Henry Cucalón llega a la cervecería Andes Brewing, en la Plaza del Teatro del Centro Histórico de Quito, con dos policías y cinco personas más. Una tiene un celular con el que no deja de grabarlo y tomarle fotografías; otra carga una cámara con la que se acerca, se aleja, enfoca y dispara. El candidato a la presidencia del Ecuador por el movimiento Construye llega casi treinta minutos tarde de la hora pactada. “Esta es mi quinta entrevista del día”, dice a las doce y treinta, mientras saluda. De terno azul oscuro, camisa blanca y corbata celeste, Cucalón se sienta en la silla que le señalan con la comodidad de alguien que ha hecho esto cientos de veces.
Henry Cucalón lleva más de 25 años en el sector público: fue congresista, secretario general del Municipio de Guayaquil, y asambleísta. Todos estos cargos con el Partido Social Cristiano.
En 2021 se desafilió luego de casi dos décadas, y dos años después se convirtió en el Ministro de Gobierno de Guillermo Lasso. En la entrevista a Henry Cucalón, el candidato repite sus años de experiencia para reafirmar que tiene recorrido en el sector público, y alterna su mirada fija entre la cámara y Martina Vera, periodista y conductora del programa El punto es.
Su equipo de Comunicación también parece estar preparado. “Henry no tiene Spotify”, escribió por Whatsapp la encargada de la campaña de Cucalón una hora antes de la entrevista, y 10 horas después de que en GK publicáramos la entrevista a Iván Saquicela, otro de los aspirantes a Carondelet en la que, Martina Vera le pidió que mostrara sus canciones más escuchadas en la aplicación de música.
Al sentarse, Henry Cucalón está serio y a veces casi esboza una sonrisa. Cuando Martina Vera lo interpela, Cucalón, se toca su anillo de matrimonio, golpea las manos sobre su regazo, las junta tocando sus pulgares, mueve sus dedos.
Le cuesta estar quieto. Cuando habla, gesticula con las manos que acompañan su tono de voz que alza más de una vez durante la hora que dura la entrevista. “Vamos por partes sino para los que no entienden el español, que nos están viendo, va a ser terrible…”, le dice a Martina Vera para explicarle cómo funciona la muerte cruzada y responderle su pregunta: qué haría si, siendo Presidente, la Asamblea Nacional lo enjuicia políticamente.
“Ahí está para quienes no entienden el español como yo, aparentemente”, dice Vera cuando el candidato termina de hablar. Enseguida Cucalón la interrumpe, y le dice que no es con ella, que es con otras personas que no entienden.
No es la única vez que parece incomodarse. Cuando la entrevistadora le cuestiona su falta de tolerancia a las preguntas, al periodismo libre, a la crítica, Henry Cucalón le dice, como quien tiene aprendido un guión, que cuando fue ministro dio 170 entrevistas cada año.
Responde rápido y parece tener una respuesta a la mano para todo. Pero no siempre es correcta. Cuando Martina Vera le menciona los cuestionamientos que tuvieron los centros violeta, creados por el gobierno de Lasso para atender a mujeres víctimas de violencia, y que él propone aumentar, responde: “yo rescato el concepto porque antes no había nada”. Cucalón ignora que en el país existen seis refugios y 28 centros de atención mucho antes de los centros violeta.
Entre sus respuestas concretas a diferentes temas, intenta posicionar una idea, que repite: “Nunca me han visto en temas judiciales”. Quiere recordar que en las últimas investigaciones de corrupción y narcotráfico de la Fiscalía no aparece su nombre. Él sí suelta algunos: habla de Pablo Muentes, ex jefe de bancada del PSC que está preso por corrupción, Juan Fernando Flores, ex asambleísta de CREO, Roberto Cuero, también ex asambleísta.
Cuando las cámaras se apagan, Henry Cucalón se queda veinte minutos más en el set. Conversa con Martina Vera, con los editores de GK, con su equipo. Es menos cuidadoso con sus palabras: suelta otros nombres, datos, opiniones. Parece que se olvida que seguimos siendo periodistas aunque las cámaras estén apagadas o, precisamente, sabe que somos periodistas y quiere que escuchemos y escribamos lo que dice con las cámaras en off.
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