Una vez que se terminan las votaciones, a las 5 de la tarde del día de las elecciones, comienza de inmediato el conteo de votos. Los miembros de las Juntas Receptoras del Voto (JRV) hacen un escrutinio manual de todas las papeletas. Después, son revisadas una por una, para anotar los primeros resultados en un acta de borrador y ser procesadas por el sistema. Aquí te explicamos cómo se hace el conteo de votos en Ecuador.
El conteo manual
Los miembros de la junta hacen un conteo manual de cada voto, incluidos los nulos y blancos. Deben anotar los resultados en el borrador de escrutinio, un documento que permite tachones y reconteos, hasta que el número total de sufragantes coincida con el número de votos registrados.
Cuando los resultados ya no presentan inconsistencias —como un descuadre en el número de votos con el número de votantes o cambios en votos nulos y blancos— los resultados se pasan a tres actas de escrutinio, que deben ser firmadas por el presidente y secretario de la junta:
- La primera se deposita junto a las papeletas, las urnas y otros documentos en el paquete electoral para llevarlas a una bodega, la que estará bajo la custodia de las Fuerzas Armadas.
- La segunda, junto al acta de instalación de la JRV, se entrega en un sobre cerrado al coordinador designado, quien a su vez entregará el sobre al policía recolector, para su traslado a los puntos de escaneo.
- La tercera acta se coloca en un lugar visible de la JRV, para conocimiento público.
En un conversatorio organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el 28 de julio de 2023, Fernando Toledo, coordinador Nacional de Procesos Electorales, dijo que en las elecciones anticipadas de este año, tanto las actas de escrutinio como las papeletas tenían tres niveles de seguridad para dificultar posibles alteraciones de los documentos electorales, según Toledo.
El primer nivel es una “simple apreciación visual”, según Toledo. Incluía elementos como el logotipo del CNE que estaba en el centro y en la parte superior derecha de las actas de escrutinio. Estos logos eran visibles al ser puestos a contraluz o al mover el acta.
En el segundo nivel había elementos de seguridad que se podían ver usando lentes de aumento, luz ultravioleta o un dispositivo especial que emite una luz verde cuando reacciona al reactivo químico presente en los documentos electorales.
Además, las papeletas y actas de escrutinio tenían micro textos, micro íconos anticopia y antiescáner.
El tercer nivel de seguridad era de carácter forense. Solo el fabricante de las actas, en este caso el Instituto Geográfico Militar (IGM), las conocía. Es decir, estos elementos podían ser develados al hacer una inspección especializada en intentos de falsificación.
Fernando Toledo dijo que en todo momento del proceso de conteo de votos la cadena de custodia está a cargo de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional.
El sistema de transmisión de la información
Después del conteo manual, las actas de escrutinio llegan al punto de escaneo en los recintos electorales que funcionan como Centros de Digitalización de Actas (CDA). Ahí, los documentos son escaneados y protegidos con un certificado digital, a través de una firma electrónica y un sistema de tecnología blockchain.
Es decir, por un registro inmodificable y difícil de hackear, que permite un seguimiento de las actas y otorgarle a cada una de ellas una identidad digital única. Eso garantiza que las actas escaneadas no se puedan modificar, alterar, ni cambiar.
Después, las actas escaneadas y protegidas se envían a los Centros de Procesamiento Electoral (CPE) de cada provincia del país. Ahí, tres verificadores distintos revisan que las actas contengan las firmas del presidente y secretario de junta. Validadas las actas, se envían a los digitadores, quienes ingresan los resultados.
Cuando los datos son ingresados, el Sistema Informático de Escrutinio y Resultados (SIER) del CNE verifica que la suma de todos los votos sea igual al número de sufragantes. Luego, compara que los valores reconocidos durante el sistema de escaneo sean idénticos.
Si el acta pasa los dos controles, se considera que es válida para ser publicada a través del portal de resultados del CNE.
En este proceso, la ciudadanía, organizaciones políticas y medios de comunicación pueden visualizar y verificar la autenticidad de las actas publicadas.
Lucy Pomboza, coordinadora Nacional de Seguridad Informática y Proyectos Tecnológicos Electorales del CNE, dijo el 28 de julio que estas verificaciones son posibles gracias a la tecnología blockchain.
Eso permite trazar el historial de las actas escaneadas con fecha y hora, a través de un código QR, que está en cada una de las actas publicadas. Con este código, también se puede revisar las versiones de un acta que presentó inconsistencias y las veces que se recontó para su validación.
Pomboza también desmintió el mito de fraude en torno a los digitadores. Algunas personas creían que las personas encargadas de cargar los resultados al sistema informático del CNE, beneficiaban a determinado candidato. Sin embargo, según la funcionaria, ningún digitador o verificador podrá ver el cantón, parroquia, junta o candidato al que corresponde los datos que está ingresando. Por eso no podrían favorecer a un candidato modificando los resultados.
Además, Pomboza señaló que el SIER del CNE se compone de dos niveles de seguridad. La primera, aplicada al procesamiento de actas, consiste en una red privada virtual, que no está conectada a Internet por lo que no es vulnerable a posibles ataques externos.
La segunda, implementada al proceso de publicación de resultados, está resguardada en una plataforma de la nube en Internet, controladas por computadoras anti formateo, cuyo acceso solo tienen funcionarios del CNE, encargados del SIER.
Eso significa, que los resultados que se hacen públicos fueron procesados previamente para la visualización de la ciudadanía, organizaciones políticas y comunicadores. Entonces, si alguien lograra ingresar al sistema, no podría entender la información, porque estaría codificada.
Por lo mismo, el CNE hace pruebas de vulnerabilidad antes de las elecciones con su propio equipo de hackers, para determinar las posibles vulnerabilidades del sistema y corregirlas.
Sin embargo, en las pasadas elecciones anticipadas del 20 de agosto, el sistema del voto telemático para las personas migrantes, tuvo problemas que impidieron el sufragio de muchos ecuatorianos en otros países. Una vez que se cerraron las votaciones, a las 5 de la tarde, Diana Atamaint dijo que el sistema de voto telemático fue víctima de un ataque cibernético, proveniente de al menos siete países. Entre ellos: India, Bangladesh, Rusia, Ucrania.
El ataque causó fallas en la emisión de los resultados. Por eso, el CNE declaró la nulidad de las votaciones en el exterior y ordenó que se repitan el 15 de octubre de 2023, con la segunda vuelta. Ahí, las personas empadronadas en otros países podrán votar para asambleístas nacionales y por el exterior.
Diana Atamaint, presidenta del CNE, dijo en una entrevista el 4 de septiembre que la seguridad del sistema estaba a cargo de la empresa contratada: Antroproyectos, a quienes el CNE responsabilizó por las fallas del sistema. Por eso, dijo Atamaint, decidieron terminar de manera anticipada el contrato con la empresa.
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