Desde las 12 y media de la madrugada del lunes 9 de mayo de 2022, las familias de las personas presas en el Centro de Rehabilitación Bellavista, en la provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas, recibieron mensajes de alerta sobre enfrentamientos, detonaciones y explosiones en esa cárcel. Cinco horas más tarde, pasadas las 6:40 de la mañana, el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI) confirmó en su cuenta de Twitter que había “alteraciones al orden” dentro de la cárcel de Santo Domingo, pero no se confirmaron detalles de los heridos ni fallecidos.

Dos fuentes oficiales confirmaron a GK que son al menos 44 muertos y 13 heridos en el pabellón de máxima seguridad. El balance fue confirmado por la Fiscalía. El ministro del Interior, Patricio Carrillo, por su parte, dijo, durante una rueda de prensa, que serían 41. La violencia carcelaria en el país se recrudece y las víctimas de esta masacre sufrieron: fueron asesinadas, en su gran mayoría, dijo Carrillo, con arma blanca.

Sin embargo, aunque la versión oficial es que la mayoría de privados de la libertad murieron por heridas con armas blanca, una fuente reservada le dijo a GK que el enfrentamiento fue a tiros, usando fusiles y con fuertes detonaciones.

Varios de los fallecidos murieron desangrados. Sus cuerpos, ahora, serán llevados a Criminalística para que se les practique una autopsia médico legal y se determine la causa de su fallecimiento.

También hubo detonaciones y granadas de uso militar, que serán ingresadas en una cadena de custodia a la Policía Judicial, incluso se encontró una maleta llena de fusiles, armas de largo alcance, en las inmediaciones del centro carcelaria.

Las familias permanecen en la entrada a la prisión y denuncian que habría más fallecidos.

Aquella cifra [la de más de 40 muertos] se conoció horas antes, de forma extraoficial. Familiares han divulgado una serie de fotografías donde se observa un círculo repleto de víctimas. Ésta se convierte en la sexta masacre carcelaria en Ecuador. Hasta la una de la tarde, las detonaciones seguían retumbando en aquella cárcel, que registra un 82% de hacinamiento, según datos oficiales.

Personas presas, angustiadas, dijeron a GK que temen por sus vidas, que a sus pabellones, en media y mínima seguridad, aún no ha ingresado personal policial. 

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Casi once horas pasaron para que las autoridades dieran información sobre la sexta masacre carcelaria. La violencia se descontroló al punto que más de 200 presos se fugaron. La Policía Nacional dijo que 200 fueron recapturados, pero aún hay 20 internos fuera de la prisión. Para buscarlos, policías y militares custodian cuatro vías: la vía Alóag-Santo Domingo, Las Mercedes, La Concordia y la vía al Carmen.

Moradores y vecinos de barrios como Unión Carchense, Julio Moreno y Nuevos Horizontes reportaron en redes sociales que varios presos se habían fugado de prisión y estaban caminando en las calles, solicitando ropa y dinero. 

Esto sabemos sobre la masacre

Estaban en máxima [seguridad]. Pero ahora todo está en mínima. Los están quemando, nadie los ayuda. Hay muchos muertos», dijo una familiar de una de las personas presas en esa cárcel a GK, durante la madrugada. Los violentos incidentes fueron confirmados después de más de cuatro horas por el Ministerio del Interior.

El general Patricio Carrillo, quien preside el Ministerio del Interior, dispuso el traslado de más policías para, según él, “controlar el amotinamiento”, en un trabajo coordinado con las Fuerzas Armadas. Sin embargo, otra familiar de una de las personas presas en la cárcel de Santo Domingo que habló con GK reclamó la falta de respuestas de las autoridades. “Nadie llegaba, los dejaron solos, botados” durante al menos tres horas, dijo. 

Rosa* (nombre protegido) le dijo a GK que teme la muerte de su esposo en esa prisión, custodiada por militares y policías, además de personal del Cuerpo de Bomberos. Ella está en Quito, y no ha logrado saber si su familiar está vivo. “Lamentablemente, lo único que dijo mi esposo es que empezó antes de la una de la mañana el amotinamiento. Se despidió de mí y hasta ahora no sé nada de él. Me preocupa mucho, porque no estoy ahí”, contó a GK. 

Con estas muertes, la cifra de fallecidos en masacres carcelarias pronto llegará a los 400 muertos. 

Horas después de la masacre, la tarde del 9 de mayo, el Ministerio del Interior anunció que seis cabecillas de bandas delictivas serían trasladados de la cárcel Bellavista de Santo Domingo al complejo penitenciario de Guayas. 

Según el Ministerio, cinco de los cabecillas están siendo trasladados a la cárcel de máxima seguridad La Roca, mientras que otro será llevado a la Penitenciaría del Litoral. La institución no dio los nombres de quiénes están siendo trasladados ni explicó por qué solo uno será llevado a la Penitenciaría. 

En fotografías en las redes del Ministerio, se ven varios autos color negro resguardados por personal especial de la Policía, imágenes de un helicóptero, y fotos de los privados de la libertad siendo vigilados por militares armados. 

Tras el anuncio del traslado de los cabecillas, el presidente Guillermo Lasso dijo que “nuestro compromiso por recuperar el orden en las cárceles es firme”. También dijo que su gobierno no daría el brazo a torcer “ante las mafias”.

La génesis de la masacre, según el gobierno: juez otorgó habeas corpus a alias Anchundia

El ministro Patricio Carrillo ha responsabilizado a la banda delictiva Los Lobos y la subcélula R7 como presuntos responsables de los incidentes de esta madrugada. Aquellas organizaciones fueron las mismas que las autoridades señalaron como culpables de la masacre en la cárcel de Turi, en la ciudad azuaya de Cuenca, y que dejó al menos 21 internos asesinados. 

¿La razón? Freddy Anchundia, a quien en el mundo criminal se le conoce como Anchundia, líder de la subcélula R7, habría, según las autoridades, motivado la masacre. Anchundia fue trasladado a la cárcel de máxima seguridad, conocida como La Roca, junto con otros cuatro líderes delictivos, luego de la masacre de Turi, donde murieron al menos 21 internos

Aquel traslado marcó la renovada apertura de La Roca, una cárcel antecedida por el fracaso y las violaciones a los derechos humanos. Y, aunque fue anunciada como una medida que implicaría el cese de la violencia, no ocurrió. Alias Anchundia, que debía permanecer en La Roca logró que el juez Aquiles Dávila concedió el traslado carcelario del líder delictivo a la prisión de Santo Domingo, el pasado 28 de abril, como medida cautelar al haber aceptado una acción de habeas corpus. Dice el ministro Carrillo que aquella decisión causó la masacre.

Anchundia tiene un vasto historial delictivo que incluye sicariato y microtráfico. En 2015, se convirtió en el más buscado de la ciudad de Pedernales por el asesinato de un hombre en La Chorrera, una zona cercana a esta ciudad, de acuerdo con registros policiales.

ACTUALIZACIÓN:

Hasta la noche del 9 de mayo de 2022, de los 44 cuerpos de los presos fallecidos, 20 fueron identificados. La Secretaría de Derechos Humanos dijo que se hará una “donación de ataúdes” para que las personas asesinadas sean veladas con dignidad. 

También dijo que hasta Santo Domingo, llegaron equipos para hacer contención emocional a los familiares, es decir que un psicólogo los atienda por la pérdida de su ser querido en la masacre dentro de la cárcel de Santo Domingo. 

Las masacres carcelarias en Ecuador continúan

En Ecuador, hubo más de 350 muertes violentas entre 2021 y lo que va de 2022—esta cifra incluye a las víctimas de las masacres carcelarias y otros asesinatos que no han sido ampliamente reportados por los medios. Sin embargo, la crisis en las prisiones está lejos de ver un final, según el antropólogo Jorge Núñez y la ex directora de rehabilitación social Alexandra Zumárraga. Ambos la califican como “estructural” y señalan al principal error del gobierno mantener a la Policía como institución que “gestiona a las cárceles”. 

En febrero se presentó una nueva política de rehabilitación social, cuando la ex secretaria de Derechos Humanos, Bernarda Ordóñez, todavía estaba en el  cargo, pero la situación no ha tenido cambios radicales. 

Tampoco se han anunciado nuevas acciones luego de los informes de la Asamblea Nacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Comisión de Pacificación Penitenciaria revelaron el sistema de privilegios que se vive en las cárceles ecuatorianas, controladas por líderes delictivos. 

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Karol E. Noroña
Quito, 1994. Periodista y cronista ecuatoriana. Cuenta historias sobre los derechos de las mujeres, los efectos de las redes de delincuencia organizada en el país, el sistema carcelario y la lucha de las familias que buscan sus desaparecidos en el país. Ha escrito en medios tradicionales e independientes, nacionales e internacionales. Segundo lugar del premio Periodistas por tus derechos 2021, de la Unión Europea en Ecuador. Recibió una Mención de Honor de los Premios Eugenio Espejo por su crónica Los hijos invisibles de la coca. Coautora de los libros 'Periferias: Crónicas del Ecuador invisible' y 'Muros: voces anticarcelarias del Ecuador'.

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