Al mediodía del viernes 22 de octubre de 2021, el presidente Guillermo Lasso anunció que los precios de los combustibles quedaban fijados en 2.55 dólares por galón de gasolina extra, y 1.90 para el diésel. Era una de las líneas rojas establecidas por los bloques legislativos de Pachakutik (PK) y la Izquierda Democrática (ID) en  sus conversaciones con el gobierno. Fue, además, uno de los temas abordados en la última reunión entre Pachakutik  y el gobierno, a la que asistió, además de la Ministra de Gobierno, Alexandra Vela, el Presidente de la República, Guillermo Lasso. 

Los acercamientos con estas dos bancadas parecen ser el intento del oficialismo de concretar un peso político en el legislativo, que hasta ahora no ha alcanzado. Los diálogos van encaminados a eso, obligando al gobierno a encontrar puntos medios entre el variopinto ideológico y político de la Asamblea, que incluye a sus opositores políticos por naturaleza, la Unión por la Esperanza (UNES) y el Partido Social Cristiano (PSC), cercano ideológicamente pero en disputa política desde la posesión de la nueva Asamblea. 

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El anuncio de la congelación de los precios del diésel y la gasolina y la celebración de Pachakutik parecían dar cuenta de un consenso entre fuerzas distantes pero no irreconciliables. Sin embargo, la ilusión se quebró pronto. En un primer comunicado, compartido en Twitter y borrado posteriormente, PK celebraba el anuncio como “buenas noticias”. “El diálogo y la lucha tienen resultados”, decía el mensaje. El entusiasmo desapareció poco después: el comunicado fue borrado. 

Después, en dos tuits, uno de Pachakutik y otro de su bancada legislativa cuestionaron el alza del precio de los combustibles antes de congelarlos. Hasta hacía diez días, dijeron, la gasolina extra costaba cinco centavos menos del precio anunciado por Lasso y el diésel, 21 centavos menos. “Rechazamos esta medida que no es una solución real frente a la crisis económica”, dice el comunicado. 

Esta decisión podría ser dinamita en los débiles puentes que comunican al gobierno con los bloques de la Asamblea con los que más afinidad (o menor distancia, como se quiera leer) tiene. El diálogo se ha hecho a través de varias reuniones, incluyendo dos la semana pasada, y parecía dar frutos. Pero para la tarde del viernes, el acuerdo parecía haber rebobinado a cero. 

Las conversaciones empezaron el lunes 18 de octubre. Esa mañana se reunieron la ministra Vela y los coordinadores de los tres bloques: PK, ID y la Bancada del Acuerdo Nacional (BAN). 

Hubo otra reunión el miércoles 20. Asistieron todos los legisladores de Pachakutik. Además, estuvieron Marlon Santi y Cecilia Velásquez, de la directiva de esa organización (ambos son dirigentes, no asambleístas), el presidente Guillermo Lasso y la ministra Vela. Una reunión similar a esta última, pero con la ID, está prevista para la próxima semana, el martes 26 de octubre a las seis de la tarde, en Carondelet.

El detalle de los acuerdos o temas que discutieron no se conocen pues la reunión con Pachakutik fue a puerta cerrada. En una entrevista telefónica hecha la mañana del viernes 22 de octubre, antes del anuncio del congelamiento del precio de los combustibles, la ministra Vela me dijo que los temas y resultados se presentarían una vez que hayan alcanzado acuerdos. 

Sin embargo, el tema de los combustibles era uno de los más álgidos y, por eso, el reclamo de Pachakutik, posterior al anuncio, podría ser preocupante. Eso, aunque el jefe de bancada de la ID, Alejandro Jaramillo, tuiteó tras el anuncio que “congelar el incremento o variación de los precios de los combustibles nos da esperanza”. Si la medida cuenta con el apoyo del bloque ID aún no se sabe, pero de eso podría depender que se sostenga o se quiebre la cercanía entre PK, ID y BAN.

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Juan Fernando Flores, coordinador del BAN, dice que el propósito de los diálogos con las bancadas de la ID y Pachakutik es construir un bloque que pueda formar una mayoría: 32 legisladores del BAN, 23 de Pachakutik, y 15 de la ID suman 69. 

Apenas les faltaría un legislador para lograr la mayoría absoluta requerida para aprobar leyes o para censurar y destituir a ciertas autoridades. Para aprobar otros temas como reformas a la Constitución, destitución de asambleístas o juicio político al Presidente de la República se requiere mayoría calificada, es decir 91 votos. 

Fuera de ese acuerdo quedarían los otros dos grandes bloques legislativos ecuatorianos: el del Partido Socialcristiano y de la coalición correísta UNES. Hasta ahora, ni Paola Cabezas, coordinadora de bloque de UNES, ni Esteban Torres, coordinador del bloque del PSC han sido invitados formalmente a un diálogo con el gobierno de Guillermo Lasso.

Sin embargo, al ser consultados sobre la posibilidad de formar un solo bloque oficialista, ni el jefe de bloque de la ID ni de Pachakutik me contestaron. Tras el pronunciamiento de Pachakutik después del congelamiento de los precios de los combustibles, las intenciones de Flores podrían quedar en eso: intenciones que, además, parecen estar alejadas de aquellas del Ejecutivo. 

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La ministra Vela me dijo que en las conversaciones con ambas organizaciones el gobierno no contempla la posibilidad de la que me habló Flores. “Es importante esclarecerlo: no se trata de formar un bloque si no de tener un acuerdo programático”, me dijo Vela. Ese consenso sería, según la Ministra, sobre ciertos puntos “indispensables” para que el país “pueda salir adelante, transformar las estructuras que debe transformar y trazar un camino que le permita superar la crisis económica”, me dijo Vela.  

El encuentro del lunes de la semana pasada fue el primero que se hace entre el gobierno y las cabezas de los bloques más cercanos al oficialismo. Antes, tanto Pachakutik como la ID se reunieron con la ministra Vela para hablar sobre las reformas a la Ley Orgánica de Educación (LOES) y para tratar la proforma presupuestaria. 

Este tipo de diálogos suelen hacerse para discutir proyectos de ley que surgen del Ejecutivo. El propósito es encontrar consensos para obtener los apoyos necesarios y poder crear normas que permitan al presidente ejecutar su programa de Gobierno.

Rafael Lucero, coordinador del bloque de Pachakutik, contó que cuando debían reunirse con el gobierno para tratar la aprobación de la proforma presupuestaria en septiembre pasado, su reunión no se pudo desarrollar porque faltaban varios asambleístas de su organización. Irónicamente, tras la reunión fallida, fue Mireya Pazmiño, legisladora de Pachakutik, quien presentó una moción en el pleno para pedirle al gobierno que se acoja a las observaciones de la Asamblea. La proforma fue devuelta a la presidencia de la República. 

En el caso de la discusión entre la ministra Vela y los bloques de ID y PK sobre las reformas a la LOES, Alejandro Jaramillo, coordinador de bloque de la ID, contó que la reunión con Vela, en esa ocasión, fue posterior al envío del proyecto, por lo tanto, dijo, no fue una reunión tan “operativa”, es decir no sirvió para presentar propuestas pues estas ya estaban hechas

Si los temas no se tratan previo a ser enviados a la Asamblea, me dijo Jaramillo, “no va a haber resultados después”, como ocurrió, por ejemplo con el proyecto de ley Creando Oportunidades, sobre los que la ID ya ha hecho algunas observaciones en estas conversaciones, según Jaramillo, sobre todo en el tema laboral, pero también en el tributario. 

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La mañana del 14 de mayo de 2021, el PSC reveló que hasta hacía unas horas, había existido un acuerdo entre el PSC, CREO y UNES. Ese día se posesionaba la Asamblea Nacional para el período 2021-2025. Tras entrevistas y declaraciones posteriores de los líderes de ambos partidos y de otras personas que participaron en los diálogos, se supo que surgió de conversaciones entre los líderes de las dos organizaciones —Rafael Correa y Jaime Nebot— y el entonces presidente electo, Guillermo Lasso, de CREO. 

El acuerdo incluía el apoyo de las tres bancadas para votar por el socialcristiano Henry Kronfle para que sea presidente de la Asamblea Nacional. En la mañana de ese día, Guillermo Lasso llamó a Kronfle para confirmarle su apoyo: “No te preocupes, hermano, cuenta con nuestros votos”, le habría dicho según la versión de alguien que escuchó la llamada.

Lo que ocurrió después quedó ya registrado para la historia: el acuerdo se rompió y después de casi tres días de discusiones, CREO y Pachakutik lograron un acuerdo para que haya presidente del legislativo. Una persona que asesora en la Asamblea quien conoce de cerca a las bancadas, y que pidió dejar en reserva su nombre, dice que la ruptura trajo consecuencias evidentes en las relaciones de poder en la Asamblea y en la fragilísima alianza entre CREO y PK. 

“Para la elección de autoridades, no es que CREO convence a Pachakutik, Pachakutik utiliza a CREO como plataforma”, dice y recuerda que poco después de que Guadalupe Llori fuera designada como Presidenta de la Asamblea —gracias a los votos de CREO— dijo que tenía dudas sobre las elecciones presidenciales de 2021 y que en su agenda de fiscalización estaba la propuesta de llamar a juicio político a los miembros del Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Contencioso Electoral porque aún tenían  “mucho dolor en nuestro corazón y mucha duda sobre lo que pasó en las elecciones”. La mujer a la que Guillermo Lasso puso en la cabeza legislativa cuestionaba la elección ganada por Lasso. “Pachakutik es un movimiento que actúa desde el hígado, su militancia es muy pasional, con menos estrategia que pasión”, me dijo la persona asesora. 

Desde entonces, ha sido un trastoque de alianzas débiles. Las puertas del que se supone que es el aliado natural de CREO, el PSC, no han vuelto a ser tocadas. Y ha sido excluido de las reuniones con el Ejecutivo. “No ha habido ninguna invitación a un diálogo, ni siquiera ha habido llamadas”, me dijo el coordinador del bloque PSC Esteban Torres en una entrevista telefónica. “Es una maniobra deliberada”, me dijo, para excluirlos de los diálogos. 

Su coidearia Dallyana Passailaigue me contó que en agosto pasado, tuvo contacto con un asesor de la ministra Vela a propósito de la LOES. El acercamiento fue para tener una reunión en una oficina en la plataforma gubernamental y sin la presencia del Secretario de Educación Superior. Passailaigue cuenta que tras “ponerse a las órdenes” no tuvo más respuestas. “Ahí se cerraron las puertas por primera vez”, me dijo la asambleísta por el PSC. 

Unos días después, me dijo, la volvió a contactar el mismo asesor para intentar coordinar otra reunión para tratar la proforma presupuestaria. Passailaigue me dijo que le pidió al asesor que le indique si ya existía la resolución emitida por el Consejo Nacional de Planificación, que aprueba el Plan Nacional de Desarrollo, del que se desprende el presupuesto, pues ella consideraba un documento clave para poder discutir la proforma. “Él me respondió  ‘No hay problema’. Yo pensé que me iba a indicar el día para la reunión pero en seguida me dijo ‘Se cancela la reunión’”, recuerda la asambleísta socialcristiana. 

Desde que se rompió el acuerdo de mayo, tampoco ha habido acercamientos con UNES, me dijo  su coordinadora de bancada, Paola Cabezas. “La ministra hace conjeturas sobre la Asamblea cuando ni siquiera se ha sentado a hablar con quienes somos parte de las fuerzas legislativas”, me dijo Cabezas en las Entrevistas GK. Dijo, además, que se enteró por un medio de comunicación que Vela había anunciado una reunión con ella. “Pero yo jamás recibí una carta formal, como debe ser”, dijo Cabezas. 

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En nuestra conversación del viernes 22 de octubre, Vela me dijo que sí invitará al diálogo a UNES y al PSC en las próximas semanas. “Ese acuerdo que fue planteado para elegir autoridades en la Asamblea es un acuerdo al cual el gobierno no va a regresar”, me dijo la ministra de Gobierno. “Pero hay una realidad que es la representación otorgada por el pueblo a UNES y PSC, así que el gobierno mantiene la posibilidad de diálogo con ellos”, me dijo Vela. 

Los líderes de UNES y el PSC han dicho públicamente estar dispuestos a dialogar con el gobierno. Sin embargo, también han dicho que los epítetos que distintos representantes de CREO y del gobierno han proferido hacia esas dos organizaciones políticas, sus líderes y sus militancias, podrían mermar esa posibilidad. “Eso de tratarnos de mafiosos, de desestabilizadores, que UNES es responsable de todos los males que le pasan al país, creo que eso no le hace bien ni al gobierno ni al país. Nadie desestabiliza al gobierno, el gobierno se desestabiliza solo”, dijo Cabezas. 

Pero Vela me insistió en que el gobierno está abierto al diálogo. Según la ministra, las declaraciones disonantes no han venido por parte del gobierno de Lasso si no de los líderes del PSC y UNES. “Quisiera señalar a usted las declaraciones que han formulado en distintos momentos, a través de diferentes vías y medios de comunicación, desde cuentas de Twitter el señor ex presidente Rafael Correa y Jaime Nebot. Y no emitiré ningún otro comentario adicional”, me dijo Vela en la entrevista telefónica. 

Me aseguró que, a pesar de ellos, el Ejecutivo “ha mantenido distintos niveles de comunicación con los dos bloques legislativos, desgraciadamente no se han podido concretar esas reuniones”. Insistió que tanto PSC como UNES “oportunamente recibirán la invitación correspondiente”.

Con ese panorama, los puentes que ya existen no parecen ser muy sólidos —sobre todo con Pachakutik— y, probablemente y más con el paso de los meses, se haga evidente la necesidad de tenderlos también con las dos organizaciones con las que, originalmente, CREO buscó acuerdos: PSC y UNES. 

La otra opción no descartada por el Ejecutivo es la muerte cruzada que permite al presidente disolver la Asamblea y, mientras el CNE convoca a nuevas elecciones, gobernar por decreto. Una movida política arriesgada pero que el Presidente, dijo en un conversatorio con varios periodistas, no ha descartado si sus propuestas de reforma laboral y tributaria no son aprobadas.