La economía ecuatoriana podría crecer 2,9% en 2022. Así lo concluyó el análisis sobre el país del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicado en julio que corresponde a la cuarta y quinta revisión del acuerdo que tiene Ecuador con el multilateral.

En el documento se incluye un análisis de la política financiera del país y las cifras en sus principales parámetros socioeconómicos. La última proyección es 0,6 puntos porcentuales menos que lo que esperaba en la revisión anterior. Sin embargo, todavía no se sabe si el impacto social y económico del paro de junio de este año tendrá un impacto en el crecimiento económico ecuatoriano. 

En esta entrevista, Andrés Albuja, analista de política y economía, habla sobre lo que significan las proyecciones del FMI para el país y cómo podrían cambiar en el futuro, al considerar las crisis internas y externas que afectan la delicada situación financiera de Ecuador. 

¿Qué piensas de estas proyecciones económicas del país? Sé que se hicieron con información de antes del paro de junio de 2022 y otros eventos que han afectado al país. 

Son optimistas y, obviamente, no toman en cuenta cómo a Ecuador le pegan varios cisnes negros en este momento. Entre ellos, la crisis sanitaria, la crisis geopolítica de Rusia y Ucrania y, también, la parte interna: el estallido social. 

Ecuador va a seguir igual a pesar de las proyecciones, que son optimistas, pero sigue a la cola en América Latina en proyecciones en crecimiento económico. 

Seguramente en 2022 Ecuador cerrará cercano a una recesión. Es decir, casi crecimiento nulo porque solamente la pérdida económica de las 3 semanas de paralización en junio significaron al país mil millones de dólares de pérdidas directas y otros mil millones de dólares en valores en riesgo que también se cargan a la cuenta. Más los temas de exportaciones en los que se comprometen casi otros mil millones de dólares a Rusia y Ucrania. 

Seguimos sumando la cuenta y estresando las finanzas públicas porque el gobierno adquiere las responsabilidades que no son viables, no existe viabilidad económica financiera en las mesas de diálogo. 

Lo que piden en beneficios, incentivos, en el tema de precio de combustibles, al país le representa pues casi 500 millones de dólares y quieren todavía precios más bajos de combustibles. 

Hay una cuenta de financiamiento de derivados deficitarios —los pagos para cubrir las importaciones de derivados y otros gastos— que bordea casi 4 mil millones de dólares anuales y que Petroecuador no está tomando en cuenta. 

También están los pagos a los contingentes y laudos arbitrales por los malos manejos en política petrolera hace años, cuando se expulsó a las petroleras y entonces demandaron (como el conocido caso de Perenco). 

Todo eso trae igual muchas cuentas por pagar que pueden llegar hasta aproximadamente 10 mil millones de dólares que tiene que asumir el Estado. 

Es obvio que las cuentas están en rojo para el país. Por eso las proyecciones del FMI tienen que ajustarse. 

¿Por qué tenemos bajo crecimiento? Si bien es cierto, tenemos más ingresos por la subida precio de petróleo, pero hay más egresos también por importación de derivados. 

También hay más remesas, pues la gente está migrando, está mandando desde el exterior.  Crecieron en 33% las remesas del 2020 al 2021. Eso quiere decir que hay un efecto en contraproducente para el país porque, a largo plazo, la gente que emigra es gente que no puede hacer más recursos aquí para Ecuador. 

En las observaciones que hace el FMI en la revisión 4 y 5 del servicio ampliado de financiamiento también nos da duro realmente lo que tiene que ver con la falta de transparencia, la corrupción, la falta de auditoría, la gestión de Petroecuador. También todo lo que tiene que ver con prevención de lavado de dinero, de crimen organizado y otros delitos. 

Nos da unas recomendaciones que son muy fuertes y que para Ecuador ahora, sumado a la parte social, es más estrés de las finanzas públicas. Entonces no es un escenario realista. 

Dijiste que Ecuador tenía valores en riesgo, ¿a qué te refieres con eso? 

Por la política económica y los riesgos también a nivel económico, político, social e, incluso, natural. Como la erosión regresiva del Río Coca, que está afectando al sistema del oleoductos. Si eso sigue con una erosión regresiva, entonces son contingentes que hay que cuantificarlos, ¿no? 

Pero no están cuantificados. Todo lo que son riesgos, contingentes, en el presupuesto general del Estado no están cuantificados. 

Por ejemplo, en diciembre de 2021, nos pasó casi un mes de paralización de actividades petroleras que significó casi mil millones de dólares de pérdidas. También hay más riesgos de desastres naturales, como el socavón de Zaruma. En la actividad petrolera, también, el petróleo y minas específicamente tienen muchos riesgos naturales. 

También hablaste de las negociaciones en las mesas de diálogo entre el gobierno y las organizaciones indígenas sobre los precios de los combustibles. ¿Qué te preocupa en este tema?

Lo que están negociando en este momento, los precios más bajos de combustibles, es incluso inconstitucional. 

¿Por qué? Porque no se está destinando el presupuesto que se debe a salud y educación. En las disposiciones transitorias 18 y 22, en la Constitución, establecen que se debe destinar anualmente el 6% del producto interno bruto (PIB) para educación y el 4% del PIB para salud. 

Pero resulta que entre ambos rubros se destinó casi 2000 millones de dólares menos de lo que se debía destinar en el presupuesto del 2022. Entonces, no se destina lo que manda la Constitución y están comprometiendo recursos del país para los precios bajos en combustibles, es algo inconstitucional. 

Yo te doy una primicia: estoy pensando en plantear una demanda de inconstitucionalidad específicamente por lo que están negociando respecto al tema de combustibles. 

Porque primero tienen que atender lo que manda la Constitución y la ley, que es salud y educación. Entonces, estoy seguro que argumentando bien me van a dar caso a la Corte Constitucional, tienen que darme paso. Yo ya estoy elaborando y finiquitando eso nada más para ya presentarlo. 

En lugar que nuestros recursos vaya a parar a lo social que tanta falta hace en salud, educación, seguridad social, seguridad pública, incluso inversión pública; en lugar de hacer eso, está yendo a parar a los bolsillos de los que están en temas de contrabando, crimen organizado, en la economía negra. 

Es penoso ver eso y como ciudadanos estamos obligados también a tomar acciones. Yo como ciudadano o cualquier persona puede plantear esta demanda de inconstitucionalidad de lo que están negociando porque, por último, cualquier recurso que se destine del presupuesto debe ser para salud y educación porque ahí no se ha cumplido con el mandato constitucional. 

Andrés Albuja en una entrevista con Sol Borja

Andrés Albuja en una entrevista con Sol Borja, editora política de GK, en marzo de 2022. Fotografía de GK.

Hablando ya un poco más de la cifra que proyecta el FMI, ¿qué significa ese 2,8%? Sé que es menos de lo que estaba previsto antes, pero quisiera saber qué significa esa cifra en cosas prácticas para el país. 

Quiere decir que la población crece a un ritmo mayor y la economía está creciendo a un ritmo menor. Lo óptimo es que se iguale o que el crecimiento económico sea mayor al de la tasa de crecimiento poblacional. 

Nosotros como población crecemos más o menos al 5 o 6% anual, entonces deberíamos de estar creciendo a ese ritmo, económicamente. 

El 2,8% es un crecimiento bajo, pero tiene una razón de ser: que las políticas económicas que se han implementado en los últimos años han sido erróneas. 

Inclusive desde la época de Rafael Correa, porque se han aplicado netamente políticas pro cíclicas. ¿Qué quiere decir eso? Que cuando hay crisis económica lo que se debe hacer es ir contra ese ciclo económico: dar estímulos a nivel tributario o estímulos en tasas de interés en el sistema financiero; si es que hay reservas, pues canalizarlas, entre otras cosas. 

Más bien en el caso nuestro, se despilfarraron en el puro gasto público en lugar de destinarlo a la inversión desde hace años. Se ha acentuado en estos últimos años estas políticas que han sido de austeridad expansiva, así se llaman, que lo único que hacen es recrudecer la crisis y generar bajo crecimiento. 

Por eso Ecuador es uno de los países que menos crecimiento económico ha tenido en los últimos años. 

Solo para darte una cifra, Ecuador ha crecido a la mitad del ritmo de lo que ha crecido económicamente el mundo en los últimos 10 años. ¡A la mitad! Entre 2012 y 2022, Ecuador ha crecido en un 1,3% versus el 2,6% de crecimiento del mundo. 

En los últimos 10 años hemos tenido un crecimiento muy bajo y es por políticas económicas restrictivas, contractivas. 

Primero lo que hay que hacer es generar crecimiento económico. Pero en lo que se han enfocado especialmente en los últimos dos gobiernos es en el tema del déficit. El déficit en el presupuesto es un instrumento, no es una meta. 

Lo han hecho al revés, lo han visto como una meta. Entonces, para corregir supuestamente el déficit han adoptado políticas totalmente contractivas, por eso es que no hay reactivación económica, la gente emigra, entre otras cosas. 

Todo el escenario es un círculo vicioso: menos producción, menos empleo, más migración, más inseguridad. Es complejo.  

El Banco Mundial, el Banco Central del Ecuador (BCE), también dieron sus proyecciones sobre el crecimiento económico del país en 2022 y varían. El BCE dice que será de 2,8% y el Banco Mundial dice que será de 3,7%, es mucho más optimista. ¿A cuál le creemos?, ¿cuál cree que tiene una percepción mucho más clara de la realidad del país?

Cuando hacen proyecciones económicas del Banco Mundial, el FMI, normalmente depende del contexto en que lo realicen. En este caso, no están tomando en cuenta cómo golpea a Ecuador esta crisis global y esta crisis interna. 

Tal vez los datos que da el Banco Central, incluso que son un poco más modestos, podrían mostrar el escenario más realista. 

Yo diría que si Ecuador crece al 2% en 2022 es mucho. Va a haber casi una recesión, casi crecimiento cero. 

A finales del año pasado el FMI dijo que Ecuador va a crecer un 2,8% en promedio anual entre 2024 y 2026, igual son proyecciones bastante como poco alentadoras. ¿Qué nos dicen sobre el futuro del país?

Esas proyecciones que yo las veo optimistas, para el país significa que estamos a la cola en crecimiento económico. Es algo que estamos haciendo mal y responde a malas políticas económicas, a parte de nuestros problemas internos. 

Es tan paradójico: tenemos alto gasto público, pero no es de calidad. Por ponerte cifras, el gasto público en sueldo y salarios representa el presupuesto general del Estado entre 8 y 9% anual, cuando la media en la región es solo del 4% o 5%, casi la mitad de lo que gasta Ecuador en sueldos y salarios en el sector público. 

En cambio, tenemos de las cifras menos alentadoras en cuánto destinamos a salud y educación a donde realmente deben ir los recursos no. Hay mucha grasa y hay mala calidad de gasto público. 

¿Qué se podría hacer para mejorar estas proyecciones?

Se puede hacer cosas a corto, mediano y largo plazo, pero se debe redirigir la prioridad para la inversión social y la inversión pública. 

Algo que también se ha destruido es la inversión pública. Estamos estancados, no hay más inversión pública y eso debe ser gestionada de manera prioritaria con alianzas público privadas. 

Es necesario dar toda la apertura para que esas alianzas público privadas despunten y que generen fuentes de empleo y dinamicen la economía, pero eso está estancado. 

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Susana Roa Chejín
(Ecuador, 1997) Periodista lojana y jefa de la redacción de GK. Cubre economía, sexualidad y derechos. Le interesan los temas de empleo, educación financiera y salud sexual y reproductiva.
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