El Día Mundial del Refugiado nos recuerda que vivimos en un mundo donde el desplazamiento forzado es una constante. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cientos de millones de personas se han visto obligadas a dejarlo todo para salvar su vida y la de su familia ante severas amenazas. En este entrevista, Giovanni Bassu, representante para el Ecuador del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) analiza el refugio en el Ecuador y en el mundo en estos convulsos tiempos pospandémicos. 

¿Cuál es tu análisis —en representación de Acnur— de la situación de las personas refugiadas en Ecuador, en este último año?

Para ponerlo en contexto, ahora tenemos 100 millones de refugiados en el mundo. Es una cifra que se ha doblado en una década. Vemos que ese número ha ido creciendo, creciendo, creciendo.

La verdad es que lo mismo ha pasado aquí en Ecuador. Ecuador está en una ruta de tránsito y es un país de destino para muchas personas. Entonces, aquí también hemos visto a la población de refugiados crecer año a año. Incluyendo este año.

Estas situaciones siempre ponen a las comunidades de acogida bajo una cierta presión porque se percibe una cierta competición por el trabajo, los servicios públicos. 

Pero tengo que decir que Ecuador, de todos los países donde yo he trabajado, es uno de los más acogedores que hay. 

Lo es a nivel normativo. Hay una Constitución que  da derechos a todas las personas en movilidad humana —acceso a la educación, a la salud—.

Pero también lo es a nivel cultural. Dentro de las comunidades de acogida, donde llegan los refugiados, hay una especie de tradición de recibirlos. Lo ha sido con muchas personas que huyeron del conflicto colombiano y encontraron un sitio seguro aquí. Ahora, sucede igual con la población venezolana.

Hay una tradición de acoger. Nosotros hemos hecho un estudio  en el que la población en movilidad humana dijo, en un 71%, que tiene una buena o excelente relación con su comunidad de acogida. También me imagino que es producto del hecho de que hay muchos ecuatorianos en el exterior, algo con lo que la gente también puede relacionarse. 

Hemos recibido muy bien y es un buen ejercicio el proceso de regularización que ha lanzado este gobierno. 

Es un paso muy positivo para mejorar la situación de las personas en movilidad humana. Sobre todo, para la población venezolana, que es la más grande ahora en Ecuador. 

Te voy a dar unas estadísticas que me gustan. 

Esta es una oportunidad para Ecuador porque si lo miramos como una fuerza laboral, es una fuerza laboral joven: el 45% tienen una edad entre 26 y 35 años y el 23% tienen un título de educación superior. 

Un estudio del Banco Mundial dice que si se incorporan a la economía del Ecuador, el PIB podría aumentar un 2%. Es una oportunidad también para el crecimiento económico del Ecuador.

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Quería concentrarme sobre todo en el proceso de regularización que se ha lanzado. Por la coyuntura, por los problemas que se están viviendo hoy, se ha quedado un poco de lado darle la relevancia que debería tener, pero quería, ¿cuál es la postura de Acnur sobre este nuevo proceso regulatorio?

Todo proceso que pueda dar documentación a una población en necesidad es un paso  adelante. 

Muchos de los detalles todavía no se conocen porque van a ser desarrollados en normativas secundarias que todavía no tenemos. Pero me parece una muy buena iniciativa a este punto. Es muy importante. 

Pienso que es una oportunidad, no solamente a nivel económico. Me parece una buena oportunidad a nivel de la cuestión de seguridad, porque lo que sabemos es que va a ser un ejercicio de registro y de regularización. 

El registro quiere decir que el Ministerio del Interior y la Cancillería del Ecuador van a conocer todas las personas que están dentro del país y tener un registro biométrico de ellas. 

Así que es un paso adelante también en temas de seguridad y de formación de política pública: el gobierno necesita está información para desarrollar políticas de integración o políticas en general sobre cómo manejar la población en movilidad humana. 

Es un paso muy positivo económicamente, seguridad y para políticas públicas. 

Nosotros, como Acnur, vamos a trabajar con el gobierno para crear esta normativa secundaria. 

Esperamos poder trabajar los borradores con los varios ministerios para definirlo. Me parece también que el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) también está muy involucrado a nivel de niños y niñas que van acompañados. 

Así que hay trabajo que hacer, pero Acnur va a apoyar este proceso que todavía necesita un poquito más de definición.

Giovanni Bassu

Giovanni Bassu en uno de los viajes a territorio de Acnur. Fotografía cortesía de Acnur.

En este nuevo proceso,  ¿se está regularizando también a la gente que tenía cédulas expedidas o contaban con cédulas vigentes?

Esa es una diferencia con procesos anteriores. 

Si me acuerdo bien, yo no estuve aquí en el último, pero me parece positivo que se esté ampliando para incluir la cédula como documento de identidad válido para personas que entraron con la cédula. 

Es un paso positivo. Como he dicho, es un poquito temprano para sacar conclusiones porque el registro de regularización es un paquete con muchos detalles que todavía no tenemos. 

Es un sistema que se va a dar, que se está armando y que necesitamos ver los detalles de implementación.

¿Hay algún lugar donde podamos referenciar como exitosos en estos procesos de regulación?

Tal vez un punto inicial es que la población ya está aquí, entonces la presión ya existe. Estamos hablando de regularizar documentación. 

Ahora directamente contestando tú pregunta: muy fácil, porque América Latina se ha movido bastante para dar una respuesta a la población venezolana en movilidad humana. 

Podemos ver a Colombia, que te da un ejemplo. Si me acuerdo bien, ya llegaron al millón de personas que se han regularizado. 

Es un ejercicio muy amplio que están dando con un permiso. El registro te da un permiso de permanencia temporal con una validez de 10 años, si me recuerdo bien. 

Puedes mirar a Colombia, pero también a Perú, que ha tenido ejercicios de regularización periódicos en los últimos 4 o 5 años que siguen renovándose. Es un poquito como un rolling exercise

Aparte, y relacionado con la población venezolana en particular, hemos tenido históricamente varios ejercicios amplios de dar permisos de quedarse a varias poblaciones. 

Te doy un ejemplo muy reciente: Ucrania. La respuesta de Europa, con un permiso de permanencia extraordinario que están dando, que era el mismo que dieron a la población de Bosnia cuando hubo la guerra a mediados de la década de 1990. 

Es, fundamentalmente, que tú te presentas con un documento de identificación de esta nacionalidad y te dan el permiso de quedarte con acceso a derechos en Europa. 

Hubo también en Alemania con la población siria que  tuvo un impacto muy positivo económicamente. 

Quería entrar a ese otro aspecto. Muchas veces la discusión sobre personas en situación de refugio o migrantes es alrededor de una asistencia humanitaria y, en el imaginario social, la asistencia humanitaria es un “te estoy haciendo un favor, esto es caridad”.

En cambio se habla muy poco de los beneficios económicos. ¿Cuáles son los beneficios más evidentes?, hablábamos de un aumento del PIB. ¿Cómo se podría lograr esa incorporación?, ¿Qué es lo que se necesita? Y, ¿cómo pueden, las comunidades de acogida, los países de acogida también darse cuenta de que esto no es solamente un acto humanitario, pero a más de eso tiene una serie de beneficios para la comunidad de acogida de enriquecimiento?

Hay una parte humanitaria de responder a la movilidad humana masiva, no hay duda, pero generalmente lo hacen los actores humanitarios, como Acnur. 

Es algo que la comunidad internacional muchas veces apoya a nivel financiero. Nosotros como Acnur estamos apoyando para dar esta respuesta humanitaria, en Tulcán, en la Panamericana, en Huaquillas, y en otros sitios estratégicos. Porque una persona que huye, huye generalmente sin nada, camina o se moviliza por varios días o meses, llega, necesita comida, albergue, compromiso social. 

Un refugiado, al final, es una persona que ha huido de una persecución. Muchas veces tiene traumas. Así que hay un trabajo humanitario que se puede hacer.

Pero también están los beneficios relacionados con tu pregunta, que no son solamente económicos diría. 

Son también culturales porque una cultura se enriquece teniendo una cierta mezcla, un poquito como la genética. Es por eso que para este Día Mundial del Refugiado, nos estamos fijando en la cultura. 

Tenemos un evento en Cancillería con una exposición de arte de un proyecto que hemos hecho de años que se llama RefugiArte, con artistas que plasman su impresión de qué es la huida, qué es huir de su país, en pinturas. 

Aquí estamos también utilizando artistas ecuatorianos y artistas en movilidad humana. Tenemos a Bonil, que nos ha contribuido durante años a esta serie de RefugiArte. Entonces hay beneficios culturales que van a beneficiar al país.

Ahora, para optimizar este potencial, pienso que lo que está haciendo ahora el gobierno con un registro que incluye una encuesta socioeconómica ayuda mucho porque te da el material para después diseñar políticas públicas que permitan optimizar económicamente y en otros sentidos esta población que tienes en tu país.

 Se está dando este paso crucial para después diseñar esas políticas públicas. 

representante de Acnur en Ecuador

Giovanni Bassu, representante de Acnur en Ecuador, en un proyecto en Esmeraldas. Fotografía cortesía de Acnur.

Yo entiendo la necesidad de generación de políticas públicas, pero también hay, a veces en el Ecuador, esta idea que el Estado es el que tiene que resolverlo todo. En realidad, el Estado es un actor social más. Desde el lado de la sociedad, desde las empresas, los otros actores económicos que hay y juegan un rol importante en la economía. ¿Qué se podría hacer? 

Tienes razón. El Estado tiene un papel clave para mí, pero tienes razón que hay más y el sector privado es un actor esencial. 

Es por eso que junto con el pacto global estamos trabajando esta iniciativa que se llama Empresas para personas refugiadas, donde intentamos poner buenas prácticas, porque pienso que el sector privado cuando se encuentra con una persona refugiada, piensa inmediatamente “oye, eso es un lío. No es una oportunidad, eso me va a poner problemas con las autoridades”. 

No sabe si se puede emplear a una persona con un visado de refugiado, por ejemplo. Por eso hemos creado un sitio web donde varios empresarios ecuatorianos de éxito te dicen “oye, esto ha sido una buena decisión para nosotros”.

También estamos lanzando un sello de inclusión para que empresas que se sumen a esta iniciativa de poner personas refugiadas dentro de sus empresas puedan exhibirlo. Decir “oye mira, lo estamos haciendo”. 

Pienso que el sector privado es clave porque, como siempre, es el motor económico del país, de nuevas iniciativas, también es el más grande empleador. Así que claramente hay dos opciones aquí. Una en la que pueden emplear a personas en movilidad humana. Y dos, que empresas privadas creadas por personas en movilidad humana puedan emplear a muchas personas.

¿Cuáles son los mitos que tú o ustedes creen que todavía perviven en la sociedad y que les gustaría que se combatan o se vayan disipando, desmintiendo? Si tuvieras que mencionar tres principales, ¿cuáles serían?

Uno es que hay una relación entre crimen y persona en movilidad humana. No lo hay, basta ver las cifras.

Otro mito es que una persona refugiada es un problema. No. Esto se relaciona al otro mito que tú ya mencionaste: que la persona refugiada puede solamente ser beneficiario de asistencia, no un actor que pueda contribuir. 

Ya hemos hablado mucho ahora de que pueden contribuir en muchas cosas. En el Real Madrid juega Luka Modric, una de sus estrellas. Él fue refugiado. Así que, a pesar de los traumas que pueden tener, a pesar de todo, son personas con muchas ganas de ayudar, de contribuir positivamente. 

Necesitamos enfocarnos en lo que es ser refugiado porque cuando hablamos de refugiados no estamos hablando del extranjero. Esa es otra discusión. 

Hoy estamos hablando de refugiados y pienso que la verdad, el mensaje clave aquí y de la Acnur en general es “ponte en los zapatos de un refugiado por favor”.

Imagínate que, de un día al otro, necesitas abandonar tu casa, a tus amigos, tus padres, tu novia y caminar y subirte a un barco o hacer viajes que generalmente en estos días son super peligrosos, para intentar de reencontrar lo que es seguridad física, sin tener el miedo de ser perseguido. 

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José María León Cabrera
(Ecuador, 1982) Editor fundador de GK. Su trabajo aparece en el New York Times, Etiqueta Negra, Etiqueta Verde, SoHo Colombia y Ecuador, entre otros. Es productor ejecutivo y director de contenidos de La Foca.

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