El 17 de febrero del 2013, Guillermo Lasso quedó en segundo lugar en la carrera presidencial —aunque obtuvo 23% de la votación, no le alcanzó el puntaje para pasar a segunda vuelta, Rafael Correa ganó en primera con 57%. Esa era su primera participación electoral. El candidato presidencial del entonces, recientemente creado movimiento CREO, ofreció una rueda de prensa en la que autoproclamó a su organización como “la segunda fuerza política del país”. Los números de Lasso —y de CREO— no estaban nada mal para el doble estreno electoral que hacían, en ese momento, el candidato y el movimiento.
Cuatro años después, en el 2017, Lasso se volvió a presentar como candidato y quedó, otra vez, en segundo lugar. En esa ocasión ya no era su contendiente Rafael Correa, sino Lenín Moreno, también de Alianza País. La fuerza del oficialismo no fue suficiente para que Moreno venciera en primera vuelta —Moreno obtuvo 39% y Lasso, 28%, 5 puntos más que en su participación anterior— y ambos candidatos se enfrentaron en una segunda vuelta que no estaría exenta de cuestionamientos por lo apretado de los resultados. Finalmente Moreno se impondría a Lasso con 51.2% frente al 48.8%.
Ahora, febrero de 2021, ocho años después de su primera participación electoral, Guillermo Lasso ha logrado, nuevamente, el segundo lugar en las elecciones. En esta ocasión con, 19.74%, un margen mínimo —aún cuestionado —con el candidato de Pachakutik, Yaku Pérez, que quedó en tercer lugar con 19.38%. Si bien estos números garantizan a Guillermo Lasso el paso a segunda vuelta —aunque el CNE tendrá que resolver los recursos interpuestos por Yaku Pérez—, en comparación a sus participaciones anteriores, estos son sus peores resultados. Con la mirada puesta en la segunda vuelta de estas elecciones, ¿dónde se juega, para Guillermo Lasso, la segunda vuelta?
También podría interesarte:
→ Tres formas de ver el retroceso del correísmo
Según los datos, hay tres territorios clave. Primero, después de 2017, parecía que Quito era un territorio donde Lasso podía contar con un apoyo importante, pues en la primera vuelta de ese año obtuvo el 32% de los votos — solo 5% menos de lo que obtuvo Moreno, y en segunda vuelta logró ganar en la capital con el 52% de los votos. Pero, ¿es Quito lassista? Los datos sugieren que no. Más bien, Quito parece ser anticorreísta. Dicho más precisamente, Quito parece preferir una opción distinta al correísmo, que no necesariamente es Guillermo Lasso. Y una señal de eso es la elección de Mauricio Rodas en 2014. Ese año, Rodas, un desconocido en la política —se lanzó a la palestra pública en 2013 cuando participó como candidato presidencial— le arrebató la Alcaldía de Quito a Augusto Barrera, candidato oficialista que, además, era alcalde en funciones y tuvo el respaldo de Rafael Correa, entonces Presidente de la República.
Años después, en la primera vuelta de 2021, el desempeño de Lasso —que puede estar relacionado con ese voto anticorreísta— fue modesto (27%) si se tiene en cuenta el ascenso que tuvo de 2013 a 2017 (de 24% a 32%). Las razones son obvias: buena parte de los votos en Quito fueron a Xavier Hervas (24%) y Yaku Pérez (15%). En la capital el porcentaje alcanzado por Andrés Arauz, 22%, es notablemente cercano al 23% alcanzado en el cantón por Paola Pabón en 2019 en su carrera por la Prefectura de Pichincha, y al 18.4% logrado por Luisa Maldonado en su disputa por la Alcaldía de Quito, ambas candidatas de Fuerza Compromiso Social, organización que respaldó al correísmo en las elecciones seccionales de 2019. Es decir, la votación de Arauz parece confirmar la idea de que el correísmo tiene un voto duro —aquel que está ya garantizado— en la capital de alrededor del 20-22%. La pregunta es, en segunda vuelta, ¿cuánto más de voto blando —aquel que podría modificarse en favor de un candidato u otro de acuerdo a varios factores— podrá alcanzar Guillermo Lasso?
Para dar una respuesta hay que poner las cosas en perspectiva. Si comparamos el rendimiento de Lenín Moreno en 2017 con respecto al de Andrés Arauz en 2021, Arauz obtiene 15 puntos menos (37% versus 22%). Comparado con 2017, Lasso alcanza sólo 5 puntos menos en 2021 (32% vs 27%). La votación de Yaku Pérez en la capital (15%) es equivalente al retroceso de Arauz con respecto a Moreno: es decir, si sumamos esos 15 puntos al voto de Arauz, obtenemos los 37 que Moreno obtuvo hace cuatro años.
Pero, ¿podemos decir con certeza que todos los votos de Yaku Pérez fueron votos correístas en años anteriores? No. ¿Podemos decir que todos los votos que fueron a Pérez en primera vuelta irán a Arauz en segunda vuelta? Tampoco. ¿Sabemos a dónde irán los votos de Xavier Hervas en la segunda vuelta? Ahí está un electorado clave que será fundamental para ganar la ciudad, pues representa casi la cuarta parte de los votos quiteños. Ni Guillermo Lasso, ni Andrés Arauz tienen algo asegurado.
Más allá de los números, pensando en lo de fondo, en Quito se pone a prueba si la división correísmo-anticorreísmo va a ser el clivaje determinante. A diferencia de, por ejemplo, el clivaje progresismo-conservadurismo, pues claramente cierta parte de los votantes de Hervas y Pérez se identifican con causas progresistas, por lo cual es importante para Lasso y Arauz ir tras estos votos. Las candidaturas de Xavier Hervas y Yaku Pérez encarnaron con éxito una alternativa anticorreísta diferenciada a la debilitada figura de Guillermo Lasso. Ambos —Pérez y Hervas— obtuvieron juntos alrededor de 39%.
En segundo lugar, hay que mirar Azuay, provincia en el sur del país. Tradicionalmente, Azuay había sido un bastión correísta hasta 2017, y la participación, en 2021, de Yaku Pérez, que en 2019 había ganado la Prefectura de esa provincia y renunció al cargo para postularse a la Presidencia de la República, generaba expectativa en esa provincia. Al igual que en el caso de Quito, los resultados de Azuay nos hacen ahora ver a la provincia con otra luz.
Yaku Pérez obtuvo un significativo 42%, la votación más alta de la provincia, y los resultados de los dos cantones más importantes electoralmente hablando —Cuenca y Gualaceo— revelan un contraste importante con los resultados que obtuvo Andrés Arauz. En Cuenca, Pérez alcanza más de 38% —el doble que Arauz— y en Gualaceo alcanza casi 57% —casi el triple que Arauz. Fuera de la votación por Pérez, el resto de la votación en Cuenca se dividió en porciones bastante similares: Lasso obtuvo el tercer puesto con 17.4% de los votos, Arauz obtuvo 19.1%, y Hervas logró un 16.5%.
En Gualaceo, la votación de los dos primeros lugares concentró muchos más votos: Pérez sacó 56.7% y Arauz alcanzó 19%. Hervas y Lasso alcanzaron votaciones muy inferiores (11% y 7%, respectivamente). El resto de los cantones de Azuay se parecen a uno de estos dos casos: el voto se divide equitativamente entre Arauz, Lasso y Hervas por debajo de Pérez, o el voto se concentra sólo en Pérez y Arauz.
Estos datos, aunque dan un panorama, no permiten predecir con exactitud lo que puede pasar en la segunda vuelta. En la primera vuelta de 2021, el correísmo perdió aparentemente su bastión en la sierra sur, pero esto no significa que Guillermo Lasso y CREO lo hayan conquistado. Por el contrario, significa que ahí hubo un giro hacia una opción diferente, con Yaku Pérez como figura política principal o Xavier Hervas como alternativa. En vista de la trayectoria histórica de todos los cantones de esa provincia, se puede especular que los 13 cantones restantes donde Lasso obtuvo menor votación en primera vuelta serán territorios que no le brindarán muchos votos adicionales en abril.
En cambio, en los cantones donde la votación fue más equitativa, como en Cuenca, parte de los votos que fueron a Pérez o Hervas son efectivamente disputables para Guillermo Lasso. En Cuenca, específicamente, también se pone a prueba si la división correísmo-anticorreísmo será el clivaje determinante. Y, además, el electorado cuencano es relativamente diferente al resto de Azuay: Hervas tuvo su mejor rendimiento en Cuenca (16.5%) (en comparación a los otros cantones de la provincia) y Pérez, en medio de su muy exitosa participación, obtuvo su peor rendimiento electoral en Cuenca (38.6%) (nuevamente, respecto al resto de cantones de la provincia).
Finalmente, hay que dirigir la atención a Guayas. Guayas es la provincia con más electores del país y, además, es la única provincia que tiene cuatro cantones que superan los 100 mil electores: Guayaquil, Durán, Milagro y Daule.
En Guayaquil, el cantón más importante de Guayas, Lasso alcanzó un poco más de 7 puntos con respecto a 2017: pasó de 22% a 29%. En ese mismo cantón, Andrés Arauz apenas logró superar a Lenín Moreno obteniendo un 38%, 3 puntos más respecto a 2017 (35%), pero suficiente para ocupar el primer lugar. Xavier Hervas y Yaku Pérez obtuvieron votaciones inferiores (11% y 8%, respectivamente).
Es decir, la idea de que Guayaquil es “correísta”es relativa pues, si bien el candidato correísta fue ciertamente el más votado allí, Guillermo Lasso fue el candidato que más aumentó su rendimiento si comparamos con 2017. La segunda vuelta mostrará quién fue capaz de llevarse esos “votos blandos” de Hervas y Pérez, y en Guayaquil también se pone a prueba si la división correísmo-anticorreísmo es el eje más importante de la decisión electoral. Nosotros presumimos que, basándonos en el comportamiento del cantón en elecciones anteriores, Guayaquil se decantará por la opción correísta.
En Durán y Milagro, el desempeño de Lasso es de 20% y 18%, respectivamente, muy similar a lo alcanzado en 2017 (17% y 20%, respectivamente). Por su parte, Arauz obtuvo 47% en Durán y 46% en Milagro, ambos por encima del 43% de Moreno en 2017. En Daule, Lasso obtuvo un crecimiento similar al de Guayaquil —casi 7 puntos— alcanzando 26% (versus 19% en 2017), mientras que Arauz obtuvo 39%, exactamente igual a lo alcanzado por Moreno en 2017 (39%). En estos cantones el correísmo concentra un porcentaje de votos mucho mayor que Lasso, lo cual significa que aquí Lasso no podrá crecer mucho como sí lo hará en Guayaquil. Es decir, Durán, Milagro y Daule seguramente se mantendrán con la opción correísta.
Pérez y Hervas se alternan el tercer y cuarto lugar en todos estos cantones sin superar en ninguno más del 12%. En los 21 cantones restantes de Guayas, Andrés Arauz logró mantenerlos como bastiones que tradicionalmente le han pertenecido al correísmo. Mientras que Lasso y Pérez mantienen márgenes estrechos, a los que se suma eventualmente Hervas.
Estos datos nos permiten decir que, aunque en varios cantones de Guayas Arauz queda primero, es Lasso el candidato de mejor rendimiento comparado con 2017, y quizás el candidato que mayor posibilidades tiene de captar los votos que fueron a Pérez o Hervas.
Las votaciones en estas tres provincias nos muestran que lo que pensábamos antes del 7 de febrero es debatible. Nos dejan, además, tres conclusiones importantes. La primera, Quito no es un cantón lassista, sino anticorreísta; es decir que su voto no es en favor de Lasso si no en contra del candidato que representa a Rafael Correa.
La segunda es que Azuay dejó de ser un bastión correísta, y hay diferencias en lo que podemos esperar según el cantón: en todos Pérez y Hervas restaron votos a Lasso y Arauz, pero los electores de, por ejemplo, Cuenca, parecen ser distintos a los de Gualaceo, por lo tanto es difícil hacer una predicción homogénea.
|Para saber las últimas actualizaciones sobre las Elecciones de 2021 en Ecuador, haz clic aquí|
La tercera es que Guayas sigue siendo un aparente bastión del correísmo, aunque en varios cantones Lasso gana más terreno que Arauz.
Todos estos datos nos permiten decir que Azuay será el lugar en donde Lasso se juega la segunda vuelta, pues es donde ganaron las candidaturas que dieron una alternativa al correísmo —Pérez y Hervas—. Para mantenerse competitivo en esa provincia deberá contar con los votos de esos dos candidatos. En Guayas, ganarle al correísmo resultará más difícil, ahí deberá enfocarse en crecer en Durán, Milagro y Daule, atrayendo al voto blando. Pero esos nuevos votos no le sumarán mucho, en comparación con Azuay. En Guayaquil, ciertamente tiene más opción de crecer, pero será insuficiente para ganar la provincia, pues los cantones más grandes son correístas. En Quito, por el antecedente anticorreísta, será más fácil que Lasso capte los votos de Perez y Hervas. En este sentido, Guillermo Lasso tiene un camino cuesta arriba.