La paradoja es que la naturaleza parece extensa e infinita, pero los recursos naturales son limitados. El modelo de alto consumo basado en el extractivismo está acabando con la capacidad del planeta para regenerarse. 

Con el paso del tiempo, la humanidad ha consumido sus recursos naturales más rápido. En el 2000 el Día del Sobregiro Ecológico — día en el que el mundo ha consumido todos los recursos presupuestados para un año calendario—se alcanzó a finales de octubre, para el 2015 se trasladó a agosto y en el 2022 se ha alcanzado a finales de julio, exactamente el día 28

Este consumo desmedido ocasiona grandes problemas, como sequías, escasez de agua dulce, erosión del suelo, pérdida de biodiversidad y, en general, el aumento de la huella de carbono, que es la deuda que tiene la humanidad —y va en aumento— con el planeta, según Global Footprint Network.

Habitualmente, los países que alcanzan el sobregiro con antelación son los países industrializados, donde existe un mayor consumo de bienes y servicios, como sucede en el viejo continente. En Europa, Alemania es el país que más consume recursos naturales. Sin embargo, en América Latina se ve cada vez más un aumento de la huella de carbono, ya que, al aumentar el consumo de bienes y servicios, también lo hace la emisión de gases de invernadero, las importaciones, la deforestación, la minería y la extracción de petróleo.  

Otro motivo de preocupación es que la región se ha convertido en la proveedora de materias primas para la elaboración de bienes de consumo. Es decir, a mayor demanda de tecnología y su reciente característica de irreparabilidad, como sucede en las computadoras portátiles, los teléfonos celulares y otros dispositivos tecnológicos, existe mayor presión y demanda para obtener los minerales necesarios para la fabricación de chips —como el silicio, que se encuentra en la arena y por esta razón se prevé una crisis mundial de este recurso—, el coltán —cuya existencia es limitadísima y se encuentra principalmente en el Congo, donde se han desarrollado mafias para extraer este mineral— y otros como el litio, que se utiliza para la fabricación de las baterías de los carros eléctricos, mal llamados ecológicos. 

En Latinoamérica uno de los principales problemas que afectan a la huella de carbono es la deforestación, especialmente el desmantelamiento de la selva amazónica, cuyo aumento ha sido dramático, desde el comienzo del mandato del presidente Jair Bolsonario, en Brasil. La presión sobre la selva radica en que Brasil es el mayor exportador de carne de res del mundo, y muchas veces se prefiere convertir la selva en un terreno pastoreable para el ganado. Se estima que la producción de carne representa para este país el 7% de su economía, según los datos que muestra la BBC.

En países como Colombia, Guatemala, Cuba y Ecuador, se ha determinado que consumirán sus recursos en diciembre, porque se han realizado varias acciones que mejoran los modelos de tenencia de la tierra, ya que se ha reconocido el trabajo y cosmovisión de los pueblos indígenas, el cultivo y consumo de plantas nativas —como la quinua y el maíz—, según un reportaje de DW.

Captura De Pantalla 2021 04 08 A Las 18.43.57 E1663876942101 150x150
Liz Briceño Pazmiño
Periodista. Ex reportera de GK. Ha publicado en El Mundo (España) y Axios(EE.UU). Es becaria del International Center for Journalists (ICFJ). Máster en Producción, Edición y Nuevas Tecnologías Periodísticas. Cubre migración, derechos humanos y economía.
Y tú ¿qué opinas sobre este contenido?
Los comentarios están habilitados para los miembros de GK.
Únete a la GK Membresía y recibe beneficios como comentar en los contenidos y navegar sin anuncios.
Si ya eres miembro inicia sesión haciendo click aquí.