En el valle de Guayllabamba, en medio de árboles, flores y caminos de tierra está el Zoológico de Quito. Fue fundado el 18 de agosto de 1997 por el entonces Alcalde Metropolitano Jamil Mahuad y hasta febrero de 2024 alberga a 508 animales de 103 especies. Todos los animales son rescatados y la mayoría no puede volver a su hábitat por la afectación física y psicológica que sufrieron en cautiverio.
El zoológico mide 12 hectáreas y está ubicado en una pendiente: tiene distintos niveles y está dividido en secciones. Cada una tiene familias de animales. Es decir, mamíferos, aves, reptiles y anfibios. En algunos casos están aves, mamíferos y reptiles en la misma sección, pero en distintos espacios.
Cada animal tiene un espacio adecuado a su tamaño y necesidades, algunas jaulas son reforzadas con redes, como las de las aves o monos para que no se escapen. Mientras que otras son abiertas ya que quedan alejadas del camino o a un nivel inferior al del sendero como el espacio de los leones y el oso. Otros, en cambio, tienen un vidrio de protección como el lugar que ocupan los reptiles.
El recorrido sugerido del zoológico para poder ver a todas las especies está dividido en tres grupos de diez especies cada uno.
A lo largo del recorrido se puede ver monos en un área rodeada de agua con un gran árbol en la mitad, tortugas gigantes de Galápagos en un hábitat de tierra y mini lagunas artificiales, aves en el aviario donde las personas pueden ingresar, búhos en la casa de los animales nocturnos, águilas, cóndores, cuchuchos, oso de anteojos, leones, el tigrillo que tiene un circuito con troncos al igual que el jaguar, venados, reptiles, anfibios y más.
Cada uno tiene su espacio.
En las 12 hectáreas que tiene el zoológico los animales están distribuidos en distintos espacios adaptados a sus necesidades. Fotografía de la página del Zoológico de Quito.
El zoológico tiene una clínica veterinaria en la que examinan y cuidan a los animales rescatados.
Los esfuerzos para rescatar los animales
Los animales son llevados al zoológico por la Unidad de Policía del Medioambiente o por personas que los dejan en el lugar. Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito, dice que en 2023 la clínica recibió a 1200 animales en distintas condiciones, muchos de ellos víctimas de tráfico de especies.
En 2023, en todo el país, se rescataron a 4.911 animales de redes de tráfico; 439 estaban en el Distrito Metropolitano de Quito (DMQ). Darwin Robles, jefe de la Unidad de Protección del Medio Ambiente del DMQ, dice que entre enero y febrero de 2024 tuvieron en promedio tres denuncias diarias sobre animales silvestres viviendo con humanos, encerrados en jaulas y casas.
El jefe de UPMA dice que el 90% de denuncias llegan a través del 9-1-1 o llamadas anónimas a las unidades policiales. Otra forma de rescate es con los operativos viales y con el “patrullaje virtual”. Es decir, revisan en redes sociales ofertas de venta de animales.
Para traficar y mascotizar a las aves les cortan las plumas guías de esta forma les impiden volar. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Robles dice que las condiciones en las que encuentran o reciben a las especies son “muy deplorables” ya que no sólo las tienen encerradas en jaulas, sino que también los alimentan con comida humana, como pan, arroz o galletas, haciendo que su dieta cambie.
Tener contacto entre humanos y especies en los hogares, continúa Robles, puede provocar enfermedades de transmisión especie-humano, también conocidas como zoonóticas.
Cuando la policía ambiental hace los rescates llevan a los animales al Hospital de Fauna Silvestre Tueri de la Universidad San Francisco de Quito, ya que tienen un convenio. Cuando son animales más grandes los trasladan al zoológico donde se encargan de hacer los exámenes iniciales para intentar que puedan ser reinsertados a su hábitat. Algo que “lastimosamente por la interacción que tienen con el ser humano es imposible”, dice Robles.
Las especies más traficadas y mascotizadas son monos, aves —específicamente loros, papagayos, pericos tucanes y guacamayos—, las tortugas motelo, taparrabo, charapa y pintadilla, lagartijas, iguanas, serpientes y, últimamente, algunas especies de insectos, como abejas.
Las lagartijas e iguanas son objeto de mascotización a nivel nacional e internacional. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Algunas de las especies que rescata la Policía Ambiental en los operativos que realizan en las carreteras del país tienen como destino otros países. En estos casos, Robles explica que del 100% de especies destinadas a mercados internacionales “sólo el 20% o 25% llegará con vida” y que en el comercio interno pasa lo mismo: “ la mayoría se mueren en el camino, nunca sobreviven todas”, dice.
Martín Bustamante, director del Zoológico de Quito, dice que en enero de 2024 la mayoría de animales que recibieron, iban a ser “destinados al circuito de mascotas”. Regalar animales exóticos como mascotas, dice el director, es un fenómeno conocido como el “efecto peluche”.
Todos hemos tenido “un primo, un vecino, una madrina con un loro, una tortuga, un mono” que fue un regalo, dice el director. Bustamante dice que evitar la mascotización de especies “es una lucha de largo aliento”, porque se trata de reeducar y concientizar a la gente.
Otros de los animales que fueron rescatados el año pasado, en cambio, fueron heridos por cazadores con perdigones como los cóndores, águilas y gallinazos.
Mientras que otros como el tigrillo o el jaguar —que son cotizadas por su piel, colmillos, cabeza y pelaje en el mercado internacional— fueron rescatados de sitios donde iban a ser traficados.
Según la Lista Roja de especies amenazadas del Ecuador, el jaguar, en las poblaciones de occidente de Ecuador está en peligro crítico (CR), mientras que en las orientales está en peligro. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Un daño irreversible
Para combatir el tráfico de especies, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas hacen operativos en conjunto donde además de decomisar armas y drogas rescatan animales. Según Darwin Robles, las condiciones en las que se encuentran las especies son graves.
Según National Geographic anualmente se comercializan de forma ilegal 1,5 millones de aves vivas. Gran parte de ellas no sobreviven. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Las aves suelen estar varias en jaulas pequeñas, apretadas, y cuando son transportadas las colocan incluso en botellas. Mientras que las tortugas suelen estar dentro de cajas, contenedores o envueltas en plástico o aluminio.
Las tortugas motelo, taparrabo, charapa y pintadilla son las más comunes para el tráfico de especias por su tamaño y colores. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Según Martín Bustamante, cuando la Policía desmantela tiendas virtuales de mascotas exóticas en redes sociales, alrededor de “150 animales en diferentes condiciones” llegan al zoológico como resultado de los operativos.
Muchos de ellos no sobrevivirán y otros, según Bustamante, no deberían vivir por las afectaciones que tienen. Sin embargo, explica que “cuando los animales son parte de procesos judiciales, tienes que mantenerlos vivos”. Esto no es fácil.
Condiciones en las que llegan los animales
El día que visitamos el zoológico, en la clínica estaban haciendo exámenes a un águila andina a la que le habían disparado con perdigones. Tenía una doble fractura en su pata derecha. Según David Mora, director del departamento de Bienestar Animal del Zoológico de Quito, el águila llegó a mediados de enero de 2024 desde la provincia amazónica de Napo.
El águila andina es la rapaz más amenazada y menos conocida del Ecuador, según la fundación Cóndor Andino. Actualmente se estima que su población global es de menos de 1000 individuos. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
“Una persona le encontró supuestamente cazando gallinas, y [las personas que llevaron el águila al zoológico] no saben si ahí le dispararon”, explica Mora. Según el director de Bienestar Animal trajeron al macho de aproximadamente un año medio “cuando ya estaba mal”. Por ello “es difícil que sobreviva”, dice. No obstante, Mora explica que en caso que muera recopilaron todos los datos del animal y estos “pueden ayudar a otros casos”.
Las aves rapaces víctimas de perdigones o disparos, explica Mora, no son casos especiales sino repetidos. Las águilas, dice “son animales altamente amenazados”.
La clínica queda en una casa color naranja. Allí, donde el olor de madera se mezcla con el del alcohol, hay distintos espacios, como pequeños cuartos y contenedores, para las especies: unos con más luz, otros con más aire, o diferentes características que necesitan los animales.
En la parte de atrás de la clínica, a un lado de la habitación donde le estaban haciendo los exámenes de sangre al águila, cerca del patio, hay una jaula de dos metros de alto con aves coloridas.
Las aves más pequeñas como guacamayos, pericos y loros que son traficados como mascotas llegan al zoológico sin sus alas guías, las cuales son cortadas para impedir que vuelen. Al no poder volar establecen una relación con las personas que las tienen como mascotas y esto es muy perjudicial ya que pierden sus habilidades de supervivencia.
Los tucanes son cazados por la variedad de colores de su pico. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
El contacto e interacción prolongada de las aves con humanos hace que no se puedan comunicar con las demás aves. Eso impide que puedan ser reinsertadas en su hábitat. Además que en la naturaleza, las aves aprenden a imitar sonidos como el del jaguar o de monos para evitar ser atacados. Si se crían como mascotas, los sonidos que imitan son de humanos y al imitar palabras o frases en la naturaleza las aves de la misma especie “las aíslan o matan porque están en riesgo si están con ellos”, según los cuidadores del zoológico.
Algunas estrellas del zoológico
El oso de anteojos se alimenta de frutas y verduras, los cuidadores colocan su alimento en diversos espacios de su área para que pueda buscarlo y ejercite su mente. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Timo es un oso de anteojos de 20 años que vive desde hace un año en el Zoológico de Quito. Es pequeño a pesar de su edad ya que durante 15 años fue parte de una colección privada en la que lo alimentaban únicamente con frutas. David Mora, director del departamento de Bienestar Animal del Zoológico de Quito, dice que el oso al ser omnívoro—se alimenta de animales y plantas— la dieta a base de frutas impidió que alcance su tamaño y peso normal.
Antes de llegar al Zoológico de Quito, Timo estuvo dos años en el Zoológico Amaru de Cuenca, donde sus dueños anteriores lo dejaron. En ese lugar el oso estaba acompañado por cuchuchos, un mamífero omnívoro pequeño bastante sociable.
Por ello, en Quito también está acompañado de dos cuchuchos que fueron rescatados, uno de ellos tiene cortada la cola. Según Jorge Heredia, gestor de experiencias del Zoológico de Quito, pusieron a los cuchuchos más sociales “para que se hagan amiguis”.
Los cuchuchos no compiten por espacio o alimentación con el oso, así que conviven armoniosamente en el espacio. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Heredia explica que los otros dos osos que había en el zoológico fallecieron de ancianos. Ambos murieron con la diferencia exacta de un año, diciembre de 2022 y diciembre de 2023. Cuando alargas la vida de un animal silvestre en cautiverio, dice, “producen enfermedades degenerativas”.
La pareja de cocodrilos convive en el espacio con un par de tortugas. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Los “Cocos”, como llaman a la pareja de cocodrilos, llegaron en marzo de 2023 desde el Zoológico El Pantanal en Guayaquil. Antes de eso los cocodrilos tenían un problema con los habitantes de esa zona de la ciudad porque la población de cocodrilos se estaba reproduciendo sin control. Y, cuando la gente se acercaba al estero, salían, según Michelle Ángulo, jefa de educadores del zoológico.
Ángulo explica que la pareja de cocodrilos parecía divorciada, ya que desde que llegaron en marzo, hasta enero de 2024 la cocodrila tenía al macho alejado y en un rincón. En febrero los volvieron a ver juntos, incluso tomados de la mano. “Debe ser por el mes del amor” dicen los cuidadores.
Los cocodrilos estaban tomados de la mano cuando fuimos al zoológico en febrero. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Los únicos animales no endémicos del Ecuador, es decir que no son originarios del país, que están en el zoológico son los leones y la avestruz.
Las leonas fueron esterilizadas y por un tiempo estuvieron separadas una de la otra y del león, esto por un motivo de salud reproductiva y seguridad. Ahora todos comparten un mismo espacio. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
Melchor, el león, y las leonas Daniela y Sacha, fueron rescatados de circos a inicios de siglo. Martín Bustamante dice que los leones fueron traídos del centro de rescate San Isidro en Guayaquil, lugar que los rescató en la “crisis de los circos a inicios de los 2000”.
Entre 2019 y 2022 las leonas y el león estuvieron en espacios distintos en el zoológico por motivos de salud reproductiva y seguridad. Según el zoológico, compartir el espacio “generó cambios conductuales entre los individuos”.
Por eso, durante ese periodo tomaron medidas específicas para que pudieran estar juntos. Por ejemplo, las leonas fueron esterilizadas y luego las juntaron durante cortos periodos, que iban desde 20 minutos a una hora. Lo mismo hicieron con el león después de varias semanas para “conformar el grupo social de los tres leones de forma segura y promover comportamientos naturales de la especie”, según el zoológico. Ahora, todos conviven en un mismo espacio.
La avestruz siempre está pendiente de los visitantes y se acerca a la baranda cada vez que escucha ruidos. Fotografía de Nicole Carrera para GK.
La avestruz, especie originaria de África, llegó desde el criadero Inga, en el Valle de los Chillos. En Ecuador es aceptada la comercialización de carne de este animal.
El avestruz macho del zoológico se alimenta de verduras, flores y frutas. Le gusta acercarse a la gente y espía a los visitantes entre las hojas de los árboles de su espacio.
Acceso al Zoológico de Quito
Los horarios de atención son de martes a domingo y feriados de 9 de la mañana a 4 de la tarde. Según Martín Bustamante, la mayor fuente de financiamiento es la “economía del día a día”. Es decir, la venta de entradas; cuestan:
- Adultos: 7 dólares
- Niñas y niños entre 3 y 11 años: 5 dólares
- Adultos mayores: 3,50 dólares
- Escuelas fiscales: 3 dólares
- Escuelas particulares: 5 dólares
- Estudiantes secundaria con carnet: 5 dólares
Además los menores de 3 años y personas con discapacidad no pagan entrada.
Únete a la GK Membresía y recibe beneficios como comentar en los contenidos y navegar sin anuncios.
Si ya eres miembro inicia sesión haciendo click aquí.
