positiva: residencia artística de cultura VIH latinoamericana estará abierta en el Centro de Arte Contemporáneo hasta fines de agosto.

Eduardo Varas 1 150x150
Eduardo Varas
Periodista y escritor. Autor de dos libros de cuentos y de dos novelas. Uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina según la FIL de Guadalajara. En 2021 ganó el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja, que entrega la FIL de Guayaquil.
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