Un poco loco, como Coco
La colada morada es mi abuela y por eso, para mí, es mucho más que una tacita caliente de una bebida rica que se toma todos los años.
Una mera mera taquería en plenos Andes
En los Tacos del Gordo uno siempre está en una auténtica taquería mexicana.
No estás más bueno que el pan
La frase estar más bueno que el pan es una herejía: nunca nada, ni nadie podrá estar más bueno que el pan. Ni en tus sueños, Luis Miguel.
El sabor del aire libre
Comer una pepita de pimienta sichuan es como abrir un portal hacia días frescos y emocionantes, sin mascarillas, saboreando el aire libre. ¿Se acuerdan?
Un problema personal
El arroz me cae mal. Me cae pésimo porque me guiña el ojo cada vez que es preparado por alguien más: ahí sí lo puedo comer en infinitas cantidades.
El universo en un centímetro cuadrado
Hay muchas otras cosas del chocolate que desconocemos y por eso conversé con un expertos para saber comprar — y comer— buen chocolate.
Una barra para todo el mundo
El chocolate tiene algo que ni los libros de Historia ni los nacionalismos pueden registrar: la alegría infinita que nos brinda.
De la casa de mi abuela, lo que me queda es una imagen en Google Maps
El olor de un higo maduro es el único lugar donde aún la casa de mi abuela está en pie.
Los 101 huevos
Dominar el arte de preparar huevos es, me atrevería a decir, dominar el arte de la cocina.
Comer con los ojos
Los molletes son los mejores compañeros para un fin de semana echados en el sofá, viendo series.