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La Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) es el órgano supremo de toma de decisiones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). 

La primera COP fue en 1995 en Berlín, Alemania. Desde entonces se había desarrollado todos los años hasta 2020, que se suspendió por la pandemia de covid-19. Este 2021, los expertos dicen que la COP26 será un evento importante para el mundo porque se evaluarán los avances del Acuerdo de París sobre el cambio climático y porque es la primera reunión de este tipo desde que empezó la pandemia.

Desde la primera COP, hace ya 26 años, se ha hablado de dos temas principales que están relacionados entre sí: la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la lucha contra el cambio climático y el calentamiento global. 

¿Qué son los gases de efecto invernadero?

Los gases de efecto invernadero son gases naturales que existen normalmente en la atmósfera. Carolina Zambrano, líder de justicia climática de la organización Hivos, explica que la función de estos gases es atrapar una parte de la radiación solar que llega normalmente a la Tierra. 

Los gases de efecto invernadero, dice Zambrano, hacen que la vida sea posible en el planeta porque regulan la temperatura. Sin gases de efecto invernadero que retengan parte de la radiación del sol, la temperatura del planeta sería de entre -13 y -18 grados centígrados. La temperatura promedio actual es de 15 grados centígrados. 

Por esta función, los gases de efecto invernadero son naturalmente buenos. El problema, dice la experta, es que desde que empezó la revolución industrial, las actividades humanas han generado muchas más emisiones de gases efecto invernadero y esos se están acumulando en la atmósfera. Y es esa acumulación de gases de efecto invernadero es lo que está causando el cambio climático

Los principales gases de efecto invernadero que hay en la Tierra son: 

  • El dióxido de carbono (CO2)
  • El vapor de agua (H2O)
  • El metano (CH4)
  • El óxido nitroso (N2O) 
  • El ozono (O3)

El dióxido de carbono es el gas que más contribuye al cambio climático y el calentamiento global con más del 50%. Entra a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles como petróleo, gas natural y carbón y por la quema de residuos sólidos o por actividades industriales como la producción de cemento. 

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Naturalmente, una parte del CO2 podría ser retenido por los bosques tropicales como la Amazonía, que es un sumidero de carbono. Sin embargo, los altos índices de deforestación, la ampliación de la frontera agrícola, la erosión del suelo, y actividades como la ganadería han limitado la capacidad que tiene la atmósfera para eliminar el dióxido de carbono. Además, el 80% del CO2 permanece en la atmósfera y en el océano hasta 200 años.

Otro gas de efecto invernadero que contribuye al cambio climático en un porcentaje importante (15%) es el metano. El metano entra a la atmósfera por la producción de combustibles fósiles, sin embargo, cerca de un tercio de sus emisiones viene de la ganadería y otras prácticas agrícolas. 

Se estima que cada año, la crianza del ganado produce cerca de 115 millones de toneladas de gas metano por la descomposición de su estiércol y sus procesos digestivos. ​​El metano es uno de los peores gases de efecto invernadero, porque es 25 veces más potente que el dióxido de carbono para atrapar el calor.

¿Qué es el cambio climático y el calentamiento global?

La Organización de las Naciones Unidas dice que el cambio climático es una alteración del clima de la Tierra a lo largo del tiempo debido —directa o indirectamente— a las actividades humanas. El calentamiento global es una consecuencia directa del cambio climático y se refiere al aumento de la temperatura promedio del planeta. 

Desde la Revolución Industrial, la temperatura global ha aumentado 1,1 grados centígrados. El informe de 2021 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) dice que el clima está cambiando en todo el planeta a una escala “sin precedentes” y que el calentamiento global debido a ese cambio está en “código rojo” — es decir, en situación crítica.  

Se espera que la temperatura global se eleve hasta alcanzar o superar los 1,5 grados centígrados en los próximos 20 años. 

Los retos de la COP26

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) dice que hay cuatro objetivos principales que los más de 100 líderes mundiales que asistirán a la COP este año deben lograr. 

Primero, la COP26 busca lograr el cero neto global para mediados de siglo y mantener el aumento máximo de la temperatura de la Tierra en 1,5 grados centígrados. 

El cero neto global se refiere a que el nivel de gases de efecto invernadero que sale de la atmósfera es el mismo que el nivel de gases que ingresa a la atmósfera. Es decir, lo que se quiere lograr es que haya un equilibrio de gases de efecto invernadero y así lograr controlar el aumento de la temperatura del planeta. Para lograr esto, se espera que en la COP los países se compromentan a:

  • acelerar la eliminación del carbón
  • reducir la deforestación de los ecosistemas
  • acelerar el cambio de las matrices energéticas
  • incentivar el uso de vehículos eléctricos
  • fomentar la inversión en energías renovables.

Otro objetivo de la COP es ver más allá de la mitigación del cambio climático y prestarle atención a la adaptación. La razón por la que la adaptación es importante es para proteger a las comunidades y ecosistemas que ya están siendo afectados por los cambios climáticos —y que seguirán siendo afectados incluso aunque se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. 

La CMNUCC dice que en la COP26 se debe trabajar principalmente para: proteger y restaurar ecosistemas y para construir sistemas de alerta, infraestructura, e incluso de agricultura resilientes para evitar la pérdida de casas y medios de vida debido al cambio climático. 

La COP26 también busca movilizar financiamiento. En 2015, tras la firma del Acuerdo de París, los países desarrollados se comprometieron a movilizar al menos 100 mil millones de dólares en financiamiento climático cada año desde 2020. 

En la COP, se espera evaluar cómo avanzan estos aportes y además definir el rol que tienen las instituciones financieras internacionales para la distribución de ese dinero para cumplir con el objetivo del cero neto global. 

Finalmente, otro objetivo de la COP26 es el trabajo conjunto. Se espera que en la conferencia, los líderes mundiales tomen acciones conjuntas para hacerle frente a los desafíos de la crisis climática. Para eso, en la COP se debe:

  • Terminar de definir el Rulebook de París —que es un documento que debe detallar las reglas sobre cómo se debe aplicar el Acuerdo de París en todos los países firmantes.
  • Acelerar las acciones para enfrentar la crisis climática, a través de la colaboración entre gobiernos, empresas, sociedad civil, e incluso pueblos y nacionalidades indígenas.

Ecuador en la COP26

A diferencia de las grandes potencias mundiales, la contribución de Ecuador al cambio climático es mínima. Según Gustavo Manrique, ministro de Medio Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE), las emisiones de CO2 del país representan solo el 0,15% del inventario global. Sin embargo, los efectos del cambio climático ya se están sintiendo en territorio local. 

La bióloga Carolina Zambrano dice que en Ecuador, solo entre 1960 y 2010, la temperatura había aumentado: 1,1 grados en la Sierra, 0,6 grados en la Costa, 0,9 grados ​​en la Amazonía, y 1,4 grados en Galápagos. 

Además, el último informe de Comunicación Nacional sobre Cambio Climático de 2017 dice que si la tendencia actual se mantiene, la temperatura promedio en el país aumentará 2 grados centígrados hasta el final del siglo.

Karina Barrera, Subsecretaria de cambio climático del MAATE, dice que entre el 2000 y 2017 Ecuador ha perdido cerca de 424 millones de dólares debido al aumento de las sequías, y que además, ha habido una alta migración de personas por esa misma razón. Por eso, dice Barrera, la prioridad de Ecuador en la COP26 es buscar que se defina un mecanismo global para la adaptación al cambio climático. 

Pero para Ecuador también es importante que en esta COP se defina cómo va a funcionar la Red de Santiago, una iniciativa que nació en la COP25 en Madrid con el objetivo de brindar asistencia técnica a los países vulnerables para que sepan cómo afrontar las pérdidas y daños causadas por los efectos del cambio climático.

Además de la adaptación y la respuesta a las pérdidas y daños, también hay otros ejes importantes para Ecuador en la COP26. Según el Ministerio, estos son:

  • La mitigación del cambio climático con un enfoque en los mercados sostenibles que aseguren la integridad ambiental. 
  • El financiamiento climático para la mitigación y adaptación, la estandarización de los formatos para divulgación de información, y la transparencia en el manejo de los fondos.
  • La re evaluación de los tiempos necesarios para el cumplimiento de las Contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés). 
    • La NDC de Ecuador tiene el objetivo de implementar políticas y acciones que promuevan la reducción de gases de efecto invernadero, el aumento de la resiliencia, y la disminución de la vulnerabilidad a los efectos adversos del cambio climático. 
    • La primera NDC de Ecuador fue difundida en marzo de 2019, pero según el Ministerio de Ambiente, su cumplimiento está retrasado debido a la pandemia de covid-19. Por eso, esperan que se puedan definir nuevos tiempos para su implementación en la COP26.

Otros retos de Ecuador en la COP26

Carolina Zambrano, líder de justicia climática de la organización Hivos, dice que además de buscar financiamiento y definir acciones de adaptación al cambio climático, otro punto importante que Ecuador debe tratar en la COP26 es el cumplimiento de los derechos humanos e indígenas, y la conservación de la Amazonía. 

Zambrano dice que Ecuador debe comprometerse a cuidar la Amazonía y a los pueblos y nacionalidades indígenas que habitan allí porque es un tema central para mitigar el cambio climático. 

Una forma de cuidar la Amazonía es limitar el extractivismo en esta región, pero en julio de 2021, el presidente Guillemo Lasso firmó el Decreto 95 que pretende duplicar la producción de petróleo del país hasta un millón de barriles diarios. Organizaciones indígenas interpusieron una acción de inconstitucionalidad contra el gobierno por ese decreto. Sin embargo, aún no se sabe cuándo se resolverá la causa. 

Tomar acciones para proteger la Amazonía es esencial. Belén Páez, Directora Ejecutiva de la Fundación Pachamama dice que debido a los altos niveles de deforestación, la Amazonía está cerca de alcanzar un punto de no retorno — un punto crítico del estado de la naturaleza que una vez superado desatará cambios irreversibles. 

Si la Amazonía alcanza este punto, dejará de ser un sumidero de carbono que ayude a mitigar los efectos del cambio climático y los efectos serán devastadores no solo para el ecosistema, sino también para los pueblos y nacionalidades indígenas que viven en todo el bosque amazónico. 

Para evitar llegar a este punto, Páez dice que es necesario presentar un nuevo modelo económico que entienda a los recursos naturales y los use de manera sostenible. Páez dice que en la COP26, organizaciones de la sociedad civil como Fundación Pachamama presentarán iniciativas de bioeconomía, transporte sostenible, nuevas tecnologías, y otras estrategias que son necesarias para dejar la dependencia en los combustibles fósiles y para asegurar el cuidado de la Amazonía. 

El abandono de los combustibles fósiles es un tema central de la COP26 que el gobierno ecuatoriano no ha abordado en ninguno de sus discursos previos a la conferencia, pero que es esencial. 

Los expertos coinciden en que para que el aumento de la temperatura de la Tierra no sobrepase los 1,5 grados centígrados, es necesario que las personas dejemos definitivamente el uso de combustibles fósiles —hidrocarburos como el petróleo y el gas, además del carbón— hasta 2050.

 Carolina Zambrano dice que “estamos viendo una caída en la inversión de combustibles fósiles en el mundo”, por lo que Ecuador debe empezar a pensar en cómo cambiar su matriz energética y su economía no solo para alinearse con el objetivo de carbono neto que propone la COP, sino también para cuidar el medioambiente, los pueblos y nacionalidades indígenas, y la biodiversidad que alberga el país.


Esta historia fue escrita con el apoyo de Climate Tracker.