Se estima que al menos el 90% de las plantaciones de cebada en la provincia andina de Chimborazo serán afectados por la ceniza del volcán Sangay que cae en la zona. Sus efectos pueden ser muy graves. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), algunos son el entierro parcial de los sembríos, la rotura de tallos y de las ramas de las especies. Eso impide que las plantas cumplan con procesos naturales, como la fotosíntesis, lo que provoca que los cultivos se pierdan.

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La agricultura es la principal actividad económica de Chimborazosegún su gobierno provincial. Por su variedad de climas, se siembra una amplia variedad de cereales y leguminosas. Sus productos principales son maíz, cebada, papa, trigo, cebolla, entre otros. En su subtrópico —en el que el clima es más cálido— se produce café, cacao, frutas y caña de azúcar. En 2015, Chimborazo concentró el 10% de la producción nacional de lechuga, col, cebolla blanca y colorada.

Según la Escuela Superior Politécnica de Chimborazo, la agricultura es la principal fuente de ingresos de una gran parte de la población de la provincia, especialmente en sus zonas rurales. Sin embargo, el Observatorio de la Economía Latinoamericana dice que es la cuarta actividad económica que más ingresos produce para la provincia, después de la construcción, el comercio y la silvicultura. En 2015, la agricultura representó el 5% del Producto Interno Bruto de Chimborazo, según dicho Observatorio.

La ceniza también puede alterar la composición química de los suelos. Modifican su acidez, los nutrientes y la retención del agua. Esos cambios en las condiciones perjudican la supervivencia de los cultivos. Las plantaciones tienen menos probabilidades de sobrevivir cuando las partículas de ceniza son más espesas. Sin embargo, el USGS dice que predecir las potenciales pérdidas de los cultivos es difícil por la variedad de factores ambientales que están involucrados.

Los efectos en la agricultura dependen del tipo de cultivo, su grado de desarrollo y el espesor de la capa de ceniza, según la desaparecida Secretaría Técnica de Gestión de Riesgos (antecesora del actual Servicio Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias). Los más afectados suelen ser las hortalizas, legumbres, pastos, tubérculos y frutales porque tienen un mayor nivel de retención de la ceniza. Los menos, los cereales y los granos.

Otro peligro se da cuando la lluvia interactúa con el gas volcánico dentro de la columna de ceniza del volcán. Eso puede provocar lluvia ácida que al caer sobre las plantas causa problemas en su superficie y en el suelo, que elimina los minerales y nutrientes de la tierra que los árboles necesitan para crecer. Además, a grandes alturas, puede quitar los nutrientes del follaje de los árboles dejándolos con hojas cafés o muertas. Esas plantas tienen más dificultad para absorber luz solar, lo que los debilita y los vuelve menos capaces de soportar bajas temperaturas.

En 2012, la Secretaría de Riesgos hizo un estudio del impacto de la caída de ceniza del volcán Tungurahua en los cultivos cercanos. Concluyó que este fenómeno tenía un efecto directo “sobre las propiedades físico-químicas del suelo” como su pH (nivel de acidez o alcalinidad), textura y densidad. Por ende, también influía en “la disponibilidad de nutrientes y agua para los cultivos”. Sin embargo, el estudio dice que “desde el punto de vista mineralógico” la ceniza no modificó la composición del terreno agrícola cercano al volcán Tungurahua: se encontraron los mismos minerales en las áreas afectadas y en las que no cayó. El estudio también dice que hubo más consecuencias cuando la cantidad de ceniza era mayor, y en algunos casos dependen del tipo de producto. Las papas, por ejemplo, eran más pequeñas cuando la concentración de ceniza era más alta.

Para recuperar el suelo afectado, la Secretaría de Riesgos recomendaba que se labre el suelo profundamente para mezclar su capa superficial con el resto. El estudio dice que la recuperación dependerá de la cantidad de materia orgánica que contenga, por lo que sugiere incluir abonos orgánicos como estiércol o humus para acelerar el proceso.

El USGS dice que las expulsiones volcánicas también pueden afectar al ganado. Los animales que comen pasto pueden morir por envenenamiento de flúor, elemento presente en altas cantidades en los residuos volcánicos. Además, si comen pasto contaminado con cenizas los animales pueden tener obstrucciones intestinales y también morir. Otra de las consecuencias es la escasez de alimentos y de agua no contaminados para alimentar al ganado en las zonas en las que ha caído ceniza.

Susana Roa 150x150
Susana Roa Chejín
(Ecuador, 1997) Periodista lojana y jefa de la redacción de GK. Cubre economía, sexualidad y derechos. Le interesan los temas de empleo, educación financiera y salud sexual y reproductiva.
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