La tensión diplomática entre México y Ecuador escaló a un nuevo nivel con el otorgamiento de asilo político a Jorge Glas, ex vicepresidente de Ecuador, convicto por varias causas de corrupción, por parte del gobierno mexicano que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador (popularmente conocido como AMLO).
La decisión, enmarcada en una serie de acciones y declaraciones de ambas naciones, pone de relieve la complejidad de las relaciones internacionales en América Latina. Horas después de que se concedió el asilo, la Policía ecuatoriana ingresó a la Embajada Mexicana y detuvo a Glas. Inmediatamente después, el gobierno mexicano anunció el rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador.
La expulsión de la embajadora mexicana, antecedente del asilo
El asilo se otorga al final de una semana ríspida entre ambos países latinoamericanos. El jueves 4 de abril de 2024, el gobierno del presidente Daniel Noboa designó como persona non grata a Raquel Serur, embajadora de México en Ecuador, en respuesta a las insinuaciones hechas por López Obrador respecto de las elecciones ecuatorianas de 2023 y el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
López Obrador dio a entender que Noboa era presdiente del Ecuador gracias al asesinato de Villavicencio. “Hubo elecciones en Ecuador, iba la candidata de las fuerzas progresistas como 10 puntos arriba”, dijo el Presidente mexicano en alusión a Luisa González, candidata presidencial de Revolución Ciudadana, la organización política que, desde el exilio donde evade una sentencia de cárcel, lidera el ex presidente Rafael Correa, quien es cercano a López Obrador.
“Entonces, un candidato que habla mal de la candidata que va a arriba de repente es asesinado, y la candidata que iba arriba se cae, y el candidato que iba en segundo sube”, dijo López Obrador, sosteniendo la tesis del correísmo, que alega que Villavicencio fue asesinado para impedir el triunfo de González en primera vuelta.
Sin embargo, las explicaciones al magnicidio no serían esas. Las revelaciones en los casos Purga y Metástasis, que han destapado un entramado incestuoso entre líderes narcotraficantes, pseudo empresarios, asalariados productores de contenidos, jueces, fiscales, policías y políticos ecuatorianos, dan luces sobre a quiénes incomodaban las denuncias de corrupción que hacía Villavicencio.
Todo apuntaría que las órdenes de acabar con la vida de Villavicencio habrían llegado desde organizaciones del crimen organizado con las que tenían cercanas relaciones dos ex asambleístas: Pablo Muentes, del Partido Social Cristiano, y Ronny Aleaga, del correísmo.
Muentes está preso por el caso Purga; Aleaga se fugó del país antes de que se le ordenara prisión, además, se desafilió de la Revolución Ciudadana, que ha abandonado a su suerte a quien alguna vez fue su más dilecto hijo pródigo, el ex pandillero —fue miembro de los Latin Kings— convertido en hombre de bien. La responsabilidad penal, ha dicho el movimiento, es personalísima. El mismo argumento ha adoptado el Partido Social Cristiano.
A pesar de esos hallazgos, sustentado en miles de chats extraídos de teléfonos celulares de varios de los implicados en ambos casos, especialmente del extinto narcotraficante Leonardo Norero y de Mayra Salazar, pieza central de vinculación entre narcos, políticos y jueces, López Obrador no titubeó al repetir la teoría conspirativa correísta.
“Pero la candidata que queda después de este asesinato como sospechosa sigue haciendo campaña en circunstancias, considero, muy difíciles porque imagínense a todos los medios, pero ella sigue y sigue y sigue”, dijo el presidente López Obrador.
Sus palabras fueron consideradas “muy desafortunadas” por la cancillería ecuatoriana. El régimen de Noboa recordó que el país seguía conmocionado por el asesinato de Villavicencio. Además, enfatizó en el principio de no intervención en asuntos internos de otros países.
Además, como respuesta, declaró persona no grata a la embajadora Serur. “Retirar a personal diplomático es una herramienta de política exterior como una muestra de posicionamiento internacional de un gobierno frente a otro, pero dentro de un marco de respeto. No es que vaya a ir más allá de esas manifestaciones”, explica Ivonne Tellez Patarroyo, especialista en derecho internacional de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).
“Es un caso serio. Va a generar tensión entre los dos países; sin embargo ambos Estados han manifestado que no se rompen las relaciones diplomáticas. Hay que diferenciar entre la declaración de persona no grata y la ruptura de relaciones diplomáticas”, explica Tellez.
Esta declaración se hace no a la embajadora como persona natural, sino en su calidad de embajadora. “Hay que recordar que los embajadores siempre están ejerciendo su calidad, no es que solo son en horario de oficina. Son 24/7. Entonces, la declaración se hace a la persona pero en la calidad del cargo que ostenta o representa”, dice Tellez.
Lo primero es que una persona “no es deseada ni bienvenida” en determinado país, lo cual da pie a que se la retire o expulse, de forma amigable. “La ruptura de relaciones diplomáticas tiene otros alcances: deja de haber representación en el otro Estado”, dice Tellez. Los ciudadanos que están en el territorio del otro país, se ven afectados. Por ejemplo: muchas veces los servicios consulares tienen que prestarse a través de cooperación internacional u otras embajadas”, explica Tellez.
Aún así, Serur deberá dejar Ecuador pronto.
La concesión de un asilo previsible
El asilo político a Jorge Glas se hizo en el mismo boletín oficial emitido por el gobierno de México en el que lamenta la declaratoria de persona non grata por Ecuador de la embajadora Raquel Serur Smeke.
Según el comunicado, desde su llegada a Ecuador el 18 de junio de 2019, Serur Smeke había desempeñado una “destacada labor diplomática”, enfocada en profundizar el diálogo político entre ambas naciones, y en atender a la comunidad mexicana en ese país. La decisión ecuatoriana ha llevado a México a instruir el regreso de Serur Smeke para “resguardar su seguridad”.
El gobierno mexicano aprovechó el anuncio para decir que, tras un “análisis exhaustivo de la información recibida”, decidió otorgar asilo político a Jorge David Glas Espinel, quien estaba en calidad de huésped en la Embajada de México en Quito desde diciembre de 2023, anticipándose a nuevas vinculaciones judiciales en casos de corrupción que lo llevarían de vuelta a prisión, donde ya estuvo por 6 años cumpliendo varias condenas por corrupción. Glas aduce que es un perseguido político.
Diecinueve días después de que Glas llegó a la embajada, le dictaron una nueva orden de prisión, esta vez por el caso Reconstrucción de Manabí, que investiga la dilapidación de fondos destinados a la reconstrucción de lasa provincias asoladas por el terremoto de abril de 2016.
Además, Glas aparece mencionado en varios de los chats del caso Metástasis y Purga. Por ejemplo, otro de los procesados, Xavier Jordán, conversa con el narcotraficante Leandro Norero, y discuten la forma de sacar de la cárcel a Glas. En un momento, dicen que cuando el ex vicepresidente salga de prisión y sea presidente, cobrarán los favores que le han hecho.
Es la tesis de la Fiscalía que los procesados pagaron ingentes sobornos para lograr la libertad de Glas, además de la de uno de sus compinches, un narcotraficante conocido con el alias de “Madrid”.
En otro momento de la conversación, uno de los procesados cuestiona que Glas tenga el mismo abogado y sea liberado en el mismo proceso que Daniel Salcedo, un hombre que tiene al menos cinco condenas por corrupción.
Salcedo está, también, procesado en el caso Metástasis como parte del entramado criminal que asfixió al Ecuador, promovió el NO en la consulta popular de 2023 (en la que se discutía la extradición por ciertos delitos), cambió sentencias y devolvió bienes a narcotraficantes y sus testaferros, y otorgó beneficios y privilegios a políticos, fiscales, jueces y otras personas que participaban de la red ilícita.
La decisión del asilo será comunicada oficialmente a las autoridades ecuatorianas, dijo el gobierno de México, junto con la solicitud de un salvoconducto, conforme a la Convención de Asilo Diplomático de 1954, según la cual es prerrogativa del Estado asilante (o sea, México) calificar la naturaleza de la persecución, y del Estado territorial (en este caso, Ecuador), debe facilitar la salida segura del asilado (es decir, Glas).
¿Debe el Ecuador darle el salvoconducto a Glas?
No es su obligación. “El Ecuador es plenamente soberano dentro de su territorio y el otorgamiento del salvoconducto es discrecional y el país tiene toda la potestad de negarlo”, dice Tellez, quien cita la negativa del Reino Unido para otorgarle dicho salvoconducto al informático sueco Julian Assange que, ante tal negativa, permaneció en refugiado en la embajada de Ecuador en Londres.
Un factor crucial es que contra Glas pesa una orden de detención. “Esto significa que el Estado ecuatoriano tiene la obligación, a la luz de su legislación, de ejecutar dicha orden. Es totalmente potestativo, así como potestativo de México ha sido, a su total discreción, otorgarle el asilo político a Jorge Glas”, explica Tellez.
El gobierno del Ecuador había dicho que analizaría la solicitud mexicana una vez que se decidiese la concesión o no del asilo.
En la tarde del 5 de abril de 2024, tomó una decisión. El Ministerio de Relaciones Exteriores ecuatoriano anunció que no otorgaría el salvoconducto. Calificó al asilo como “un acto ilícito del Estado que lo concede, apoya una evasión a la justicia del Estado ecuatoriano y promueve la impunidad”. Por ello, el país “ no otorgará salvoconducto alguno”.
Cancillería informa pic.twitter.com/FAIY54twEQ
— Cancillería del Ecuador 🇪🇨 (@CancilleriaEc) April 5, 2024
La detención de Jorge Glas y el rompimiento de relaciones con México
La noche del 5 de abril de 2024, la policía ecuatoriana irrumpió en la Embajada de México en Quito y detuvo a Jorge Glas.
En un comunicado, la Presidencia de la República de Ecuador dijo que “al haberse abusado de las inmunidades y privilegios, concedidos a la misión diplomática que albergaba a Jorge Glas, y conceder un asilo diplomático contrario al marco jurídico convencional, se ha procedido con su captura”.
Al finalizar el comunicado, dice que “Ecuador es un país soberano y no vamos a permitir que ningún delincuente quede en la impunidad. Reiteramos nuestro respeto al pueblo mexicano que comparte nuestro sentir por la lucha contra la corrupción que afecta nuestros países”.
A la ciudadanía: pic.twitter.com/KKhTQVbXD8
— Presidencia Ecuador 🇪🇨 (@Presidencia_Ec) April 6, 2024
El gobierno mexicano reaccionó inmediatamente. Alicia Bárcena, secretaria de Relaciones Exteriores de México, dijo en su cuenta de X (antes Twitter) que la irrupción de la Policía ecuatoriana en su embajada había sido una “flagrante violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”.
Este documento fue firmado por 190 países —incluido Ecuador— para regular las relaciones diplomáticas entre los países y la inmunidad del personal diplomático.
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas establece que “los locales de la misión son inviolables. Los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión”. Es decir, Ecuador necesitaba permiso de la embajadora mexicana para ingresar y detener a Glas.
En enero de 2024, las autoridades ecuatorianas ya le pidieron al gobierno de México permiso para ingresar a la Embajada de México y detener a Glas. Sin embargo, esta solicitud fue negada. En ese momento, Bárcena dijo que permitir la entrada de los policías “violaría la inmunidad diplomática de su embajada”.
El 5 de abril de 2024, en su publicación de redes sociales, Bárcena aseguró que el personal diplomático mexicano en Ecuador sufrió lesiones cuando los policías ingresaron a detener a Glas. Ante eso y la violación de los convencios internacionales, Bárcena dijo que México anuncia el inmediato rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador y planea denunciarlo ante la Corte Internacional de Justicia.
El presidente López Obrador dijo que la detención de Glas en la Embajada de México “Se trata de una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”. Por eso, ordenó la suspensión de las relaciones diplomáticas. Se espera que el personal diplomático de México salga de Ecuador en los próximos días.
La mañana del 6 de abril de 2024, el gobierno de Ecuador todavía no reaccionaba públicamente a la decisión de México.
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