Sol Borja empezó a colaborar con GK en 2011, el año en que nacimos y éramos más un blog colectivo que un medio de comunicación. En 2015 se sumó formalmente al equipo, y en los siguientes ocho años se convirtió en una de las voces más fuertes del periodismo político en Ecuador. Hoy, en septiembre de 2023, nos despedimos de Sol.
Su trabajo fue esencial para GK pero también para el periodismo político en Ecuador. Esta fuente, no es ningún secreto, ha sido cubierta casi siempre por las mismas personas: hombres de 50 años en adelante.
Sol fue una de las mujeres que rompió con ese estereotipo y le tocó navegar, no sin recibir decenas de insultos sobre todo en redes sociales, en el hostil terreno de la política.
Cada cierto tiempo nos reíamos e indignábamos por los comentarios de las fuentes: “qué brava ha sido” “yo pensé que usted era suavita” “qué difícil entrevista”.
Nos reíamos por la ingenuidad de las fuentes de creer que, por ser mujer, debía cumplir con lo que la sociedad espera de nosotras. Nos indignábamos porque aunque una se acostumbra a los insultos, siempre espera que la gente aprenda a ser más respetuosa y menos ignorante.
Sol Borja publicó cientos de textos en GK, editó otras decenas, y grabó incontables entrevistas. Quizás la más recordada para nuestra audiencia es la de Andrés Arauz, cuando era candidato a la presidencia por el correísmo, en 2021.
Como entrevistadora, reveló las contradicciones del candidato y logró que un tema que empezaba a tomar fuerza en el país pero seguía siendo tabú para muchos sea expuesto de una manera tan relevante: el aborto por violación.
En esa intersección entre la política y los derechos de las mujeres, Sol también hizo un trabajo clave. Publicó reportajes y columnas con impactos invaluables para la sociedad.
En uno reveló los abusos que se vivían dentro de la Secretaría de Salud de Quito, en otro contó cómo habían intentado silenciar a una mujer que había sido violada en un cuartel militar.
En otra columna explicó por qué los ataques a la apariencia de la entonces alcaldesa Cynthia Viteri eran misóginos y no tenían nada que ver con su gestión. Por esta columna, quedó finalista en los Premios Jorge Ortega.
Sol también fue parte del equipo de periodistas y editores ecuatorianos y colombianos que nos juntamos para reconstruir el secuestro y asesinato de Efraín, Paúl y Javier, y que nos valió estar entre los tres finalistas del Premio Gabo, el más prestigioso de la región.
En esa época, una de las más difíciles para los periodistas en el Ecuador, también nos acompañamos mucho, más que como colegas, como amigas.
A los editores y reporteras nos explicó, más de una vez, sobre los vínculos ocultos entre los políticos, los intrincados procesos de las diferentes instituciones, y hasta los secretos de algunos personajes.
Aunque su fuente principal era la política, como mamá también tenía un profundo interés por cubrir temas de niñez.
Publicó una investigación sobre una negligencia médica masiva que había dejado a varios niños sin la capacidad de escuchar. Y otro reportaje que reveló la negligencia de unas guarderías municipales en Quito donde había muerto más de un niño. Historias dolorosas pero necesarias.
Gracias, querida Sol, por tu periodismo y tu aporte a GK.
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