Los titulares de noticias desde Estados Unidos hasta la Patagonia muestran las fotos de miles de personas que intentan atravesar la selva o el Tapón del Darién, ese lugar que algunos han denominado como el “infierno selvático”. Pero pocos saben en dónde está y por qué es considerada una de las selvas más peligrosas del mundo.
El Darién es una frontera natural que separa Colombia de Panamá —la mayor parte se encuentra en el país centroamericano— y es considerado como patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Tiene una extensión aproximada de 575.000 hectáreas y en su interior hay playas paradisíacas, pantanos, ríos caudalosos, una vasta vegetación y animales que pueden resultar peligrosos, como serpientes e insectos venenosos.
Atravesar esta selva es tan complicado porque es el único tramo en el que se interrumpe la carretera Panamericana, que recorre todo el continente —desde Alaska, en Norteamérica, hasta el extremo sur, entre Chile y Argentina.
Violencia en la zona
El peligro que corren los migrantes que deciden cruzar por esta frontera no se limita únicamente a las amenazas naturales, propias de una vegetación tropical. Esta selva ha sido utilizada ya por algunas décadas para traficar drogas y, en menor medida, armas y personas.
En 2010, la agencia de noticias Reuters informó que guerrilleros colombianos usaban la selva para traficar cocaína y así evadir los controles policíacos. Además, los grupos armados —como las FARC— obligaban a los indígenas de la zona a “actuar como guías y mulas” para transportar cargamentos de cocaína a lo largo de los ríos de Darién y terrenos cenagosos.
Un informe de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) aseguró que en la zona del Darién también funciona el Clan del Golfo —que surgió tras la desmovilización de los grupos paramilitares en el Gobierno de Álvaro Uribe, entre 2002 y 2010—. Según el documento, “este grupo del crimen organizado tiene una influencia puntual sobre el tráfico y el paso de migrantes”. Por lo que las personas que cruzan por el Darién habitualmente reportan los asaltos de los que fueron víctimas, cuentan asesinatos y abandono de personas migrantes que se quedaron rezagados del grupo en medio de la selva, ya que los coyotes no se detienen.
Uno de los grupos más vulnerables son las mujeres.
El Centro por la Justicia y el Derecho internacional (Cejil) explica que las mujeres suelen ser víctimas de violencia sexual sistemática. Y en 2021, el Centro recibió cerca de 300 denuncias de mujeres agredidas sexualmente, que incluían violaciones grupales. Eliani —una mujer venezolana que vivió en Ecuador por 5 años, pero que decidió migrar a Estados Unidos y cruzó el Darién en 2022 junto a su pequeña hija— cuenta que durante su trayecto vio cómo hombres violaban principalmente a jóvenes de entre 12 y 15 años y que nadie podía hacer nada para ayudarlas.
Migración ecuatoriana
Aunque la ruta del Darién era utilizada mayoritariamente por migrantes venezolanos, cubanos y haitianos, a mediados de 2022 comenzó a cambiar. A finales de ese año, la oficina de Migraciones de Panamá dijo que los ecuatorianos son la segunda nacionalidad que más atraviesa por el Darién de forma irregular. Al menos 29.356 cruzaron esa selva durante todo el 2022.
Aunque la migración ha aumentado drásticamente en toda Sudamérica y no es un hecho aislado, sí llama la atención que sean solo los ecuatorianos y venezolanos los que más optan por esta ruta. Los colombianos, por otra parte, han iniciado un nuevo proceso migratorio en la región y se calcula que en 2022 más de medio millón de colombianos abandonaron su país, según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).
Karina Sarmiento, experta en migraciones, explica que las causas estructurales de la migración ecuatoriana están relacionadas con la falta de empleo, el alto costo de la vida y la ausencia de oportunidades para los jóvenes. Estas “son las causas tradicionales que han expulsado a las personas en zonas marginales o zonas rurales”, como sucedió en la década del 2000. Sin embargo, la experta también explica que en este nuevo proceso migratorio la población está cruzando por nuevas amenazas, como la violencia.
Por otro lado, los ecuatorianos necesitan visa para entrar a varios países de Centroamérica y por eso optan por cruzar por el Darién; además, esta decisión también se ve influenciada por el costo de los pasajes de avión, ya que en muchos de los casos se viaja en grupos familiares.
“Antes se tomaba una embarcación en Colombia y se llegaba al mismo punto en Panamá, pero en canoa”, explica Sarmiento para explicar que antes las rutas migratorias no se adentraban en esta selva.
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