La caída en la popularidad de Daniel Noboa es un fenómeno complejo. Refleja el descontento de los ecuatorianos ante decisiones que consideran perjudiciales.
Su falta de credibilidad y la percepción de una gestión ineficaz son síntomas de una crisis de confianza que, si no se aborda, podría resultar en consecuencias severas para su administración y para el futuro político del país.
Tras ganar las elecciones en noviembre de 2023, la popularidad de Daniel Noboa se disparó del 54% al 72%. Hoy su aprobación ha caído al 45,9% en octubre de 2024.
Ha sido un primer año de decisiones críticas y resultados contradictorios.
En medio de la crisis energética y de creciente inseguridad, Noboa intentó implementar políticas para estabilizar el país, enfrentándose a la inflación y el desempleo, así como a la presión de cumplir sus promesas de campaña.
A pesar de algunos logros, como la intervención militar en las cárceles, su administración es objeto de críticas por la falta de cumplimiento de ofertas y la percepción de improvisación.
Ha habido momentos clave que han definido la trayectoria del presidente Noboa y factores que han influido en su popularidad y la percepción pública de su gestión.
De octubre de 2023 a enero de 2024: Un salto del 54% al 82% tras ganar las elecciones y decretar el conflicto armado interno
Según la encuestadora Comunicaliza, la popularidad de Daniel Noboa experimentó dos aumentos significativos durante sus primeros meses de gestión, entre octubre de 2023 y enero de 2024.
El primero ocurrió tras su victoria electoral el 15 de octubre de 2023, cuando su aceptación se elevó del 54% al 72%.
El aumento en su popularidad se debió a que Noboa, autoproclamado de centroizquierda y apoyado por fuerzas de derecha, encarnaba el clamor de cambio de un electorado hastiado de la dicotomía correísmo versus anticorreísmo, y de la impopularidad del saliente gobierno de Guillermo Lasso.
Esa aceptación del 72% se mantuvo estable hasta principios de enero de 2024. Ese mes, Noboa decretó la existencia de un conflicto armado interno para neutralizar a 22 grupos de delincuencia organizada que sumieron en el terror al país, cuando se lanzaron a las calles a saquear y matar e incluso tomarse un canal de televisión y transmitir en vivo el secuestro de personal y periodistas.
Entonces, la popularidad de Daniel Noboa alcanzó aproximadamente el 82%.
Desde ese momento, la gestión del Gobierno en materia de seguridad está caracterizada por un enfoque bélico y una suerte de nerviosa calma.
Caroline Ávila, catedrática y doctora en comunicación, dice que hay una mejora notable en la seguridad en comparación con años anteriores, cuando la violencia era extrema. “Este cambio puede atribuirse a decisiones gubernamentales que han tenido un efecto positivo, lo que sugiere que, aunque persisten problemas de derechos humanos, la situación ha evolucionado hacia una gestión más efectiva de la violencia”, explica Ávila.
Por otro lado, el politólogo Santiago Basabe dice que hay mayor presencia policial y militar en áreas conflictivas, lo que, aunque no garantiza una disminución del delito, puede contribuir a una mejor sensación de seguridad entre la población.
Sin embargo, es esencial cuestionar la efectividad real de estas estrategias y su impacto en la vida cotidiana de los ciudadanos. La seguridad no debe ser solo percibida, sino una realidad tangible que respete los derechos humanos en su totalidad.
Sin embargo, ya en marzo su aprobación empezó a bajar: ese mes se situó en 74,1%. En otras palabras, 7 de cada 10 ecuatorianos consideraban hasta esa fecha que la gestión del gobierno era buena o muy buena.
Comenzó abril con una caída al 68,8% y, una semana antes de la votación, llegó a su punto más bajo con un 63%, a causa de medidas impopulares —específicamente, el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12% al 15%.
A pesar de este repunte, la credibilidad de Noboa se mantuvo en un 63%, lo que sugirió que, aunque logró estabilizar su imagen, enfrentó desafíos significativos en la percepción pública de su imagen.
En esta época, Noboa impulsó una consulta popular con once preguntas, en su mayoría relacionadas a la lucha contra el crimen.
Finalmente, ganó en nueve de sus propuestas, todas relacionadas con la seguridad, y perdió en dos, relativas al trabajo por horas y la instauración del arbitraje internacional.
Abril de 2024: 68,5% de popularidad tras resultados favorables en referéndum para su administración
Según Ángel Polibio Córdova, director de la encuestadora CEDATOS, tras el referéndum y consulta de abril de 2024, Noboa experimentó un incremento en su aprobación, que pasó del 63% al 68,5%.
Este aumento de casi 5% permitió al mandatario salir relativamente bien tras un proceso electoral.
Córdoba también destacó que, a pesar de la victoria en nueve de las once preguntas de la consulta popular, tanto el Consejo Nacional Electoral (CNE) como el gobierno nacional debieron reflexionar sobre sus estrategias de comunicación para futuros referéndums.
El director de CEDATOS enfatizó que la información proporcionada a los ciudadanos debía ser más efectiva y accesible.
Julio de 2024: Popularidad cae al 52% a causa de la inflación y el desempleo
La presidencia de Noboa ha sido navegar en aguas turbulentas.
Aunque en abril pasado logró una aceptación superior al 70% gracias a un referéndum que favoreció su administración, para julio de 2024 las encuestas mostraban que su popularidad había descendido a alrededor del 52%.
Este cambio drástico reveló la incertidumbre que rodea su gobierno. Según la consultora Comunicaliza, solo el 32% de los encuestados votaría por él en este momento, marcando un descontento creciente en la población y mostrando la fragilidad electoral del Presidente.
La política y la economía están intrínsecamente entrelazadas. El desempeño de Noboa en esta materia ha sido crucial.
La generación de empleo fue una de las promesas más sonadas de su campaña, presentada como un plan de cuatro puntos que incluía la inversión en sectores estratégicos, la mejora de la educación, el estímulo a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) y el desarrollo de infraestructuras.
Sin embargo, a ocho meses de asumir el poder, la realidad se presentó sombría: sólo 3 de cada 10 personas económicamente activas tenían, según cifras oficiales, un empleo adecuado.
El subempleo (es decir la ocupación por tiempo no completo, con una remuneración por debajo del salario mínimo y sin beneficios de ley) alcanzó sus niveles más altos en los últimos tres años. El panorama se agravó con el bajo crecimiento de los sectores estratégicos, donde trece de los veinte sectores económicos crecieron menos del 5% entre enero y marzo de 2024.
La percepción de la falta de empleo, junto con la delincuencia, se ha convertido en el reclamo constante en las calles.
Un estudio de la encuestadora Click Research reveló que un 24% de los encuestados considera que la falta de empleo es su principal problema. El 70% atribuye el desempleo a problemas económicos y la escasez de oportunidades laborales.
Esta situación ha llevado a al menos cien mil ecuatorianos a migrar y no regresar al país, en especial a Estados Unidos, muchos de ellos, cruzando el temible paso del Darién en Centroamérica.
La Encuesta de Intenciones y Dinámicas Migratorias en Ecuador, realizada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), estima que 1,2 millones de ecuatorianos tiene la intención de migrar al extranjero.
De esta estimación, el 57,3% son hombres, en su mayoría con nivel de instrucción secundario (bachillerato).
Cerca 370 mil jóvenes de entre 18 y 29 años quieren migrar al exterior.
Noboa ha afirmado que creó 105 mil empleos para jóvenes de entre 18 y 25 años. Sin embargo, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), organismo oficial de estadística, reporta la pérdida de más de 83 mil empleos desde que asumió el poder.
Según el INEC, aumentaron tanto el desempleo como el subempleo, y la canasta básica llegó a 800 dólares en un país donde el salario mínimo –para quienes tienen empleo– es de 460 dólares en 2024. Una canasta básica, según la definición del INEC, se calcula en base a un hogar con dos ingresos mínimos.
Noboa ha tomado también decisiones impopulares. Entre ellas, el aumento del IVA del 12% al 15% y la eliminación de subsidios a combustibles, exacerbaron la inflación, afectando el poder adquisitivo de los ciudadanos y alimentando el descontento social.
Según estimaciones del Banco Central del Ecuador, el alza del IVA y la eliminación de los subsidios a las gasolinas elevarían la inflación anual a 3,5% o 4% hasta finales de 2024. La previsión inicial era de 2,1%.
La historia de otros países, como Argentina, donde el kirchnerismo perdió contra Javier Milei, muestra que los votantes suelen castigar a los gobiernos que no controlan la inflación.
En Ecuador, si los ciudadanos sienten que sus bolsillos se vacían, la imagen de Noboa podría deteriorarse aún más.
Sin embargo, en junio de 2024, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) presentó una caída, lo que podría interpretarse como un control de la inflación.
No obstante, esta disminución también podría señalar una desaceleración económica, con un impacto negativo en el Producto Interno Bruto (PIB), el aumento del desempleo y la reducción del consumo.
De acuerdo con el INEC, el consumo de los hogares ecuatorianos cayó un 1,1% en el primer trimestre de 2024, resultado de un sector empresarial con menos liquidez debido a mayores impuestos y menor acceso al crédito.
Así, la situación de Noboa se convirtió en un laberinto del que parece difícil escapar, donde cada decisión puede tener repercusiones profundas en su futuro político.
Octubre de 2024: Aceptación baja al 45,9% a causa de los apagones
La aceptación del Presidente bajó del 82% en febrero de 2024 al 45,9% en octubre de ese mismo año, según la última encuesta de Comunicaliza.
La principal evidencia del desgaste del breve gobierno de Noboa comienza a reflejarse en las calles.
Solo en Quito se han convocado tres protestas en su contra, dos de ellas en el último mes.
La consultora política Grace Jiménez señala que todos los problemas que enfrenta Noboa son heredados. Sin embargo, apunta que él tiene la responsabilidad de gestionar las crisis, algo que no ha hecho de manera eficiente en el ámbito energético.
«No se reaccionó a tiempo ni se planteó un plan de acciones urgentes a mediano y largo plazo«, sostiene Jiménez.
En efecto, Noboa asumió el poder en medio de apagones, y desde 2023 ya se habían advertido sobre las condiciones climáticas que afectarían al país.
No obstante, a principios de 2024, se produjo una primera ronda de apagones, que el Presidente atribuyó al ocultamiento de información por parte de la entonces ministra Andrea Arrobo. Aunque se aseguró que no habría más cortes de luz, desde septiembre volvieron los apagones.
En medio de esta crisis energética, Noboa también está preparando su campaña para las presidenciales de 2025.
La próxima elección se presenta como un desafío crucial para Noboa. Deberá demostrar que puede revertir la percepción negativa generada por la crisis eléctrica y ganar la confianza del electorado.
Según una encuesta de Perfiles de Opinión, hasta octubre de 2024, el 55,83% de los ecuatorianos consideraban la gestión de Noboa como mala o muy mala, en contraste con el 42.07% que la calificaba como buena o muy buena.
Este descontento se refleja también en la falta de credibilidad, donde un abrumador 58,75% de los encuestados expresó que no creía en las promesas del Presidente, frente a un 41,25% que sí lo hacía.
Además, un sondeo de Comunicaliza revela que Noboa ha perdido seis puntos en la intención de voto de cara a las elecciones de febrero.
La evolución de la popularidad de Daniel Noboa en América Latina
En algún momento, Noboa fue uno de los presidentes más populares de la región. Elaborada por CB Consultora Opinión Pública, esta encuesta que consulta a 12 mil ciudadanos de varios países, permite una comparación precisa al aplicar la misma metodología en cada nación, consultando entre 1.200 y 1.400 personas por país.
Desde que asumió la presidencia el 23 de noviembre del año pasado, Noboa ha tenido un desempeño fluctuante. En marzo, mayo y agosto, ocupó el primer lugar en el ranking.
En abril, junio y septiembre fue desplazado por líderes como Luis Lacalle Pou de Uruguay, Javier Milei de Argentina y Lula da Silva de Brasil. Para octubre, se encontraba en el quinto puesto, superado por Luis Lacalle Pou (Uruguay), Lula da Silva (Brasil), Javier Milei (Argentina) y Santiago Peña, nuevo presidente de Paraguay.
Según los analistas Juan Rivadeneira y Cristian Carpio, este vaivén en el ranking se debe a diversos factores locales que impactan la percepción pública.
Rivadeneira dice que Noboa logró un notable liderazgo y repunte al inicio del 2024, especialmente por su gestión en torno a la seguridad. Sin embargo, este impulso se vio eclipsado por problemas como los apagones.
Carpio agrega que la evolución de la popularidad de Noboa está estrechamente ligada a eventos locales. En enero, la declaración del conflicto armado interno marcó un punto de inflexión. Febrero se registró una reducción récord de muertes violentas, lo que catapultó su popularidad.
Sin embargo, el clima de violencia en Ecuador entre junio y agosto y la crisis energética contribuyeron a su caída en el ranking.
La situación de otros presidentes también influye en la percepción de Noboa. Mientras él enfrentaba desafíos, líderes como Lula, Milei y Peña emergían con un apoyo creciente.
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