La mayoría de veces mis listas de resoluciones de Año Nuevo se quedan archivadas en una libreta a medio llenar, guardadas en un cajón: practicar un nuevo deporte, no usar tanto el teléfono, encontrar nuevos pasatiempos,  y ordenar mi closet al menos una vez al año funcionan los primeros días de enero, pero luego se esfuman como si nunca hubiesen existido. Sin embargo, en el 2020 la lista tenía un propósito firme que no se quedó acumulando polvo y olvido en un cajón: escribir sobre comida. El 4 de febrero Quiero Comer se inauguraba con estos newsletters, reseñas y elogios en medio de algarabía y buenos augurios.

Ni la pandemia me arruinó el propósito, que se mantuvo durante todo el año. Pero escribir sobre comida en el encierro no fue sencillo: además de las constantes preocupaciones de la crisis, lo que más solía disfrutar de la comida, compartirla con los que quiero, me había sido arrebatado. Sin embargo, pronto entendí que la cocina fue un refugio en pandemia,  y escribir sobre ella lo que me mantuvo cuerda durante el confinamiento. 

Aunque el  mundo esperaba que el 2020 termine, y muchos quieren borrarlo de su memoria, este año nos deja algunas cosas para estar agradecidos: nos volvimos a encontrar con el calor de la cocina, desempolvamos las recetas de las abuelas acercándonos a ellas a la distancia, cocinamos para distraernos, para estar juntos y viajar con ella a lugares fuera de nuestras cuatro paredes. A través de la comida, comprendimos la belleza de lo simple y el valor de la libertad.

El 2020 se terminó con mi propósito en firme: gracias por haberme acompañado este año, todos los sábados, gracias por sus respuestas y su apoyo. Espero que el 2021 nos traiga más momentos juntos, disfrutando la cocina y del buen comer.

Les dejo hoy una receta para dejar atrás el chuchaqui del 2020. Un poquito de picante para despertarnos de la gran resaca a la que el mundo se despierta este fin de semana después de haber despedido estos inauditos y duros últimos doce meses.

¡Buen provecho y feliz año!

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Tacos de pescado

receta tacos de pescado

Ingredientes:
12 tortillas de maíz frescas
1 libra de cualquier pescado de carne blanca, cortado en tiras de 1 cm de ancho por 7 cm de largo
2 tomates riñón, picados en cuadraditos pequeñitos
1 cebolla morada pequeña, pelada y picada finamente
1 diente de ajo picado
½ taza de culantro picado
1 jalapeño, cortado en cuadraditos
¼ de taza de mayonesa
½ taza de crema agria
2 limones
Sal
Pimienta negra
½ taza de harina
1 ½ cucharadita de chile en polvo o pimienta de cayena
½ taza de leche
¼ de taza de aceite
2 tazas de col verde rallada

4 A 6 PORCIONES / 30 MINUTOS

En un tazón mediano, mezcla los tomates, la cebolla, el ajo, el cilantro y el jalapeño.

En otro tazón, bate la mayonesa con la crema agria hasta que combinarlos y tener una salsa homogénea y cremosa. Sazona al gusto con jugo de limón, sal, pimienta, y el chile en polvo o pimienta de cayena.

En un bol mezcla la harina, con el chile en polvo, la sal y la pimienta negra. Vierte la leche en otro tazón y sumerge las tiras crudas de pescado en él.

Coloca el aceite en un sartén a fuego medio-alto hasta que brille y esté a punto de humear. Retira los trozos de pescado de la leche y pásalos ligeramente por la mezcla de harina, agitándolos para eliminar excesos. Coloca las tiras de pescado en el aceite, sin amontonarlas, y cocínalas hasta que estén bien dorados. Tomará entre 4 a 5 minutos hasta que las veas bien doraditas.

Cuando estén listas, cámbialas a un plato forrado con papel toalla y espolvoréalas con sal.

Mientras tanto, engrasa ligeramente un sartén con un chorrito de aceite y llévalo a fuego medio. Calienta las tortillas, una o dos a la vez, hasta que estén blandas y calientes. Mantenlas calientes, envueltas en un paño de cocina, de preferencia húmedo.

Rellena cada tortilla con 3 piezas de pescado, seguido de la mezcla de vegetales, medio puñado de col rallada y mayonesa picante.

Sirve los tacos con rodajas de limón y salsa picante.