Tame, la aerolínea nacional que operaba con fondos públicos hasta 2020, perdió cientos de miles de dólares entre 2015 y 2020. Así lo confirmó hoy, 8 de marzo, la Contraloría General del Estado. Estas pérdidas derivaron en glosas por 243 millones de dólares a siete ex gerentes de la aerolínea, que fueron señalados con responsabilidad civil culposa.
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Los montos de las glosas corresponden a las pérdidas originadas por la operación de las rutas, cuando estaban a cargo los 7 ex gerentes quienes, según un comunicado de prensa publicado por la Contraloría, no adoptaron medidas oportunas para corregir las falencias.
Según la Contraloría, esto sucedió porque los resultados de los exámenes especiales que realizó fueron aprobados; no hay más detalles sobre estos exámenes. Sin embargo, los inculpados podían impugnar esta decisión ante la misma entidad o a través de recursos judiciales en los Tribunales de lo Contencioso Administrativo. El mismo comunicado explica que los ex gerentes ya presentaron las pruebas de descargo (alegatos y documentos) y que estos documentos no evidenciaron un buen manejo de la aerolínea, por lo cual se confirmaron las glosas solidarias —es decir que todos los señalados deben individual y colectivamente el total de las glosas—, que varían entre 14.475.343 y 96.377.636 dólares
En el mismo boletín, la Contraloría menciona que, a pesar de las pérdidas que tenía la aerolínea y de que las rutas (que no fueron especificadas) no eran rentables, ninguno de los ex gerentes recomendó que se tomen medidas para frenar este gasto, como la “fusión, liquidación o extinción de la entidad”.
Tampoco, se tomaron medidas que hubieran permitido llegar a un punto de equilibrio y, mucho peor, la empresa no generó ninguna estrategia que asegure el retorno de los fondos propios. Es decir, Tame perdió dinero sin que ninguno de sus directivos hiciera algo para resolverlo, según explica el comunicado.
Según el comunicado, “los costos operativos absorbieron y superaron los ingresos, sin dejar margen que permitiera cubrir los gastos administrativos y de ventas, demostrando un control inadecuado sobre los costos de operación de las rutas”.
Los años que más pérdidas se registraron fueron 2017, con 61 millones de dólares; 2018 con más de 65 millones de dólares, y 2019 con más de 55 millones de dólares.
Las pérdidas ya se conocían
Durante el gobierno de Lenín Moreno ya se conocía la realidad de la aerolínea. Por eso, el entonces presidente dijo en mayo de 2020 que Tame, la aerolínea pública ecuatoriana, iba a entrar en liquidación porque “ha perdido 400 millones de dólares en los últimos cinco años”. Sin embargo, en ese entonces, dijo que se mantendrían las rutas aéreas que realiza en los lugares que no tienen alternativas privadas.
De igual manera, el presidente Guillermo Lasso, en una entrevista radial del 8 de abril de 2021, durante la campaña electoral, anunció que vendería Tame “que es una empresa que genera muchos recursos [gastos] al Ecuador y ningún beneficio”.
Ya como presidente, Lasso amplió el plazo de un año para la liquidación de Tame —y otras empresas públicas— que debería concluir en julio de 2022.