Los dos principales oleoductos ecuatorianos —el OCP y el SOTE— tendrán nuevas variantes para que se restablezca el transporte de petróleo en la Amazonía: una estará lista a fines de diciembre y la otra a inicios de enero. 

La movilización del crudo se detuvo casi por completo desde el 12 de diciembre por la erosión regresiva en el río Piedra Fina. La erosión regresiva es un fenómeno que pasa en la parte alta de los ríos y puede provocar deslizamientos de tierra o la ruptura de tierras. Por precaución, se suspendió el transporte de petróleo en esa zona. La erosión, que empezó en abril de 2020 en el río Quijos, ahora ha afectado también a uno de sus afluentes, el río Piedra fina. 

En el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano (SOTE) se detuvo el transporte de crudo completamente desde la Amazonía hasta la provincia de Esmeraldas —donde está la refinería. Hoy, 16 de diciembre, Petroecuador dijo en un comunicado que la séptima variante del SOTE está avanzada en un 73% y la terminarán de construir en 17 días. Es decir, se podrá retomar el transporte del crudo desde la Amazonía hasta la Costa desde el 29 de diciembre. 

En cambio, en el Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) se hará el noveno paso lateral temporal para transportar el crudo. En este oleoducto, el flujo de crudo se detuvo desde Lago Agrio hasta la estación San Francisco de Borja, en Napo. Sin embargo, están transportando 15 mil barriles diarios desde Sardinas, otra de las estaciones de Napo, hasta Esmeraldas, por un oleoducto secundario. 

El nuevo paso lateral del OCP tendrá la misma ruta que la nueva variante del SOTE. Este paso temporal está avanzado en un 40% y su construcción terminará la primera semana de 2022. 

Además, se construirá otra variante del Poliducto Shushufindi – Quito que transporta Nafta  —una mezcla de hidrocarburo líquido inflamable— y gas licuado de petróleo. Esta tendrá 2,5 kilómetros. La construcción ha avanzado en un 81% y estará operativa desde el 19 de diciembre. 

Según Petroecuador, la construcción de las variantes de los oleoductos evitará que aumenten las pérdidas económicas que se calculan cerca de 600 millones de dólares, hasta el momento. Sin embargo, el Ministerio de Economía y Finanzas todavía no ha anunciado una cifra oficial de las pérdidas causadas por los problemas en los oleoductos. 

¿Por qué se construyen variantes de los oleoductos?

El 12 de diciembre de 2021, el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables suspendió el transporte de petróleo por el SOTE, el OCP y de derivados por el poliducto Shushufindi – Quito por precaución por el avance de la erosión regresiva.

Además, el Ministerio declaró fuerza mayor para las empresas petroleras nacionales y extranjeras que tienen contratos con el Estado ecuatoriano. La fuerza mayor es una cláusula incluida en los contratos petroleros que permite que se suspendan ciertos compromisos cuando hay una circunstancia que no era posible de resistir, prever ni evitar. Se aplica cuando esa circunstancia causa que se obstruya o se demore de forma total o parcial que se cumplan las obligaciones entre las partes. 

Según un comunicado del Ministerio de Energía, se tomó la decisión de declarar fuerza mayor por el avance de la erosión regresiva en el río Piedra Fina —en la provincia amazónica de Napo. La erosión regresiva se da cuando el exterior de un río se pega mucho a la ladera, explicó en 2020 a GK el ingeniero civil experto en suelos, Juan Pablo Villacreces. Este fenómeno se detecta especialmente en las curvas de los ríos porque la velocidad del agua es mayor y arrastra más partículas del suelo. La base del talud se queda sin soporte y hay un hundimiento conocido como socavón. Este fenómeno puede causar la destrucción de carreteras, como ha ocurrido desde febrero de 2020 en vías y puentes de la zona.

La erosión regresiva, explicada

Los problemas comenzaron en febrero de 2020 cerca de la zona del río Piedra Alta, cuando la cascada de San Rafael, la más alta del país, se secó por una implosión y un socavón que alteraron su cauce. Según las autoridades, pasó por el exceso de lluvias. Esta cascada está en el límite entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos. Se forma en las confluencias del río Quijos y el río Salado. 

A 9 kilómetros de la cascada de San Rafael está la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, la más grande del Ecuador. Cuando se anunció su construcción, en 2010, grupos ecologistas se opusieron porque temían que redujera el caudal del río Coca y que la cascada se quedase sin agua. Exactamente lo que sucedió en febrero de 2020, aunque las autoridades insistieron en que fue por causas naturales, no por la hidroeléctrica. 

Los problemas continuaron. En abril de 2020, otro socavón en el sector produjo que se rompieran las tuberías del SOTE y del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), interrumpiendo el flujo de crudo y causando un derrame que afectó a más de 105 comunidades indígenas. La suspensión del flujo pasó en medio de la pandemia del covid-19 y poco antes de que el petróleo bajara a precios bajo cero por primera vez en la historia. 

En agosto de 2020, la erosión del río destruyó una parte de la carretera Chaco-Lago Agrio, en la provincia amazónica de Sucumbíos. En noviembre de ese mismo año, la erosión provocó el colapso del puente que está sobre el río Montana, uno de sus afluentes en la provincia amazónica de Napo. En febrero de 2021, se derrumbó el arco por donde pasaba el Río Coca en la zona de San Rafael.

El 4 de diciembre de 2021, OCP Ecuador y Petroecuador publicaron comunicados en sus cuentas de Twitter en los que dicen que “debido a la erosión regresiva del Río Quijos, fenómeno natural impredecible, la vía E-45 (Quito – Lago Agrio) se encuentra cerrada por trabajos preventivos”. Días después confirmaron que el transporte del crudo se detendría y que iban a construir variantes para poder transportarlo.