El gobierno de Daniel Noboa, a través de la fuerza policial, irrumpió en la Embajada de México para atrapar a Jorge Glas el 5 de abril de 2024, evitando así su posible huída del país. La polémica decisión, que rompe la norma de inviolabilidad de las embajadas en el Derecho Internacional y que ha recibido la condena de varios países, deja ver que el Presidente está en una intensa campaña por el SÍ de la consulta popular de abril de 2024.
Es una decisión controvertida que logró que la atención se fijara hacia el asalto de la embajada y se redujera el foco al rechazo que tuvo el incremento del IVA al 15% pocos días antes. Esa medida económica hizo descender a Noboa del 81,4% al 68,8% de aprobación de febrero a abril, según Cedatos.
En los tres días siguientes al escándalo diplomático, Noboa se refirió a la detención del ex vicepresidente sólo de forma indirecta sosteniendo que en el país no reinará la impunidad y, a la vez, persuadiendo a los ciudadanos a votar por el SÍ en la consulta. Su discurso es coherente; se justifica que lo haya hecho porque la consulta propone, en su mayoría, preguntas relacionadas con el combate al crimen organizado y a la impunidad. Entre las preguntas está si debería permitirse el apoyo complementario de las FFAA en las funciones de la Policía Nacional, si debería permitirse la extradición de ecuatorianos, y el incremento de penas en delitos relacionados con el terrorismo y la delincuencia organizada.
En una aparición pública el 8 de abril, por ejemplo, sin mencionar la irrupción a la embajada, Noboa hizo énfasis en la importancia de respaldar su propuesta. “Necesitamos su apoyo en la próxima consulta. Así como los militares y los policías tienen sus armas para combatir a los delincuentes, piensen que su arma es el voto que podrán dar este 21 de abril”.
También, en un ritual en el que el Presidente recibió el Bastón de Mando en Otavalo el 6 de abril, dijo: “la agenda la impone la mayoría, no un grupo de relajosos”. Esta declaración la hizo apenas un día después de la ruptura de relaciones con México y del inicio del conflicto diplomático, como si no le diera importancia a la crisis que ha puesto al Ecuador otra vez en la mira internacional.
Sus palabras, más que dichos, constituyen una confesión: lo que le agrade a la mayoría de ecuatorianos será su camino político. Es decir, sus acciones y sus palabras son populistas por buscar el respaldo de la mayoría.
Recién la tarde del 8 abril, tres días después del asalto a la embajada, Noboa publicó un comunicado refiriéndose directamente al hecho, sin dejar de hacer campaña por el SÍ. “Hay que entender que nos estamos jugando el país, y que todas estas críticas salen una vez que ven que la gran mayoría de los ecuatorianos votará por la dignidad nacional en la consulta popular del 21 de abril, la máxima expresión democrática en una nación”, escribió.
En su comunicado descartó la posibilidad de que haya críticos de su desmedida decisión de capturar a Glas irrumpiendo en la embajada, sin que esto signifique que ese cuestionamiento sea un apoyo al narcotráfico y a la impunidad.
Pero se entiende que esa sea su estrategia porque en el discurso político, las falsas dicotomías —en este caso, dividir al pueblo entre los que apoyan su acción en la embajada y los enemigos de la dignidad nacional— han sido siempre efectivas para persuadir.
Una razón para entender el proceder de Daniel Noboa en los últimos días es que él se está jugando no solo la seguridad del país, sino su permanencia en el poder. Si tomamos en cuenta que el Presidente va a optar por la reelección en 2025, está claro lo crítico que es para él ponerse en modo campaña para asegurar su triunfo a finales de abril.
Lo que no se sabe aún es si la incursión en la embajada de México tendrá o no un impacto negativo en los resultados de la consulta popular de abril de 2024. Según un análisis en Código Vidrio que utilizó una herramienta de social listening para medir el ánimo de los usuarios en redes sociales, la negatividad digital alrededor de Noboa —es decir, los comentarios negativos relacionados a su persona— escaló a un 82% el día de la detención de Glas. En general, la condena a Ecuador a nivel global por la crisis diplomática causó rechazo en ciertos sectores de la ciudadanía.
A nivel internacional, sin embargo, no toda la atención sería negativa. Organizaciones como Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), una asociación integrada por 37 ex jefes de Estado y de Gobierno, reconoció que México intervino en los asuntos internos ecuatorianos y que no valoró la situación jurídica de Jorge Glas al otorgarle asilo político.
Cómo valorarán los ecuatorianos la detención de Glas y la reacción de la comunidad internacional al momento de votar, está por verse. Aunque se puede conjeturar que entre las cosas que más angustia a los ecuatorianos en la actualidad es ver cómo los corruptos y delincuentes salen de prisión después de pocas horas de ingresar y, que si Jorge Glas huía de Ecuador, Noboa hubiera recibido un castigo de la ciudadanía —que está cansada de la impunidad y de la corrupción. De hecho, una de las preguntas, la que propone crear juzgados especializados para acciones constitucionales que eviten que los delincuentes sean liberados, podría ser un alivio a la frustración de los ciudadanos frente al abuso de figuras legales para beneficiar a los criminales.
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Más allá del contenido de las 11 preguntas de la consulta popular, importa el juego de poder que ellas suponen. Muchos ciudadanos ya saben si votarán de forma afirmativa o negativa sin haber ahondado tanto en ellas porque reconocen que, a través de su voto, le enseñarán al Presidente el apoyo o rechazo a su gestión.
En el nivel del discurso, las palabras no tienen un significado estático sino que se definen a nivel de contexto: quién las dice, quién las interpreta y qué entorno las rodea. Esto ya se demostró en el gobierno de Guillermo Lasso, quien recibió un contundente NO por parte de la ciudadanía en 2023.
A pesar de esto, es curioso que hoy haya una mirada positiva hacia la pregunta de la extradición, cuando en la administración de Guillermo Lasso fue rechazada. Pocos meses después, los ciudadanos fueron testigos de la ventaja que hubiera tenido Ecuador de haber ganado el SÍ, especialmente a partir del estallido del caso Metástasis, que investiga los vínculos entre el narcotráfico, el sistema judicial y políticos.
Ahora, de aprobarse el SÍ en la pregunta de la extradición, el gobierno de Noboa podría combatir con más efectividad el crimen organizado. Según Cedatos, el 60,3% piensa que la consulta de Noboa ayudará a combatir la delincuencia organizada.
Pero, si los ecuatorianos votan mayoritariamente NO en esta consulta, eso no significaría necesariamente una negativa a las preguntas en sí mismas, sino a Noboa como líder político.
Si, en cambio, gana la propuesta del Presidente, podría ser posible que él se siente en Carondelet más años desde que termine su actual gestión.
Por eso, Noboa está haciendo todo por un sí, incluso con el rechazo internacional que le supuso la crisis con México.
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