Lo que el incendio se llevó
Lo que el incendio se llevó
Humo, cielo naranja, olor a eucalipto quemado, explosiones, alarmas de ambulancias y cierres de vías paralizaron Guápulo, en el norte de Quito, el 24, 25 y 26 de septiembre de 2024.
Incontables incendios devoraron más de 200 hectáreas de bosque —el equivalente a 45 estadios Olímpicos Atahualpa.
Un año después, este es un homenaje a una parte de quienes lograron aplacar las llamas que parecía que se llevaban todo, y un recuento de los árboles, animales, casas, y espacios que perdimos.
Humo, cielo naranja, olor a eucalipto quemado, explosiones, alarmas de ambulancias y cierres de vías paralizaron Guápulo, en el norte de Quito, el 24, 25 y 26 de septiembre de 2024.
Incontables incendios devoraron más de 200 hectáreas de bosque —el equivalente a 45 estadios Olímpicos Atahualpa.
Un año después, este es un homenaje a una parte de quienes lograron aplacar las llamas que parecía que se llevaban todo, y un recuento de los árboles, animales, casas, y espacios que perdimos.
Quienes nos salvaron del fuego
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Bomberos de Quito
Funcionarios públicos
Lo que el fuego se llevó
Los eucaliptos, traídos al Ecuador entre 1860 hasta 1875 desde Australia, durante el gobierno de Gabriel García Moreno para suplir la falta de madera, se quemaron de inmediato la tarde y noche del 24 de septiembre de 2024. Su aroma invadió Guápulo y los barrios aledaños y el humo nubló la vista de la ciudad y sus habitantes por dos días más.
Su color verde azulado se transformó en negro azabache y su tronco café cobrizo se hizo cada vez más y más gris hasta caer rendido.
Los escuchábamos crujir y arder entre las llamas mientras el fuego arrasaba con todo a su paso: plantas nativas, pequeños animales que no alcanzaron a huir, casas en el barrio Bolaños y otras apostadas a las orillas de la vía De Los Conquistadores.
Con los incendios también se perdió una protección que los vecinos damos por sentado: las laderas con árboles y matorrales impiden que haya grandes deslizamientos de tierra y derrumbes cuando las lluvias son intensas.
Los eucaliptos, traídos al Ecuador, entre 1860 hasta 1875, durante el gobierno de Gabriel García Moreno para suplir la falta de madera, se quemaron de inmediato la tarde y noche del 24 de septiembre de 2024. Su característico olor invadía Guápulo y los barrios aledaños y el humo nubló la vista de la ciudad y sus habitantes por dos días más.
Su color verde azulado se transformaba en negro azabache y tu tronco café cobrizo cada vez se hacía más y más gris hasta caer rendido.
Los escuchábamos crujir y arder entre las llamas mientras el fuego arrasaba con todo a su paso: plantas nativas, pequeños animales que no alcanzaron a huir, casas en el barrio Bolaños y otras apostadas a las orillas de la vía De Los Conquistadores.
Con los incendios también se perdió protección: las laderas con árboles y matorrales impiden que haya graves deslizamientos de tierra y derrumbes cuando las lluvias son intensas.
En las hectáreas del incendio de Guápulo que se perdieron, según el director del zoológico de Quito Martín Bustamante, no se cuentan los miles de insectos, arañas, escarabajos, abejas, gusanos y más bichos que son clave para la restauración porque llevan las semillas de un lado a otro y reforestan sin querer.
Estos pequeños animales, explica Bustamante, vuelven a los sitios que fueron destruidos una vez que hay agua, porque se vuelven a crear microecosistemas donde pueden vivir. Comienzan, solos y sin una clara intención, a polinizar de nuevo los espacios y restaurar la naturaleza.
En las hectáreas del incendio de Guápulo que se perdieron, según Martín Bustamante, director del zoológico de Quito, no se cuentan los miles de insectos, arañas, escarabajos, abejas, gusanos y más bichos, que son importantes para la restauración porque llevan las semillas de un lado a otro y reforestan sin querer.
Estos pequeños animales, explica el director, vuelven a los sitios que fueron destruidos una vez que hay agua, porque se crean microecosistemas donde pueden vivir. Solos comienzan, sin intención, a polinizar de nuevo los espacios y restaurar la naturaleza.
La destrucción en cifras
En el incendio de Guápulo del 24 al 26 de septiembre de 2024 se perdieron 204,89 hectáreas de bosque, esto es igual a 45 Estadios Olímpicos Atahualpa
En el incendio de Guápulo del 24 al 26 de septiembre de 2024 se perdieron 204,89 hectáreas de bosque, esto es igual a 45 Estadios Olímpicos Atahualpa
Pero ese no fue el único incendio en el 2024. Ese año, solo en el Distrito Metropolitano de Quito, hubo 340 incendios que destruyeron más de 2000 hectáreas de bosque. Esto equivale a 32 parques La Carolina.
Pero ese no fue el único incendio en el 2024. Ese año, solo en el Distrito Metropolitano de Quito, hubo 340 incendios que destruyeron más de 2000 hectáreas de bosque. Esto equivale a 32 parques La Carolina.
A nivel nacional, los incendios de 2024 acabaron con 82.683,08 hectáreas de bosque. Esto es igual a 2 parques nacionales Cotopaxi.
El Cuerpo de Bomberos de Quito controló el incendio de Guápulo en tres días. “Era muy difícil abastecer a todos porque había muchos puntos encendidos”, recuerda Juan Carlos Quispe, operador de la nodriza de los bomberos.
La contaminación del aire fue fuerte. “La mitad de la ciudad estaba tapada por humo. Por donde íbamos sabíamos que algo pasaba”, dice Santiago Carpio, de la Secretaría de Riesgos.
El Cuerpo de Bomberos de Quito controló el incendio de Guápulo en tres días. “Era muy difícil abastecer a todos porque había muchos puntos encendidos”, recuerda Juan Carlos Quispe, operador de la nodriza de los bomberos.
La contaminación del aire fue fuerte. “La mitad de la ciudad estaba tapada por humo. Por donde íbamos sabíamos que algo pasaba”, dice Santiago Carpio, de la Secretaría de Riesgos.
El incendio fue provocado
El incendio fue provocado, según una investigación de la Fiscalía. La policía detuvo a un sospechoso quien fue procesado como autor del delito de incendios forestales y de vegetación y sentenciado a 8 meses de prisión.
El de Guápulo no es un caso aislado.
El incendio fue provocado, según una investigación de la Fiscalía. La policía detuvo a un sospechoso quien fue procesado como autor del delito de incendios forestales y de vegetación y sentenciado a 8 meses de prisión.
El de Guápulo no es un caso aislado.
En Ecuador, el 99% de los incendios forestales son causados por actividades humanas como fogatas, quema agrícola y de basura.
Cerca del 30% son causados de forma intencional.
Cerca del 30% son causados de forma intencional.
La sequía y los vientos fuertes del verano en la sierra agravan la situación, facilitando su propagación.
Guápulo no fue el único
El bosque en el norte de Quito fue solo una de las áreas afectadas por los incendios en 2024 en Ecuador.
En todo el país hubo más de 5.600 incendios forestales que acabaron con más de 82.600 hectáreas de vegetación en 22 de las 24 provincias.
El bosque en el norte de Quito fue solo una de las áreas afectadas por los incendios en 2024 en Ecuador.
En todo el país hubo más de 5.600 incendios forestales que acabaron con más de 82.600 hectáreas de vegetación en 22 de las 24 provincias.
En 2024, los bomberos enfrentaron los peores incendios de los últimos 30 años en Ecuador.
Las provincias más afectadas fueron Loja, Azuay, Pichincha, El Oro, Chimborazo, y Cotopaxi
Cerca del 30% son causados de forma intencional
Murieron 44.870 animales y 5.051 quedaron heridos
¿Por qué se propagaron tanto?
Según el Cuerpo de Bomberos de Quito y la Secretaría de Riesgos, los múltiples incendios se propagaron sin control por la sequía que enfrentó Ecuador ese año. Ocurrieron en medio de una alerta hídrica —porque los niveles de los ríos estaban por debajo de lo normal— y una declaratoria de emergencia al sector eléctrico del país (el 70% de la energía se genera por hidroeléctricas).
Los incendios tomaban fuerza con la falta de lluvias y vientos fuertes que permitían a las llamas saltar de un árbol a otro. Por más descargas de agua que hacían los bomberos, el viento seguía esparciendo las llamas por la seca vegetación.
Según Santiago Ponce, jefe de seguridad ciudadana y gestión de riesgos de la Administración Zonal Eugenio Espejo, la pérdida vegetal afecta directamente al aire de la ciudad “porque los árboles sirven como los pulmones de la ciudad”.
Según el Cuerpo de Bomberos de Quito y la Secretaría de Riesgos, los múltiples incendios se propagaron sin control por la sequía que enfrentó Ecuador ese año. Ocurrieron en medio de una alerta hídrica —porque los niveles de los ríos estaban por debajo de lo normal— y una declaratoria de emergencia al sector eléctrico del país (el 70% de la energía se genera por hidroeléctricas).
Los incendios tomaban fuerza con la falta de lluvias y vientos fuertes que permitían a las llamas saltar de un árbol a otro. Por más descargas de agua que hacían los bomberos, el viento seguía esparciendo las llamas por la seca vegetación.
Según Santiago Ponce, jefe de seguridad ciudadana y gestión de riesgos de la Administración Zonal Eugenio Espejo, la pérdida vegetal afecta directamente al aire de la ciudad “porque los árboles sirven como los pulmones de la ciudad”.
Una lenta recuperación
Ha pasado un año del incendio de Guápulo, y día a día vemos a los árboles retomar su color verde azulado, a otros terminar de secarse tras los incendios que los consumieron y a la vez una que otra planta retoñar nuevamente en los secos cerros.
Ha pasado un año del incendio de Guápulo, y día a día vemos a los árboles retomar su color verde azulado, a otros terminar de secarse tras los incendios que los consumieron y a la vez una que otra planta retoñar nuevamente en los secos cerros.
Martín Bustamante explica que los bosques germinan de nuevo cuando hay agua, pero por la pérdida de vegetación que hubo le puede tomar a la naturaleza hasta 10 años recuperarse. Es decir, tiene un largo camino por delante, siempre y cuando esos sitios no vuelvan a arder como esos días de septiembre de 2024.
Martín Bustamante explica que los bosques germinan de nuevo cuando hay agua, pero por la pérdida de vegetación que hubo le puede tomar a la naturaleza hasta 10 años recuperarse. Es decir, tiene un largo camino por delante, siempre y cuando esos sitios no vuelvan a arder como esos días de septiembre de 2024.
Para saber más de ese día
El olor de los eucaliptos quemados
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Los indicios de que el gran incendio de Guápulo fue provocado, explicados
Después de 24 horas combatiendo el gran fuego, las autoridades tienen indicios de que el incendio de Guápulo fue provocado. Estas son las evidencias que tienen.
El brutal incendio forestal en Guápulo, explicado
El 24 de septiembre de 2024 un incendio forestal en Guápulo tiñó el cielo de naranja y provocó el cierre de vías y que muchas zonas de Quito se llenen de humo.
Reportería y texto: Emilia Paz y Miño
Edición de texto: Isabela Ponce
Fotografía: Diego Lucero
Dirección de arte: Diana Salazar
Diseño web: Héctor Alarcón
Reportería y texto:
Emilia Paz y Miño
Edición de texto:
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Héctor Alarcón