Cada 26 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Prevención del Embarazo Adolescente. La fecha se estableció para crear conciencia sobre la importancia de la educación sexual para evitar el embarazo en niñas y adolescentes. Específicamente para abordar este tema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera adolescentes a las mujeres entre los 10 y 19 años. 


Este es un texto en alianza con

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La fecha fue celebrada por primera vez en 2003 cuando varias instituciones de Uruguay, entre ellas la farmacéutica Bayer Schering Pharma, fijaron ese día para enfocar esfuerzos en la prevención del embarazo en adolescentes. En 2005, más países latinoamericanos se unieron a la celebración y finalmente en 2007, la farmacéutica Bayer impulsó la fecha a nivel global. 

La OMS dice que la prevención del embarazo adolescente es “fundamental para lograr resultados de salud positivos a lo largo del curso de la vida”. Además, dice la Organización, la prevención del embarazo en estas edades es imprescindible para que los países avancen hacia el cumplimiento de  los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con la salud materna y neonatal

Esto implica que para 2030, los países deben garantizar el “acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva”. Los servicios incluyen planificación familiar, información y educación, y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas nacionales. 

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés), aunque las cifras son alarmantes, un hecho que también es preocupante son las causas del embarazo adolescente, sobre todo en América Latina. La Organización dice que muchos de los embarazos en niñas menores de 19 años en la región son consecuencia de tres factores:

  1. la falta de información, 
  2. el acceso limitado a métodos anticonceptivos,
  3. y la violencia sexual y de género.

El embarazo adolescente en Ecuador

Ecuador es uno de los países con mayor índice de embarazos adolescentes en la región andina, según el Ministerio de Salud Pública (MSP)

El Análisis Rápido de Género (ARG) de la organización Care que se presentó en 2021 dice que el 12% de las adolescentes ecuatorianas han estado embarazadas al menos una vez. El 78 % de esos embarazos ocurrieron en niñas entre los 10 y 14 años. Las cifras son tan altas que según el análisis, Ecuador se ha convertido en uno de los países con mayor tasa de embarazos infantiles y adolescentes en América Latina: 111 por cada 1.000 niñas entre 15-19 años”. 

Además, el análisis dice que “Ecuador reconoce que el 80% de los embarazos adolescentes son consecuencia de violencia sexual”. Una investigación de la Fundación Desafío dice que cada año “se embarazan más de dos mil niñas, el 80% producto de violación”. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, 8 de cada 100 adolescentes menores de 14 años quedaron embarazadas de personas mayores de 30 años. 

Un estudio de Unicef Ecuador dice que los datos sobre los responsables de la violencia sexual muestran que esta “ocurre principalmente en el ámbito familiar, educativo y cercano”. Muchos de esos casos, dice el estudio, permanecen en la impunidad debido a la falta de denuncias formales. Solo el 10,8% de sobrevivientes denunciaron a sus agresores. 

Pero el embarazo adolescente en Ecuador no solo es un problema social y de salud, también es un problema económico. El estudio sobre los costos de omisión en salud sexual y reproductiva en Ecuador del MSP dice que en 2015, el costo por la omisión de estos servicios llegó a 472,9 millones de dólares— 0,45% del Producto Interno Bruto (PIB) anual del país—.  Esto significa que por no invertir en programas de prevención como educación sexual integral y anticonceptivos, Ecuador terminó gastando más dinero en servicios como la atención de embarazos no intencionados y la atención por complicaciones obstétricas y de abortos inseguros. 

El embarazo adolescente en América Latina

Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA por sus siglas en inglés), América Latina y el Caribe es la región con la segunda tasa más alta de embarazos adolescentes del mundo; la primera es África.

En la región, una tercera parte de los embarazos corresponden a niñas y adolescentes menores de 18 años; de ese tercio al menos un 20% son menores de 15 años.

De esos embarazos de menores de 18 años, no todos terminan en partos. Pero se estima que cada año, alrededor de un millón y medio de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz en América Latina y el Caribe. 

El embarazo adolescente en el mundo

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 hubo alrededor de 21 millones de embarazos en adolescentes entre 15 y 19 años, solo en los países en desarrollo. De ellos, más del 50% fueron embarazos no planeados. 

El embarazo en menores de 19 años  supone riesgos: las madres en estas edades son más vulnerables a sufrir enfermedades como eclampsia —convulsiones durante el embarazo o después de dar a luz—, endometritis puerperal — inflamación del revestimiento endometrial del útero—, e infecciones sistémicas. 

Además, los bebés de las mujeres adolescentes enfrentan mayores riesgos de nacer con bajo peso, o nacer prematuros sin haberse desarrollado por completo. La tasa de mortalidad de los bebés de las niñas y adolescentes es aproximadamente 50% mayor que el de las mujeres adultas. 

El embarazo adolescente no es un problema solo por los riesgos a la salud que supone sino también porque en algunos casos resultan en muertes. La OMS dice que las niñas entre 10 y 14 años tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo y el parto que las mujeres adultas.

Causas del embarazo adolescente

Hay varios factores que contribuyen a los embarazos adolescentes. Pero uno de los principales es la falta de acceso a la educación.

Según la OMS, cuantos más años de escolaridad tenga una niña o adolescente, menos embarazos en esas edades habrá. Se estima que en algunos países, las niñas y adolescentes sin educación o sólo con educación primaria tienen cuatro veces más probabilidades de quedar embarazadas que las niñas y adolescentes con educación secundaria. 

Otro factor es la pobreza. El Fondo de Población de las Naciones Unidas dice que la probabilidad de empezar a tener hijos es entre tres y cuatro veces mayor en las adolescentes de hogares en el quintil inferior —el más pobre— en comparación con las que viven en los quintiles más altos. Además, las niñas indígenas, sobre todo en las áreas rurales, tienen una mayor probabilidad de quedar embarazadas a temprana edad. 

La OMS dice que otra causa del embarazo adolescente es que muchas niñas y jóvenes no saben cómo evitar quedar embarazadas o no pueden obtener anticonceptivos. La Organización recalca que la falta de información, y el acceso limitado a la educación sexual tienen una relación directa con las altas tasas de embarazo adolescente. 

Aunque todos estos son factores que contribuyen al embarazo adolescente, una de las mayores causas del embarazo adolescente es la violencia sexual. Virginia Gómez de la Torre, médica y directora de Fundación Desafío, dice que la mayor causalidad de embarazos en niñas entre 10 y 14 años es la violencia sexual y el incesto. “A las niñas las embarazan porque las violan”, asegura Gómez de la Torre. 

Según la OMS, muchos embarazos de niñas y adolescentes “no son una elección deliberada”: más de un tercio de las niñas dice que su primer encuentro sexual fue bajo coacción.

Riesgos del embarazo adolescente

El embarazo de niñas y adolescentes implica varios riesgos. Según Virgnia Gómez de la Torre, el embarazo precoz afecta la salud integral de las niñas. Esto significa, dice la experta, que se ve afectado su “cuerpo físico, pero también el cuerpo mental y el cuerpo social”. 

Físicamente, la OMS dice que el embarazo adolescente aumenta el riesgo de aborto espontáneo o nacimiento prematuro del bebé

En algunos países, las niñas y adolescentes tienen menos probabilidades de obtener atención especializada antes, durante y después del parto. Las complicaciones del embarazo y el parto son la principal causa de muerte entre las niñas de 15 a 19 años en muchos países en desarrollo.

Según la organización Plan Internacional, las complicaciones del embarazo y parto en la adolescencia son la principal causa de mortalidad de las niñas entre 15 y 19 años en los países en vías de desarrollo. 

Además, la OMS dice que debido a que la mayoría de embarazos adolescentes no son planeados, al menos 55% de ellos “terminan en abortos que a menudo no son seguros en los países en desarrollo”. La Organización estima que cada año, cerca de 3 millones de niñas y adolescentes entre 15 y 19 años se someten a abortos peligrosos.

Los riesgos del embarazo adolescente se pueden mantener a lo largo de la vida de las madres. Las mujeres que estuvieron embarazadas cuando eran niñas o adolescentes tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades como la hipertensión o la fístula obstétrica —que es una lesión que ocurre durante el parto.

En la parte de salud mental también hay afecciones. La médica Virginia Gómez de la Torre dice que las niñas embarazadas son “muchas veces niñas violadas que de un día para el otro tienen un hijo en brazos y no saben qué hacer con eso”.

Además dice la experta, son niñas que son “despojadas de su identidad de niñas para pasar a una identidad de señoras, de mamás, y ese cambio no es fácil”. Según Gómez de la Torre, debido a este cambio abrupto, muchas veces las madres adolescentes rechazan a sus hijos. 

Finalmente, el embarazo en niñas y adolescentes también implica riesgos para la salud social. Virginia Gómez de la Torre dice que este es un aspecto del que se habla poco, pero que es importante. La médica explica que son niñas que “van a ser rechazadas en el entorno porque el entorno social las ve como mamás y son más susceptibles a vivir nuevas violencias”. 

Además, dice la experta, son niñas que dejan de estudiar y que luego por eso mismo “no pueden trabajar o tienen trabajos muy precarios”. Marita Perceval, ex directora regional de UNICEF, dice que el resultado de estas dinámicas es que “las madres adolescentes están expuestas a situaciones de mayor vulnerabilidad y a reproducir patrones de pobreza y exclusión social”.

¿Cómo prevenir efectivamente el embarazo adolescente?

Virginia Gómez de la Torre dice que hay varias estrategias que se deben implementar para prevenir efectivamente el embarazo adolescente e infantil. Una de ellas es la educación sexual.

Gómez de la Torre dice que “tener acceso a la información es prevención, es prevenir el embarazo adolescente y prevenir la violencia”. La experta explica que por ejemplo cuando hay educación sexual una niña puede denunciar si está siendo víctima de violencia. “Pero el sistema educativo, el sistema de salud de este país no dan la información suficiente”, asegura Gómez de la Torre. 

Otro punto, dice la médica, es que haya “acceso a los anticonceptivos, a los preservativos, y acceso a la idea de que la sexualidad no es mala”. Según UNFPA, el acceso restringido a una educación sexual integral y a servicios de salud sexual y reproductiva adecuados están estrechamente relacionados con el embarazo adolescente. Finalmente, otra estrategia, dice Gómez de la Torre, es que el aborto sea legal en todas las causales. 

Todas estas herramientas, explica la experta, permiten que la adolescencia y la niñez sigan siendo adolescencia y niñez . Si esto no se hace, “estamos abonando a que las niñas se conviertan en madres prematuramente, y esa no es una buena inversión para el desarrollo del país”, asegura Gómez de la Torre.

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Doménica Montaño
(Quito) Ex reportera de GK. Cubre medioambiente y derechos humanos.
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