Con las alertas de que lotes de salsa de tomate y queso parmesano tienen plomo parecería qur comer un spaghetti bolognesa, unas salchipapas o una pizza sería letal. Pero ¿es así?
Si bien el plomo está presente en varios alimentos, este sólo se vuelve un problema cuando los niveles permitidos de este metal pesado se han excedido. En este texto te explicamos cómo saber cuándo es dañino y cómo cuidarse del plomo.
Primero hay que saber que la mayoría de personas ya tenemos un grado de contaminación por metales pesados en nuestro cuerpo.
Pero el nivel de contaminación en el cuerpo depende de cuán frecuente es el consumo de estos alimentos y quién los consume. Es decir, si los niños, mujeres embarazadas o adultos mayores, consumen de forma regular algún alimento que tenga un metal pesado en alta cantidad, el riesgo es mayor.
¿Cómo cuidarse del plomo?
Investigadores de al menos tres universidades ecuatorianas han hecho en los últimos 8 años análisis en los alimentos no solo para identificar los nutrientes sino para conocer si tienen metales pesados y si los niveles permitidos no son excedidos.
GK conversó con Hugo Navarrete, director de investigación de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), con Gabriela Yánez, experta e investigadora en el centro de estudios aplicados en química de la misma universidad, y con Luis Ramos, docente investigador de la Universidad de las Américas (UDLA) quienes dieron consejos para cuidarnos del plomo y de otros metales en los alimentos.
- Revisa lo que consumes
- Revisa en el sitio web o en las redes sociales de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) los alimentos en los que han encontrado contaminación
- Reduce el consumo o evitar alimentos que hayan salido en las alertas de Arcsa
- Diariamente Arcsa publica en sus redes los números de lotes y marcas en los que han encontrado contaminación, si tienes estas marcas en casa revisa el número de lote e igual antes de comprarlo en la tienda
- El número de lote está entre la fecha de elaboración y la de vencimiento del producto.
- Revisa lo que comes:
- Si consumes pescado dorado, no lo comas más de una vez a la semana
- Elimina de la dieta pescados como el picudo y toyo
- Consume corvina y peces pequeños
- Evita el consumo excesivo de otros peces grandes como el atún
- Consume alimentos que contienen más calcio, hierro y vitamina C, esto puede disminuir la absorción de plomo en el cuerpo
- Si no te sientes bien:
- Hazte un examen de metales pesados en el cuerpo
- Te lo puedes hacer en un laboratorio químico
- Si es positivo debes ir a un doctor para que según el nivel de contaminación, tu peso corporal y organismo decida el proceso de desintoxicación adecuado
Los investigadores coinciden en que inevitablemente siempre va a haber una contaminación, porque el suelo como tal y el agua ya tiene metales, pero si hay algunas acciones que se pueden seguir. Una de ellas es controlar las frecuencias de consumo: no vamos a comer todos los días salsa de tomate sabiendo que puede estar contaminada.
El efecto de los metales pesados en nuestro cuerpo
Comer alimentos contaminados con plomo puede causar varios síntomas en nuestro organismo.
El investigador Luis Ramos dice que comer alimentos que tienen metales pesados causa problemas gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarrea. Sin embargo, dice que los efectos suelen verse a largo plazo, porque estos metales “tienen la característica de quedarse en el cuerpo”.
Estos metales, dice Ramos, suelen quedarse en las partes grasas: en el hígado, los riñones y la sangre. Y así pueden, poco a poco, alterar procesos fisiológicos. Por ejemplo, el plomo altera la formación de hemoglobina —que permite transportar el oxígeno— y puede causar un tipo de anemia por intoxicación por plomo.
Ramos también dice que los metales pesados afectan el sistema nervioso e incluso pueden generar demencia.
Hugo Navarrete explica que el plomo y el mercurio tienen efectos importantes en el sistema nervioso central, ya que pueden causar retrasos en el crecimiento y el desarrollo, problemas de aprendizaje y comportamiento, problemas auditivos y del habla. También pueden generar daños en los huesos, como osteoporosis y debilidad.
Dice que si un niño está expuesto por mucho tiempo a altas cantidades de plomo “va a tener un desarrollo intelectual menor y su sistema nervioso también no se va a desarrollar adecuadamente”.
Navarrete explica que en un estudio realizado por la Universidad Duke en Carolina del Norte, Estado Unidos, en el que analizaron la relación entre el descenso de la capacidad intelectual de niños y la contaminación de plomo. Los investigadores descubrieron que los niños con altas cantidades de plomo en su organismo “tenían un menor coeficiente intelectual” algo que también afectaba su desarrollo en la adultez.
Por ello, para saber si una persona está contaminada, debe hacerse un examen de plomo en sangre y una vez más moderar las alarmas: es el consumo excesivo lo que nos pone en riesgo, un par de gotas de salsa de tomate en el arroz una vez por semana no sería peligroso, pero bañar el arroz con pollo de todos los días con este aderezo, podría generar una intoxicación.
Al final, la presencia de plomo en nuestro plato es inevitable.
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