El salario básico, según la Constitución, debe ser justo y cubrir “al menos las necesidades básicas” del trabajador y su familia. Debe ser fijado por un acuerdo entre trabajadores y empresarios, en coordinación con el Ministerio de Trabajo. Cuando no hay acuerdo, el Ministerio lo determina.

El incremento depende de varios factores. La inflación es solo uno de ellos. Según el artículo 126 del Código de Trabajo, el salario básico también debe tomar en cuenta las “sugerencias y motivaciones de los interesados”. Por eso, en el Consejo participan las tres partes: empleadores, trabajadores y el Ministerio. El mismo artículo dice que la remuneración básica debe bastar para “satisfacer necesidades normales” de la vida del trabajador y de su familia.

Las necesidades básicas están establecidas en la Canasta Familiar Básica (CFB). Esta canasta representa el conjunto de bienes y servicios que son “imprescindibles para satisfacer las necesidades básicas de un hogar”, como el alquiler, la ropa y los productos de limpieza personal. Los productos están determinados por los hábitos mayoritarios de los consumidores. Calcular su costo sirve para analizar la relación entre salarios e inflación.

Hasta noviembre de 2019, el valor de la canasta era de 715 dólares. El precio se establece considerando una familia de cuatro miembros en la que 1,6 personas ganan la remuneración básica unificada. Con el sueldo básico de 2019, el ingreso de ese hogar sería de 735 dólares.

Otro de los índices que se toma en cuenta es el crecimiento económico del país, un indicador de cómo está la situación económica nacional. Según el Banco Central, el crecimiento del Ecuador en 2020 será menor al 1%.

La economista María Herrera dice que es importante tomar en cuenta “todos los factores para satisfacer las necesidades de todos los interesados y no solo de un sector”. Si hacemos una comparación solo vía inflación — que hasta octubre de 2019 fue de 0,50% y se proyecta que llegue a 0,84% en 2020— no habría mucha razón para un incremento, explica Herrera. En cambio, si se toma en cuenta otros factores, como el valor de la canasta — que cambió entre agosto y noviembre, pero se mantuvo estable el resto del año — se nota más la necesidad de un incremento.

Como cada sector representa distintos intereses, “lo ideal es que se pongan de acuerdo” dice Herrera. El salario básico, los precios de los productos básicos y el crecimiento económico del país están estrechamente relacionados. Según la economista Herrera, cuando el salario no es suficiente para satisfacer las necesidades básicas es porque no hay dinero y no hay empleo, entonces la economía no puede crecer y, como el sueldo no alcanza, la capacidad de compra de los ciudadanos disminuye. “Es un círculo vicioso” dice Herrera.

Sin embargo, llegar a un acuerdo ha resultado difícil para las tres partes involucradas. En los 18 años que se ha empleado este sistema se ha llegado a un acuerdo una sola vez. Sucedió en 2016, cuando el salario básico pasó de 366 a 375 dólares.

Ha resultado tan difícil que las tres partes llegaran a un consenso, que en en 2018, el Ministerio del Trabajo publicó un Acuerdo Ministerial que modificaba la organización del Comité y ya no exigía un acuerdo entre las tres partes. Desde el 2018 solo se necesita que dos de las tres partes se pongan de acuerdo para aprobar el Salario Básico Unificado.