La gripe aviar, que desde noviembre de 2022 golpea a las especies marinas de las costas de Sudamérica, llegó al Parque Nacional Galápagos, en Ecuador.
Este reportaje se publicó originalmente en nuestro medio aliado Mongabay Latam
Hace menos de un mes, el 19 de septiembre de 2023, la Dirección del Parque Nacional Galápagos informó sobre los primeros resultados positivos de la presencia del virus H5N1 en tres de cinco aves que habían muerto en varias islas del parque nacional.
“Era solo cuestión de tiempo para que llegara a Galápagos, tanto por las visitas de aves marinas que tienen rangos de vuelo muy amplios y se desplazan desde las costas de Ecuador y de Perú, como por la llegada de las aves migratorias, pues estamos justo en la época de migración de especies de norte a sur”, dice el científico Jaime Chaves, del departamento de Biología de la Universidad Estatal de San Francisco, en Estados Unidos.
Luego de la confirmación de que el virus H5N1, causante de la gripe aviar, había alcanzado a las aves de las islas Galápagos, las autoridades del parque nacional tomaron varias medidas para reducir el riesgo de dispersión del virus. Entre las primeras acciones se dispuso el cierre para los visitantes de los lugares donde se detectaron especies afectadas. La isla Genovesa y Punta Pitt, en la isla San Cristóbal, fueron cerradas al público; además, de manera preventiva se suspendieron las visitas a Punta Suárez y Punta Cevallos, en la isla Española.
Este virus ha causado gran impacto en la población de aves marinas silvestres en varios países del continente. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han sido detectados brotes de virus H5N1 en aves domésticas, de granjas y silvestres, así como en mamíferos en Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela.
El contagio de la gripe aviar también ha llegado a algunos mamíferos, principalmente lobos marinos en América del Sur y zorros rojos y zorrillos en Norteamérica.
El investigador Pablo Plaza, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), dice que el inicio de la época de migración de aves puede ocasionar una “recombinación del virus de la gripe aviar”, y si a ello se suma la presencia del fenómeno El Niño, la situación para los animales marinos es preocupante.
¿Qué se está haciendo en Galápagos?
La presencia de la gripe aviar en Galápagos también ha elevado las medidas de seguridad para los visitantes. Las autoridades de la reserva han pedido a los operadores turísticos que se implemente un riguroso proceso de desinfección de calzado y vestimenta al subir y bajar a los lugares de visita terrestre, así como desinfectar las áreas comunes al aire libre y los botes auxiliares que se usen para el desembarque de pasajeros.
Todavía hay mucho movimiento de personas desde el continente hasta Galápagos —dice Chaves— por tanto, es muy difícil controlar todos los ingresos en los lugares donde están las aves, por tanto, las posibilidades de que se repita lo que ha sucedido en otros lugares son muy altas.
A Chaves también le preocupa el contacto estrecho que existe en Galápagos entre personas y animales silvestres. “El contacto entre los humanos y los animales silvestres es muy cercano y existe el riesgo de que pueda darse alguna mutación en el virus que termine afectando a las personas. Por el momento, sólo está afectando a las aves marinas, con el impacto más alto en los piqueros de patas rojas. Hay también fragatas y otras especies de aves marinas, pero todavía no tenemos casos positivos en mamíferos, que sería el siguiente evento que se debe evitar”.
Es acertado que los sitios en donde hay focos de infección se mantengan aislados —dice Chaves— para que los humanos no entren en contacto con posibles fuentes de infección. Las embarcaciones, señala, también sirven como puertos de aterrizaje de algunas aves, por lo que deben tener un manejo especial. “No es difícil ver barcos cercanos a las islas con un montón de aves descansando encima del barco y ahí están defecando. Ese contacto hay que tratarlo de evitar”.
El investigador menciona que ahora que se ha detectado el virus en Galápagos se debe realizar la secuencia del genoma del virus “para conocer la relación con poblaciones de otros lugares y ver si es que efectivamente son los mismos (virus) que están, por ejemplo, en una granja avícola o si son los mismos que están en el Perú”.
El investigador explica que es necesario generar mapas de contagio, para entender cómo se está moviendo este virus, dónde está reposando y cuáles son los cambios a nivel genético en cada uno de las poblaciones, así como las mutaciones.
“El secuenciamiento de estos linajes en todo Sudamérica nos va a dar una idea mucho más compleja y completa de cómo este virus está evolucionando y entender cuáles son los pasos que se están dando a nivel genético que le permite al virus ser mucho más agresivo o saltar entre especies”, agrega Chaves. “Si sabemos que este virus tiene una alta capacidad de mutación que puede afectar a mamíferos, como sucedió en Perú, podemos ver si esa mutación ya está presente en Galápagos. Debemos tener planes de investigación y de control mucho más agresivos para evitar que suceda eso, sabiendo que esa mutación ya está dando vueltas en los mamíferos”.
Las cifras de la gripe aviar en Perú
La investigación “La influenza aviar altamente patógena (IAAP) afecta fuertemente a las aves silvestres en Perú”, publicada recientemente en la revista científica Biological Conservation, dice que hasta marzo de 2023 se registró la muerte de 100 485 aves de 24 especies en las áreas naturales protegidas marinas de Perú. El estudio realizado por Víctor Gamarra-Toledo y Pablo Plaza, entre otros investigadores, da cuenta de las consecuencias que ha tenido este virus en la fauna silvestre marina —aves y mamíferos— de las costas peruanas.
“El número de especies de aves e individuos afectados por esta enfermedad en Perú es de preocupación para la conservación, debido al severo efecto de este virus en estas poblaciones y los servicios ecosistémicos que proporcionan”, señalan los autores del estudio.
El virus H5N1 acabó con, por lo menos, el 20% de la población de pelícanos que habita en áreas marinas protegidas en el Perú, asegura Víctor Gamarra-Toledo, coautor del estudio e investigador del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa.
Gamarra-Toledo también menciona que se trata de cifras subestimadas puesto que corresponden sólo a las áreas protegidas. “Si se revisa la base de datos del Ministerio de Salud se está hablando más o menos de medio millón de aves muertas”.
Una revisión de los datos publicados en la Sala de Influenza Aviar del Ministerio de Salud del Perú proporciona información hasta octubre de este año con datos del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp), del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), las tres instituciones que realizan monitoreo del impacto de la gripe aviar en Perú.
De acuerdo con estos datos, en las áreas naturales protegidas han muerto 277 474 aves; mientras que en las playas fuera de las ANP la cifra llega a 61 630; por otro lado, en las islas y puntas guaneras los decesos se cuentan en 225 076. En total la pérdida de aves silvestres supera el medio millón de individuos.
“Lo que está pasando es un motivo de preocupación sobre todo porque ya se inició el periodo de migración de aves a lo que se suma la presencia del Fenómeno El Niño. No sabemos cuáles serán las repercusiones de esta nueva etapa”, comenta Gamarra-Toledo. “Esto está avanzando de forma veloz. En Chile la cantidad de pingüinos muertos ha superado las cifras de Perú”, agrega.
Pablo Plaza, del Conicet, se refiere a los registros históricos para hablar del impacto del Fenómeno El Niño en la fauna silvestre marina. “Los registros históricos mencionan severos impactos sobre las colonias de aves, sobre todo de aves guaneras. En el caso del Perú durante los fenómenos El Niño de 1982-83 y 1996-97 la literatura científica menciona impactos severos de más o menos un 40 % a 50 % de reducción de algunas especies de aves, como por ejemplo el pingüino de Humboldt. Y ahora no solamente tenemos El Niño, sino la gripe aviar”.
Gripe aviar en lobos marinos en Argentina
El 10 de agosto, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en Argentina confirmó el primer caso de la presencia del virus H5N1 en lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens) en Tierra del Fuego, cerca de Río Grande. Días después, se confirmaron casos positivos en lobos de la misma especie en las provincias de Río Negro, Santa Cruz, Buenos Aires y Chubut. El virus también se ha encontrado en un individuo de lobo marino de dos pelos (Artocephalus australis).
Para el 11 de septiembre ya se tenía el primer caso positivo de gripe aviar en un elefante marino (Mirounga leonina) de la Reserva Natural Punta Tombo, en Chubut. De 28 evaluaciones que se hicieron, 17 resultaron positivas, informa el Senasa de Argentina.
“Al este de los Andes, en Argentina y Uruguay no fueron tan grandes las mortalidad de aves. Lo mismo sucedió con los lobos marinos, que en estos dos países la mortalidad no ha sido tan grande hasta ahora”, comenta Plaza.
Sin embargo, el experto menciona que aún quedan muchas incógnitas por resolver, sobre todo porque el virus se ha desplazado muy rápido entre los países. “En menos de un mes llegó de Tierra del Fuego, en Argentina, a Uruguay”.
El mayor problema es cuando llega a lugares de alta biodiversidad —dice el experto— como Galápagos, en Ecuador, o como la Península de Valdés, en Argentina, donde se congregan muchas especies y puede ser catastrófico.
Plaza señala que como el brote en Argentina y Uruguay aún está en progreso, no se puede conocer las dimensiones del impacto, sin embargo, aclara que ha habido una alta mortalidad en lobos marinos.
“Debemos evitar que este patógeno se propague a otras regiones de América del Sur y a la Antártida, donde muchas especies susceptibles viven y necesitan ser preservadas. En todo el mundo debe abordarse como una nueva amenaza a la supervivencia de varias especies de aves”, comenta Plaza.
Me parece que a nivel biogeográfico, digamos de Sudamérica —continúa el experto— es importantísimo prestar atención a las aves endémicas de la Corriente de Humboldt que han mostrado una mortandad preocupante. Podría ser que las características ecológicas y ambientales de la corriente de Humboldt podrían estar relacionadas con esta alta mortandad. Debemos ver qué ocurre a partir de noviembre y diciembre con la migración de aves”.
Únete a la GK Membresía y recibe beneficios como comentar en los contenidos y navegar sin anuncios.
Si ya eres miembro inicia sesión haciendo click aquí.