Si lo que define el rendimiento electoral del correísmo en 2021 es su retroceso, a Lasso lo define una subida y una caída. 

Cuando compitió en 2017, Guillermo Lasso encarnaba la alternativa —capturaba el voto de los convencidos anticorreístas, y tenía el potencial de captar el voto de quienes habían votado por Alianza País en ocasiones anteriores, pero estaban inconformes y dispuestos a apoyar una opción distinta.

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En ese contexto, Lasso alcanzó un 28% en la primera vuelta presidencial de 2017, cuando se enfrentó contra Lenín Moreno que llegó a 39%. Cuatro años después, cuando se enfrenta a otro adversario del correísmo, Lasso está disputando el segundo lugar con diferencia apretadísima —menos de medio punto— con respecto al tercero, Yaku Pérez. El porcentaje de votación de Lasso es, por ahora, de 19.7%. 

En esta, su tercera participación, hay un retroceso con respecto a lo logrado por Lasso en 2017,  y 2017 fue un gran ascenso con respecto a 2013.

Porcentaje de votación por Lasso en 2021, 2017 y 2013.

Porcentaje de votación por Lasso en 2021, 2017 y 2013.

Con la única excepción de Guayas, Lasso retrocede con respecto a 2017 en todas partes. En 2021, en casi todas las provincias, Lasso alcanza un porcentaje inferior al que logró en 2013.

El resto de este artículo es previsible. Como hemos dicho sobre el retroceso de Arauz, los retrocesos en los porcentajes de las provincias donde hay más electores son más determinantes porque ahí hay considerablemente muchos más votos perdidos. No todos los retrocesos son iguales.


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Donde más retrocede es en las provincias amazónicas y en las de la Sierra centro —todas con relativamente pocos electores comparadas con, por ejemplo, las de la Costa. Retrocede “poco” —y yo más bien diría que sostiene relativamente el mismo nivel de apoyo que en 2017— en Manabí (ahí obtiene tres puntos menos que 2017) y Los Ríos (casi cinco puntos menos que 2017). En Guayas supera el rendimiento alcanzado en 2017 por cuatro puntos (25% en 2021, versus 21% en 2017), y en Pichincha retrocede seis puntos con respecto a 2017 (26% en 2021 versus 32% cuando se enfrentó a Lenín Moreno). El retroceso más considerable es, sin embargo, en Azuay, la quinta provincia más importante en términos de votos. Allí retrocede 18 puntos. 

Las razones del retroceso en Azuay son evidentes: en esa provincia Yaku Pérez obtiene más de 42% y Xavier Hervas alcanza 15%. Guillermo Lasso logra un 14% (la mitad del 32% en 2017 en esa provincia). Por cierto, Azuay es también donde Andrés Arauz más retrocede: obtiene 21%, 23 puntos por debajo de lo que alcanzó Moreno en 2017

Los porqués de los resultados de Yaku y Hervas deberían ser el centro de atención pero, por ahora, quedémonos sólo en los números. Si en algún lugar los demás candidatos resquebrajaron a Lasso —y a Arauz—, fue en Azuay. Ese es territorio de disputa para la segunda vuelta.

Otra forma de verlo es así:

Diferencia del voto por Lasso entre 2013 y 2017.

Diferencia del voto por Lasso entre 2013 y 2017.

La historia que los datos cuentan es que entre 2013 y 2017, Lasso ascendió considerablemente en la Sierra centro y sur, y en la Amazonía, pero todos esos territorios aportan comparativamente menos votos que la Sierra norte y la Costa. Los votos, efectivamente, no le alcanzaron para ganar en 2017, y en 2021, dada la participación de Yaku Pérez y Xavier Hervas en la competencia, Lasso pierde apoyo en los territorios que había conquistado en 2017 (Sierra centro y sur, y Amazonía), y pierde considerablemente en Azuay (otra vez, ¡hay que poner mucha atención a Azuay para la segunda vuelta!)   

Aún a la espera de datos más finos (el detalle a nivel de cantón y parroquia, y sobre todo, los resultados oficiales), habría tres posibilidades para la segunda vuelta. Al momento de escribir esto, el conteo es favorable a Lasso, entonces escribo asumiendo que él llegará a segunda vuelta.

Si es así, habría para él un posible regreso al escenario de 2017, dependiendo de cómo maneja la relación con Yaku Pérez. Esto significa la posibilidad de alcanzar el voto mayoritario de la Sierra centro, algo del sur, y Amazonía. Segundo, probablemente Arauz también volvería al escenario de Moreno de 2017, con posibilidad de recuperar (o sostener) el apoyo en Manabí y Los Ríos. 

Tercero, si todo lo anterior se cumple, entonces el desenlace dependería inmensamente de Quito y todo Azuay, donde la dirección que tomen los votos que fueron a Yaku Pérez y Xavier Hervas serán determinantes. A todo esto, lo que puede pasar en Guayas es una incógnita porque tanto Arauz como Lasso obtuvieron ahí un mejor porcentaje este año que en 2017, Pérez y Hervas sacaron relativamente baja votación (9% y 10%, respectivamente), y no es claro quién podrá exprimir más votos en esa provincia en segunda vuelta.

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Con estas condiciones de partida, una victoria en segunda vuelta para Lasso parece complicada, simplemente porque Arauz mantuvo el apoyo en los bastiones señalados y alcanzó una mayor votación en términos absolutos. Para Lasso, las posibilidades de remontar esa diferencia se juegan en Quito, Guayaquil y todo Azuay, y en su capacidad de traer a los votantes de Pérez y Hervas para su lado.