Aunque cien días aún es un período corto para evaluar si un gobierno está cumpliendo con sus ofertas de campaña, se puede tener una visión general sobre el camino que ha emprendido y si ese camino va en concordancia con aquello que ofreció. 

Los primeros meses sirven también para conocer si las decisiones urgentes se toman; si hay políticas públicas claramente definidas y si es que las acciones tienen coherencia con la estrategia política. Una breve mirada a algunos de los ejes más relevantes de la política gubernamental muestra que aún no hay claridad en esas áreas. 

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Cultura: ¿hacia dónde va?

Aunque en la propuesta de gobierno no hay una meta específica para los cien primeros días, sí hay ciertos parámetros sobre la visión que el gobierno tiene de la cultura. 

Estos están enfocados hacia las industrias culturales sectores que se dedican netamente a la creación, producción y distribución de bienes y servicios culturales y contribuyen a la economía y al desarrollo de un país. Gabriela Montalvo, economista experta en estudios de la cultura, dice que lo que ha sucedido en estos primeros cien días está muy lejos de lo que propuso el presidente Lasso en su plan de trabajo como candidato. “Yo no he visto ninguna acción contundente para promover ninguna industria creativa de las que habla el plan”, dice. 

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En las Entrevistas GK, la Ministra de Cultura, María Elena Machuca, fue consultada sobre cuál será su meta principal en el ministerio. Su respuesta fue que tiene muchas metas, que la digitalización de los archivos es una de ellas. Mencionó también el incentivo para la empresa privada —la posibilidad de deducir el impuesto a la renta cuando se contribuye para el sector cultura— y dijo que quiere “que se bajen los candados que ha puesto el SRI y la anterior administración del ministerio para que los empresarios quieran auspiciar la cultura” y dijo también que en otros países es “la empresa privada es la que mueve la cultura”. 

En esa entrevista, explicó que el Teatro del Barrio, la propuesta emblema de este gobierno, consiste en fondos que serán entregados a “procesos culturales de artes escénicas”.  La Ministra dijo que era su propósito “que los fondos que no han llegado en otros años, lleguen directamente a la comunidad”. Montalvo cree, sin embargo, que la retórica es vacía: no ve claridad sobre la industria a la que el gobierno quiere promover y los potenciales mercados internos y externos que pueda tener, o el rol que el Estado en esos procesos. Dice que tampoco se ha presentado un estudio de impacto sobre los efectos que tienen o han tenido los fondos entregados por el Estado —a lo largo de las distintas administraciones— y que eso dificulta la toma de decisiones. La ministra, en la entrevista en GK, tampoco supo dar datos sobre el impacto que esos fondos han tenido en los distintos proyectos que, aunque no necesariamente fueron entregados en su administración, esa información es relevante para que se pueda evaluar qué tan rentables o efectivos son. “Ningún proyecto ha sido pensado como un proyecto de incidencia económica o de desarrollo entonces no creo que podamos esperar algo transformador”, dice Montalvo y hace énfasis en que el mismo origen de los proyectos no tiene una visión de incidencia en la economía.

En estos 100 días, parece que aún hay un vacío en el camino que el gobierno quiere trazar en su política cultural. Las primeras medidas del ministerio del ramo no demuestran que se haya empezado a caminar hacia la creación de los marcos para la construcción de las tan mencionadas industrias culturales. 

Salud: ¿cuál es el camino?

En campaña, Guillermo Lasso, propuso un sistema de salud eficiente y de calidad. Esa, por supuesto, es una meta a largo plazo. En los primeros 100 días, el esfuerzo mayor ha estado en la vacunación. Su plan era alcanzar 9 millones de personas vacunadas contra el covid-19 en tres meses a través del Plan Fénix, cuyo presupuesto era de 628 millones de dólares, según información oficial. Lo ha logrado —y no es un logro menor, especialmente en un país en el que hace apenas 7 meses no había vacunas. 

¿Pero después de la vacunación, qué? “Sí, en los 100 días vacunó pero no sabemos cuánto se han gastado en vacunas, y podemos pensar que, como la mayoría del presupuesto se destinó a ese rubro, significaría que hay menos presupuesto que el año pasado para todo el resto del sistema de salud”, dice Irene Torres, experta en promoción de la salud. También cree que, incluso si la estrategia estaba centrada en la vacunación, en cien días se debió mejorar el sistema de vigilancia para reportar brotes de covid-19.

También parece continuar un problema que se arrastra desde el gobierno anterior: el desabastecimiento de medicinas. Pedimos información detallada sobre eso al Ministerio de Salud Pública y al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, pero hasta el cierre de este reportaje, no obtuvimos respuesta. La Ministra de Salud, Ximena Garzón, hace unas semanas declaró la emergencia focalizada para la adquisición de ciertos fármacos para 135 unidades médicas. 

Ocurrió después de que el Vicepresidente de la República, Alfredo Borrero, hiciera un recorrido y constatara que no había medicinas. “No necesitaba constatar personalmente porque eso está en el sistema”, dice Torres y asegura que, por ejemplo, el stock del Hospital Carlos Andrade Marín está en 25%, “no hay solución salina, no hay guantes, no hay jabón. Antes, si bajaba del 85% era un escándalo nacional.”, dice Torres. Las quejas de pacientes en redes sociales y a través de algunos medios de comunicación, ha sido permanente. 

Niñez: ¿Hay plan para erradicar la desnutrición infantil?

Otra de las propuestas para este gobierno es erradicar la desnutrición infantil. Una de las primeras acciones de Lasso fue firmar el decreto 31, con el que designó a Luis Coloma como su consejero ad honorem para la materia. 

En el mismo decreto estableció un plazo de 60 días para que elabore una propuesta normativa que permita ejecutar el plan Ecuador crece sin desnutrición. “Todavía no sabemos el plan concreto de este gobierno pero por las entrevistas que han dado las autoridades, se entiende que los cuatro pilares establecidos en la estrategia del gobierno anterior, se van a mantener”, dice Milica Pandzic, que participó en la elaboración de la estrategia nacional para la erradicación de la desnutrición, elaborada durante el gobierno de Lenín Moreno. 

Pandzic dice que esos pilares incluyen un paquete priorizado de vacunas y controles de salud, seguimiento a niños y madres para confirmar la entrega de vacunas, la encuesta nacional de desnutrición infantil y el presupuesto por resultados que se entrega a los Gobiernos Autónomos Descentralizados (como prefecturas y alcaldías). .

“Aún no existe un decreto o una normativa que ya establezca concretamente cuál va a ser la estrategia específica de este gobierno”, dice Pandzic aunque se ha anunciado que habrá un fondo de sostenibilidad petrolera del que se utilizarán ciertos recursos para el programa de erradicación de desnutrición infantil  y un bono para madres embarazadas —con la idea de garantizar bienestar en los primeros mil días del niño. Estos dos nuevos elementos, dice Pandzic,  sin embargo, no se han concretado aún. 

Comunicación que no comunica

La comunicación del gobierno —si es que existe como estrategia— aún no está del todo clara. La evidencia está en una de las primeras crisis políticas que el gobierno de Guillermo Lasso tuvo que manejar fue la ruptura del acuerdo legislativo que se discutió  entre CREO, Partido Social Cristiano (PSC) y la coalición correísta UNES. 

Mientras las cabezas de estas dos organizaciones, Jaime Nebot y Rafael Correa, daban amplias explicaciones y detalles sobre el acuerdo, las condiciones y el quiebre, Guillermo Lasso, respondió con un video en la breve red social de Tik Tok. La profundidad de la respuesta de los primeros fue evidente frente a la fugacidad y superficialidad de la segunda. Iván Ulchur-Rota, dice en su columna que, insistir en lo viral y confundir el marketing con la rendición de cuentas podría devenir en otro estado de propaganda (así sea light).

En su plan de gobierno, Lasso proponía la difusión de actividades a través de medios tradicionales de comunicación masiva y también medios alternativos pero no había mayor detalle de cómo, con qué frecuencia y bajo qué parámetros. Sí dijo que no usaría cadenas nacionales para informar a los ciudadanos, a menos que fueran casos excepcionales. Hasta ahora, no lo ha hecho.

“La política que no se comunica no existe”, dijo Marcelo Espinel, de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo. Según Espinel, la comunicación no es uniforme en el Ejecutivo, y que “cada ministro dice lo que considera conveniente, debilita al gobierno y termina afectando a la gestión de lo público”.

Tampoco está claro si es que existe un criterio establecido para las intervenciones del Presidente Lasso ante las invitaciones de los medios de comunicación —desde que se posesionó ha dado únicamente una entrevista al medio 4P. No se sabe ni cuándo ni con qué criterios ni con qué frecuencia la prensa podrá tener entrevistas con el Presidente. 

Eduardo Bonilla, Secretario de Comunicación, también ha hablado sobre cómo ve la comunicación. En una entrevista en Radio Majestad, dijo que poca gente ponía en realidad atención a las cadenas nacionales y que las redes sociales “no serán el único medio de comunicación”, sino que se utilizará la pauta y cuñas publicitarias y  canales oficiales. En sus declaraciones, resulta difícil encontrar una visión más política y menos publicitaria y en la administración pública, sin visión política, difícilmente existe comunicación sostenida y estratégica. 

Educación Superior

En su campaña electoral, Lasso dijo que iba a brindar más oportunidades a los jóvenes para acceder a la universidad, por lo que iba eliminar la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). Además que el exámen de ingreso a las universidades —conocido como ‘Ser  Bachiller’— era “discriminatorio” , por lo que propuso eliminarlo, y que crearía un nuevos sistema de admisiones para garantizar “el libre ingreso a las universidades e independencia académica de las universidades de sus entes reguladores”. 

Cinco días después de ganar la presidencia, Guillermo Lasso rectificó su postura acerca de la Senescyt, aduciendo un malentendido. “No vamos a eliminar a la institución como tal, solo eliminar ese requisito y que ellos vayan directo a la universidad”, dijo el presidente. El 11 de abril, cuando dio su discurso como ganador, dijo que iba a eliminar esta institución como había ofrecido en su campaña.

El 17 de agosto de 2021, Lasso presentó a la Asamblea el proyecto de reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) con cuatro ejes principales.

El primer eje plantea que los estudiantes tengan la libertad de decidir la carrera que desean cursar, el fortalecimiento de la autonomía universitaria y ratifica la gratuidad en las instituciones de educación superior públicas. Según Pablo Astudillo, experto en educación superior, en este momento es difícil decir qué tan bueno es el proyecto de ley porque “es un proyecto inicial y no es la reforma de la LOES”. Sin embargo, Astudillo aclara que este proyecto abre las puertas, pone las bases y direcciona a la educación superior. “Una de las cosas que busca es dar más autonomía a las universidades y limita el control del Estado. Esta sería la dirección que busca dar el gobierno a la educación superior”, explica. 

Astudillo también afirma que “lo interesante de esto es que no se quiere que sea como en los años noventa en donde se crearon universidades de garaje” sino que se busca que las universidades sean menos controladas por el Estado y por ende el sistema sea más flexible. “Las universidades sí necesitan más autonomía”, dice. Sin embargo, el peligro que existe es que eventualmente el proyecto se quiera llevar más lejos y se empuje a  tener una desregularización. “Lo peligroso es que se lo lleve al extremo y lo que se busca con este proyecto es que se haya menos control del Estado pero que sí  haya regularización”, dice Astudillo, quien considera que no hay una contradicción entre lo que se dijo en la campaña con lo que se hizo en los primeros cien días de gobierno. 

Explica  que si se revisa a detalle lo que decía Guillermo Lasso como candidato, siempre planteaba que las universidades tengan más autonomía y eliminar el exámen de ingreso, lo que se hizo con la creación de la prueba Transformar que reemplazó al examen Ser bachiller. 

Becas a universidades

En el debate presidencial de la segunda vuelta, del 21 de marzo de 2021, Lasso apuntó que cada año se graduaban 300 mil jóvenes del bachillerato y que en las universidades públicas solo existen 90 mil cupos por lo que más de 200 mil jóvenes se quedan sin acceso a educación superior.

Además, afirmó que si él llegaba a ser presidente iba a “incrementar el monto del dinero para financiar becas en las mejores universidades del Ecuador y exterior”. En ese debate, Guillermo Lasso también dijo que iban a entregar más becas a los estudiantes ecuatorianos para que tengan la “oportunidad de estudiar en el exterior en una buena universidad financiada por el Estado” y que cuando regresaran pudiesen “incorporarse al campo laboral y pagar su préstamo”. Lasso nunca hizo una distinción entre otorgar préstamos educativos o las becas universitarias.

Sin embargo,  el 23 de agosto de 2021, ocho universidades privadas que eran cofinanciadas anunciaron que el Consejo de Educación Superior (CES) redujo el presupuesto que recibían para dar becas a estudiantes de escasos recursos. Esto sucedió pese a que  el presupuesto de las universidades y escuelas politécnicas ha pasado de 1.077 millones de dólares en el 2020 a 1.106 millones de dólares en el 2021″.

Astudillo considera que se debe analizar el escenario porque es contradictorio que apenas ocho universidades particulares reciban este dinero, mientras que las demás otorgan becas académicas de sus propios recursos. Según él, este cambio obedece a que se está destinando ese dinero a instituciones de educación superior pública. Además, Astudillo recalca que las becas por excelencia académica— en universidades extranjeras y nacionales— que anteriormente entregaba el Instituto de Talento Humano en el gobierno de Lenín Moreno prácticamente eran escasas.

En las entrevistas con GK, con Alejandro Ribadeneira, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación en Senescyt, explicó que durante los primeros 100 días del gobierno del Lasso han tenido que afrontar una estrechez presupuestaria. Sin embargo, afirmó, se entregaron 28 millones de dólares más a las universidades públicas que en el año anterior. Dijo que en un escenario tan complejo como el que enfrenta el país “había que hacer un uso inteligente justo de los recursos”. En este caso se los asignó a la universidad pública que es gratuita y de calidad.

Según Ribadeneira algunas universidades cofinanciadas tienen la modalidad de entregar becas parciales a los estudiantes a quienes cobran el 50 % del costo. Esto haría, dijo Ribadeneira, que los centros de estudio se beneficien de esos ingresos, cuando en realidad estas universidades deberían dar el 100% de la beca a los alumnos que más lo requieren porque utilizan fondos entregados por el Estado.

El Secretario también explicó que en tres meses de trabajo esta institución ha logrado incrementar 28 mil cupos para el acceso a las universidades. Este  año hubo una reducción de las personas que se quedaron fuera del sistema educativo superior: en el último año 80 mil personas no tuvieron cupo frente a las 110 mil de años anteriores 

Diversidad y pariedad

El 14 de abril, cuatro días después de haber sido electo presidente, Guillermo Lasso dio declaraciones a la prensa cuando entraba al edificio La Previsora, ubicado en el centro de la ciudad portuaria de Guayaquil. Varios periodistas lo abordaron y le preguntaron sobre quiénes estarían en su gabinete presidencial.

Lasso dijo que estaba “conversando y haciendo contactos para que los nombramientos respondan a este Ecuador del encuentro y del diálogo” “donde será importante tomar contacto con todos los sectores políticos del país”.

El 26 de abril, Lasso presentó a las personas que serían sus ministros en el frente social, de los ocho cinco eran mujeres. Sin embargo, esta realidad cambió cuando su gabinete presidencial estuvo completo y de los 33 miembros que conforman el gabinete solo siete son mujeres; es decir, el 77% de las personas que conforman este órgano son hombres. Además, hay una persona afroecuatoriana y una de nacionalidad indígena.

Según Cecilia Chacón, exsecretaria de Derechos Humanos, la diversidad del gabinete no debe tener necesariamente 50% de hombres y 50% de mujeres o de inclusión de diversidad sexogenérica. Lo que realmente se necesita en el Gabinete es tener personas que estén sensibilizadas en temas de género, infancia, pueblos y nacionalidades indígenas. “El mayor riesgo de un gabinete que no esté sensibilizado, que no entiende la dimensión  y complejidad de los problemas sociales, públicos, políticos, económicos en la toma de decisiones”.  

Producción Petrolera

A pesar de que en tema de política petrolera y medioambiental no pueden ser evaluadas en 100 días, sin embargo el gobierno de Guillermo Lasso ha realizado acciones que marcarán el camino que el país transitará los próximos cuatro años. En el debate presidencial de la segunda vuelta Lasso dijo que: “vamos a trabajar para aumentar la producción petrolera, la productividad de estos pozos, pero vamos a respetar las fronteras petroleras para respetar el medio ambiente, las comunidades indígenas y no malograr la convivencia con la naturaleza”. Sin embargo, combinar extractivismo y protección al medio ambiente es contradictorio, según Benito Bonilla, de Cuencas Sagradas Amazónicas.

El 5 de junio 2021, en la comunidad Shuar de San Luis, en el cantón Bucay de la provincia costera de Guayas, Lasso, presentó la política pública ambiental mediante un decreto ejecutivo. Con el decreto se cambió también el nombre del Ministerio del Ambiente y Agua a Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica.  Lasso dijo que “la transición ecológica debe empezar primero por una transición en nuestras cabezas, en los conceptos que usamos”. Según Lasso, la transición comenzará al atreverse a renovar nuestros conceptos de vida, como entender nuestra relación con el planeta sin explotarlo. 

El desarrollo sostenible que es satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las capacidades del futuro, fue declarado como prioridad nacional. “Garantizando el crecimiento económico, el cuidado del medioambiente y el bienestar social”, dice el decreto. Lasso también ordenó en el decreto que se desarrollen incentivos para proteger la naturaleza y el ecosistema porque el propósito será reducir el impacto de gases de efecto invernadero, utilización de buenas tecnologías, generación de energía limpia. Sin embargo, este decreto es contradictorio con otro decreto que firmó casi un mes después sobre política petrolera.

En este decreto se establece que el objetivo del “Plan de Acción Inmediato” es optimizar los ingresos estatales, para lo que se debe incrementar la producción de hidrocarburos, de una manera “racional y ambientalmente sustentable”, dice el decreto. Además, ordena reducir lo que llama la “ineficiencia y costos” en las áreas de industrialización, transporte y comercialización de los hidrocarburos. El decreto establece que se deberá implementar políticas públicas o normativas para atraer la inversión privada para participar en el sector hidrocarburífera. 

En la actualidad el gobierno permite la concesión de campos, entrega licencias ambientales y con el decreto lo que se quiere es que el gobierno central tenga una participación en la producción, exploración y explotación petrolera. Sin embargo, hasta el momento  no hay elementos tangibles para evaluar esta política porque en el decreto se establece  que el  se aplicará en los próximos 100 días a partir del día de la firma del decreto, es decir hasta el 17 de octubre de 2021.

Benito Bonilla cree que para entender esta contradicción es importante establecer  que el Guillermo Lasso candidato no es el mismo que gobierna y que para la segunda vuelta electoral se acercó a grupos de mujeres, medioambientales, indígenas y que asumió compromisos con estos sectores que estaban fuera de su radar. 

Ahora, ya en la presidencia Lasso se ve presionado a cumplir con una agenda que le demanda acciones inmediatas por lo que es más sencillo perforar pozos petroleros, extraer el crudo, transportar,embarcar y vender este combustible fósil que optar por alternativas más ecológicas.“Lasso firma decretos como es el petrolero, que a la larga busca que después de las 9 millones de vacunas, el país produzca un millón de barriles de petróleo diarios, como lo dijo el mismo Lasso, por lo que ampliar la frontera petrolera e ingresar a territorios de nacionalidades indígenas sea una de las opciones más probables”. 

El ambientalista afirma que las comunidades Sápara y Shiwiar—fronterizas con el Perú— serían de las más afectadas. Bonilla explica que las consecuencias de invadir estos territorios pueden ser graves al punto de llegar a ser considerado un genocidio en en el caso del pueblo Sápara porque son una población de menos de 600 habitantes y solo tres de ellos hablan el idioma —lo que está a punto de desaparecer.

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Si los primeros cien días han estado centrados en la vacunación y todo el gobierno ha trabajado para lograr ese objetivo, ¿qué pasará después? Hasta ahora, todo parece demasiado preliminar, lleno de declaraciones de intenciones pero sin acciones concretas. 

Será fundamental que tras el esfuerzo importante e impostergable de vacunar a la mayoría de los ecuatorianos, se empiece a ver de qué estará hecho este gobierno: qué propuestas, qué mecanismos para alcanzarlas, qué posibilidades de negociación política y qué capacidad de responder a las demandas, cada vez más urgentes, de un país golpeado por la crisis económica que empezó a finales de 204 y que fue agudizada por la pandemia del covid-19.