Para Alicia Morocho, el llanto de su hija de un año es una vibración. Jamás lo ha escuchado: es sorda desde que nació hace 30 años en Cuenca, una ciudad de calles empedradas e iglesias altas al sur del Ecuador. Pero ella sabe exactamente lo que la pequeña quiere. Le ofrece su seno y la niña se calma. Alicia Morocho tiene unos ojos negros y profundos con los que escucha. Sus mejillas, sus cejas y sus labios pintados de fucsia van coloreando los tonos de tristeza, nostalgia o alegría de lo que cuenta con sus manos, que son dos lenguas de cinco dedos con los que ella se comunica. Alicia Morocho es una de las 1.405 personas sordas que estudian en escuelas y colegios ordinarios del país, según el Ministerio de Educación. 

Hace pocos meses, Alicia Morocho retomó sus estudios en un colegio fiscal en Quito, donde vive desde que se casó con Jorge Arce, también sordo. Ella los había pausado cuando estaba en primer curso de bachillerato hace casi 15 años. Lo sé porque me lo transmite Mateo Peñaherrera, intérprete de lengua señas ecuatoriana —en cada país hay una lengua de señas propia. 

Ecuador tiene la suya, al igual que Argentina, Colombia, Turquía o cualquier otro lugar. Pero en el país, la lengua de señas no ha sido reconocida hasta hoy como una lengua oficial, a pesar de que en el país viven al menos 66 mil personas sordas, según el Consejo para la Igualdad de Discapacidades (Conadis). 

Las manos están en el cuerpo para enlazarlas con la pareja, chocarlas con un amigo, agitarlas en la distancia como saludo, pero Alicia Morocho bate sus manos en el aire para hablar. Germán Cisneros, doctor de Medicina Interna, explica que los sonidos pasan por el oído interno hasta llegar al cerebro donde se procesa la información. Cuando una persona nace sorda, el área específica de la audición que está en la región temporal del cerebro, se modifica, explica. “Como no procesa el sonido, esa área se especializa en el tacto y la visión”. Así, dice el médico, se generan los mecanismos de adaptación a la pérdida temprana de la audición.  

educación de personas sordas

Fotografía de Diego Erazo para GK.

Las personas sordas pueden percibir ciertas vibraciones potentes, que llegan hasta el área auditiva que nunca se desarrolló. La terapista del lenguaje Verónica Valle dice que una lengua materna es importante porque permite la comunicación, cualquiera que sea: lenguaje hablado o lengua de señas. Valle dice que es importante la detección temprana de la sordera para poder estimular al niño porque el área cognitiva está intacta. 

Hoy, Mateo Peñaherrera está parado frente a ella y mientras Alicia habla con sus manos, él pronuncia las palabras con su cuerdas vocales. Cuando Peñaherrera le hace mis preguntas, Alicia Morocho abre sus ojos como uvas brillantes y, enseguida, contesta con señas. 

Me cuenta que sus clases siguen siendo por videollamadas, como casi todo en la vida pandémica. Alicia Morocho tuvo que contratar un intérprete de lengua de señas para que le transmita las Ciencias, las Matemáticas o la Literatura. 

flecha celesteOTROS CONTENIDOS SOBRE EDUCACIÓN

§

La lengua de señas es la lengua de comunicación de las personas sordas. Es un conjunto de ideogramas que se realizan con las manos. Se actualiza como se actualizan muchos de los idiomas que se hablan con la boca. Por ejemplo, en la lengua de señas no existía la palabra coronavirus, por lo que esa seña fue apenas incorporada. El intérprete Peñaherrera dice que la lengua de señas requiere de muchas expresiones faciales, de abrir o cerrar la boca, de acercar las manos a la cara o alejarlas. Según la Federación Mundial de Sordos, las lenguas de señas son idiomas naturales estructuralmente distintos de las lenguas habladas. 

Para la educación, el servicio del intérprete de lengua de señas lo debería dar el Estado, según el Modelo Educativo Bilingüe Bicultural Para Personas Con Discapacidad Auditiva. En Ecuador hay más de 4 mil personas sordas que están en edad de estudiar o no han completado sus estudios. Apenas desde 2020, en Ecuador está vigente ese modelo de nombre rimbombante, que en teoría establece que la educación de las personas sordas está enfocada en que la sordera es una experiencia visual sin tomar en cuenta el nivel de pérdida auditiva de las personas sordas. 

educación de personas sordas

Fotografías de Diego Erazo para GK.

El modelo reconoce a los sordos como integrantes de una comunidad lingüística con la que comparten valores culturales, costumbres y modos de socialización propios. Antes de ese documento, los sordos no eran considerados sordos: en muchas escuelas han sido obligados a vocalizar, a leer los labios de los que hablan. Como si de tanto repetir, fueran a convertirse en oyentes. 

Todos los lunes, las mejores historias. Suscríbete a este newsletter y recibe el contenido más reciente de GK

Gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==

Todos los lunes, las mejores historias. Suscríbete a este newsletter y recibe el contenido más reciente de GK

Gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==

Todos los lunes, las mejores historias. Suscríbete a este newsletter y recibe el contenido más reciente de GK

Gif;base64,R0lGODlhAQABAAAAACH5BAEKAAEALAAAAAABAAEAAAICTAEAOw==

Hace 20 años las escuelas especializadas se empecinaban en que los sordos hablen y oigan por lo que muchos sordos abandonaron las clases sin opción a soñar una carrera profesional. En el país al menos unas 33 mil personas sordas no asisten o nunca asistieron a lo largo de su vida a un centro de educación, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.  La Convención de Derechos de las personas con Discapacidad (CDPC) obliga a los Estados Parte a garantizar el derecho a la educación de calidad para las personas sordas, a facilitar el aprendizaje de la lengua de señas, que hayan profesores que conozcan señas pero en el país a veces se desvanecen en el papel. 

Para ellas, su sordera se convierte en parte de su identidad. El idioma nos define, nos une a una cultura —nos vuelve partes. “Usaré mi voz para que logren entenderme pero no como una solución y de ninguna manera para disolver las ausencias de las personas sordas”, dice Vivian Rodríguez, una mujer sorda. La lengua de señas no es un doblaje, ni un reemplazo: es en sí misma un idioma completo —y eso la convierte en un universo, un rasgo de la identidad, un signo cultural. 

§

En un mundo donde las palabras de la corrección política abundan, hay una expresión que tiene profundo valor: una persona sorda no es lo mismo que una persona que vive con discapacidad auditiva. Los sordos se comunican con lengua de señas, que es su idioma natural, se identifican con la comunidad sorda conformada por todas las personas que nacieron sin el sentido del oído. 

Una persona con discapacidad auditiva, en cambio, puede ser un anciano que ensordeció por la vejez, o alguien que, por un accidente, perdió la audición. El estudio Los beneficios de la lengua de señas para estudiantes sordos, dice que la lengua de señas se puede aprender a cualquier edad pero demuestra que entre más rápido se domine, las personas sordas se pueden comunicar mejor. 

Verónica Valle, terapista de lenguaje, explica que a los cinco meses de embarazo, el feto ya tiene desarrollado el sistema auditivo, y empieza a reconocer los sonidos como la voz de su mamá, responde a través de los movimientos y va almacenando esa información, pero cuando es un niño sordo, no se realiza ese proceso y al nacer el cerebro va a recibir información visual pero no va a poder decodificar la información para poder responder oralmente a medida que va creciendo. Por eso, dice Valle que es importante que los sordos aprendan la lengua de señas para poder transmitir sus pensamientos, ideas, emociones o sentimientos. “Si se les deja sin estímulos no procesan nada pero si empiezan a aprender viendo, tendrán más capacidad de desarrollar el área auditiva del cerebro”, dice el doctor Cisneros. 

A veces la sordera es rechazada y se quiere revertirla. Cuando Alicia Morocho tenía 12 años usó audífonos por un tiempo, dice que le incomodaba usarlos, le daban dolores de cabeza hasta desembocar en migrañas por un fuerte ruido que producían, ella decidió dejarlos. Otra opción es usar el implante coclear, que es un aparato que se introduce al interior del hueso que rodea el oído para inducir a la audición a través de terapias del lenguaje, la cirugía para poner el implante coclear debe hacerse a temprana edad, sino el tiempo juega en contra. 

§

Lo que le pasa a Alicia Morocho les pasa a todos los sordos y lo que les pasa a todos los sordos le pasa a Alicia Morocho. El intérprete que ha contratado para sus clases no siempre está disponible para Alicia. En esas ocasiones, el profesor o profesora de la clase le envía resúmenes escritos. “Hay palabras que no entiendo y busco en Google”, dice Alicia con la voz en sus manos. Para los sordos es difícil entender palabras técnicas como “fórmula, ecuación, estructura”, diminutivos como “mamita, casita, escuelita”. Por eso es necesaria la ayuda de un intérprete porque esas palabras no existen en la lengua de señas y deben crear una seña para comprenderlas.  

Alicia tuvo un poco de suerte al ser reconocida como sorda, pero eso no quiere decir que su vida en silencio haya sido fácil. Desde los 4 años, Alicia habla con sus manos, edad en la que aprendió lengua de señas ecuatoriana que le enseñó un profesor del colegio Dolores Torres en su natal Cuenca, al sur del país. Ella recuerda que sus profesores no la forzaron a hablar ni a leer los labios. 

Cuando aún era adolescente abandonó sus estudios porque en Cuenca no había escuelas fiscales especializadas para personas sordas y sus papás no tenían dinero para matricularla en una particular. Su recorrido por las Matemáticas y la Literatura se truncó. A través de Mateo Peñaherrera me dice que en relación a sus compañeros se sentía en desventaja para entender las clases sobre todo cuando incluían palabras técnicas. Ella llegaba más temprano a clases para que sus profesores le explicaran algunos temas, recuerda.

educación de personas sordas

Alicia hace su seña personal. La mayoría de personas sordas ha creado una. Fotografía de Diego Erazo para GK.

El Ministerio de Educación dice que hay 141 docentes en todo el sistema educativo que saben lengua de señas ecuatoriana para dar clases a personas sordas un profesor por cada 10 estudiantes como Alicia Morocho, pero ella no recibe clases con ninguno de ellos. Del dinero que gana haciendo tejidos a mano que vende por Facebook, debe pagar al intérprete privado entre 10 a 12 dólares por hora. Gabriela Barahona, Coordinadora Técnica del Consejo para la Igualdad de Discapacidades (Conadis), reconoce que en Ecuador no hay los suficientes intérpretes para los sordos y que tampoco hay intérpretes especializados en educación.

En el Ecuador hay 72 intérpretes certificados por competencias laborales por el Conadis. Ese grupo se formó en cursos en el Servicio de Capacitación Profesional (Secap) para luego ser evaluados de forma práctica por un jurado del Conadis en el que también están personas sordas. Esos intérpretes trabajan en medios de comunicación o en eventos públicos. 

Pero no basta con saber lengua de señas ecuatoriana. Adriana Manzano, presidenta de la Asociación Nacional de Intérpretes y Guías Intérpretes del Ecuador (Anilsec) dice que es importante que existan intérpretes especializados porque deben saber explicar lo que están interpretando. “Yo nunca entendí las Matemáticas, como intérprete no puedo dar un servicio educativo relacionado a los números, porque no podría explicar”, dice Manzano. Los intérpretes deben estar capacitados para trabajar con los estudiantes sordos, añade. Además, la Organización de las Naciones Unidas dice que la educación en lengua de señas es vital para el crecimiento y desarrollo de las personas sordas. 

Daniel Crespo, subsecretario de Educación Especializada e Inclusión del Ministerio de Educación, en una llamada de Zoom, dice que en los medios de comunicación nacional se transmite el programa Educa Contigo, donde aparece un intérprete. En varios capítulos, efectivamente aparece uno, en un cuadrito en un extremo de la televisión o de los vídeos subidos a Youtube, pero solo los pueden ver el 53,2% de hogares del país que hasta diciembre de 2020 tenían acceso a internet. 

Belén Zapata, profesora de la Unidad Educativa Especializada para Sordos Miguel Moreno Espinosa, dice que ir a una escuela especializada para sordos es importante para que ellos sepan quiénes son, aprendan sobre la cultura sorda y se identifiquen con esa comunidad. En Ecuador hay 8 escuelas especializadas a las que asisten más de 400 estudiantes. 

Zapata dice que en la que ella trabaja, se enseña con lengua de señas todas las materias. Los sordos aprenden el español escrito como una segunda lengua pero a través de la lengua de señas ecuatoriana que es su lengua materna. “Aprender una segunda lengua ayuda al desarrollo cognitivo, el cerebro decodifica esa lengua para poder entender y repetir”, dice la terapista del lenguaje Verónica Valle. 

§

Alicia Morocho recuerda que en su colegio en Cuenca tenía problemas en aprender Lenguaje pero no en Matemáticas. “Me gustan los números”, dice y la traduce el intérprete Peñaherrera. Antes y ahora, ella estudia con los libros que usan los estudiantes oyentes. La profesora Belén Zapata de la Unidad Educativa Miguel Moreno, dice que los profesores de las escuelas especializadas adaptan los libros para sus estudiantes sordos. 

“Si en el libro de Lengua y Literatura hay un poema o leyenda, nosotros lo convertimos, hacemos un vídeo en lengua de señas”, explica. Adriana Manzano de la Anilsec, dice que deberían existir materiales didácticos con lecturas visuales y materiales audiovisuales “para que las personas accedan al conocimiento deben estar en lengua de señas”. Pero este sigue siendo un mundo en que las niñas, niños y adultos sordos,  tienen que vivir con los muros que levantamos los oyentes y que aún no logramos derribar.

Daniel Crespo del Ministerio de Educación dice que sí hay esos materiales adaptados para los sordos. Según el funcionario, el Ministerio está trabajando en un currículum para personas sordas para preparatoria, aquellos estudiantes que cursan el primer grado de básica. Además, dice que el modelo educativo tendrá cambios para trabajar en la inclusión que, según él, es que un estudiante sordo pueda aprender en la misma aula que otros estudiantes que no son sordos y que puedan aprender juntos. Como lo hace Alicia Morocho.

educación de personas sordas

Fotografías de Diego Erazo para GK.

Ella quisiera ser doctora, abogada o profesora, aunque por el momento solo quiere graduarse de bachiller. Su idea es buscar trabajo formal y ayudar con los gastos de sus dos hijas, la primera de seis y la otra de un año que le pide con su rostro envuelto en lágrimas, otra vez lactar de su seno. 

Alicia Morocho percibe las vibraciones del llanto de su pequeña hija, que chupa de su seno y la casa se inunda con el llanto acallado. El silencio es interrumpido cuando Alicia suelta unos pequeños sonidos del choque de su lengua con su paladar. En otros momentos, choca las palmas de sus manos, frota su pecho, se topa la cara. Ella, con las manos ocupadas mientras amamanta a su hija, está callada, pues la voz de sus manos atienden a su hija.

Muchas gracias por llegar hasta el final de este reportaje. GK es un medio independiente y dependemos mucho de lectores como tú, que leen y consumen nuestro contenido. ¿Nos ayudas a que esta historia llegue a más personas? Solo tienes que aplastar uno de los siguientes botones y compartirla en la red social de tu preferencia. ¡Gracias! 

👇

Mayuri Castro Tapia 150x150
Mayuri Castro
Ex reportera de GK, donde cubrió educación, migración interna y los derechos de las mujeres. En 2021 ganó la Mención de Honor en Acceso a la Salud del Premio Roche por el reportaje El consuelo de un país en crisis recae en sus estudiantes de psicología . Fue parte del equipo de Mongabay Latam y GK nominado al premio Gabo 2021 en la categoría texto con el especial Mujeres en la Amazonía: lideresas indígenas que están cambiando el rumbo de sus comunidades.

VER MÁS CONTENIDO SIMILAR