El cambio de mando fue ayer, 24 de Mayo, y el expresidente Lenín Moreno finalmente dejó su cargo; Moreno ya que estaba contando “los días para irse a su casa”, como dijo en una entrevista. Según la encuestadora Cedatos, Moreno terminó su periodo con un 9,3% de aprobación de su gestión. La encuesta también consultó sobre la aprobación del actual mandatario, Guillermo Lasso Mendoza, que ha trabajado por una década para estar en la silla presidencial y gobernar el país; según la misma encuestadora. Lasso comienza con 60,5%.

La aceptación del presidente  Guillermo Lasso mejoró ocho puntos desde las elecciones generales del pasado 11 de abril de 2021 cuando ganó con un 52,6% frente al candidato del oficialismo Andrés Arauz que obtuvo un 47,54%.por dos factores según la misma encuesta: el primero, la población tiene optimismo frente al nuevo gobierno y, el segundo, por la apreciación positiva de cómo Lasso ha organizado y confirmado su gobierno.

Cuando Lenín Moreno comenzó su periodo en 2017 la aprobación de su gestión fue del 53,4% y fue aumentando a medida que se separaba del expresidente Rafael Correa. El 30 de agosto de ese año, Cedatos reportó el punto más alto de la aprobación de su gestión, 77 %; sin embargo, esta realidad cambió cuando el grupo de disidentes Oliver Sinisterra asesinó a un grupo de periodistas de diario El Comercio, el 13 de abril de 2018, tras haberlos secuestrados en una cobertura en la ciudad fronteriza de Mataje, Esmeraldas. El gobierno de Lenín Moreno negoció con el grupo armado por más de 15 días sin éxito. El 30 de mayo de 2018, un informe de Cedatos reflejaba que la gestión del exmandatario era del 46%. A partir de este evento la popularidad de Moreno fue en picada y un año después la misma empresa consultora informaba que el ahora expresidente contaba con el 26% de aprobación debido a que la gente percibía un incumplimiento de sus promesas de campaña en la que ofreció mayor estabilidad económica a los hogares ecuatorianos y seguridad.

El punto más bajo de aceptación lo tuvo el cuatro de octubre, 8%, un día después de que anunciara que se liberaría el precio de los combustibles y se quitaban los subsidios, por lo que diversos sectores sociales protestaron en contra de esa medida. Con ella el Ejecutivo esperaba cubrir parte de la brecha fiscal y cumplir un compromiso con el FMI para acceder a una línea de crédito. Pero con el paso de los días la situación se agravó y Moreno tuvo que retroceder en su decisión. Tras la derogatoria del Decreto 883, la aceptación de Moreno subió al 19% y se mantuvo hasta el 30 de mayo de 2020 cuando comenzó la pandemia y la encuestadora informó que tenía el 16% de aprobación. 

El declive de la aceptación de Moreno se terminó de desplomar cuando se destaparon los casos de corrupción de los hospitales durante la pandemia, uno de los más sonados fue el  caso de la compra de fundas de cadáveres en el Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Los Ceibos, en Guayaquil. Allí se compró cada bolsa antifluidos a 148 dólares cuando en el mercado costaba alrededor de 12 dólares. Según Cedatos para octubre de 2020 la aceptación del exmandatario era del 7,3%.

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