Un Oscar para mi strudel
Una escena de Tarantino, varias capas que crujen y un remolino del que no puedo salir.
Ocho octavos es una pizza entera
Las pizzas son fracciones de vida que nos alegran a cualquier hora del día. Su forma orgánica se corta en porciones idénticas y es generosa: siempre hay un pedazo extra para el más hambriento.
Cargado, Amargo, Fuerte y Espeso
El café detiene el tiempo: a media mañana es una pausa, el respiro necesario para seguir en el trabajo. Cuando la inspiración se va, el café la trae de regreso.
Una carroza de cebollas caramelizadas
En mis sueños, un grilled cheese con cebollas caramelizadas me rescata del aislamiento y me lleva a dar un paseo por la ciudad.
Una barra de chocolate metida en una baguette
Tentempié, colación, bocadito, refrigerio, media mañana, media tarde, media noche. ¿Qué haríamos sin esas delicias que nos sostienen entre comida y comida?
Me enamoré de doce santos
No tengo claro cuándo ni cómo sucedió, fue como si, por primera vez, los doce santos me hubiesen hablado y convencido de probar la fanesca y fue una verdadera epifanía.
Un platito amarillo al final del túnel
Para celebrar la esperanza que las cosas pequeñas nos devuelven estos días, he pensado en una receta sencilla, feliz y brillante como la lucecita que se ve al final de este túnel y que me ha devuelto la sonrisa y el apetito.
Pochoclo, canchitas, popetas ¿Qué?
Donde sea que esté, si hay canguil, todo mejora. Es un ejemplo perfecto de simplicidad y sencillez: con solo un poquito de calor, explota y nos regala lo mejor de él.
La calma a punto de nieve
Hornear es unir, es estar en casa y sentirse acompañado. Hornear es un momento de tranquilidad necesaria para los días de aislamiento.
La alacena llena, el corazón descontento
La tranquilidad no viene en un carrito de súper. Aquí una receta con solo tres ingredientes para mantener la calma en los días de aislamiento.