El 26 de agosto de 2021, Jazmín Lema, de 21 años, su novio José* de 17, y su hija de tres años estaban en el desierto de Sonora, en la frontera norte de México con Estados Unidos. Los tres salieron de Biblián, un cantón de la provincia andina de Cañar, hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y huyendo de la violencia de género que ella sufría por parte de su expareja y padre de su hija. 

En la mañana del 26 de agosto, un coyote los abandonó a los tres a su suerte. Los debía trasladar desde Toluca, la capital del estado de México, hasta la frontera sur de Tijuana, en el estado de Baja California, que colinda con el condado estadounidense de San Diego, en el estado de California —Estados Unidos. El plan era  entregarse a un control migratorio para pedir asilo en Estados Unidos. 

Las altas temperaturas y la falta de comida y agua, hicieron que Jazmín Lema muriera en el desierto. 

Los restos de Jazmín fueron repatriados a Ecuador el 22 de octubre pasado. El cuerpo de Jazmín fue hallado gracias a las pistas que dio su novio, José. Ella fue velada en su casa en Biblián y descansa en el cementerio de Biblián, una ciudad de migrantes. 

Su salida de Ecuador 

Jazmín salió de Ecuador el 21 de agosto hacia Estados Unidos huyendo de la violencia que sufría de parte del padre de su hija, quien intentó apuñalarla cuando tenía cuatro meses de embarazo, en 2017. También viajó para reunirse con su madre, Gladys Guallpa, migrante ecuatoriana que también cruzó el desierto en 2002 y vive en Nueva York. 

Desde el 31 de  julio de 2020, Jazmín Lema tenía una boleta de auxilio que obligaba al agresor a mantenerse alejado de ella y su pequeña hija. El documento no era una garantía, el hombre no obedeció. 

Los hechos después de su muerte 

Jazmín Lema murió en el desierto y su novio José logró proteger a la hija de su pareja fallecida, tras pedir ayuda a la patrulla migratoria. 

José permanece en el albergue Tino Tosh, conocido como Camino a Casa, del sistema de Desarrollo Integral de las Familias de Sonora, un programa estatal que funciona a escala nacional en México. 

La niña de tres años, en cambio, sí ingresó a Estados Unidos. Durante casi cuatro meses, Chelita permaneció en un campamento para niños y niñas migrantes en el estado de Arizona, que en marzo de 2021 se declaró en emergencia por la llegada de migrantes en situación irregular a su territorio. Luego de un proceso legal en el que el padre de la niña —quien agredía a Jazmín— también pedía su custodia, la semana pasada, Chelita salió del albergue y se fue a vivir a Nueva York con su abuela, la madre de Jazmín Lema.

Migración ecuatoriana 

A finales del siglo XX, la mayor crisis social y financiera de la historia del Ecuador, conocida como el feriado bancario, expulsó a al menos un millón de personas, que migraron hacia Estados Unidos y Europa. 

Desde esa fecha, cientos de ecuatorianos, en especial del sur del país, viven de las remesas que envían sus familiares. 

La crisis por el covid-19 agudizó la migración. El 2021 fue el año con más ecuatorianos no retornados, durante los últimos cinco años: 18%.

En 2016, por ejemplo, el porcentaje de ciudadanos que no regresaron fue del 3,3%. En los tres años siguientes, no varió mucho: 1,3%, en 2017, 0,3%, en 2018, 2,03%, en 2019.  En 2020, regresaron más personas que las que salieron: un excedente del 0,3%, atribuible a la pandemia del covid-19. 

Los riesgos de la migración son varios, el más grave es morir en el camino. Entre el 1 de enero al 1 de diciembre de 2021, al menos 60 migrantes han muerto en el exterior, según los datos que entregó a GK, la Subsecretaría de Migración del Ministerio de Gobierno. 

El 70% murió entre México y Texas, donde se encuentra la frontera más transitada por los ecuatorianos que intentan llegar a Estados Unidos.