Cuando se habla de cambio climático siempre se habla también de las emisiones de gases de efecto invernadero que lo están causando. El último informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) sobre mitigación dice que las emisiones de estos gases están en el nivel más alto de la historia desde que empezó la revolución industrial.
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Los expertos dicen que si no se reducen las emisiones, el planeta se seguirá calentando aceleradamente y sobrepasará el límite de 1,5 grados Celsius que se estableció para evitar un colapso climático.
Idealmente, los científicos de las Naciones Unidas dicen que es necesario que las emisiones de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo para 2025, para que desde allí puedan reducirse a casi a la mitad hasta 2030.
Te contamos qué son los gases de efecto invernadero y por qué están relacionados con el cambio climático.
¿Qué son estos gases?
Carolina Zambrano, líder de justicia climática de la organización Hivos, explica que los gases de efecto invernadero son gases naturales que existen normalmente en la atmósfera para atrapar una parte de la radiación solar.
Los gases de efecto invernadero, dice Zambrano, son los que hacen posible que haya vida en la Tierra. Sin estos gases que retienen parte de la radiación del sol, la temperatura del planeta sería de entre -13 y -18 grados Celsius y la vida sería imposible.
Entonces, los gases de efecto invernadero son naturalmente buenos. El problema, dice Zambrano, es que desde que empezó la revolución industrial, las actividades humanas han generado muchas más emisiones de gases efecto invernadero y estos se están acumulando en la atmósfera.
Cuando los gases de efecto invernadero se acumulan, se retiene más radiación solar, y por ende, el planeta se calienta también mucho más.
Por eso, las altas emisiones de gases de efecto invernadero son las mayores causantes del cambio climático.
¿Cuáles son los gases de efecto invernadero?
Existen varios gases de efecto invernadero. Estos son los tres principales:
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Dióxido de carbono (CO2)
El dióxido de carbono es el principal gas de efecto invernadero causante del calentamiento global. Según datos de Our World in Data, el dióxido de carbono representa alrededor de las tres cuartas partes —el 74,4%– de las emisiones totales de estos gases a nivel global.
El dióxido de carbono se emite principalmente por las actividades humanas, sobre todo, por la quema de combustibles fósiles —como el carbón, gas natural y petróleo—. También entran a la atmósfera cuando se queman residuos sólidos y otros materiales biológicos.
Las emisiones de dióxido de carbono también se generan por algunas reacciones químicas como la fabricación de cemento —un material muy importante para el desarrollo urbano.
El dióxido de carbono generado por estas actividades puede eliminarse de la atmósfera a través de los procesos de fotosíntesis de las plantas, en las que estas capturan el carbono. Pero cuando se pierden árboles debido a la deforestación, el dióxido de carbono se libera y se queda en la atmósfera.
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Metano (CH4)
El metano es el segundo gas de efecto invernadero con más contribuciones a nivel global. Los datos de Our World in Data dicen que el 17,3% de las emisiones de gases de efecto invernadero corresponden a gas metano.
El metano viene de tres fuentes principales: la agricultura, la producción de combustibles fósiles y la gestión de residuos.
En la agricultura, el ganado —sobre todo las vacas, las cabras, y las ovejas— produce metano a través de un proceso llamado “fermentación entérica”. Es uno de los sectores que más metano emite a nivel global cada año.
También en la agricultura, el cultivo de arroz produce metano. Los arrozales inundados crean un entorno en el que varios microorganismos producen este gas en un proceso que se llama “metanogénesis”.
En el sector de los combustibles fósiles, el metano se puede liberar durante la extracción de petróleo y gas.
Finalmente, en la gestión de residuos, el metano se puede producir por la quema de bosques, sabanas y desechos agrícolas. Pero también se libera metano por la descomposición de los residuos orgánicos en los vertederos de basura.
El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento mucho más fuerte que el dióxido de carbono. Los científicos estiman que el metano es 25 veces más potente.
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Óxido nitroso (N2O)
El óxido nitroso es el tercer gas de efecto invernadero con más emisiones en la atmósfera, emite cerca del 6,2%.
La mayoría de emisiones de dióxido nitroso se generan por la agricultura, sobre todo cuando se aplican fertilizantes nitrogenados a los suelos.
El óxido nitroso es producido por microorganismos que están en casi todos los suelos. Pero el uso de fertilizantes nitrogenados en la agricultura hace que haya mucho más nitrógeno para que los microorganismos lo conviertan en este gas.
Al igual que el metano, el óxido nitroso es un gas de efecto invernadero mucho más fuerte que el dióxido de carbono. Según la organización Oceana, en un siglo el óxido nitroso puede tener un efecto de calentamiento hasta 300 veces superior al del dióxido de carbono.
Aunque estos son los tres principales gases de efecto invernadero responsables del cambio climático también hay otros gases como los hidrofluorocarbonos y el ozono troposférico que también se emiten, pero en menores cantidades.
¿Cuáles son los efectos de los gases de efecto invernadero?
Los gases de efecto invernadero son los principales responsables del cambio climático. Desde que empezó la revolución industrial han aumentado la temperatura del planeta en 1,1 grados Celsius, y las consecuencias de esto ya se están viendo.
Algunos ejemplos de los eventos climáticos causados por las emisiones de gases de efecto invernadero son:
- Incendios forestales masivos.
- Fenómenos naturales (como huracanes) más fuertes.
- Inundaciones.
- Sequías.
- Aumento del nivel del mar.