La noche del 24 de noviembre de 2024, un día antes de la conmemoración por el Día para erradicar la violencia contra las Mujeres, Víctor Zárate, comandante general de la Policía Nacional, dijo que es una “falta de respeto a la autoridad hacer cánticos agresivos en contra de las fuerzas del orden”. Lo dijo en referencia a los gritos de miles de mujeres que marchan cada 25 de noviembre para exigir que se elimine la violencia, en un país donde 6 de cada 10 mujeres la ha sufrido.
En Ecuador cada 35 horas una mujer es asesinada, pero parecería que a la máxima autoridad de la Policía le importa más los insultos que reciben sus agentes que esas vidas. Como si lo insultante no fuese la realidad, sino la invectiva.
En un intento de contextualizar sus declaraciones, Zárate dijo que “la Policía trabaja de manera constante para hacer respetar los derechos de todas las mujeres dentro y fuera de la institución”.
Sentado, con la mirada fija a la cámara y sus manos entrelazadas detrás de su gorra negra que dice Policía, parecería que el Comandante se olvidó de María Belén Bernal, asesinada hace dos años por su esposo, entonces teniente, dentro de un cuartel policial.
Parecería que se olvidó de la marcha del 8 de marzo de 2022, para conmemorar el Día de la Mujer, en la que policías reprimieron a las manifestantes que intentaban llegar hasta la Plaza Grande, en Quito.
Parecería que se olvidó que sólo entre el 1 de enero y el 15 de noviembre de 2024, 215 mujeres fueron víctimas de femicidio, dejando a 119 niños y adolescentes huérfanos. Asesinatos que ocurrieron a pesar de que el trabajo de la Policía es, precisamente, proteger a sus ciudadanos, entre ellos, las mujeres.
Junto a la ministra del Interior, Mónica Palencia, y el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Jaime Vela, Víctor Zárate también dijo que el 25 de noviembre el acceso al Centro Histórico de Quito estará restringido porque, según información de inteligencia, se estarían organizando manifestaciones.
En Ecuador, manifestarse es un derecho constitucional y como parte del control al estado de excepción decretado por el gobierno en octubre de 2024, la Corte Constitucional declaró inconstitucional la suspensión del derecho a la libertad de reunión.
Minutos antes de la intervención de Zárate, en la misma rueda de prensa, la Ministra que parece no empatizar con las mujeres le recordó (sí, usó ese verbo) a la ciudadanía que habría marchas por el 25 de Noviembre y que, en ese contexto, reiteraba su pedido “a las organizaciones de Derechos Humanos para que sean observadoras y eviten la infiltración de personas violentas dentro de las marchas”.
En el día en que las mujeres hacen una pausa en su trabajo, en el cuidado de sus hijos o de sus padres, en su vida cotidiana, para reclamar por su derecho básico a vivir sin violencia y a que no las maten, la Ministra les pidió que hagan el trabajo que debería hacer el Estado.
Lo hizo, seguramente, porque en menos de dos semanas, hubo dos marchas contra el gobierno de Daniel Noboa por los cortes de luz que han llegado a ser de 14 horas diarias, la violencia que no disminuye y la falta de medidas concretas del Presidente.
La primera protesta, del 15 de noviembre de 2024, llegó hasta la Plaza Santo Domingo, donde un contingente policial dispersó con sus motos y gas lacrimógeno a los manifestantes. La segunda, el 21 de noviembre, llegó hasta las puertas del Centro Histórico donde decenas de policías con sus escudos bloquearon el paso. La marcha, en la que policías reprimieron a manifestantes que intentaban cruzar la barrera, terminó con 10 detenidos.
En ese contexto de represión policial reciente, “el bloque de seguridad” como se hacen llamar las cabezas máximas de la Policía, las Fuerzas Armadas, y el Ministerio del Interior, decidió dar un mensaje de tres minutos y medio para recordarle al país, a las mujeres, que no van a poder hacer la manifestación en la ruta que vienen haciendo desde hace años y, que si deciden hacerla, tendrán que aguantar las consecuencias.
“Pedimos a la Fiscalía y Consejo de la Judicatura que no se confunda la protesta social y su derecho y la posibilidad de agredir a policías, y que actúe con mano dura y firme cuando se presenten los partes policiales, que esperamos no haya necesidad de ellos”, dijo Zárate, advirtiendo que no tolerarán actitudes que consideren violentas de las manifestantes por el día para erradicar la violencia contra las mujeres.
En el año más violento de la historia contemporánea del Ecuador, el comandante general de la Policía también pidió “respeto y consideración para nuestras damas de paz” en referencia a las mujeres policías que estarán en la marcha del 25 de Noviembre, que tendrá un recorrido de apenas 1,2 kilómetros porque a la Policía la bloqueará.
A este gobierno le preocupa más que sus policías sean insultadas a que las mujeres seamos asesinadas.
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