De la memoria del correísmo no se han borrado las viejas y repetidas glorias ni las muletillas. “¡Hasta la victoria siempre, compañeros!se escucha en los mítines de la candidata a la presidencia Luisa González. Lo que sus filas parecen haber arrinconado en lo más profundo del subconsciente son sus cuestionadas hazañas en el poder. Ahora que el presidente-candidato Daniel Noboa se convirtió en un tablero de dianas porque lo acusan de incumplir la ley electoral, el contradictorio discurso de la Revolución Ciudadana ha quedado expuesto durante la primera semana de campaña de las elecciones de 2025

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El día que arrancó la campaña, el 5 de enero de 2025, Luisa González reservó —no por azar— el coliseo de Calderón, la parroquia rural más grande de Quito y del Ecuador, con más de 250 mil habitantes. Con jeans y camiseta blanca, la candidata que busca por segunda vez la presidencia entró bajo una lluvia de papel rojo, blanco y celeste. Sonreía y fruncía su nariz. La gente, desde el graderío, gritaba: “¡Luisa presidenta!”. Ese día, la candidata recordó a su líder Rafael Correa. “Siempre será nuestro presidente”, dijo. También llamó “dictadorzuelo” y “el mentiroso de Carondelet” a Noboa, una y otra vez. Y repasó el incumplimiento de las propuestas que hizo en las elecciones que ella perdió

A la mañana siguiente, el 6 de enero, desde Ibarra, provincia de Imbabura, González continuó apuntando a Noboa durante una entrevista en radio Vocú. “El primero en romper las leyes es el Presidente de la República (…) está haciendo campaña estando en funciones. Eso no se puede hacer. Se viola el Código de la Democracia, la Constitución, las leyes”, dijo la candidata con desparpajo frente a periodistas que no se atrevieron —quién sabe por qué— a objetar su discurso. 

González se refería al atropellado comienzo de campaña de Noboa. El candidato-presidente no pidió licencia como lo exige el Código de la Democracia y, sin embargo, hubo una convocatoria masiva en la Plaza Grande, a los pies del palacio presidencial, con muñecos de cartón de Noboa —usados para su campaña en 2023— y decenas de simpatizantes que replicaban: “¡Una sola vuelta!”. Él salió al balcón y habló para la gente y los cartones. Su gobierno dijo que fue solo un saludo. Pero a muchos les pareció más que un ‘hola’. 

El candidato a la presidencia por Construye, Henry Cucalón, presentó una acción por incumplir el Código de la Democracia en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Luis Felipe Tillería, candidato por Avanza, lo denunció en el Tribunal Contencioso Electoral (TCE) por inducir al voto siendo un funcionario público —aunque esta causa se archivó el 9 de enero de 2025. Luisa González se sumó al reclamo pero no formal; lo hizo con un video a su cuenta de Instagram: ella —jeans, zapatos blancos y chompa de cuero café— camina afuera del CNE. Pega su cabez  a la puerta del Consejo, como si escuchara algo, y se va. Suena de fondo una canción que refiere explícitamente a un robo: “Bájate con todo y la clave del celular”. En el descripción se lee el siguiente mensaje: “El peligro no solo está en la calle”. 

Cuando critica a Noboa, parece que González no recuerda que la Revolución Ciudadana también infringió la ley electoral, y mucho antes. 

Por ejemplo, en las elecciones anticipadas de 2023, el alcalde de Quito, Pabel Muñoz, hizo campaña por Luisa González en su primer intento de llegar a la Presidencia. Lo que hizo Muñoz es una infracción grave, según el Código de la Democracia, porque ningún funcionario, en ejercicio de sus funciones, puede inducir al voto —paradójicamente es lo mismo de lo que acusaron a Noboa. 

A través de videos en redes sociales, Muñoz y González ofrecían obras en conjunto. Por ejemplo, según la denuncia presentada por el exconsejero de Participación Ciudadana y Control Social, Juan Esetabn Guarderas, el lunes 14 de agosto de 2024 la cuenta oficial de la Revolución Ciudadana publicó un video donde aparecen el Alcalde y la candidata prometiendo la construcción de la Universidad del Sur. “Un sueño para el sur de Quito que cada vez está mpas cerca”, decía al pie del video. Es una de las pruebas con las que el TCE le impuso al alcalde una multa de 9.200 dólares y un pedido de disculpas públicas. 

Ese mismo año, en abril, el Consejo Nacional Electoral convocó a elecciones para elegir a los siete consejeros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), la polémica institución que designa y selecciona las más importantes autoridades del país y que no debería obedecer a ningún movimiento o partido político. Quienes lo integran no deberían ser afines. Pero en la campaña hubo siete postulantes que conformaron la denominada ‘Liga azul’.

Con camisas azules, sonriendo y bailando, los siete aparecieron en un video junto a Rafael Correa, quien también usaba una camisa y chaqueta del mismo color. Correa dice: “No lo olvides, para recuperar la patria y con ello el orden constitucional y la democracia misma, tenemos que elegir un buen Consejo”. Mientras nombra a las tres candidatas mujeres, ellas  ven a la cámara y hacen corazones con sus dedos. Luego, presenta también a los otros cuatro candidatos. 

En las urnas, Alembert Vera, Augusto Verduga y Yadira Saltos fueron elegidos. El CNE proclamó los resultados y dijo que “fueron electos legítimamente para el período 2023-2027”. Pero ese asentimiento pronto se desvaneció. 

Alembert Vera, quien entonces presidía el Consejo, fue denunciado por hacer proselitismo con los correístas. En mayo de 2024, el TCE lo multó con 22 mil dólares y suspendió sus derechos políticos por cuatro años. Para entonces, la Corte Constitucional ya lo había destituido por desacatar un dictamen del mismo Consejo. 

La  sanción impuesta por el TCE sirvió como precedente para que los demás consejeros de la Liga azul, Augusto Verduga, Yadira Saltos y los suplentes Eduardo Franco Loor y Vielka Párraga, fueran denunciados por la misma razón. El TCE aceptó la querella en primera instancia. Pero los consejeros apelaron y el trámite continúa hasta enero de 2025. Si el tribunal niega la apelación, los vocales del CPCCS podrían ser destituidos. 

Pero hay más hazañas cuestionadas que, además, son hasta anecdóticas. Una es cuando —a finales de 2020— Rafael Correa intentó inscribir su candidatura a la Vicepresidencia de la República en el CNE para las elecciones de 2021 desde un Ipad. Como él no podía llegar al Ecuador —está prófugo, en Bélgica, tras la sentencia del caso Sobornos 2012-2016—, se presentó como “candidato virtual” junto a su compañero de fórmula Andrés Arauz. 

Pierina Correa, su hermana, tenía un poder legal para representarlo y entregaron documentos para avalar su participación. 

Lo intentaron pero se les pasó por alto —aparentemente— el Reglamento de Democracia Interna que, en su artículo 9, dice: “La aceptación de la candidatura es un acto público, expreso, indelegable y personalísimo”. Es decir, debe ser presencial.  Al final, Correa no logró infringir el reglamento. Lo reemplazó Carlos Rabascall, quien ahora es candidato a la presidencia en las Elecciones Generales 2025 por la Izquierda Democrática.

Pero estos no son los únicos intentos de saltarse la legislación del correísmo. Si vamos un poco más atrás, en 2014, la Revolución Ciudadana desoyó un exhorto del entonces presidente del CNE, Domingo Paredes, quien le pidió al entonces presidente Correa que no hiciera la —popular y polémica— sabatina el sábado 22 de febrero, un día antes de las elecciones seccionales, por el silencio electoral. No solo que sí la hizo sino que en el enlace, Correa dijo:: “Exhorto a las demás funciones del Estado a no exhortarme”

A la lista, se suma la vez en que Correa quiso enmendar la Constitución —sin un referendo— para dar luz verde a la reelección indefinida. Pero no pudo. 

El lugar de las mujeres en el correísmo

El compañero de Luisa González para la Vicepresidencia es Diego Borja, economista y político quiteño. El primer día de campaña, en el coliseo de Calderón, estuvo exageradamente efusivo. “Estoy seguro que el payaso de Carondelet no sabe ni dónde queda Calderón. Este es el equipo de la victoria, el equipo que va a recuperar la patria”, dijo, usando otra muletilla del correísmo. 

Aprovechó para llamar “inepto”, “indolente”, “ineficaz” a Daniel Noboa, delante de los simpatizantes. “Perdón pero nunca olvido”, dijo imitando la tan repetida frase del expresidente Correa. 

En su discurso, Borja dijo que la Revolución Ciudadana pretende recuperar la capitalidad de Quito. “Y recuperar la capitalidad de Quito significa respetar a las mujeres. No habrá posibilidad alguna en el gobierno de la Revolución Ciudadana y todos los aliados para el irrespeto para las funcionarias, asambleístas, ministras, personas mujeres”, dijo, para referirse a la pugna que existe entre Daniel Noboa y su vicepresidenta Verónica Abad.

Lo que Borja quizás borró de su memoria —o elige no acordarse— son los incontables ataques de la Revolución Ciudadana a las mujeres. El informe ‘Déjanos en paz’ Ni gorditas horrorosas ni diosas del Olimpo ¡Mujeres! analizó durante tres años el discurso estigmatizante de Correa contra las mujeres, sobre todo, en las sabatinas.

El informe reveló que, entre 2013 y 2016, hubo políticas, activistas de derechos humanos, periodistas y funcionarias públicas agredidas. “El 80% de los agravios a las mujeres corresponden a insultos descalificativos, el 10% a expresiones de ironía, el 7% a insultos injuriosos, el 1% a amenazas y el 1% restante a piropos morbosos”. 

Uno de los casos más mediáticos fue cuando atacó a Cynthia Viteri, quien entonces era asambleísta de Madera de Guerrero por Guayas y anunciaban su candidatura a la Presidencia para 2017. Viteri había presentado una propuesta para superar la crisis económica. Correa dijo: “Esta señora que no hable de economía, queda mal, que hable de cualquier cosa, por ejemplo, de maquillaje (…) muñequita de pastel”. 

También llamó “gordita horrorosa” a una periodista e, incluso, Paola Pabón, militante de la mismísima Revolución Ciudadana y asambleísta del partido, fue criticada y sancionada con un mes de suspensión cuando votó a favor por su moción a favor del aborto en el caso de violación

A su lista de insultos se añadieron decenas de epítetos: sufridora, neurótica, corrupta, mentirosa, desquiciada, mediocre.

Borja no dijo cómo recuperarán la capitalidad de Quito pero sí reclamó que Noboa se esconde detrás de su “esposita” cuando no puede dar la cara en momentos de tristeza, como el asesinato de los cuatro menores de Las Malvinas, quizás sin darse cuenta del epíteto contra Lavinia Valbonesi, esposa de Noboa. 

Sin alambres de púas y respeto del derecho internacional

Las contradicciones del discurso de la Revolución Ciudadana no son solo sobre cómo no respetaron la ley electoral más de una vez y fueron discriminatorios con las mujeres. 

Durante la primera semana de campaña, Borja, quien fue parte de los gobiernos de Alfredo Palacio y Rafael Correa entre 2006 y 2012, también dijo: “Vamos a quitar el alambre de púas de nuestro Centro Histórico que impide vernos y reflejarnos en ese palacio que es de ustedes, nuestro, de la gente”. 

Aunque su expresión es —en este caso— simbólica, porque no hay alambres de púas, sino vallas que impiden el paso y que fueron colocadas en el gobierno de Noboa —justamente el 5 de enero de 2025 que arrancó la campaña—, parece que olvidó lo que la Revolución Ciudadana hacía cuando había una movilización social. 

Por ejemplo, el 16 de septiembre de 2015, hubo una movilización nacional contra el gobierno. Según una nota del diario La Hora, los manifestantes, como siempre, se concentraron en los exteriores de la Caja del Seguro, centro-norte de Quito, con pancartas contra las políticas de Correa. Ese día, la Policía cerró, con vallas, los siete accesos a Carondelet para evitar que la oposición ingresara. 

Luisa González, en la primera semana de campaña, no se refirió al vallado del Centro Histórico. Lo que sí dijo en la entrevista con Radio Vocú, el 6 de enero de 2025, es que Ecuador ha sido conocido por ser “respetuoso del derecho internacional y del derecho”, excepto, cuando hubo la invasión de la Embajada de México en Quito por parte del gobierno de Daniel Noboa. 

Pero la candidata del correísmo olvidó —como muchas otras cosas— que la Revolución Ciudadana descalificó a defensores de derechos humanos y cuestionó a organismos internacionales. En 2012, Fundamedios publicó un comunicado que explica cómo Rafael Correa desacreditó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por intervenir en asuntos internos para referirse a la sentencia contra diario El Universo: “Ubíquense, aquí van a encontrar soberanía y dignidad”, dijo. 

El discurso de la Revolución Ciudadana, en la primera semana de campaña, resulta contradictorio cuando apunta a Daniel Noboa sin regresar a verse el ombligo. 

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Emerson Rubio
Reportero y editor en GK. Periodista especializado en crónicas. Máster en Edición, Producción y Nuevas Tecnologías. Ha publicado en medios nacionales e internacionales como Crónica, El Mundo. Cubre temas políticos, LGBTIQ.
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