Las organizaciones indígenas y el resto de población civil de Pastaza buscaron el acercamiento que, para la noche del 22 de junio de 2022, llevó la tranquilidad al Puyo. Luego de ochos horas de reunión, a las 6 de la tarde, los acuerdos quedaron listos y la calma volvió al hermoso cantón amazónico.

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No solo era necesario que esto sucediera, luego de tanto dolor y enfrentamiento. Además, sirvió como muestra de que el diálogo es la salida para el paro

Esta especie de tregua permite que la circulación se retome en el Puyo, que los locales comerciales puedan abrir sus puertas nuevamente ( estuvieron cerrados el miércoles 22 de junio) y que los alimentos puedan llegar hasta la ciudad, contrarrestando el desabastecimiento.

Otro de los puntos importantes del acuerdo fue la liberación y entrega a las autoridades de dos agentes policiales que habían sido detenidos por los manifestantes. También se devolvieron uniformes y equipos de protección que fueron tomados de la Comandancia de Policía, en medio de las manifestaciones. Quizá el punto más importante fue que investigue a profundidad la muerte de Byron Guatatoca.

Los oficiales —que no fueron identificados— agradecieron a las comunidades porque les “dieron seguridad”. Confirmaron que no sufrieron agresiones físicas. 

El general del distrito Geovanny Ponce, director de seguridad ciudadana y orden público de la Policía —que intervino a través de una llamada telefónica en la rueda de prensa— se comprometió a que la investigación de la muerte de Byron Guatatoca “se haga de la forma más transparente que corresponda dentro del marco de la ley”. 

Además, Ponce dijo que estaban trabajando en varias acciones para retomar el orden en la ciudad. Los representantes de las comunidades dijeron que rechazaban los actos violentos del 21 de junio. 

Además, dijeron que se deslindaban de “cualquier responsabilidad” en casos de “cualquier acción de violencia o vandalismo”.

Las negociaciones entre manifestantes y autoridades se realizaron en el Vicariato Apostólico de Puyo. Participaron representantes de las organizaciones indígenas, del pueblo mestizo, de las fuerzas del orden, así como delegados de la Iglesia, del Cuerpo de Bomberos y de la Defensoría del Pueblo. 

La delegada de la Defensoría del Pueblo de Pastaza, Jahaira Curipallo, fungió de veedora del proceso. En su intervención agradeció la apertura al diálogo entre todas las partes involucradas. Además pidió que las resoluciones sean respetadas, para construir una sociedad de paz, libre de discriminación y en la que “el sector indígena, el sector mestizo, las insituciones públicas y todas las autoridades podamos vivir en armonía”.

Uno de los pedidos que se discutió durante las negociaciones fue que las instituciones de control y seguridad pública se encarguen del manejo y el orden de la ciudad, excepto en zonas tomadas de manera pacífica por manifestantes.

El fin del mundo del 21 de junio

Fue una explosión de violencia que quiso llevarse todo. Arrastrar la aparente tranquilidad y reducir a cenizas la infraestructura del Puyo. De acuerdo a la versión de los manifestantes, la reacción de los policías fue desmedida. Hubo  un muerto entre quienes protestaban. Su nombre era Byron Guatatoca. 

También hubo videos y fotografías de su cuerpo con su cabeza destrozada y hasta tomografías en las que se puede observar el daño provocado por una bomba lacrimógena incrustada en el cráneo de una persona. 

Entonces se abrió el agujero de la destrucción —de más destrucción. Población indígena y mestiza de la capital de la provincia de Pastaza se fue con todo lo que podría representar lo contrario. Destruyeron vehículos privados y policiales, quemaron una agencia de Banco Guayaquil, una UPC y hubo saqueos en locales. Sin embargo, de acuerdo a versiones recogidas por GK, un testigo aseguró que hubo infiltrados que aprovecharon la circunstancia para causar los destrozos.

Una persona que estuvo en las manifestaciones del 21 de junio definió a lo sucedido en Puyo como “una guerra total”. De acuerdo a su relato, hubo niños y ancianos asfixiados por el uso de gases lacrimógenos por parte de la Policía, para disolver la aglomeración. “La gente de la ciudad, enojada, quemó un patrullero”, dijo.

De acuerdo al cineasta del pueblo kichwa Sarayaku, Eriberto Gualinga,  la situación en Puyo se ha salido de control. Gualinga dijo que la muerte de Guatatoca desató la ira de los compañeros indígenas de la ciudad, así como de los mestizos.

En la rueda de prensa de la mañana del 22 de junio, el ministro Partricio Carrillo dijo que lo que pasó en el Puyo fue “el incidente más grave de orden público en los últimos años”. Carrillo dijo que un grupo de manifestantes incendió carros de policía con oficiales adentro. Además, dijo que quemaron instalaciones del Banco Guayaquil, la Cruz Roja y de la Policía Nacional. 

Eduardo Varas 100x100
Eduardo Varas
Periodista y escritor. Autor de dos libros de cuentos y de dos novelas. Uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina según la FIL de Guadalajara. En 2021 ganó el premio de novela corta Miguel Donoso Pareja, que entrega la FIL de Guayaquil.

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