Durante 40 minutos, un equipo de GK sobrevoló en helicóptero algunas zonas de Quito en el noveno día del paro nacional. Las calles, en su gran mayoría, estaban desoladas; la ciudad era como una maqueta en miniatura . Sin gente. Sin autos. En algunos sectores, como la avenida Patria, en el centro norte de la ciudad, se veía al menos 200 manifestantes dispersos que caminaban en medio de un humo denso —quizás causado por las llantas quemadas.
Barricadas diminutas. Fogatas pequeñas. En otras avenidas se veía las vías cortadas por 10, 20 hasta 30 personas, y a carros transitando en contravía porque no podían pasar. Desde el cielo, el paro nacional es silencioso, el horror parece más pequeño. Pero la ilusión acaba al aterrizar de vuelta.