Guadalupe Llori me recibe en su amplio despacho en el Palacio Legislativo, en el centro de Quito. La entrevista estaba planificada para ser breve, específicamente sobre el quiebre en Pachakutik, organización a la que Llori pertenece y que respaldó su candidatura. Desde que se posesionó como presidenta de la Asamblea, en mayo de 2021, el equipo de Entrevistas GK había intentado, sin éxito, conseguir una entrevista con Llori.
Tras esperar unos minutos en la sala de estar, desde la que veía entrar y salir a varios de sus coidearios, una funcionaria abre la puerta que conduce a la oficina y le dice a uno de sus asesores, sentado junto a mí, que Llori me recibirá primero y luego almorzará.
Llori viste pantalón y camisa blancas y una chaqueta con tonos celestes, cremas y blancos —en la solapa cuelga un lazo violeta, por el Día de la Mujer—, y zapatos azules de charol con tacón. De sus orejas cuelgan un par de argollas y en tres dedos de su mano izquierda lleva anillos dorados y plateados.
Antes de iniciar la conversación parece un poco tensa, los músculos de su rostro están contraídos y evita hablar demasiado. Su asesor me presenta. Ella sonríe y asiente, mientras escucha. Según varios periodistas que cubren la Asamblea Nacional, Llori los evade constantemente. Muchos coinciden en que es la presidenta que menos ha hablado con los medios en, por lo menos, quince años.
Varios legisladores y miembros de Pachakutik creen que usted es el punto de quiebre en esta discusión: los que la apoyan y los que no. ¿Por qué cree que usted, de repente, se convirtió en una figura polémica incluso para su propia organización política?
En realidad hay intereses superiores, incluso a la reciprocidad porque, de alguna manera, como Presidenta de la Asamblea Nacional he sido muy respetuosa con todas las representaciones políticas del país, con las bancadas e igualmente con cada uno de los asambleístas.
Incluso, logramos construir juntos la agenda parlamentaria Minga por el Ecuador 2021-2022. Y, ¿cómo lo hicimos? De manera participativa, incluyente, con todas las bancadas de la Asamblea Nacional.
Para mí eso fue un logro, pero también estuve muy agradecida con todas las bancadas porque esa palabra, “minga”, viene de los pueblos, es el trabajo colectivo de los pueblos y nacionalidades.
Yo estaba muy contenta y pensé que esto es el inicio de la unidad, de la diversidad.
Se veía prometedor en ese momento.
En realidad lo veía muy prometedor, yo estaba muy contenta.
Pero conforme han ido pasando los meses…
Los primeros meses igualmente tuve, hace meses atrás, una campaña en contra de la Asamblea y de la Presidenta de la Asamblea.
¿Por quién?
En este caso por el gobierno, porque en realidad nosotros le devolvimos esa ley económica urgente.
Fuimos acusados de violar la Constitución, también de que nos habíamos arrogado funciones, de que estábamos bloqueando una ley que era “esencial” para el país.
Hubo una campaña en medios, otra interna, increíble, donde hasta me pidieron que dé un paso al costado.
¿Quién le pidió?
En ese entonces fue Fernando Villavicencio.
Yo siempre digo que yo no doy un paso al costado ni cuando bailo.
Eso les decía ayer en el movimiento político: ¿y ahí en dónde estaban, pues los de la Conaie?
La Conaie es la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, la mayor organización social del movimiento indígena. Se considera que Pachakutik es su brazo político.
¿En ese momento no la apoyó la Conaie?
No, por eso fue el reclamo fuerte interno que tuvimos hacia ciertas organizaciones, incluso las coordinaciones de Pachakutik, en donde estaban nuestras redes.
Enfrentaba yo solita esa situación frente a la arremetida mediática que me daban y dentro de la Asamblea Nacional. Por eso, a mí me parece ridículo que me acusen mis compañeros de “gobiernista”.
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Pero insisten en que está del lado del gobierno, que le recuerda constantemente que usted es Presidenta gracias a los votos de CREO. ¿Por qué otra razón fue usted electa Presidenta?
La verdad es que jamás soñé ser la Presidenta de la Asamblea, porque mi ilusión y mis verdaderas intenciones siempre fueron venir a trabajar, luchar, como siempre he sido una mujer de lucha. Luchar por obras y también por leyes que favorezcan a la provincia de Orellana.
Esa era mi sana intención, pero en 5 minutos me nombraron Presidenta de la Asamblea. No hubo acuerdos, ni negociaciones.
O sea, no hubo el tiempo siquiera para que me digan “te vamos a dar los votos, pero tú tienes que hacer esto”.
Tal vez usted no supo que hubo, pero tiene que haber habido, porque acuérdese que no había los votos suficientes para elegir ninguna autoridad. UNES decía “Guadalupe Llori no”. El gobierno tenía su propio candidato, los socialcristianos también, pero usted finalmente logró aunar estas voluntades. Tiene que haber habido una negociación para eso.
Increíble, pero cierto.
En un momento dado, el compañero Marlon Santi tuvo que dar la respuesta al gobierno, cuando ellos me ofrecían la Vicepresidencia de la Asamblea.
Marlon me dijo: “Guadalupe, la Vicepresidencia no porque el Consejo Político determinó que si no es la Presidencia, no es nada”.
Entonces le dije a Marlon que conteste al gobierno y le diga que no hay ningún tipo de posibilidades como Vicepresidenta y que les diga sobre la resolución que ha dado el glorioso movimiento político y nos vamos por la tercera vía, que es lo que nosotros proponíamos.
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¿Ahí todavía era con César Monge la discusión?
Claro, con el finadito César Monge.
Le habían dicho que nos querían dar la Vicepresidencia y unas comisiones. César Monge, que estaba a cargo de este tipo de acuerdos, le decía que deben unirse y todo eso, que vamos a perder o algo así. “Perdiendo podemos ganar mucho”, le dijo, me recuerdo, mi coordinador nacional.
“En todo caso, si no hay acuerdo agradecido, quedamos como amigos y no ha pasado nada, nosotros nos vamos por la tercera vía”, le dijo y se despidieron.
Eso fue delante mío.
Después yo salí, me fui a poner las pestañas, no tenía ningún tipo de compromisos, ni de preocupación. Entonces, yo me fui a mi casa tranquila, sin preocupaciones, pero la sorpresa fue cuando llegamos aquí.
Alguien me llamó y me dijeron que ya tenían los 75 votos.
¿Ese mismo día o al siguiente?
El día que se me eligió.
Me dijeron: “Guadalupe, ya tenemos 75 votos” y solamente pide que alguien te mocione. “Ah, ya basta de bromas” les dije. “No, yo no quiero quedar mal enfrente del país, vaya a quedar con 46 votos”.
¿Esto le decía a Marlon Santi?
No, me decía César Monge.
O sea, ¿César Monge es el que le dijo que ya tenía los votos?
Sí, César. Yo creía que era todo broma, pero después me volvió a decir que busque alguien que me mocione.
Estaba con el compañero Pepe Chimbo y le dije que César Monge me estaba diciendo eso y que era una sorpresa para mí. Y él me dijo que si ya tengo los votos, acepte. “¿Quién me mociona? Porque dice que alguien tiene que mocionarme”, le dije y él me propuso que le pida a Mario Ruiz.
Cuando le dije a Mario Ruiz, él me dijo: “ya pues, yo te mociono, pero asegúrate que haya los votos”. Entonces, Mario, como es bien pequeñito, alzaba las manos para que le den la palabra.
Estaba dirigiendo la sesión Pierina Correa y él tuvo que ir hasta el lugar en donde estaba Pierina para pedirle la palabra y se la dieron. Y me mocionó, se dieron las votaciones y quedé con 71 votos, no los 75 que me habían dicho.
Resulta que pidieron la reconsideración, o sea, ya me llevaron hasta la curul de Presidenta, y luego me volvieron de nuevo a sacar. Nosotros no sabíamos derecho parlamentario, ni cómo se daba.
Todos somos, en su mayoría, nuevos en la Asamblea, solo el 10% creo que son asambleístas reelectos, pero la mayoría somos nuevos.
Con la reconsideración otra vez al voto y sí, ahí mi compañero Salvador Quishpe se equivoca, ahí teníamos que votar no y él vota que sí creyendo que eso me iba a servir. Y quedamos con 70 y así empecé mi gestión.
Fueron los minutos más largos de nuestra vida.
Es increíble y nadie me cree que no que no tuvimos tiempo ni para acuerdos, ni para negociaciones, ni para nada. Y quedamos con 70, con las justas, es un acuerdito casi que pegadito con saliva.
El presidente Lasso le ha recordado que usted logra ser presidenta de la Asamblea gracias a los votos de CREO. ¿Hay una deuda por eso con CREO?
Al inicio comenzó como a sacarme en cara, y lo hizo alguna vez públicamente, en la entrega de la Ley de Estudios Superiores.
Yo le contesté, no de una forma grosera ni nada. Le dije que aquí es una institución independiente y que, por lo tanto, debe haber el respeto respectivo.
Al interno también le dije: “hasta aquí”. O sea, por eso sí he tenido problemas internamente.
O sea, ¿no hay un pago de favores ahí, como si el gobierno dijera: “nosotros le pusimos, ahora usted está en deuda con nosotros, ciertas leyes, por favor, o se abstiene o vota con nosotros”?
Soy una persona humilde, sencilla, firme y de convicciones.
Tengo una esencia de esa mujer que viene desde abajo, desde la lucha social y desde los pueblos y nacionalidades.
Hay cosas que no pueden pasar y no han pasado aquí en la Asamblea, sino que hay intereses y agendas propias, intereses políticos más que todo y particulares de algunos compañeros dentro de la bancada, por uno u otro motivo.
¿De los rebeldes hablamos?
De los rebeldes.
Entonces, eso hizo que me hagan una campaña al interno de la bancada, incluso eso trascendió a la organización política, que es Pachakutik.
Incluso, a la organización social, que es nuestra gloriosa Conaie, al margen de quien esté como autoridad, pero trascendió a tal punto que me afectó.
¿En qué sentido le afectó?
Me afectó anímicamente porque, en realidad, mi sentimiento nunca ha sido ese.
Nosotros dentro de la bancada, cuando ha habido buenos proyectos presentados por UNES, nosotros, o BAN, en este caso, hemos buscado un consenso y hemos analizado la ley al interior de la bancada.
Y si esta ley no es nociva para los ecuatorianos, le damos el apoyo respectivo, pero no porque votamos por UNES dejamos de ser Pachakutik.
Pero hubo una campaña bien maliciosa interna que decía: “sí, es gobiernista, sí, está a órdenes del gobierno”. O sea, todas estas cosas que hicieron internamente, anímicamente también me han afectado porque yo me siento muy Pachakutik.
Pero, ¿se siente traicionada por una fracción de Pachakutik?
Bueno, algún rato, puse un tuit, el día que me enteré en realidad de las verdaderas intenciones que había.
¿De removerla?
Sí, o sea, que se hayan prestado para que otras bancadas quieran hacerlo.
Pero, ¿usted cree, de verdad, que están siendo utilizados o están siendo parte muy consciente de una intención específica para removerla por algún interés de que otra persona, incluso del propio Pachakutik, ocupe su puesto?
Deberían decirlo ellos, de verdad.
Yo solo tengo cierta apreciación de que se prestaron, fueron utilizados porque, de verdad, el hecho de que votemos con UNES o votemos con BAN no quiere decir que dejamos de ser Pachakutik.
El compañero Mario Ruiz tenía un interés muy especial: él fue quien hizo todo el proceso para conformar una comisión ocasional que vaya a fiscalizar los contratos petroleros y las concesiones mineras.
¿Y usted cree que, como dicen algunos legisladores y algunos otros miembros de Pachakutik, que usted no ha tenido la capacidad de liderazgo suficiente para cohesionar al movimiento? La crítica que le hacen es: no puede con su propio movimiento, ¿cómo va a poder liderar al resto?
Yo, al menos, tengo un espíritu muy democrático. Tengo esencia, he sido una mujer de lucha.
No soy una improvisada en temas de liderazgo, he sido alcaldesa, tres veces prefecta y he liderado la Asamblea biprovincial de Sucumbíos y Orellana.
Fue una guerra que no la supo el país, pero que sí trajo mucho dolor, mucho sufrimiento, angustias, presos, heridos, encarcelados y todo esto por conseguir, por lo menos, el interconector nacional, porque teníamos hasta las 10 de la noche luz en una provincia petrolera. No teníamos un metro de asfalto, conseguimos la Troncal Amazónica.
O sea, ha sido fuerte, la ley especial, antes la ley 010, ahora la ley especial Amazónica. O sea, sí, han sido temas sumamente importantes de reivindicación para mi provincia y para la Amazonía.
No he luchado solamente por Orellena, también he luchado por la Amazonía. Entonces, no he sido improvisada, he venido con la suficiente experiencia y capacidad.
Siempre he guardado prudencia para evitar la confrontación, para mantener la armonía y también la gobernabilidad interna de la Asamblea Nacional.
¿Usted no cree que 136 asambleístas, conmigo 137, son un mundo diferente?
Vienen de diferentes bancadas, con diferentes intereses y eso es dificilísimo de manejar. Y así yo me he mantenido ocho meses, de pie, de verdad me parece que es un verdadero milagro porque hasta ahora sigo siendo la presidenta en funciones.
Pero está tambaleando, ¿no?
Dígame usted. Todavía estoy cumpliendo con mis competencias.
Todavía tengo la autoridad legal y moral para ejercer este cargo.
Lo que no voy a liderar es el reparto de la Asamblea, ni tampoco el asalto a la independencia de funciones de los poderes del Estado, ni tampoco al caos, ni tampoco a la desestabilización de la Asamblea Nacional. Eso sí no voy a liderar porque yo no he cometido ningún incumplimiento.
Esta entrevista se hizo un día antes de que el pleno de la Asamblea niegue una moción propuesta por el asambleísta de UNES Fausto Jarrín para evaluar a los miembros del Consejo de Administración Legislativa (CAL).
A la moción de Jarrín le faltó un voto para ser aprobada por la Asamblea. Dos semanas antes, hubo un primer intento de plantear esa moción pero Llori no dio paso al pedido y la sesión terminó suspendida, sin electricidad ni audio, en medios de gritos y acusaciones entre los legisladores.
Le acusan de no convocar a la sesión en la que estaban cuestionando su presidencia. Eventualmente, va a tener que hacerlo porque la quieren evaluar a usted y a los miembros del CAL. Regreso a la pregunta que le hacía antes, si no puede ni lograr que sus coidearios la apoyen, ¿cómo se puede pensar que va a lograr consensos fuera de Pachakutik?
Para culminar con lo de los incumplimientos por los que podrían sacarme del cargo, yo no he incumplido ni las normas, ni los procedimientos parlamentarios que establece la Ley Orgánica de la Función Legislativa.
También he cumplido a cabalidad con mis atribuciones y competencias; primero, para determinar el orden del día. Esa es exclusiva competencia de la presidenta. Segundo, para dirigir las sesiones del pleno y las sesiones del cargo.
¿Los cortes de luz y audio?
Yo creo que ellos legalmente no tienen los suficientes argumentos para poder sacarme del cargo, pero sí pueden unirse y esta unión por el reparto puede traer muchas consecuencias para la desestabilización, igualmente para la democracia de nuestro país.
En cuánto al tema del apagón, me da un poco de risa. El pleno de la Asamblea ya estaba suspendido por falta de garantías.
Llori ríe y regresa a ver al director de comunicación de la Asamblea, sentado en el sillón del costado, que también ríe.
¿Usted cree que no había garantías para que lo presida usted? ¿Estaba en riesgo usted, su integridad?
Sí, no había garantías.
En estos momentos, me acuerdo que se dirigió hacia mí el asambleísta Ronny Aleaga pidiéndome un punto de órden, pero para eso yo ya había ordenado a Secretaría que se lea el informe.
Yo le manifesté que, en cualquier momento de la sesión, yo le podía dar el uso de la palabra y él me dijo que no, que quería ahorita.
Entonces, yo le dije que me disculpe porque la que dirige la sesión del pleno soy yo. De pronto vi que alguien vino, el asambleísta Esteban Torres, socialcristiano, y dijo: “en este momento se acaba esto, lo digo yo”, dos veces gritó.
Mientras cuenta, Llori mueve la mano, emulando lo que habría hecho Torres. Su asesor y el director de comunicación le ayudan a recordar detalles de la polémica sesión que fue suspendida en medio de gritos.
¿El asambleísta Torres le gritó a usted en la Presidencia?
No, en la parte en donde está la Secretaría.
Nadie osó llegar, pero gritó “esto se acaba hoy”, pero ni él, ni nadie, se acercó al curul de Presidente.
Eso sí hay que aclarar. Incluso, ellos dicen que me han apelado la Presidencia, pero nunca hubo el pedido de la palabra para apelarme la presidencia. No pueden solamente levantar la mano, gritar sin pedir la palabra.
O sea, ¿no fue un pedido formal?
No hubo pedido formal.
Entonces, mal pude yo haberle dado la palabra y mal pudo él haber apelado la Presidencia.
Estas dos cosas no son ciertas tampoco.
En cuanto a lo que apagaron la luz, en realidad ha habido muchos asambleístas que se lamentaban de que se les haya ido la luz, pero otros patalearon porque se les vino la noche y fracasó su plan.
Pero, ¿fue su orden apagar la luz?
No, yo no ordené, se había acabado ya el pleno de la Asamblea, obvio.
Alguien es responsable de apagar todas las luces, no solo del pleno.
¿Aunque estuvieran todavía los asambleístas ahí?
Tenía que apagar las luces de todo, o sea de toda la Asamblea Nacional.
Eso sí desconozco quién pudo haber hecho, no sé. No sé si lo hizo el responsable, pero alguien debió haberlo hecho.
Presidenta, yo sé que el tiempo que tenemos es corto así que quisiera consultarle si usted ha reconocido sus errores en reuniones con los asambleístas de Pachakutik en cómo ha conducido la Presidencia de la Asamblea y el liderazgo del bloque.
Bueno, ayer que nos convocaron al Consejo Político, me pusieron en el banco de los acusados.
Fue una reunión muy larga y estuve bajo presión de todas las coordinaciones provinciales del país del movimiento Pachakutik, de los dirigentes de las diferentes provincias de la Conaie. Estuvo presente también nuestro presidente, Leo Iza, estaba la Coordinación Nacional. Imagínese esa reunión.
¿Con mucha presión?
Mucha presión.
Sin embargo, me mantuve porque el que nada debe, no teme.
Al final de mi discurso les manifesté que sí he tenido algún tipo de error, pido mil disculpas tanto a la Coordinación Nacional como igualmente a toda la dirigencia de la Conaie porque es de valientes reconocer si he tenido algún error.
¿Qué error reconoce?
Me acusan por cómo voto.
Mi voto siempre ha sido abstención. Entonces dicen que no, que tengo que votar sí o no, pero yo siempre estoy en la mitad porque mis compañeros solamente son 26.
Entonces, si me hago a un lado se resienten los de un lado y si me hago al otro lado, se resienten los otros.
He optado en que, al menos cuando no hay acuerdos concretos y firmes, yo voto abstención, siempre lo he hecho. Eso es lo que les ha molestado. Puedo rectificar.
¿Es decir que ya va a tener una postura de sí o no?
Me va a tocar.
¿Por qué no le gusta tener una postura de sí o de no? ¿No cree que es un poco ambiguo esto de la abstención? A algunos asambleístas, por ejemplo, en el tema del aborto por violación le decían “es sí o es no, qué es abstención, no hay nada peor que un político tibio”.
Pero en ese tema del aborto, en ese tema sí voté sí. Fue definido.
Sí, fue un ejemplo.
Hay temas en los que soy bien definida, en eso no tengo ningún problema.
Sino que hay temas que dentro de la bancada nos ponemos de acuerdo. Por ejemplo, la Ley emergente. Ahí un compañero Pachakutik, Christian Yucailla, que es un asambleísta joven de la provincia de Tungurahua, y miembro de la Comisión de Desarrollo Económico, decía: “me he quemado mis pestañas, he trabajado quince días, día y noche, he recibido las observaciones de todos los compañeros, inclusive del compañero Salvador Quishpe, y he podido hacer grandes cambios, incluso sacar el tema petrolero de la Ley. Yo contento de que nosotros sacamos el informe de mayoría y con todas las observaciones de los que nos han dado a los compañeros y hemos puesto el informe de mayoría, creía que nos iban apoyar”.
Y, de verdad, nosotros quedamos en la bancada a apoyar el informe de mayoría que había propuesto, conjuntamente con toda la comisión, el compañero Yucayón.
¿De cuál ley estamos hablando?
De la ley tributaria.
Entonces, fuimos al pleno de la Asamblea y el informe de mayoría no pasó.
El informe de minoría tampoco, y se mandan, de manera apurada, no sé ni cómo sacaron, ni de dónde sacaron, y se mandó el archivo.
El pedido de la asambleísta Pazmiño.
Entonces, ahora seré confidente con usted.
Resulta que yo doy siempre 10 minutos para la votación. Una vez que se cumplen, yo les digo para que se apuren. “Tienen dos minutos asambleístas, y luego señor secretario cierre la votación”, les digo.
Incluso para salir de la rutina, a veces les hago unas bromitas y, bueno, las primeras veces se reían a carcajadas los asambleístas.
Ese día les dije que tenían diez minutos, pasaron los diez minutos, y le vi a la compañera Johanna Moreira que venía bravísima y me dice: “Presidenta, cierre la votación, esos de UNES no van a votar”.
Entonces, dije: “¿será una estrategia de Pachakutik e Izquierda Democrática?”, porque siempre casi votamos juntos. Entonces, le dije al señor secretario que cierre la votación y resulta que yo me había olvidado de votar.
Y cuando uno se olvida de votar, automáticamente sale abstención. Eso se puede incluso verificar.
¿Usted no cree que fue un error?
No, yo voté conforme dijo cuando nos pusimos de acuerdo con la bancada.
Yo estaba muy molesta también de que no se le haya ayudado al compañero Yucailla, que tanto trabajó. Quería valorar el trabajo de un joven asambleísta kichwa.
¿Ya no hay reuniones de Pachakutik? Ahorita ya la bancada está totalmente quebrada con esos ocho o nueve asambleístas autodenominados rebeldes, pero antes, varios asambleístas con los que hablé también me decían que acordaban una cosa en la bancada y que luego votaban diferentes.
Sí, diferente.
Pero los rebeldes los acusan a ustedes
Nosotros los acusamos a ellos, y ellos eran siempre los que, en último momento, decidían otra cosa y querían igualmente llevarnos con ellos.
Y si no nos íbamos con ellos, automáticamente nos acusaban de todo y nos hacían una campaña interna.
Enseguida nos acusaron de gobiernistas y de lo que sea. A mí me parece increíble esta situación.
Le cuento, al menos de mi parte, de Salvador, gente madura políticamente, vemos más allá de todo, de las narices.
En cambio hay jóvenes asambleístas, incluso jóvenes dentro de Pachakutik, que ahora incluso con andar puestos la whipala se creen más Pachakutik que los propios Pachakutik.
Por ejemplo, una de las más críticas es la asambleísta Sánchez que es de esta línea de los rebeldes, que es fundadora de Pachakutik, ¿no?
Ella no es fundadora de Pachakutik, a ella la conocemos solamente en esta elección.
Ella nunca ha sido Pachakutik. En esta elección le toman en cuenta como candidata para las elecciones, que gracias al arrastre del movimiento Pachakutik llega a ser asambleísta nacional, al igual que el doctor Ricardo Vanegas, al igual que Mario Ruiz.
Son recién llegados al movimiento Pachakutik, antes no le hemos conocido a la señora, usted puede preguntar a todos los Pachakutiks. Yo, al menos, tengo más de 25 años en el movimiento.
Ella me dijo que es fundadora.
Ella no tiene eso, nosotros no la hemos conocido nunca.
¿Y cómo si no la conocen llega a ser asambleísta por Pachakutik?
Ese es el reclamo interno que hay dentro de la Asamblea, porque ella se ha dedicado, no solamente a desprestigiar a sus compañeros, a meter cizaña al interno de los Whatsapp, hiere la sensibilidad de los compañeros y tiene una actitud bastante negativa dentro del movimiento Pachakutik.
Incluso, ante la dirigencia, dice que ella ha estado en las marchas, en las luchas. Nosotros nunca hemos visto, yo he estado en la mayor parte de los levantamientos y yo he estado en todos los congresos de Pachakutik, pero nunca la he visto a ella y todos coinciden que ella recién asoma en esta campaña.
Justamente por eso ahora están reclamando mucho que, de aquí en adelante, debe haber siquiera, para ser candidato tiene que estar dentro del movimiento por lo menos dos años.
Ahora hemos tenido este Consejo Político, no sé lo que sigan diciendo, pero las bases han resuelto que los 25 asambleístas, como bancada, estemos juntos.
Primero, cumpliendo con la agenda parlamentaria del movimiento Pachakutik, porque nosotros tenemos una agenda propia. Y también cumpliendo las decisiones, tanto de la dirigencia de la Conaie, como de la dirigencia de Pachakutik, y también de la bancada.
O sea, las decisiones van a ser conjuntas y el que no, eso lo dijeron, el que no, va a ser sancionado.
¿Va a ir al Comité de Ética y puede ser expulsado?
No sé qué vaya a ser, hay procedimientos.
¿Cómo van a hacer ya para sentarse en la bancada, si no pueden ni discutir? Estos temas se ventilan por fuera del movimiento. Los rebeldes sacaron un comunicado y dijeron que no se hacían responsables de las decisiones que tome la bancada. Entonces, después de la reunión, ¿qué va a pasar? ¿Cómo va a ser la organización a partir de ahora? ¿Tienen que reunirse en la bancada y de ahí tomar decisiones?
Si son verdaderamente Pachakutik, tienen que obedecer las decisiones de las bases del movimiento.
Y si ellos no son Pachakutik, ellos tendrán su agenda propia y tomarán sus propias decisiones y serán dueños de sus propios actos.
Yo no soy nadie para criticarlos, porque los Pachakutik siempre, aunque tengamos nuestras diferencias, por delante siempre está la decisión de las bases, el cumplimiento de nuestro Código Orgánico y todo esto.
Además de eso, respetar las decisiones colectivas del movimiento.
¿Usted sintió que ayer, en el Consejo Político, le respaldaron como Presidenta?
Primero estoy agradecida de Dios.
Después de todo, mis compañeros coordinadores de todas las provincias del país, en cada una de sus intervenciones, siempre con sus decisiones que habían tenido en cada provincia vinieron y dijeron que respaldaban a la Presidenta de la Asamblea y también respaldaban la unidad de la bancada.
Por lo tanto, la mayor ilusión que ellos tenían es que todos estemos juntos.
¿Es un respaldo directo a usted?
Se podría decir que sí.
¿Esto margina un poco a estos autodenominados rebeldes?
Claro, si son verdaderos Pachakutik van a obedecer la decisión de las bases, las decisiones de la Asamblea Nacional y las decisiones de la Conaie.
Si no son verdaderamente Pachakutik optarán por otras razones.
¿Usted se reúne con sus compañeros asambleístas de Pachakutik?
Antes de que usted me entrevistara, yo estaba reunida con tres compañeros.
¿Los que la respaldan o también los que no la respaldan?
Con los que no y con los que sí.
¿Y de qué conversan con los que no la respaldan? Porque finalmente usted como Presidenta podría sentarse y decir, “a ver, ¿cuál es el problema aquí?” ¿Ha podido hacer eso con la facción de los rebeldes?
Por lo menos uno de los compañeros, no hace mucho se fue de aquí, de mi oficina, y me manifestaba que como presidenta les gustaría que esté más presente, o continuamente presente, cuando nos reunimos como bancada, porque les da alegría tenerme a mí, y mi respaldo e igualmente que los fortalezca en las decisiones que tenemos en las comisiones.
“Ya teniéndote a ti nos sentimos más fortalecidos”, me decían. Y, bueno, él me decía que si somos verdaderamente Pachakutik, vamos a aceptar.
¿Quién era el compañero que le decía eso?
Aquí estaban algunos compañeros.
Pero los que le respaldan, ¿y los otros, la asambleísta Sánchez, Pazmiño o Ruiz, con ellos ha podido conversar o no?
Me decían que el compañero Ruiz quería conversar conmigo.
Creo que ha faltado un poquito de mi parte en hacer las llamadas respectivas, pero conforme van pasando las horas voy a lograr conversar, si no es con todos, por lo menos con la mayoría.
¿Cree usted que puede sanar estas heridas abiertas internas del partido con esta facción de los llamados rebeldes?
Soy una autoridad de consensos y, en realidad, tengo un espíritu político.
Soy política. Un político debe conversar con todos, con los amigos y con los enemigos.
Bueno, para mí no hay enemigos, pero con los que no están con usted. Se tiene que hablar con todos porque si usted no siente ese mea culpa, o tal vez sin darme cuenta, los resentí, entonces yo creo que podemos conversar.
¿Incluso con las asambleísta Sánchez y Pazmiño?
Hay que agotar el diálogo.
Alguna vez en Fin de Año, yo queriendo mejorar la situación, que todo vuelva a la normalidad, que todos estemos juntos, por la unidad, fui por cada uno de sus curules y les invité a que vayan a compartir conmigo, en mi casa, una cenita.
Unos me aceptaron y otros no, pero de mi parte nunca ha faltado. Ya le digo, soy sencilla.
Tal vez demasiado humilde, pero las decisiones en favor de mi país son firmes. Yo apuesto mucho por la reconciliación, por la unidad nacional, por la gobernabilidad.
Apuesto también a luchar por la institucionalidad y eso es lo que me toca hacer, y político que es rencoroso y odiador no llega a ningún lado.
En algún momento, Presidenta, ¿hubo alguna sugerencia informal de que usted renuncie a la presidencia?
Gracias a Dios, hasta ahora, no.
Más allá de los que no lo han dicho, pero con su accionar han dado mucho que decir. Incluso frente a la prensa, pero a mí personalmente jamás. Yo le mentiría si digo lo contrario.
¿Tiene intenciones de renunciar?
No, porque yo entré por la puerta grande.
Y me gustaría salir por la puerta grande, no por mí, por Pachakutik, por el amor que le tengo al movimiento.
He hablado con varios periodistas que cubren la Asamblea y me dicen que usted es la Presidenta menos asequible que recuerdan desde hace más de diez años. Yo misma llevo pidiendo una entrevista desde que usted se posesionó y corroboro que es muy difícil acceder a usted. ¿Por qué?
De vez en cuando rompo el silencio y he optado por no confrontar.
No quiero confrontar porque palabras sacan palabras.
Trato, al menos, de ser muy prudente y no caer en las provocaciones
¿La prensa le provoca?
No, con la prensa no. Con mis compañeros, porque a veces uno da declaraciones fuera de lugar.
Se le va algo y ahí es cuando comienza a haber estos roces, incluso con las bancadas y con los compañeros asambleístas.
Sí, podría tener la razón en el sentido de que debería informar más el trabajo hace la Asamblea Nacional. Pero este tipo de impases, primero fue con el gobierno y para no aumentar el conflicto, preferiblemente me callaba. Porque para pelear se necesitan dos y a veces los dejaba peleando solos. Eso me ha permitido mantenerme.
¿Es una estrategia suya no hablar con la prensa, entonces?
No.
Por ejemplo, ahora ya estoy hablando con usted.
Pero, por ejemplo, muchos dicen que cuando salió la denuncia de que usted había ido a este spa y que, con su equipo, habían pagado un precio exorbitante o el tema de los contratos de los desayunos, también con precios exorbitantes, y que cuando la prensa buscaba declaraciones, no habían declaraciones, no había acceso.
Hubo una rueda de prensa…
También dicen que su guardia impide que los camarógrafos y los fotógrafos se acerquen.
No, si cuando tuve problemas con el gobierno, hice dos ruedas de prensa, la una le hice con miembros del CAL, y la otra la hice con miembros del CAL y la bancada, que me acompañaron.
De verdad aclaré todos los puntos porque se ha dicho muchas cosas de la Presidenta de la Asamblea, pero hasta ahora nada se ha probado.
Usted sabe que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, primera cosa.
Segunda cosa, sí estaba muy preocupada por estos temas. Incluso, como presidenta de la Asamblea Nacional fui quien dispuso, y también garanticé, tanto las investigaciones como las sanciones.
Eso lo hice a través del CAL y a través del Comité de Ética. Y por estos temas exclusivamente, de tantas cosas que se dijeron, de los viáticos, de los contratos, también se habló de los puestos que se estaba, según ellos, pidiendo al gobierno y nada de eso se probó.
Entonces, yo fui más allá y pedí a la Contraloría que se haga un examen especial de todos estos contratos que decían que estaban mal hechos y ya se hizo la auditoría y resulta que, gracias a Dios, los resultados fueron positivos.
¿O sea, no estaban mal hechos?
No estaban mal hechos y, otra cosa, es que resultó cero corrupción, primera cosa.
Y, segundo, siempre yo en los medios de comunicación he dicho que el que no debe, no teme.
¿Pero usted, su política, va a seguir siendo reacia a los medios?
Yo le manifesté aquí a mi secretario de Comunicación y también a mi asesor de Comunicación que, de aquí en adelante, voy a romper con el silencio.
Después de que dice estas palabras, que parecen medidas con profunda cautela, río y ella también. Hace una pausa larga antes de responder la siguiente pregunta, como quien mide cada frase que va a decir.
Al fin.
Poco a poco voy a ir rompiendo el silencio.
¿Le asustan los medios, Presidenta?
No me asustan, pero sí me preocupan porque yo soy una mujer muy frontal y antes era muy confrontativa porque estaba siendo una lideresa de una provincia.
Usted sabe que yo he sido una mujer de lucha, he luchado por los derechos de la naturaleza o de la Pachamama, nuestra tierra y también he luchado por los intereses de mi provincia, incluso por eso fui encarcelada.
He luchado por las mujeres.
El 7 de diciembre de 2007, la entonces prefecta Guadalupe Llori, fue detenida por presunto sabotaje y terrorismo en el gobierno del entonces presidente Rafael Correa.
Se la acusó por organizar una huelga en la parroquia de Dayuma en la provincia de Orellana, durante el gobierno de Correa. Llori fue detenida en su casa y después fue llevada a Quito. Tres meses después, Llori fue destituida de su cargo como prefecta.
¿Pero se quedó con ese susto, de esa lucha o de qué?
Fui encarcelada casi por un año, pasé de prefecta a rea.
Al menos yo era de las mujeres que toda la vida me sentí tan libre, siempre luché por la libertad, la justicia y era de las personas que siempre, no solamente en mis discursos, sino en la forma de decir y hacer las cosas.
Yo que siempre me consideré libre, de pronto, tenía puestas esposas. En la cárcel me decían: “Lupita, calladita te ves más bonita”, porque ahí no me permitían dar declaraciones y hablar con la prensa, y me decían que si yo hablaba nos iban a hacer una requisa y hacer una requisa en la cárcel es el peor castigo que puede tener una privada de libertad.
Entonces, me decían que si yo hablaba con la prensa y nos hacían una requisa, me podían dar una paliza.
¿Se quedó con ese temor? Porque ahorita ya está en libertad, la prensa no le va a dar una paliza, más que con las preguntas duras que le haga.
Llori sonríe con amabilidad, como quien intenta entender el nuevo momento en el que se halla y el nuevo contexto en el que su exposición pública y mediática es inevitable.
Sí, ese es un buen ejercicio el que usted está haciendo, que esté dándome confianza.
Bueno, no queda ahí el asunto. Salgo de prisión y continuó la persecución porque seguía el gobierno de Correa, que me perseguía.
Incluso me prohibieron, una vez que salí de la cárcel, dar declaraciones, porque igualmente me iban a perseguir. Y, más que todo, detrás de Guadalupe Llori hay una familia, una familia que durante 11 meses sufrió increíblemente.
Mientras recuerda la época en la que tuvo que enfrentarse a todo el aparataje del Estado, a Guadalupe Llori se le quiebra la voz. Sus ojos se vuelven vidriosos, se toca una mano con la otra, baja un poco la mirada pero no deja de hablar, aunque hace pequeñas pausas para contener las lágrimas.
Son estos temas que no me gusta toparlos, primero porque todavía no he recibido la ayuda necesaria, no me he hecho tratar, y porque no he tenido tiempo.
Salí de prisión y en mi casa me decían: “mamita, cuidado por hablar de más, no ataques, no acuses, porque aquí en casa te esperamos tus hijos y tus nietos”. Y a veces mis hijas decían: “mamá, ya no queremos más sufrimiento”.
Pero, necia usted, ¿no? Ahora es presidenta de la Asamblea, justo el puesto más político de todos los puestos posibles.
Verá, le cuento.
Salí de la cárcel y quise recuperar la Prefectura, incluso un juez me dio la sentencia favorable, y cuando quise recuperarla, me militarizaron la Prefectura y sitiaron toda la ciudad.
Entonces, yo ya no pude recuperar la prefectura.
Y luego en esa pequeña rebeldía que siempre tuve en mi vida, ser una mujer perseverante y todas estas cosas.
O sea, sí perdí el tema de comunicación, pero muy dentro de mí todavía seguía viviendo esa guerrera, esa mujer que toda la vida enfrentó a la vida por los demás.
Entonces decidí candidatizarme de nuevo y gané, le gané a Correa, porque eso era lo que le quería demostrar yo y mi pueblo, que es un pueblo aguerrido.
Luego de eso, como él continuó, yo volví a ganar, le cuento, otra vez la prefectura. Entonces yo nunca tuve tiempo, siempre estuve en la gestión, en la lucha y todo esto.
¿Y ahora cree que le faltó ese tiempo para sanar?
Sí, o sea, necesitaba ese tiempo para hacerme tratar y de ahí a asambleísta y de ahí a Presidenta de la Asamblea.
O sea, no tuve el tiempo, me quedé con esta cuestión de la comunicación en la cabeza, por mi familia, porque me podían nuevamente encarcelar porque yo soy demasiado frontal y soy directa.
Siempre he tenido un discurso de barricada y por la lucha. Yo fui la que me enfrenté a todos los gobiernos, por los derechos de mi pueblo, porque era la provincia petrolera y no teníamos agua, no teníamos un metro de asfalto, no teníamos luz, no teníamos absolutamente nada, luchaba por servicios básicos y todo eso.
Eso es un dolor: ver que todo el país tenía y nosotros no teníamos nada y, ¿ de dónde salía la riqueza para el país, para mantener el país? Era de Orellana. Antes estaba con el 67% de producción petrolera, ahora en cambio ya estamos casi por el 78% de producción petrolera.
Esa era la rebeldía que yo tenía: ¿por qué mi pueblo no? ¿por qué todos sí y mi pueblo no? O sea, esa era la realidad que me obligaba a luchar, a trabajar y todo eso por mi pueblo.
Lo hice en silencio, desde ahí ya no hablé con la prensa, o sea ahí ya me callé, siendo perfecta, siendo alcaldesa.
Lo único que hice es agachar, trabajar y demostré con obras, demostré con procesos de construir ciudadanía, o sea, siempre estuve con las bases y por eso la gente siempre confió en mí. Incluso, pese a mi silencio, siempre fui la preferida de Orellana, siempre en las elecciones me han apoyado. Ahora ya, 20 años con 8 meses en la política.
En 2009 fue electa nuevamente prefecta de la provincia de Orellana y volvió a ser reelecta en 2014. En 2018 renunció a su cargo como prefecta para ser candidata a la Alcaldía de Puerto Francisco de Orellana. Pero perdió las elecciones.
¿Qué le diría a la gente que dice que el puesto de Presidenta de la Asamblea le quedó grande?
No, porque sigo siendo la misma y, aún en silencio, sigo trabajando con todo el ñeque respectivo.
Dos logros: siendo Presidenta de la Asamblea y con solo 70 votos logramos estructurar la Asamblea Nacional con todas sus autoridades.
Logramos estructurar y aprobar una agenda parlamentaria, lo que se debía presentar en dos meses lo hicimos en un mes, porque logramos hacerlo de manera participativa, incluyente con todas las bancadas.
¿Le preocupa perder la Presidencia de la Asamblea?
No. Eso depende de Dios porque quien pone autoridades es Dios y en este caso también los asambleístas con su voto. Soy una mujer muy desprendida.
¿Usted es gobiernista?
No. Yo soy Pachakutik y bien Pachakutik.