Toachi Pilatón es un grupo de tres centrales hidroeléctricas —Sarapullo, Alluriquín y Mini Toachi— que generan electricidad en Ecuador. Las tres tienen una potencia instalada de 254,40 megavatios, que alcanza a abastecer de energía eléctrica a unos 800 mil hogares del país. El complejo está entre los cantones Mejía, Santo Domingo de los Tsáchilas y Sigchos, que están en las tres provincias: Pichincha, Santo Domingo y Cotopaxi.
La potencia de Toachi Pilatón es casi seis veces menor a la de Coca Codo Sinclar, que tiene 1.500 megavatios.
Al igual que Coca Codo, la construcción y operación de Toachi Pilatón tomó mucho más tiempo y dinero de lo que se planeó en 2006, cuando comenzó su construcción. La hidroeléctrica estuvo abandonada por 14 años en los que tuvo al menos cuatro cambios de empresas constructoras, de contratos, al menos 10 demandas nacionales e internacionales, la intervención de la Contraloría General del Estado por fallas en la construcción y más.
En 2025, luego de más de 10 años de problemas, comenzó su operación comercial. Es decir, a aportar energía al sistema eléctrico de Ecuador, que es el que distribuye la energía a todo el país.
Un año antes, en 2024, Fabián Calero, entonces gerente general de la Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), le dijo a GK que uno de los proyectos en los que estaban trabajando para solucionar la crisis energética en el país —con apagones de hasta de 14 horas— era empezar la operación de la central Alluriquín, que era la que faltaba del complejo Toachi Pilatón para que funcionara totalmente.
La central Alluriquín tiene tres máquinas que generan 68 megavatios cada una. Es decir, en total aporta con 204 megavatios de energía al sistema nacional interconectado de Ecuador. En promedio, en el país, una casa consume entre 150 a 250 kilovatio-hora al mes. Es decir, los 204 megavatios de la central Alluriquín de Toachi Pilatón abastecen alrededor de 661 mil casas, que representa entre el 75% de las viviendas del Distrito Metropolitano de Quito.
La central Sarapullo, que genera 49 megavatios, comenzó a proveer energía en marzo de 2023. Su generación abastece alrededor de 158 mil casas en Ecuador.
Te contamos 5 claves sobre Toachi Pilatón.
1. Está en las regiones Costa-Sierra para evitar escasez energética
Toachi Pilatón se construyó entre las provincias de Santo Domingo de los Tsáchilas, en la Costa ecuatoriana, y Pichincha y Cotopaxi, en la Sierra. Cuando hay lluvias en la Amazonía, donde están la mayoría de hidroeléctricas, en la Sierra hay sequía y viceversa.
Así que el objetivo de su ubicación es evitar que haya escasez de generación de energía cada vez que haya sequía en la Amazonía.

Toachi Pilatón está conformado por dos grandes centrales eléctricas: Sarapullo y Alluriquín y una pequeña Mini Toachi. Fotografía del sitio web del Ministerio de Energía y Minas.
En el 2024 la escasez de generación eléctrica de Ecuador por la sequía y falta de lluvias causó apagones de más de 14 horas diarias.
2. Estuvo a cargo de al menos 4 empresas
Toachi Pilatón fue uno de los grandes proyectos de generación de energía propuestos por el gobierno de Rafael Correa, como el emblemático Coca Codo Sinclair. Sin embargo, al igual que Coca Codo, tuvo una serie de problemas legales, técnicos y contractuales que los gobiernos que sucedieron al de Correa —Lenín Moreno, Guillermo Lasso y Daniel Noboa— trataron de solucionar.
El proyecto operó totalmente 11 años después de su supuesta inauguración en 2014. Y estuvo en manos de 4 empresas internacionales para su operación comercial:
En enero de 2008, el gobierno del entonces presidente Correa colocó simbólicamente la primera piedra y en su discurso destacó su importancia. El presupuesto inicial fue de 336 millones de dólares. Al final, en 2025, según Fabián Calero, viceministro de Energía y Minas del gobierno de Daniel Noboa, costó alrededor de mil millones de dólares. Es decir, casi el triple.
El primer contrato fue firmado el 19 diciembre de 2007 entre la empresa Hidrotoapi S. A. y la constructora brasileña Odebrecht, por 336 millones. El contrato, según un documento al que tuvo acceso GK, era para el diseño, construcción y puesta en marcha de Toachi Pilatón, con una potencia prevista de 228 megavatios (un valor muy similar al que finalmente terminó teniendo).
En enero de 2008 comenzaron la construcción. Supuestamente, tomaría cuatro años. Sin embargo, ocho meses después, Correa expulsó a Odebrecht del país por fallas en la central hidroeléctrica San Francisco, que también estaba a cargo de la empresa. El 9 de octubre del mismo año el gobierno ordenó terminar los contratos con Odebrecht, entre ellos el de Toachi Pilatón, sin paralizar los proyectos.
En enero de 2009, Hidrotoapi terminó la relación con la constructora brasileña y liquidó el contrato. Según el documento, el valor de los trabajos que hizo Odebrecht fue de alrededor 13,88 millones de dólares, que descontaron del anticipo de 112,19 millones que Hidrotoapi había dado a la constructora brasileña. Odebrecht tuvo que devolver 98,3 millones.
Sin embargo, Hidrotoapi tuvo que pagar 5,67 millones de dólares a Odebrecht por los estudios de ingeniería y garantías mitigadas, tras un arbitraje a la empresa. En total, Hidrotoapi pagó a Odebrecht, por los avances de la obra hasta octubre de 2008, 19,56 millones de dólares.
Dos años después, en octubre de 2010, Hidrotoapi se convirtió en empresa pública y firmó un contrato de 144,99 millones de dólares por 44 meses (tres años y medio) con la empresa estatal rusa Inter Rao para las obras electro e hidromecánicas. Estas abarcaban la ingeniería, fabricación, transporte, montaje, pruebas y puesta en funcionamiento de las unidades turbogeneradoras.
Y en diciembre de ese mismo año, Hidrotoapi firmó otro contrato con la empresa China International Water & Electric Corp (CWE) para las obras civiles del proyecto. Ambos contratos no terminaron bien.
Durante el trabajo de Inter Rao en el proyecto, el contrato se modificó cinco veces, entre 2011 y 2015, para ajustar términos, pagos, fechas y cronogramas de entregas y plazos.
Finalmente, la relación con Inter Rao se rompió en marzo de 2017, cuando la empresa quedó fuera del proyecto después de que Celec terminara unilateralmente el contrato por demoras en los trabajos e “incumplimientos contractuales”.
Mientras Inter Rao se encargaba de las obras electro e hidromecánicas, a la par, la empresa China International Water & Electric Corp (CWE), fue contratada por Hidrotoapi para las obras civiles, comenzó su operación en mayo de 2011.
El contrato fue firmado el 24 de diciembre de 2010 y debía terminar en 2014. Su costo fue de 240,5 millones de dólares, según el documento al que GK tuvo acceso. Sin embargo, el contrato tuvo modificaciones para rediseñar la casa de máquinas de Alluriquín, entre otras cosas, que aumentaron el costo a 255 millones.
Además Celec, a través de Hidrotoapi, aprobó cuatro prórrogas justificadas por problemas geológicos, interferencias electromecánicas, entre otras, que extendieron el plazo del contrato con CWE otros tres años.
En 2019, la empresa china solicitó terminar parcialmente el contrato por mutuo acuerdo por motivo de “fuerza mayor y condiciones técnicas y económicas imprevistas”, según el documento. Celec aceptó la solicitud y firmó dos actas de terminación parcial: una por hitos cumplidos y otra por tareas no ejecutadas en la central Sarapullo por interferencias.
Tres años después, en marzo de 2022, Celec terminó de forma anticipada y unilateral el contrato con la empresa china CWE por “fallas estructurales” detectadas en el proyecto, tras un informe de la Contraloría General del Estado.
Años antes, en 2019, para que la obra no quede paralizada tras la salida parcial de CWE, las obras civiles, según el documento revisado por GK, estaban en más de un 80%. Así que Celec negoció con la empresa rusa Tyazhmash S.A para que se hiciera cargo del proyecto y reprogramaron los cronogramas de entrega.
El contrato fue suscrito en junio de 2019 por 124,44 millones de dólares; y el plazo era hasta marzo de 2024. Sin embargo, por la pandemia de covid-19 se paralizó la obra entre marzo y junio de 2020 y se extendieron plazos.
En 2023, Tyazhmash S.A demandó a Celec por los costos adicionales que implicaron quedarse más tiempo en la obra. Celec adjudicó Toachi Pilatón al Cuerpo de Ingenieros Civiles del Ejército para seguir con los trabajos pendientes de las obras civiles y complementarias para que la hidroeléctrica funcione. El contrato, entre Celec y el Cuerpo de Ingenieros, fue de cerca de 18 millones de dólares por un plazo de 365 días.
En los años siguientes, Celec tuvo que pagar 23,8 millones de dólares a la empresa rusa tras la intervención de la Procuraduría General del Estado como mediadora, ya que Tyazhmash S.A pedía 54 millones por el tiempo adicional que tuvo que quedarse en la obra.
El 10 de abril de 2025, en la ceremonia de inauguración de la central Alluriquín, Gustavo Sánchez, gerente general subrogante de Celec, dijo a los medios de comunicación que por la “intervención de la Procuraduría, llegamos a un acuerdo con la empresa contratista [Tyazhmash], acortamos los cronogramas y aceleramos los trabajos”.
Tyazhmash S.A tiene el contrato con Celec hasta 2026.
De esta forma, el nuevo Complejo Hidroeléctrico Toachi Pilatón ya está al servicio de los ecuatorianos, a través de sus tres centrales: Alluriquín (204 MW), Sarapullo (49 MW) y la Mini Central (1.4 MW). pic.twitter.com/TS3NSgswTf
— Corporación Eléctrica del Ecuador🇪🇨 (@CELECEPOficial) April 10, 2025
3. Causó miles de pérdidas económicas para Ecuador
El presupuesto inicial del proyecto Toachi Pilatón fue de 336 millones de dólares y al momento de su operación comercial su costo subió casi al triple, alrededor de mil millones de dólares. El aumento del precio inicial fue por varias razones.
De esos $1000 millones:
- Al menos 246 millones se gastaron en recursos fiscales para enfrentar las demandas y litigios de las empresas contra el Estado.
- 250 millones para la construcción, equipamiento y operaciones de las obras civiles del proyecto.
- 52 millones en equipos electromecánicos que contrató Inter Rao.
- 475 millones para gastos adicionales.
Como estuvo paralizado tantos años, la no generación de energía también causó pérdidas económicas.
Según un estudio energético de Celec al que GK tuvo acceso, entre 2007 y 2023, las centrales Sarapullo y Alluriquín de Toachi-Pilatón que estuvieron sin operar generaron pérdidas de:
- Sarapullo: 52,3 millones de dólares
- Alluriquín: 101,6 millones de dólares
Es decir, en total, la no generación de energía por 10 años de ambas hidroeléctricas causaron una pérdida de 153’960.000.
Según la Contraloría, la falta de generación del proyecto Toachi Pilatón ha costado al Estado más 268 millones de dólares por tener que usar energía más cara de otras fuentes —como energía térmica—para cubrir la demanda nacional.
Sin embargo, el valor podría aumentar, ya que los costos legales, intereses en el tiempo y más no han sido cuantificados.
4. Tuvo demandas millonarias, fallas en la construcción y más
Toachi Pilatón tuvo al menos 10 demandas nacionales e internacionales por su contratación, según un documento al que GK tuvo acceso.
La primera fue de la empresa rusa Inter Rao que demandó a Celec por 85,99 millones de dólares por terminar unilateralmente su contrato en 2017. El Tribunal Arbitral de Chile aceptó parcialmente la demanda y Celec tuvo que pagar cerca de 45 millones de dólares.
La segunda y tercera fueron del Consorcio Pilatón Toachi (CTP) que estaba encargado de la fiscalización del proyecto. El consorcio demandó a Celec por 17 millones de dólares por costos de mayor permanencia en obra.
La Procuraduría actuó como mediador del caso y Celec acordó pagar cerca de 10 millones de dólares. La otra demanda fue por el reconocimiento de valores no contractuales por un poco más de 3 millones de dólares.
Las otras cinco demandas fueron de la empresa China Water & Electric (CWE) contra Celec por:
- Devolver los valores por “imposición indebida de multas” por el contrato de obras civiles que el Estado terminó en 2022, poco más de 4 millones de dólares
- Costos de mayor permanencia en obra: 60 millones de dólares
- Reajustes de precios y otros: 30 millones de dólares
- Suspender los efectos de la terminación del contrato de 2022: Indeterminado
- Anular los efectos de la terminaciòn del contrato de 2022: 35 millones de dólares
La novena demanda fue de la empresa rusa Tyazhmash S.A contra Celec por costos de mayor permanencia en la obra por 54 millones de dólares que luego de la mediación Celec acordó pagar 23,8 millones de dólares.
La décima fue una demanda de la misma empresa rusa contra Celec por 866 mil dólares que pedían la nulidad de una resolución, que tras un informe de la Contraloría identificó incumplimientos en el contrato para concluir obras del proyecto y la empresa rusa fue multada.
Por las demandas contra Celec, la Procuraduría General del Estado (PGE) actuó como representante del Estado en varios procesos judiciales y arbitrajes internacionales. Además fue mediadora en acuerdos extrajudiciales como el de la empresa rusa Tyazhmash que fue la que finalmente entregó el proyecto.
La Procuraduría no fue la única entidad estatal en intervenir en el proyecto. En un informe de diciembre de 2020 sobre la auditoría al proyecto, la Contraloría General del Estado encontró fallas en la construcción. Por eso, Toachi Pilatón no entró en operación antes de 2023. Concluyó también que Celec no cobró multas por 29.8 millones de dólares a la empresa China International Water & Electric Corp (CWE), por retrasos en las obras.
En un informe de 2022, la Contraloría detectó irregularidades en contrataciones y obras realizadas por Celec e Hidrotoapi tras la salida de Inter Rao en 2017. También examinó contratos firmados entre 2017 y 2020 con otras empresas como Tyazhmash, y concluyó que hubo pagos injustificados y posibles perjuicios al Estado por 974 mil dólares en Toachi Pilatón.
5. Es un proyecto más antiguo
Si bien la construcción comenzó en 2008, la idea de Toachi Pilatón es mucho más antigua, exactamente de 1963, según Celec.
Ese año el Instituto Nacional de Electrificación (Inecel) evaluó su viabilidad técnica y económica. Dos años después, en 1965, la empresa chilena de servicios eléctricos Endesa propuso hacer una planta de energía de 108 megavatios. Pero no se concretó.
Luego, entre 1973 y 1974, la consultora suiza Motor Columbus sugirió aumentar la capacidad a 225 megavatios de energía, pero tampoco prosperó por desacuerdos entre el gobierno y la consultora.
En los años 80, con apoyo técnico y financiero del gobierno canadiense, según Celec, recomendaron una capacidad de 190 megavatios que fue confirmada por el consorcio Egesco y Harza Engineering en 1996.
Un año después, el gobierno del entonces presidente Abdalá Bucarám autorizó al Consejo Provincial de Pichincha ejecutar el proyecto de 190 megavatios. Sin embargo, los informes sobre el proyecto fueron neutrales y no respaldaron su inmediata construcción, según Celec.
Cinco años después, en el 2002 la Asamblea de la Provincia de Pichincha retomó la actualización y estudios de factibilidad para seguir con el proyecto. Hicieron estudios jurídicos, operativos, administrativos y técnicos y denominaron al proyecto como Toachi Pilatón.
El 25 de agosto de 2005, el Consejo Provincial de Pichincha firmó la creación de la empresa Hidrotoapi S.A con el objetivo de que sea la encargada de diseñar, construir, operar y mantener las centrales eléctricas.
Cinco años más tarde, el 14 de enero de 2010 la empresa Hidrotoapi S.A., mediante una ordenanza provincial de Pichincha, fue disuelta y se constituyó la empresa pública Hidrotoapi EP.
El 28 de octubre de 2010 Hidrotoapi EP suscribió un convenio de alianza estratégica con Celec. Dos años después, el 27 de enero de 2012, Celec absorbió a Hidrotoapi EP. De esa fusión se creó la Unidad de Negocio Hidrotoapi de Celec, que administra y opera Toachi Pilatón.
¿Cómo genera energía Toachi Pilatón?
Para generar electricidad, las tres centrales de Toachi Pilatón usan el agua de los ríos Toachi—afluente del río Blanco al noroeste de Ecuador— y Pilatón—afluente del Toachi. De ahí viene el nombre del proyecto. Ambos ríos están en la cordillera andina del país.
La central Sarapullo toma el agua del río Pilatón y tiene una casa de máquinas donde genera electricidad. También tiene un azud vertedero —donde se almacena el agua—, obras de toma —compuertas que controlan cuánta agua entra al sistema— y un desarenador —como una piscina donde filtran las piedras y arena que viene en el agua del río. Sarapullo comenzó a operar en marzo de 2023.
Para generar electricidad, el agua va desde la represa hasta la casa de máquinas subterránea a través de un túnel que mide 5.9 kilómetros. La caída del agua es de 149 metros. Es decir, que el agua llega con mucha fuerza a la casa de máquinas que tiene tres turbinas que al girar, por la presión del agua, hace que los generadores, a los que están conectadas, produzcan electricidad.
La central Alluriquín funciona de manera parecida, pero toma el agua del río Toachi. Tiene una represa de hormigón donde se almacena el agua que luego baja a través de un túnel que tiene 8.7 kilómetros. La caída del agua es 235 metros hasta la casa de máquinas que, al igual que en la central Sarapullo, tiene tres turbinas que al girar hacen que el generador produzca electricidad.
La central conocida mini Toachi genera 1,4 megavatios de energía. Su energía sirve para dar electricidad local o apoyar en momentos de baja generación en las turbinas grandes. Su capacidad puede abastecer, diariamente, entre 5 y 6 mil casas.
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