Entre el 6 y 18 de noviembre, cientos de activistas y líderes políticos de al menos 100 países se reunieron en Sharm el Sheij, Egipto, en la vigésimo séptima conferencia climática más importante del mundo: la COP27. 

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Uno de los principales logros fue la creación de un Fondo de pérdidas y daños que será destinado a los países más vulnerables ante el cambio climático, como Ecuador. Sin embargo, activistas y expertos en cambio climático aseguran que si bien este fondo es un gran avance, otros temas relevantes para evitar que el aumento de temperatura del planeta siga en aumento quedaron pendientes. Una de las principales frustraciones fue que, una vez más, no se hablara sobre la reducción del uso de combustibles fósiles. 

En 2021, en la COP26, el Pacto Climático de Glasgow hizo un llamado para reducir “gradualmente” el uso del carbón como fuente de energía y reducir los subsidios a los combustibles fósiles. Se esperaba que hubiera mayor atención a este tema en Egipto en 2022 pero no lo hubo.

En esta entrevista, Rossana Manosalvas, coordinadora de la iniciativa Acciones por la Amazonía de la Fundación Ecociencia, habla sobre la COP27, cuáles fueron los principales logros de la conferencia, qué retos tiene Ecuador ahora, y qué podemos hacer los ciudadanos para contribuir en la lucha contra el cambio climático. 

¿Cuáles fueron los principales logros de la COP27?

Además del logro con el Fondo de pérdidas y daños, esta fue una COP que se enfocó muchísimo en el tema de adaptación [al cambio climático] y para eso, el tema de financiamiento también pensando en los más vulnerables. Es decir, qué países del mundo sufren mayormente el impacto de los daños ambientales, sociales, económicos debido al cambio climático. 

El problema que yo veo es cómo defines quiénes son los más vulnerables. ¿Se definen por ingreso per cápita?¿O van a ser los típicos conocidos como países del tercer mundo o subdesarrollados? ¿O puede ser que sean países insulares que son vulnerables a que el nivel del mar suba muy rápido? Pero ahí puedes tener países muy ricos o muy pobres. 

Entonces esas son cosas que quedaron como sueltas que me parecen importantes de afinar.

Otro tema importante fue la gran participación de los pueblos indígenas, no solamente de América Latina sino también del mundo entero. Es la COP donde mayor representatividad ha habido de pueblos indígenas y me parece importante porque no son solo los Estados los que tienen que llevar su voz sino que el tema del ambiente, cambio climático y el desarrollo sostenible tiene que ver con todos.

Entonces, en ese sentido, por las particularidades que tienen los pueblos indígenas, su visión del mundo, cómo ellos perciben lo que debería ser un desarrollo alternativo, un desarrollo distinto, me parece importante que esas voces hayan sido escuchadas en esta COP. 

La tercera cosa es que por primera vez se menciona el tema del agua como este elemento imprescindible que tiene que estar incluido en todas las medidas de adaptación porque hasta ahora se había centrado mucho en el tema de bosques. Entonces el agua es valorada como un recurso que está intrínsecamente vinculado a bosques, suelos y que ahora sí se le dio el realce que debe. 

¿Qué sucedió en la COP27 con el tema del abandono de los combustibles fósiles?

Siempre queremos que el aumento de la temperatura no pase de 1,5 grados Celsius y queremos regresar al nivel de temperatura planetaria de la época preindustrial pero el tema de los combustibles fósiles sigue siendo un problema. ¿Cómo empezamos un proceso de transición sin acabarnos lo que queda de combustibles fósiles y dónde están las medidas y políticas que se trasladen a acciones. 

En Ecuador, el Ministerio de Ambiente se llama Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, pero yo veo pocas acciones concretas que nos permitan hacer esa transición en todos los sectores. Ahí pienso que el papel de las universidades y los institutos tecnológicos es súper importante pero no veo mucho de eso. 

Entonces nos quedamos otra vez enredados en este tema de los combustibles fósiles que queremos que estén bajo tierra pero no veo los trazados del camino de cómo lo vamos a hacer. 

¿Qué rol cumplió el Ecuador en la COP27?

Yo creo que Ecuador, a pesar de que es un país pequeño y tiene una contribución muy pequeña de gases de efecto invernadero, tiene una cualidad importante y es que desde acá han salido propuestas muy vanguardistas como la Iniciativa Yasuní ITT, la Constitución del Ecuador que es muy progresista. Y creo que en ese sentido, la presencia del Ecuador y, en este caso, de los compañeros y compañeras indígenas, tiene una voz. 

Entonces creo que sí se nos escucha porque hay ciertas particularidades del Ecuador que son importantes y nuevas para el mundo.

¿Cómo afectan a Ecuador las decisiones que se tomaron en la COP27?

Se acordó un tema del financiamiento climático, que deberá llegar al país, y ahí el Ministerio del Ambiente cumple rol de tutor. Pero lo que se está pidiendo desde la sociedad civil es saber cuánto de esos fondos climáticos van a llegar efectivamente a los pueblos indígenas del Ecuador. Es decir, no solo como un proyecto como Socio Bosque o Socio Páramo, sino que efectivamente se establezcan mecanismos claros donde los pueblos indígenas estén en el diseño de y la ejecución de los proyectos. Creo que ahí hay un gran camino todavía por hacer. 

Nosotros estamos haciendo un llamado al gobierno ecuatoriano a que esa siguiente fase desde después de recibir los fondos se haga de manera conjunta, que hagan mesas, que se trabaje con las organizaciones indígenas y con las comunidades porque también hay pueblos que no son indígenas, pero que también viven en los bosques. 

¿Qué nuevos compromisos asumió Ecuador en la COP27?

Nosotros, las ONGs, las organizaciones locales, y las organizaciones de los pueblos indígenas, estamos muy vigilantes sobre los compromisos que ya ha adquirido Ecuador antes, y esta vez. Si tú te pones a ver, por un lado estamos yendo a la COP y nos presentamos como un país que está protegiendo el ambiente. Hay este acuerdo, por ejemplo, que se hizo con los noruegos [en la COP26] que es otra fuente de fondos. Pero más importante que el financiamiento, para nosotros es importante cómo se van a ejecutar iniciativas. Porque por un lado, nos mostramos frente al mundo como un país que quiere conservar sus bosques, pero por otro lado sabemos que hay una avanzada del tema de extractivismo de la minería y el petróleo. Entonces es como una contradicción que no tiene mucha lógica.

Nota de la redacción: En 2021, en la COP26, los ministros de Ambiente de Ecuador, Gustavo Manrique, y Espen Barth Eide, de Noruega, anunciaron la expansión de la cooperación noruega para fortalecer las acciones contra la deforestación en el país. El gobierno noruego entregó 24 millones de dólares a Ecuador por su trabajo en la reducción de la deforestación y  por promover la conservación, el manejo y uso sostenible de los bosques.

Entonces en ese sentido vamos a estar muy atentos de cómo se invierten estos fondos. 

¿Cómo, nosotros como ciudadanos, podemos presionar para que estos procesos que mencionas sean transparentes?

A mí me parece que la sociedad civil se empodera cuando tiene la información y justamente con EcoCiencia estamos trabajando con un grupo de organizaciones —Fundación Pachamama, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), la nacionalidad achuar, las mujeres waorani, y Naturaleza y Cultura. Juntos tenemos una coalición, y ahí tenemos un Observatorio de bosques y cambio climático. Y este es justamente un espacio para mostrar datos de cuánto financiamiento está llegando a los pueblos indígenas, dónde están mejor conservados los bosques, dónde hay cruces entre minería y bosques y territorios indígenas. Entonces me parece que mientras más bulla hagamos desde la sociedad civil más se van a lograr acciones.

También creo que hay un rol importante de los medios, y no de los medios tradicionales sino de todos estos medios alternativos que tienen una gran acogida en la clase media y alta. Ellos están llamados a comunicar esta información para que todos sepan lo que está pasando. Ahí es donde vamos a transparentar los datos. 

Cuando le exijamos todos al Ministerio de Ambiente “a ver, cuántos fondos de los que usted ya recibió de la vez pasada están siendo efectivamente aplicados en territorios indígenas y cuáles son esos proyectos”. Tenemos que exigir que nos muestren qué se está haciendo porque creo que esa es la manera de hacer presión y que en muchos casos se detengan acciones que sean depredadoras. 

El financiamiento que recibe Ecuador, ¿solo se debe enfocar en la conservación de bosques o se puede aplicar a otras áreas?

Quito se supone que durante el periodo del anterior alcalde era parte de una red de ciudades sostenibles. Entonces a mí el tema de los fondos nunca me ha preocupado sino que me preocupa más el tema de las propuestas. Es decir, nosotros tenemos claridad sobre lo que queremos hacer en una ciudad andina, como Quito, entre montañas que tiene estos terribles accidentes y desastres ambientales y que eso simplemente se tapa bajo la alfombra y no se ven las acciones a mediano y largo plazo. 

Entonces ahí lo que tenemos que ver es si el Fondo de pérdidas y daños que se creó en la COP27 va a llegar a Ecuador y cómo se podría aplicar. Yo te diría que el tema de cambio climático es muy amplio mientras que el tema de bosques es más una medida de adaptación porque estamos pensando en que conservamos para que no avancemos más en la emisión de gases de efecto invernadero. Pero, las otras medidas, los otros financiamientos son para todo, para medidas de adaptación, para medidas de mitigación. Entonces yo no vería imposible que se considere [al invertir los fondos] también toda la parte urbana que podría verse afectada por el cambio climático. 

Más allá de Quito, yo pienso en Guayaquil, que es una ciudad costera que no sé si tiene un plan de adaptación al cambio climático. Ellos no tienen ni siquiera un sistema de alcantarillado y drenaje apropiado, entonces no quiero ni pensar qué puede pasar en esa ciudad. 

Yo creo que el financiamiento que llegue a Ecuador se puede aplicar en varias áreas pero siempre y cuando haya una sociedad civil consciente y también líderes y autoridades conscientes. La idea es que todos seamos como una corriente que va presionando para que se hable de cambio climático. 

Una de las preguntas del referéndum constitucional que se va a hacer en febrero se refiere a que se permita a las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades ser beneficiadas con compensaciones por su apoyo a la generación de servicios ambientales. ¿Qué opinas sobre este tema? ¿Podría ayudar a la lucha contra el cambio climático?

Hay un artículo en la Constitución, el 74, que dice específicamente que el Estado ecuatoriano regulará el tema de servicios ambientales, pero hay varias posiciones. Hay quienes dicen que con ese artículo solo es Estado puede beneficiarse de compensaciones a través de programas como Socio Bosque, Socio Páramo u otros mecanismos pero que otros no lo pueden hacer. 

Hay otra corriente que dice ‘no’, lo que dice la Constitución es que el Estado regulará, por lo tanto no es que está prohibido sino que se tiene que hacer una normativa. El Estado ecuatoriano, hasta ahora, no  ha hecho una normativa sobre mercados de carbono, por ejemplo, y ese limbo que te deja como en el purgatorio, ni en el cielo ni en el infierno, es lo que permite que estos famosos “carbon cowboys” se quieran aprovechar. 

Nota de la redacción: Los carbon cowboys son actores privados que actúan como mediadores y ayudan a negociar los bonos de carbono entre las industrias y las comunidades de los bosques. Sin embargo, en los últimos años han habido casos en los que los carbon cowboys han especulado con el precio de los bosques. Hay casos en Colombia, en los que estos intermediarios han abordado a las comunidades con regalos y han engañando a sus líderes para que firmen contratos con los que los cowboys han vendido bonos de carbono a un alto precio, pero les han pagado a las comunidades mucho menos de lo que establecen los mercados internacionales.

Justo en estos días me llamó un comunero de Oyacachi [en la provincia de Napo] que me dice que estos cowboys “están viviendo y nos quieren comprar el bosque como bonos de carbono y nos ofrecen plata pero yo no sé qué hacer. Vienen unos y nos dicen una cosa y luego vienen otros y nos ofrecen más”. 

Esto pasa porque entras en un mercado de quién da más, como en la bolsa de valores. Entonces si no hay una regulación por parte del Estado ecuatoriano, dejas en la indefensión a las comunidades. Estos carbon cowboys van de comunidad en comunidad y lo que podemos tener es que unos se vendieron y luego vienen otros y te venden el mismo carbono, y después eso se ve en la bolsa de valores de carbono y es como que “usted hizo trampa porque me vendió dos veces el mismo bosque”. 

Entonces yo creo que es trabajo de la sociedad civil exigir al Estado que regule esto porque si esto no se hace va a venir una especie de mercado negro de carbono que no es bueno ni para las comunidades ni para el Estado. 

Por ejemplo, yo vi que en la Asamblea Nacional estaban diciendo que sí, que hay cómo vender estos bonos de carbono e incluso habían invitado a  empresas colombianas y costarricenses, y todo fue un desastre porque no había reglas claras. 

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Doménica Montaño
(Quito) Ex reportera de GK. Cubre medioambiente y derechos humanos.
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