¿Otra nueva reserva marina sin financiamiento?

El salón se llenó de aplausos. Era el 2 de marzo de 2023, y el presidente Guillermo Lasso había anunciado que las primeras 8 millas marítimas del perfil costero del Ecuador serían declaradas como reserva marina. La noticia, dada en la cumbre Nuestro Océano, en Panamá, entusiasmó a quienes la escucharon. 

No era para menos: su extensión iría desde la provincia de Esmeraldas, al norte del país, hasta la sureña provincia de El Oro. Tendría 1,5 millones de hectáreas —un área como la de la provincia del Guayas—de manglares, arrecifes, corales, cordilleras submarinas, entre otras. Pero entre los aplausos una incómoda realidad quedó acallada: el Presidente no dijo cómo se va a financiar esta nueva reserva marina. 

Ese día, el anunció del Presidente fue hecho junto al ministro de ambiente, Gustavo Manrique, y el de Producción, Julio José Prado. Significaba que este territorio se incorporaría al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), que hasta el momento tiene 27,5 millones de hectáreas. 

El evento en que se hizo el anuncio, no era menor. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, la conferencia Nuestro Océano, que se hace desde 2014, busca crear compromisos con acciones concretas mundiales “para apoyar la conservación marina y el desarrollo sostenible”. 

No era la primera vez que el presidente escogía un encuentro ambiental de relevancia para hacer un anuncio de esta naturaleza: en noviembre de 2021, en la COP26 de Glasgow, presentó al mundo su propuesta de crear una  nueva reserva marina en Galápagos. Hasta ahora, un año y cuatro meses luego de su decreto, no tiene financiamiento. 

Durante el anuncio en Panamá, el ministro Manrique dijo que con esta zona de conservación, se asegurará la protección de hasta el 90% del hábitat de la manta gigante y del 52% del tiburón azul. 

En el Ecuador varias especies de tiburones están en peligro. Fotografía cortesía del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.

Además, según Manrique, “se respetarán los espacios de anidación y reproducción de especies vitales para la salud del océano y la sostenibilidad de nuestros recursos”. Sin embargo, tampoco respondió a la pregunta que nadaba como un tiburón blanco en el salón:  ¿cómo la van a financiar? 

Es un problema repetido: un gran anuncio en un contexto de protección ambiental que no tiene cómo sostenerse financieramente. 

Cuando Lasso anunció que se crearía una nueva reserva marina en Galápagos, en noviembre de 2021 en Glasgow, dijo que se haría con un canje de deuda por naturaleza, conocido como Debt for Nature Swap. Pero cuando firmó el decreto de la reserva, a la que llamaron Hermandad, no especificó cómo la financiarán. Ha pasado más de un año desde ese día sin que su financiamiento no está claro.

A esto debemos sumar las 8 millas anunciadas por el presidente en Panamá. Preguntado por este punto, el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica (Maate) respondió que “en el segundo semestre de 2023 efectuaremos el análisis técnico y legal para el establecimiento del mecanismo de financiación”. 

Los fondos para Hermandad

Hermandad es una reserva marina de 60 mil kilómetros cuadrados. Está en aguas abiertas de la Zona Económica Exclusiva del Ecuador e incluye un corredor que la conecta con Costa Rica. Su objetivo es proteger la ruta de especies migratorias como tortugas marinas, mantarrayas, ballenas y tiburones. 

Según el Maate, se espera que Hermandad aumente el turismo sostenible, fortalezca la conservación marino costera y mitigue los impactos del cambio climático, “a través de una consecuente y mayor captura de CO2”. 

En este caso concreto, según una fuente que no quiso ser citada, el canje se haría por medio de la recompra de bonos azules—bonos para la conservación del océano y el agua—de deuda externa ecuatoriana. No obstante, el 14 de enero de 2022, el día en el que se firmó el decreto de la creación de reserva, el Presidente no dio detalles del financiamiento. 

A pesar de que en Escocia mencionó que el financiamiento se haría por medio de un canje de deuda por naturaleza y que este no sería cualquier canje sino que sería el “más grande que se ha hecho hasta este momento en el mundo”. En Galápagos, cuando firmó el decreto, esta explicación se perdió en el mar. 

El canje de deuda por naturaleza es un mecanismo de financiamiento creado en 1984 por el biólogo conservacionista Thomas Lovejoy. Permite que una entidad u organización compre una parte de la deuda externa de un país a cambio de un compromiso de conservación, en este caso bonos azules.

Los periodistas Robert Soutar y Fermín Koop en un artículo sobre este mecanismo de financiamiento, explican que las ganancias que se generan “a menudo son administradas por fondos fiduciarios ambientales o de conservación locales” y que los acreedores pueden ser empresas privadas, bancos comerciales o gobiernos de países desarrollados.

¿Por qué el hermetismo sobre el financiamiento?

Según dos personas que han acompañado de cerca el proceso de financiamiento de la reserva Hermandad, pero que prefieren no ser identificadas, hay una posible explicación a la falta de información del gobierno ecuatoriano sobre el tema.

Si se empiezan a difundir montos, las instituciones y los bancos involucrados, coinciden, se podría poner en alerta a los tenedores de deuda y esto dispararía el precio. 

Esto podría suceder porque al anunciar que la deuda va a ser comprada, el precio puede subir. Según estas personas, cuando se va a la bolsa de valores y hay algún tipo de especulación que va a haber una compra más o menos importante, sube el precio.  

Roque Sevilla, empresario y ecologista que acompañó de cerca la ampliación de la reserva marina en 2021, dice que no sabe los últimos detalles pero que “están muy cerca de cerrar el canje de deuda”. 

En este contexto hay que tener en cuenta el impacto que tuvo el aumento del riesgo país en la deuda externa. Según el Observatorio Económico de la Universidad Técnica de Ambato, el riesgo país es “un indicador que mide las posibilidades de pago de la deuda externa de un país”. 

Es decir, que si el riesgo país es alto, las tasas de interés a la hora de endeudarse crecen más y esto puede “repercutir negativamente en inversiones extranjeras y en las nuevas operaciones crediticias”, según el observatorio. 

GK contactó al Ministerio de Ambiente sobre los avances del financiamiento de Hermandad. Respondió que “el Gobierno de Ecuador continúa explorando activamente opciones para financiar de manera sostenible la conservación mientras maximiza los beneficios sociales y económicos”. Pero no apuntó ningún método de financiamiento que estén considerando. 

Para qué serviría el financiamiento 

Entre las amenazas que enfrenta la reserva marina de Galápagos está el ingreso ilegal de embarcaciones y el control constante de los 1114 pescadores artesanales. Fotografía de David Díaz para GK.

En el caso de Hermandad, el financiamiento se destinaría a las actividades de control y manejo de la reserva. Esto incluye equipo tecnológico, radares, comunicación satelital, embarcaciones costeras para la vigilancia, recursos para los guardaparques, entre otros recursos. 

Estos deben permitir la correcta protección de la reserva.

No obstante, el archipiélago de Galápagos se enfrenta a un déficit presupuestario. Según un reportaje de David Díaz para GK, el presupuesto del sistema de control marino tiene un déficit del 50%. Ahora, la nueva reserva marina continental que suma más espacio que cuidar pero sin la garantía de fondos.

Según el mismo reportaje, entre las amenazas que enfrenta la reserva está el ingreso ilegal de embarcaciones a la reserva, y el control constante de los 1114 pescadores artesanales. 

A esta vigilancia se debe sumar el monitoreo de la flota ecuatoriana continental de pesca, especialmente atunera y de palangre, y las 294 embarcaciones internacionales de pesca que suelen situarse al pie de la reserva—281 de bandera china. 

En enero de 2022, cuando el presidente Lasso dijo que se haría un canje de deuda para Hermandad, Tarsicio Granizo, director de WWF Ecuador, dijo que era necesario que haya un mecanismo de financiamiento. Porque sin eso, le dijo a GK, “la reserva quedaría en papel como ha pasado con otras áreas protegidas de Ecuador que, al no tener recursos, no pueden ser protegidas”. Al parecer la historia se repetirá con las 8 millas del perfil costero.