Durante los últimos meses, la discusión sobre las probabilidades de reelección de Daniel Noboa ha estado anclada a los indicadores de intención de voto y aprobación de su gestión, producidos por diferentes encuestadoras. El tono de la conversación ha oscilado entre la convicción de una reelección asegurada cuando suben los números, y la cautela cuando los números bajan. Cuando han estado más altos, se habla hasta de una victoria en primera vuelta. 

Pero cualquier medición de intención de voto antes de que se definan los candidatos en la papeleta es inevitablemente imprecisa. 

El nivel de aprobación de un presidente es uno de los principales determinantes de su desempeño electoral pero el contexto ecuatoriano de los últimos meses ha tenido una notable volatilidad en ese indicador por diferentes factores de coyuntura. La permanente situación de inseguridad, las medidas como el aumento de IVA, los cortes de electricidad, o eventos extraordinarios como la irrupción en la embajada de México, están correlacionados con la cambiante aprobación de la gestión.

Una perspectiva diferente para calibrar las expectativas sobre la reelección de Daniel Noboa consiste en analizar las preferencias del electorado en la reciente consulta popular, y la distribución de los votos de las elecciones anticipadas de 2023 que llevaron a Noboa a la presidencia. 

Lejos de una cómoda victoria, lo que este análisis sugiere es una gran fragilidad en el músculo electoral del Presidente. 

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La consulta popular y referéndum

Desde el gobierno, la consulta popular fue vitoreada como una gran victoria. Una goleada que reflejaba el aplastante nivel de apoyo electoral que Noboa podía activar en la ciudadanía. Un apoyo con el que, sin duda, podría contar en las elecciones de 2025. Semejante aprobación era, desde la perspectiva del gobierno, evidencia de su gran músculo electoral.

Sin embargo, el análisis detallado de los resultados contradice esta idea. Y no me refiero a las preguntas en las que el gobierno perdió (la del arbitraje internacional y el contrato por horas), sino en las que ganó el SÍ. 

A pesar de la altísima aprobación de varias de las 9 preguntas, el apoyo electoral no fue uniforme en todo el país. Al contrario, demostró una clara tendencia: los territorios de mayor votación de Daniel Noboa en 2023 fueron también los de mayor votación para aprobar las preguntas exitosas de la consulta en 2024. Y, en los territorios donde tuvo menor votación en 2023, tuvo también menos apoyo en la consulta. 

El ejemplo más claro es la pregunta de mejor desempeño: la A. Planteó la participación de las Fuerzas Armadas para combatir el crimen organizado. Fue la mejor valorada del referéndum con un abrumador 72% de aprobación.

La variación geográfica en la votación muestra amplias diferencias entre territorios que coinciden con la votación que recibió Noboa en la primera vuelta de 2023.

porcentaje votación Sí en consulta popular de Noboa por cantones

Para aclararlo más, un ejemplo: en Pedernales, Manabí, Daniel Noboa alcanzó apenas el 10% de apoyo electoral en la primera vuelta de 2023. La pregunta A tuvo el apoyo de apenas el 55% de los votantes, muy por debajo del promedio nacional, y muy a pesar de la intuición generalizada de que, por el contexto de inseguridad, “nadie se va a oponer a semejante pregunta”.

En el otro extremo, Loja fue uno de los cantones donde Noboa tuvo su mejor desempeño en primera vuelta en 2023, con 37%, y la pregunta A fue aprobada con un 84%, muy por encima del promedio nacional.

Comparé la estructura de la votación de Daniel Noboa en primera vuelta de 2023 con la estructura de la votación de la pregunta A en 2024, la más exitosa del referéndum. Con pocas excepciones son prácticamente el mismo mapa.

Grafico Pregunta A 2024

votación a Noboa en primera vuelta de 2023

Aquí aplica la premisa de que no se puede comparar diferentes procesos electorales, pero es muy notable que después de seis meses, la pregunta de mayor aprobación en la consulta popular recibió prácticamente la misma distribución de apoyo electoral que Noboa en la primera vuelta. 

Noboa ganó la presidencia gracias a un masivo voto en segunda vuelta que fue muy heterogéneo, y que, por cualquier razón, prefería una alternativa diferente al correísmo. Ese voto no le pertenecía orgánicamente: se fue con él, pero podría haberse ido con otro candidato si la alternativa al correísmo en segunda vuelta hubiera sido otra.

Los resultados de la consulta muestran que las preferencias del electorado se han mantenido más o menos estables desde el 2023, al punto que se distingue la misma tendencia de apoyo y rechazo, incluso en una pregunta de gran aceptación popular.

Esto significa que, con pocas excepciones, Noboa en realidad no ha logrado incrementar mayormente su apoyo electoral más orgánico. La victoria en la consulta no es evidencia indiscutible de fortalecimiento de su apoyo electoral. Al contrario, muestra la fragilidad del músculo electoral de un presidente que ganó en segunda vuelta gracias a una votación que no le pertenecía.

Las elecciones anticipadas de 2023

¿Qué está haciendo Noboa para incrementar marginalmente su apoyo electoral para las elecciones de 2025?

Daniel Noboa aspira a aumentar su votación más orgánica arrancando votos a los segmentos del electorado que en 2023 votó por Christian Zurita (16%) y Jan Topic (14%).   

Específicamente, ha adoptado la posición de antagonista del correísmo en su discurso con la intención de volverse más atractivo para parte del electorado de inclinación anticorreísta que, en 2023, votó mayoritariamente por Zurita. 

Además, Noboa ha intentado fortalecer su imagen en la lucha contra la inseguridad, por ejemplo, a través de maniobras mediáticas como la llamada “toma de Durán”, en la que el gobierno movió temporalmente su sede al cantón costeño, uno de los más violentos del país, para combatir al crimen organizado. Seguramente lo hizo en un afán de seducir a parte del electorado que en 2023 optó por Topic y su promesa de devolver la seguridad a la población.

Pero más allá del discurso y las maniobras mediáticas, la estructura de la votación en 2023 muestra los potenciales límites de esta estrategia.

Evidentemente, Noboa y Zurita representaron alternativas opuestas al correísmo para la mayor parte del electorado en 2023, y eso se refleja claramente en la estructura de la votación por parroquias. 

Por ejemplo, es muy ilustrativa la votación de las parroquias de Manabí, territorio de gran inclinación correísta. Allí, donde le fue bien a Luisa González, le fue mal Noboa o Zurita, y viceversa. Con Jan Topic, la contraposición es menos nítida.

comparación votos primera vuelta de las elecciones anticipadas 2023 ayuda a intuir que la reelección de Daniel Noboa no es una certeza

¿Qué implica esto para la comparación entre los electores de Noboa, Topic y Zurita? ¿Tienen estos votantes preferencias correlacionadas de manera que un candidato puede apelar a los electores del otro? ¿O en este caso también hay preferencias contrapuestas que hacen que el traspaso de votos de uno a otro sea más difícil? 

La respuesta es compleja porque depende del territorio, y aquí los ejemplos son útiles para ilustrar el argumento.

Por ejemplo, en la provincia de Esmeraldas, la votación por parroquias refleja que donde le va bien a Noboa, también le va bien a Topic o Zurita. Es una evidencia sugerente de electores con preferencias correlacionadas.

comparación votos en Esmeraldas en primera vuelta electoral 2023

En Pichincha, en cambio, la votación por parroquias revela que donde le va bien a Noboa, también le va bien a Topic, quizás evidenciando electores de preferencias correlacionadas. Pero donde le va bien a Noboa, le va mal a Zurita, evidencia sugerente de electores con preferencias contrapuestas. 

El discurso anticorreísta podría resultar inefectivo para persuadir a electores con un patrón de votación aparentemente opuesto tanto a la Revolución Ciudadana como a Noboa.

comparación votos en Pichincha en primera vuelta electoral 2023 ayudan a entender la posibilidad de reelección de Daniel Noboa

La estrategia de adoptar una postura anticorreísta y redoblar el discurso del combate a la inseguridad puede apelar a ciertos electores que en 2023 votaron por alternativas diferentes. Pero esta estrategia no aplica para todos los electores por las dinámicas que varían en diferentes provincias y segmentos del electorado. 

Hay segmentos del electorado opuesto al correísmo que podrían volcarse por Noboa por sus preferencias, pero también hay segmentos del anticorreísmo que tienen preferencias contrapuestas tanto al correísmo como a Daniel Noboa. Y eso, precisamente, es lo que sugiere la distribución de los votos de las elecciones de 2023.

Sin duda, el equipo de campaña del Presidente contará con mejores herramientas para segmentar al electorado y evaluar la efectividad de diferentes marcos comunicacionales. Pero en la medida de lo que los datos oficiales permiten observar, la posición de partida del candidato-presidente está marcada por una gran fragilidad de su músculo electoral e importantes limitaciones en su estrategia para persuadir a un electorado adicional y asegurar la reelección de Daniel Noboa.

Javier Rodriguez Sandoval 150x150
Javier Rodríguez Sandoval
PhD en Sociología por la Universidad de Wisconsin-Madison. Analista de opinión pública y comportamiento electoral.
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