Juan Fernando, 

“Yo no soy ese” has dicho varias veces, tratando de separarte de los políticos como si no fueras ya uno de ellos; o de la política vieja como si el tiempo que le has dedicado a esa actividad fuese inversamente proporcional a la calidad de desempeño. Si eres joven político, sí vale; si eres viejo, no ¿así? 

O hablemos mejor sobre cómo se pasa de ser artista a ser un funcionario público. Me pregunto en qué momento das el salto si es que tu vida es el arte, la música; alcanzas logros profesionales en ese ámbito; construyes, con mucho esfuerzo, una carrera. Y luego optas por gobernar. ¿Para qué? ¿Cómo, un artista, se convence de que allí está la posibilidad de cambio? ¿Quieres que, de verdad, nos creamos el cuento que servir al pueblo es una forma hacer un camino diferente? Pero ¿qué es un pueblo? ¿Qué es el pueblo? Más allá de una masa abstracta sin forma definida, ¿somos las mujeres? ¿Son los trans? ¿Son las diversas comunidades LGTBI+? ¿Somos las indígenas, afros, cholas, montubias? ¿Somos las emprendedoras? ¿Las beneficiarias de la economía naranja? ¿Son las ecuatorianas, las creativas; emblemas de tu paso por el Ministerio de Cultura? 

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Pensándolo bien cada una de esas categorías encaja perfectamente con el término construye, nombre del movimiento al que representas y que parecen sentirse cómodos asociándose a cierta retórica modernizadora, a esa que piensa la vida en términos de acumulación. Sí, la que construye grandes edificios, la del culto al individualismo emprendedor, que sigue entendiendo la vida circunscrita a un ideal de progreso, definido por la cantidad de bienes que alcanzas a comprar. La que mantiene las jerarquías y roles en función del supuesto éxito; en que donde “yo dicto, tú ejecutas”. La que promete “controlar el uso eficiente y eficaz de los recursos asignados a las instituciones públicas”, como si todas las instituciones fueran las mismas. ¿Cómo se mide la eficiencia? ¿Cómo se mide la eficacia?¿anteponiendo la propaganda sobre los procesos?¿haciendo más festivales, shows, eventos? ¿sosteniendo la escritura promocional?¿¿siendo servil a la agenda política de turno?

Entre los ejes de tu plan se propone, de forma general, fortalecer las leyes y políticas de violencia de género, pero no dices cómo. Más bien leo como si hablases de un concepto absolutamente abstracto, como si no fuese algo que miles de mujeres vivimos a diario. El acoso, el abuso, los femicidios, no son ideas que los candidatos pueden transformar en demagogia electoral. Son hechos cotidianos que las mujeres vivimos cuando en la calle nos manosean, cuando nos golpean; cuando nos pagan menos, cuando en el ámbito laboral las niñas y niños no son una preocupación y nos toca, como mujeres, trabajar el doble, precarizarnos, para que la vida doméstica no interfiera con la profesional, cuando abortamos de forma clandestina poniendo en peligro nuestra vida, cuando nos matan. Cuáles son las acciones específicas que tomarías porque me preocupa que, hasta que tú comprendas, interiorices y decidas qué fortalecer, ya sea muy tarde para muchas. 


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Es curioso también, cómo después de representar el Ministerio de Cultura y Patrimonio, en tu plan de gobierno, no haya ninguna otra referencia sobre el lugar de lo artístico y educativo en la política pública que del supuesto “incremento progresivo del presupuesto para investigación en Universidades”. ¿El incremento de presupuesto lo resuelve todo? ¿Qué pasará con las escuelas, colegios, guarderías? ¿Qué pasarán con los centros comunitarios? ¿Qué pasará con los espacios de educación alternativa? ¿Qué pasa con los museos, centros culturales, espacios de memoria? ¿Qué pasará con las bibliotecas y librerías? ¿Cómo conectamos estos espacios a la vida? ¿ Cómo los conectamos con lo económico? Aquí también se pone en juego una economía sensible; aquí también hay intercambio y  trabajo con comunidades diversas. Quizás sus resultados no son medibles en los términos que hemos aprendido, quizás estas experiencias necesiten otros esquemas para sostenerse. ¿Qué lugar tienen estos espacios, prácticas y saberes en tus planes? ¿Qué pasa con el arte?  Es más, quisiera saber, ¿qué es el arte para ti?  ¿es una profesión? ¿un producto? ¿una metodología? ¿Por qué está tan lejos de tus planes? ¿Por qué no se ve la presencia del arte y de la cultura en tu plan, como un eje transversal o, por lo menos, en alguna propuesta específica?

Algo que me ha llamado mucho la atención de tus intervenciones es que has decidido, después de ser la voz en los diferentes escenarios, escuchar. una promesa muy significativa, cuando aún quedan las secuelas de un “proceso revolucionario” que nos obligó a temer, callar y escuchar los gritos de quien lo dirigía. Me pregunto entonces si tú, aspirante a gobernar, en serio ¿vas a escuchar nuestros gritos, nuestras indignaciones, nuestras inconformidades, nuestras luchas cotidianas? ¿Vas a garantizar la posibilidad de manifestarnos de forma segura en las calles, sin represión? Y lo pregunto porque en el centro de Quito, siguen aún puestos los cercos que se pusieron para evitar que los manifestantes de octubre de 2019 lleguen al Palacio de Carondelet. Y a algunos solo les queda la voz, porque perdieron sus ojos en las protestas de octubre de 2019. Quizás algunas formas de protesta no sean las más pacíficas, las “correctas” (¿quién sabe cuáles son o a quiénes esas formas han servido?). Pienso que quizás hay políticos que se aprovechan de las protestas, que toman nuestras luchas para su beneficio.Quizás haya alguien aprovechándose siempre, quizás nuestras luchas están siendo tomadas. ¿Pero, tú puedes entender que hay motivos que nos movilizan; que pasan cosas que ya no estamos dispuestas a callar? ¿Cómo estas luchas, nuestro malestar, nuestro libre derecho a pronunciarnos, conviven con tu idea de “fortalecer la seguridad ciudadana como bien público y capital social”? ¿Cómo pasamos del control a la gestión? ¿Cómo evitar que la eficiencia y el orden, operaciones generalmente excluyentes, sigan sirviendo de argumento para justificar el control de nuestros cuerpos? ¿Qué quieres fortalecer, Juan Fernando? 

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¿Habrá un espacio para lo artístico en tu gobierno? Algo que esté más allá de los modelos de industrialización, de las lógicas turísticas, de una visión utilitaria del arte y lo cultural. Algo que no privilegie las tarimas, los shows, los eventos específicos sobre los procesos educativos. Algo que ayude a desmantelar esta estructura perversa. Quizás el fortalecimiento de equipos, de condiciones de trabajo, sea también una forma de garantizar la seguridad. La seguridad de una vida más digna, de procesos de trabajo críticos y reflexivos. La seguridad una participación social más activa, donde las comunidades históricamente desplazadas puedan incidir en los diferentes espacios con sus necesidades ¿O de qué otro modo se puede construir lo público sino es apropiándose, contaminado los espacios?