En la parroquia rural de Calacalí, en Quito, el voto nulo le ganó al resto de los candidatos a  vocal de la Junta Parroquial, en las elecciones seccionales de 2023. Este resultado, sin precedentes desde que entró en vigencia el Código de la Democracia, fue llevado ante el Tribunal Contencioso Electoral (TCE). El 14 de abril 2023, la justicia electoral decidió repetir las elecciones, desde la fase de la democracia interna. Es decir, desde las primarias en cada partido. 

En ocasiones anteriores, como en 2019, se repitieron los comicios en 14 recintos electorales. Esa vez, el CNE admitió la nulidad parcial de otros procesos electorales por disturbios en los recintos, errores en el escrutinio o porque las Juntas Receptoras del Voto no se instalaron a la hora de la convocatoria establecida por el Consejo Nacional Electoral (CNE). Es decir, se repitió una etapa específica del proceso pero no toda la elección. 

Por eso, este precedente en Calacalí es importante. Es un llamado de atención a la calidad de los candidatos y a los partidos políticos. 

Te explicamos cómo fue el proceso,  los pasos que se deberían seguir en Calacalí, y cómo se ha desempeñado el nulo en las últimas elecciones nacionales y seccionales. Si el voto nulo fuese un candidato, sería una amenaza para quienes compiten por un cargo de elección popular. 

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Así fueron los resultados electorales

Para las dignidades de elección popular de la Junta Parroquial de Calacalí participaron cuatro  organizaciones políticas. Calacalí es una de las 33 parroquias rurales del cantón Quito donde, según el CNE, hay 4.425 personas habilitadas para votar. El órgano político de las parroquias rurales es la junta parroquial, que está compuesta por cinco vocales. 

Las cuatro organizaciones políticas que participaron en esta jurisdicción fueron:

Los resultados fueron los siguientes:

Los resultados muestran que no hay votos válidos suficientes para designar a las autoridades, según el Código de la Democracia. En su artículo 147 numeral 3, establece que se  declarará la nulidad de las elecciones cuando los votos nulos superen a los votos de la totalidad de los candidatos o de las respectivas listas para cada dignidad en una circunscripción determinada. Esto, precisamente, ocurrió en Calacalí.

Los resultados electorales favorecieron para declarar la nulidad total del proceso electoral. Es decir, los partidos políticos tendrán que repetir el proceso de democracia interna previo a la inscripción de candidaturas. Desde el 26 de abril, las organizaciones políticas empezaron las elecciones al interior para presentar las listas con nuevos candidatos

Por otro lado, el artículo ​​6 de la misma ley designa a la función electoral como la institución encargada de asegurar que los resultados electorales sean fieles a la voluntad popular. Asimismo, el artículo 9 propone interpretar la ley, en caso de duda, en el sentido más favorable para el cumplimiento de los derechos de participación y respeto hacia la voluntad popular. La voluntad popular en Calacalí, como lo muestran las cifras, fue no elegir a ninguna lista. 

Estos son los siguientes pasos para la elección en Calacalí

El 19 de abril, el Pleno del Consejo Nacional Electoral (CNE) aprobó las directrices para repetir el proceso electoral en la parroquia rural de Calacalí, así como el cronograma y plan operativo. Para este proceso se aprobó un presupuesto de 702.476,72 dólares. El monto incluye los costos asociados con todo el proceso electoral.El CNE todavía no ha justificado cómo se justifica este monto.

Las nuevas elecciones se realizarán el domingo 8 de octubre de 2023. El día de las votaciones, se contará con el mismo registro electoral y las Juntas Receptoras del Voto del proceso electoral de febrero. 

Para circunscripciones similares en términos de electores, el presupuesto de Calacalí para repetir elecciones es exponencialmente superior tomando en cuenta que solo son 4.425 electores. 

Para mostrarlo, revisemos procesos anteriores. Para la consulta popular de La Golondrina, el recinto que en 2016 decidió pertenecer a Imbabura y no a Esmeraldas, el presupuesto fue 3 veces menor al asignado para el nuevo proceso electoral. Para la consulta de La Concordia, que en 2012 decidió pertenecer a Santo Domingo de los Tsáchilas, y Manga del Cura, que en 2012 eligieron ser parte de Manabí, se estableció un presupuesto mayor al medio millón porque hay más de 10 mil electores. 

En este caso, los recursos asignados para Calacalí son similares a aquellas convocatorias que triplican los electores en la parroquia rural, por ejemplo Manga del Cura y La Concordia. 

El voto nulo como expresión ciudadana

Los resultados electorales de Calacalí muestran que la voluntad popular rechazó a los candidatos de todos los partidos políticos. En este sentido, el voto nulo se convierte en una herramienta ciudadana para reflejar una postura política legítima. 

El voto es un acto que vincula al ciudadano con el sistema político en dos niveles. En primer lugar, es una herramienta para elegir. En segundo lugar, el voto también legitima todo el sistema político. Más aún, en las democracias representativas, como la de Ecuador, donde las autoridades representan a la voluntad popular con sus actos. Porque los ciudadanos les delegan tal responsabilidad.

El voto es la piedra angular de la democracia. Por esta razón, las constituciones obligan a los Estados a velar por el voto universal, libre de coacción, secreto e igualitario. En este sentido, entre los muchos candidatos que se presentan a una elección, los ciudadanos tienen también la opción de no escoger ninguno. 

Es en ese caso, donde aparecen los votos blancos y nulos como una alternativa válida para que los ciudadanos manifiesten de forma legítima su disidencia a las alternativas presentadas en la votación.

En América Latina, el voto nulo se sitúa entre el 10% y el 20% de los votos totales, y son claves para el resultado de las elecciones.. Es una de las regiones con mayores niveles de votos inválidos. 

El voto nulo se asocia con varios factores: institucionales, sociodemográficos e influencia política. Existe una diferencia entre abstenerse y anular el voto. El primero, que implica no votar, se relaciona con el desinterés, mientras que el segundo es un fenómeno intencional.

Por eso, en países con voto obligatorio, como Ecuador, anular la papeleta puede considerarse como una protesta para desafiar la legitimidad de las elecciones, según la investigadora Vanessa Carrión.  En este sentido, los votantes tienen conocimiento del contexto político y actúan en respuesta a ello. Es decir, es un medio para expresar descontento en contextos de competencia política limitada, y no necesariamente un producto de la ignorancia. 

En los países con voto obligatorio, el porcentaje del voto nulo suele ser mayor. Los votantes pueden anular las papeletas para protestar cuando perciben que las opciones no representan ningún valor para ellos, y en señal de insatisfacción con el sistema político. En este sentido, en Ecuador es altamente probable que el voto nulo sea en señal de protesta más que un resultado del desinterés o una mera equivocación al llenar la papeleta. 

¿Qué factores contribuyen a configurar el voto nulo?

Esta postura política se puede explicar por varias razones. El descontento es el principal motivador. Sin embargo, también se consideran otras variables como el comportamiento del votante, el diseño institucional, el contexto político, entre otras. Asimismo, también se consideran factores colaterales como los sociodemográficos y económicos. El voto nulo es todavía un fenómeno exploratorio: no está totalmente definido. 

La insatisfacción implica las actitudes que tienen los ciudadanos con respecto al sistema político. Por ejemplo: desconfianza, descontento y opiniones negativas sobre las instituciones políticas. El diseño institucional se refiere a los aspectos de la competencia política, entre ellos: los partidos políticos, las candidaturas, las reglas, etc. Estos factores contribuyen a que los ciudadanos busquen distintas formas de protestar mediante el voto nulo. 

En este sentido, hay una relación entre el aspecto institucional, el voto obligatorio y el comportamiento del elector. El voto nulo en estas condiciones está motivado por una ciudadanía que desconfía de las autoridades, de la democracia y posee una visión negativa del sistema político, según Singh. 

La competencia política es otra variable institucional que incide en el voto nulo. Por ejemplo, un mayor número de candidatos podría asociarse con mayores tasas de votos inválidos. Esto ocurre con más frecuencia cuando hay un número alto de candidatos relevantes para una elección. Asimismo, la representatividad —la identificación del votante con el candidato— también influye en este aspecto. Si el elector no encuentra valor en las listas presentadas por los partidos políticos, es más común anular el voto en señal de inconformidad. 

La fragmentación de partidos también contribuye a la inestabilidad de la competencia política. Otro factor a considerar es el constante cambio a las reglas electorales y la incapacidad de los partidos políticos para adaptarse oportunamente a ellas. Por ejemplo, el Código de la Democracia se ha reformado para todas las elecciones, a excepción de 2013, desde su vigencia en 2009. 

En este sentido, Ecuador tiene las condiciones y características para que haya protesta política a través del voto. Se manifiestan elementos institucionales pero también la insatisfacción política. 

Las cifras lo demuestran. La confianza institucional en Ecuador está por debajo de la media en la región.

Por otro lado, el 33% de los ecuatorianos apoya la democracia, y el 38% es indiferente al tipo de régimen del país. El 55% de los ciudadanos considera que el sistema político tiene grandes problemas. Asimismo, el 55% apoyaría a un régimen no democrático si ello resuelve sus necesidades. Apenas el 10% está satisfecho con la democracia en el país, según datos del Barómetro de las Américas por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina del 2020.  

Los ecuatorianos no confían en los políticos. Por ejemplo, el 90% considera que las autoridades gobiernan en pro de sus intereses. También hay un descontento en cuanto a los derechos políticos básicos: el 63% asegura que no están garantizados. Otro dato importante es el bajísimo nivel de confianza interpersonal: el 90% no confía en la mayoría de las personas.

Es decir, en general, los ecuatorianos se encuentran insatisfechos con el sistema político, los representantes y la gobernanza. Este manifiesta rechazo hace que Ecuador reúna las condiciones para el desarrollo del fenómeno de la protesta política mediante el voto. 

El nulo en las elecciones presidenciales

Si hacemos un comparativo de las elecciones presidenciales en los últimos años tenemos resultados que muestran la fuerza del nulo. En 2021, en la primera vuelta, el nulo ocupó el quinto lugar entre 16 candidatos a la Presidencia. En 2017, obtuvo el cuarto lugar entre 8 candidatos. Para la segunda vuelta de 2021, el voto nulo aumentó en un 7%, en relación a la primera ronda. Mientras que en 2017, se redujo. 

En el caso de las elecciones para los vocales del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, en 2023, el voto nulo ganó las elecciones entre las 17 candidatas mujeres. Lo mismo sucede en la lista de los hombres: el nulo tiene el primer lugar entre 20 opciones. En la lista  de los pueblos y nacionalidades, el nulo ocupó el tercer lugar entre los 4 participantes. 

En 2019, para la lista de mujeres, el voto nulo superó a las 11 opciones. Para los hombres también ocupó el primer lugar entre 28 opciones. En el caso de los pueblos y nacionalidades, se ubicó en el tercer lugar entre 4 participantes. 

Como se mencionó anteriormente, el voto nulo suele presentar con más intensidad a mayor candidatos pues existe una dispersión de votos. 

El nulo en las elecciones seccionales

El voto nulo en 2019 y 2023, en las elecciones seccionales, incluso supera a los candidatos. En las últimas elecciones, si el voto nulo hubiese sido un candidato en Cuenca, se ubicaría en el quinto puesto de nueve candidatos. En Guayaquil, ocuparía el cuarto puesto de 11 candidatos. En Quito, estaría en el cuarto lugar de 12 candidatos. 

Para las elecciones de 2019, en Cuenca, obtuvo el quinto lugar de 13 candidatos. En Guayaquil, ganó el tercer lugar entre 17 aspirantes. En Quito, obtuvo el quinto lugar en medio de 18 candidatos. 

El candidato nulo sube como espuma dentro de las preferencias ciudadanas. 

Debemos tomarnos más en serio el nulo

Teniendo en cuenta los resultados expuestos, la insatisfacción de los ciudadanos es evidente. Si el voto nulo fuera un candidato, representaría una amenaza para el resto de competidores. En este sentido, los partidos políticos deben prestar atención especial a este fenómeno porque son una de las instituciones más desprestigiadas. 

En promedio, los partidos políticos tienen un 32% de aceptación, según el Barómetro de las Américas. 

Esto sucede básicamente porque las organizaciones políticas funcionan como maquinarias electorales dirigidas por caciques. La ausencia de nuevos liderazgos, una coherencia partidista en función de una agenda, el “camisetazo” y el fichaje de candidatos fuera de la institución, son algunas razones para la existente desconfianza ciudadana. 

En un panorama continuo de insatisfacción, desconfianza y desilusión, anular el voto puede canalizar ese descontento. Por tanto, el voto nulo se configura como una postura política legítima. Los altos niveles de votos inválidos pueden debilitar los mandatos de los líderes. Asimismo, es un síntoma de la pérdida de legitimidad y calidad democrática.

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Arianna Tanca
Es politóloga e investigadora. Se especializa en política comparada.
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