Fanny Mora llegó hace 15 años a la Cooperativa 12 de Noviembre de Durán, un cantón costero que está separado por un puente de la ciudad de Guayaquil, la segunda más poblada del Ecuador. Como muchos habitantes de Durán, lo hizo de forma irregular: se adueñó de un terreno sin tener escrituras. Fanny Mora, contextura gruesa, tez morena, blusa celeste y short negro floreado, cuenta, sin dar nombres, que llegó al terreno con la motivación de cuidarlo “hasta que aparezca el dueño”. Sin embargo, dice que “hasta ahorita no llega” para poder comprárselo.
Este reportaje fue financiado por
Aunque han pasado 15 años, Fanny Mora insiste en formalizar el terreno donde construyó su casa. La mujer, de 47 años y oriunda de Colimes —un cantón a 92 kilómetros— apela al derecho de posesión. Es decir, dice que por el tiempo que lleva y nadie lo ha reclamado insistirá en legalizarlo. Cuando llegó a este sector, dice, no había nada: ni luz eléctrica, ni agua potable, ni alcantarillado. Ni siquiera había calles y casas. “Aquí era lodo, pozas, árboles y montes”.
Según Fanny Mora, con el apoyo de la organización Hogar de Cristo, construyó su vivienda. Su terreno es de 10×60 metros y dentro construyó una casa con cañas y zinc. La vivienda ocupa un área del terreno. En la otra parte hay un patio delantero de cemento, y atrás otro patio, también de cemento y un poco de tierra, donde tiene un huerto.
En ese espacio, Fanny Mora vive con su esposo y sus dos hijos. Aunque el terreno no está legalizado, cuando cumplió seis meses ahí, logró que le instalen agua potable y electricidad. Conectaron su casa a la red porque, según ella, tenía “amigos que trabajan en el municipio”.
El único servicio al que no ha podido acceder en 15 años es al alcantarillado sanitario. Una de las primeras cosas que hizo cuando llegó al terreno, recuerda, fue construir un pozo para desechar las heces —también llamadas aguas negras— que salen del inodoro de la vivienda. Primero construyó un pozo con dos tanques, pero cuando llovía, se rebosaban los residuos. Para solucionarlo, construyó un pozo séptico.
El pozo séptico está en la mitad del patio trasero, entre la casa y el huerto. La señora recuerda que, hace 15 años, pagó alrededor de 450 dólares a un albañil quien lo construyó a punta de pico y pala. Mide 2 metros de ancho, 2 de largo, y 2 de profundidad: 8 metros cúbicos. Encima del pozo hay una losa de cemento que lo cubre todo.
Dentro de él, cuenta Fanny Mora, el albañil le dejó piedras en cada uno de los costados para que se filtre el agua, y también, pedazos de cañas de forma vertical que sostienen la loseta (como le llaman al piso) del pozo. En la base del pozo, que es de tierra, se acumulan las heces y la orina que llegan a través de una tubería que sale del baño de la casa. En una esquina de la losa de cemento del pozo hay un orificio desde donde sale un tubo blanco de al menos 2 metros. Este permite desfogar los malos olores. Las otras aguas de la casa, de las duchas, lavanderías y lavaplatos, están conectadas a otra tubería que se desecha al huerto de la casa de Fanny Mora.
El pozo no tiene tapa y Fanny Mora no se había percatado de esto hasta mi visita para este reportaje. La tapa debería servir para abrir el pozo, extraer los residuos y limpiarlo. Esta limpieza se suele hacer con vehículos especiales, más conocidos como hidrocleaners, que en Durán son propiedad del municipio y son operados por la Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Durán (Emapad). “Habrá que hacerle la tapa para ver cómo va el pozo séptico. No le he dado mantenimiento. Eso quedó sellado y allí está”, dice Fanny Mora, quien no está segura de cuán lleno está.
Fanny Mora no es la única en Durán que ha tenido que construir un pozo séptico en su patio. Más de la mitad de las casas de los habitantes de este cantón no tienen conexión a la red de alcantarillado.
Según Emapad, hay 25.612 usuarios con pozos sépticos. Es decir que en 46 de los 66 sectores del cantón, usan este sistema.
Gabriel Chico, técnico de alcantarillado de Emapad, define a los pozos sépticos como un “sistema no formal”. Dice que la empresa sólo regula lo que es parte de la infraestructura que ellos controlan, como las redes de agua potable, alcantarillado, cámaras, canales, cajas.
Chico dice que la construcción de los pozos sépticos en las zonas donde no hay redes alcantarillado recae sobre el usuario. Es decir, el Municipio no interviene en la construcción.
Lo que dice Chico está respaldado en el Reglamento operacional de la prestación de servicios de gestión, administración, provisión y ampliación de los sistemas de agua potable y alcantarillado, que tuvo su última reforma en 2023. Según el documento, los costos relacionados con la construcción, operación y mantenimiento del sistema serán responsabilidad del “propietario, posesionario o tenedor” del predio.
El reglamento también dice que en las áreas donde no haya sistema de alcantarillado sanitario, las conexiones de aguas residuales de los predios deberán dirigirse a un sistema privado (como la Empresa llama a los pozos sépticos) aprobado por la empresa.
Fanny Mora se encargó de la construcción de su pozo pero dice que nunca tuvo la revisión y aprobación de la empresa sobre la conexión de sus aguas residuales con el pozo séptico.
Aunque Chico dice que la construcción del pozo recae sobre el usuario, el reglamento de Emapad incluye especificaciones y dice que estas estructuras construidas por los propios usuarios deben ser aprobadas por el Directorio de la empresa, luego de que revisen un informe motivado presentado por la Dirección de Operación Técnica y Proyecto. Pero pareciera que eso solo queda en papel, al menos, con los pozos sépticos que tienen más de 10 años de vigencia, como el Fanny Mora.
En el reglamento se menciona que las conexiones que hacen los habitantes entre sus baños y los pozos sépticos son de “carácter temporal, hasta que la conexión a la red de distribución de alcantarillado sanitario sea posible”. Lo que sus habitantes no saben es cuánto tiempo implica que sea “temporal”.
Para 2024, construir un pozo séptico en Durán cuesta entre los 400 a 700 dólares. Su precio depende del tamaño del pozo, la mano de obra y los materiales. Según una encuesta realizada para este trabajo periodístico, que fue respondida por 35 personas, el tamaño promedio es de 8 metros cúbicos y la construcción se hace en el patio trasero de las viviendas.
La vida útil de un pozo séptico varía entre los 15 y 25 años, según una fuente de Emapad que eligió no ser identificada. Su duración dependerá de qué tan bien esté construido. Durante este período, se acumulan heces y agua en su interior, las cuales deberían ser extraídas cada cierto tiempo para evitar que se rebose y con ello se origine malos olores y enfermedades.
Según Walter Cevallos, ingeniero civil con mención en hidráulica, el mantenimiento de un pozo séptico puede darse cada seis meses o incluso de uno o hasta dos años. Esto dependerá del tamaño del pozo. La limpieza, sin embargo, tampoco ocurre en todas las casas, como en la de Fanny Mora y su familia.
§
La Cooperativa 12 de Noviembre, donde reside Fanny Mora en el norte de Durán, está contigua a Primavera 1, un sector que sí tiene alcantarillado sanitario. Allí se construyeron obras de infraestructura en el 2022 que incluyen “aceras, bordillo, alcantarillado de AALL (agua lluvias) y asfaltado”, por un monto de 1’838.570.86 dólares + IVA, según el portal del Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop). En esta obra, según el contrato, “se podrá pavimentar y asfaltar un aproximado de 31.450m2, con hormigón asfáltico, alcantarillado de aguas lluvias, construcción de aceras, bordillos, instalaciones sanitarias, instalaciones eléctricas y áreas de vegetación”.
A pesar de que el contrato incluye instalaciones sanitarias, estas no llegaron donde Fanny Mora. Dice que cuando se hicieron estos trabajos en su sector, una persona “que era el encargado de alcantarillado” le pidió 500 dólares para conectar su vivienda a la red. Como no tenía el dinero, dice que no le pudo dar, y no le instalaron.
En un recorrido por la Cooperativa 12 de Noviembre constaté que tiene aceras, bordillos y asfalto. José Falquez, ex gerente de Emapad, define a estas obras como la carne.
“La carne es acera, bordillos, pavimentación, parques…porque eso es billete. Y eso el pueblo lo ve con buenos ojos, pero, ¿sí sabe que es el hueso? El agua potable y el alcantarillado, lo que a los políticos no les gusta invertir”, dice.
“Yo no sé cómo así el alcalde hizo todo eso. Eso fue un gasto. ¿Por qué no hizo el alcantarillado? Porque de aquí tienen que volver abrir la calle, y dañarían la obra hecha hace dos años”, se pregunta Fanny Mora, quien es una de los 374 usuarios que cuentan con pozos sépticos en la Cooperativa 12 de Noviembre, según los registros de Emapad.
En Durán viven 303.910 habitantes, según datos del 2022 del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC). Este número la ubica como la octava ciudad más poblada del Ecuador y la segunda en la provincia del Guayas. El cantón, ubicado a unos 10 kilómetros de Guayaquil, tiene registradas 110.419 viviendas y, de estas, 88.966 están ocupadas.
De las más de 88 mil, 32.807 tienen inodoros o excusados que están conectados a la red pública de alcantarillados. Mientras que 48.884, están conectados a pozos sépticos.
Las cifras del censo revelan la baja cobertura del alcantarillado sanitario en el cantón Durán. La ausencia de la infraestructura sanitaria en los barrios ha obligado a sus habitantes a buscar alternativas para no tener que convivir con sus residuos líquidos y sólidos. La alternativa más popular, como lo muestra el INEC y Fanny Mora, son los pozos sépticos.
§
Un pozo séptico, en teoría, es un sistema que sirve para tratar aguas residuales domésticas —compuesto por aguas negras provenientes del inodoro, y grises que llegan de duchas, lavamanos. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el pozo séptico es una opción para tratar las aguas residuales antes de ser devueltas al medio ambiente.
Walter Cevallos explica que esta estructura se coloca bajo tierra y su función es captar las aguas residuales de una vivienda. Dentro del pozo, las aguas deberían pasar por un proceso de tratamiento físico y químico en el que se separan sólidos —como granos de arroz, tierra, heces— de los lodos —mezcla de tierra y agua. Ese proceso de tratamiento, según Cevallos, es la función práctica del pozo séptico.
Para lograr esta separación, los pozos deberían tener un espacio para los residuos sólidos y otro donde se filtren los líquidos hacia la tierra. Juan José Salas, experto en el tratamiento de aguas residuales, escribe en el blog especializado en la gestión del agua iagua, que lo habitual es construir pozos sépticos con dos compartimientos en serie.
La conexión al pozo debería ser por tuberías separadas: una para el inodoro (aguas negras) y otra para las aguas que se usan en lavanderías, duchas y lavamanos (aguas grises).
Pero en la práctica, en Durán son construidos con un solo compartimiento donde llega sólo el agua y heces de los inodoros; el agua de las lavanderías es desechada en patios.
En la superficie, los pozos sépticos deberían tener una tapa de revisión —que se abra y permita acceder al pozo— y un agujero de ventilación.
Aunque más de la mitad de los habitantes de Durán ha optado por construir pozos sépticos porque no tienen alcantarillado, su construcción ha sido sin ningún criterio técnico o parámetro. Por ejemplo, cuando Fanny Mora lo construyó, lo hizo con un albañil de confianza. Dice que no hubo ninguna revisión técnica antes, como lo estipula el reglamento de la Emapad. En este caso, la falta de supervisión hizo que no le construyeran una tapa de inspección para que le puedan dar mantenimiento.
El mantenimiento, por lo general, se hace cuando el pozo séptico está a su tope. En ese momento debe ser vaciado por los camiones conocidos como hidrocleaners que, en Durán son del municipio y operados por Emapad. El vaciado del pozo tiene una tarifa para el perímetro urbano: va desde los 70 dólares en una vivienda, 100 dólares en un local comercial, 120 en las industrias, y 90 en las instituciones públicas. Para el sector rural hacen una inspección previa y el precio aumenta dependiendo de los kilómetros fuera del perímetro urbano.
La limpieza de pozos sépticos en Durán no la hace solamente Emapad, según el gerente de la empresa, Rodolfo Baquerizo Carchi. “Nosotros deberíamos tener la exclusividad del alquiler de hidrocleaners para las industrias y casas de Durán. O por lo menos que sea alguien que esté avalado por nosotros como Emapad, pero sería lo ideal que lo podamos hacer nosotros directamente para que ese recurso quede en las arcas de la empresa y pueda ser utilizado en la inversión”, dice. En la encuesta realizada para este reportaje, 6 personas respondieron que ellos mismos hacen el mantenimiento, y 4 dijeron que contratan a una empresa privada.
La recaudación por limpieza de pozos sépticos es muy baja si se considera la cantidad: de enero de 2023 a julio de 2024, Emapad recaudó 10.091,93 dólares por la limpieza de pozos sépticos en distintos barrios de Durán. En este periodo, la empresa tan solo tuvo 120 solicitudes para la limpieza, cuando son 25.612 usuarios con este sistema. Esta falta de pedidos, sin embargo, podría mostrar que no solo hay otros operadores sino que una gran mayoría no recibe mantenimiento.
Además, aunque la empresa busca brindar servicios de limpieza a todo el cantón, la flota de hidrocleaners de Emapad no alcanza. “No contamos con una flota de hidrocleaners. Los que operan no son de la empresa sino de la Dirección Administrativa del Municipio… y lamentablemente de esos tres hay uno que está completamente fuera de servicio porque ya cumplió su vida útil, y seguimos esperando que se pueda dar el mantenimiento a los otros dos, de los cuales uno no está operativo y el otro funciona a medias”, dice Baquerizo.
Según el Servicio Nacional de Contratación Pública, en 2010, durante la administración del alcalde Dalton Narváez, el Municipio de Durán “transformó y repotenció” un vehículo hidrosuccionador a un hidrocleaner por un valor de 110.400 dólares. Según una fuente de la Emapad que pidió reserva, este es el vehículo que Baquerizo dice que no sirve. La fuente lo contradice: “No es que ha cumplido su vida útil, solo falta mantenimiento”.
En 2017, en la administración de la alcaldesa Alexandra Arce, la municipalidad adquirió dos hidrocleaners por un monto de 790.999 + IVA. En el actual periodo de Luis Chonillo, Emapad alquiló tres hidrocleaners en 2023 por 150 días por 334.551 + IVA a la empresa ECONDI S.A.
Hasta el cierre de este trabajo periodístico, en septiembre de 2024, Emapad adjudicó un contrato por un monto de 472.560 + IVA para el alquiler de dos hidrocleaners por 240 días desde septiembre de 2024 hasta abril de 2025.
Sumados los propios (2) más los alquilados (2), en Durán actualmente hay cuatro carros dan el servicio de limpieza a los pozos sépticos y alcantarillado. Solo en alquiler, la actual administración gastó 807.111 dólares.
Además de limpiar o dar mantenimientos a pozos sépticos, los hidrocleaners sirven para la limpieza del alcantarillado sanitario pero, según la fuente reservada, no hay una frecuencia clara de estos trabajos.
§
Acera, bordillo, pavimento es lo que se ve al llegar a la Cooperativa 5 de Junio, al norte de Durán. Si alguien que no conoce el cantón llegase a este sector, diría que allí no faltan servicios básicos. Lo mismo pasa en la mayoría de barrios como Maldonado, Héctor Cobos, Abel Gilbert Pontón 1. Son sectores donde las obras visibles están culminadas. Pero las que no se pueden ver son las internas, como el alcantarillado sanitario, que ni siquiera ha comenzado a construirse.
En la Cooperativa 5 de Junio, tal como en la 12 de Noviembre, los moradores conviven con pozos sépticos. La 5 de Junio nació también como invasión. Franklin Tomalá dice que en 2003 se apoderó del terreno donde hoy tiene su casa. Y en 2015 logró regularizarlo con escrituras municipales, y con eso comenzó a construir. Primero fue una casa de caña. Luego, construyó una cisterna para almacenar el agua. Cuatro años después construyó el pozo séptico para desechar el agua.
Hace 21 años, Franklin Tomalá sabía que Durán tenía servicios básicos deficientes. Hoy, Franklin Tomalá sabe que Durán tiene servicios básicos deficientes.
A diferencia de los pozos sépticos más comunes que son cuadrados, Franklin construyó uno circular. Mide 3 metros de diámetro por 2 de profundidad. Lo hizo en la parte delantera de la casa “para la facilidad de drenar”. Para hacer el hueco contrató una retroexcavadora que no recuerda cuánto le costó alquilar, pero hoy cobran entre 35 y 50 dólares la hora. Los bordes internos del pozo son de arena y ladrillos con pequeños orificios para que filtre el agua.
El pozo séptico tiene cerca de 17 años y, dice Franklin, no le ha dado problemas: ni malos olores, ni contaminación. Esto, a pesar de que está a un metro de donde está la cisterna, que es el reemplazo de la falta de agua potable, y que llena semanalmente con un tanquero que le cobra 16 dólares.
El mayor problema del pozo séptico de Franklin es que no siempre recuerda dónde está porque como fue construido de forma artesanal con un albañil, quedó enterrado y por encima tiene cemento.
El pozo no tiene tapa de revisión ni orificio para el desfogue de los gases que emana. “Cuando lo construimos no me dijeron que deje una tapa para poder drenarlo”, dice Franklin Tomalá.
Diez personas viven en la casa de dos plantas de Franklin Tomalá. El pozo séptico se abastece de cuatro baños —inodoros, duchas y lavamanos— y dos lavamanos de cocina que hay en la vivienda. La lavandería no está conectada porque lo “podría llenar muy rápido”, dice Ronald Coronel, yerno de Franklin Tomalá.
A través de una tubería, la lavandería que está cerca de donde, en teoría, está el pozo séptico, desecha sus residuos a rejillas del alcantarillado pluvial, que sirve para la descarga de las aguas lluvias. El alcantarillado pluvial es distinto al alcantarillado sanitario. La rejilla donde llega el agua de la lavandería está en la calle.
Como el pozo séptico está sellado, Franklin Tomalá no puede saber cuánto se llena y eso le preocupa a él y a su yerno Ronald Coronel. Dicen que piensan pedir ayuda al Municipio de Durán para identificar exactamente la ubicación para construirle una tapa de revisión.
§
Durán es un cantón relativamente joven: tiene 38 años. Se cantonizó el 10 de enero de 1986 durante el gobierno de León Febres Cordero. En estas casi cuatro décadas han pasado ocho alcaldes: tres del Partido Social Cristiano (PSC), tres del extinto Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE), uno de Alianza PAIS (hoy Revolución Ciudadana), y uno de Movimiento Ciudadano, una organización política local, que llegó a la alcaldía en coalición con cinco organizaciones más.
El PSC administró Durán por 24 años con Luis Santos Martínez, Mariana Mendieta y Dalton Narváez. El PRE lo hizo durante ocho años con las administraciones de Luis Candelo, Arturo Guevara y Oswaldo Peñaherra. Alianza PAIS, 5 años con Alexandra Arce. Movimiento Ciudadano lleva un año con Luis Chonillo.
Antes de ser cantón, Durán fue por 84 años parroquia rural de Guayaquil. Un derrame de combustible de los reservorios de la Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana (CEPE), sumado a la escasez de servicios básicos llevó a un grupo de ciudadanos a crear el Comité Pro-Cantonización de Eloy Alfaro de Durán. Y lograron su objetivo.
“Los alcaldes de Guayaquil descuidaron a Durán. No le dieron la importancia política-administrativa que tenía. Durán era un patito muy feo, seguramente no aportaba mucho a los impuestos prediales”, dijo Pablo Romero, uno de los promotores de la cantonización de Durán, en una entrevista publicada por El Ferrodiario el 9 de enero de 2024.
Romero dijo que en esa época, mediados de los 80, Durán ya tenía problemas con el agua potable. “Como los que existen hasta la actualidad”. A esto se suman problemas de alumbrado eléctrico, y falta de infraestructura de salud y centros educativos. Para Romero, las primeras administraciones “debieron marcar el ritmo” de desarrollo que debía tener Durán. “Estas administraciones no estaban preparadas académicamente ni profesionalmente. Fueron muy pobres e ineficientes. Y es la consecuencia de lo que vivimos actualmente”, opina.
En efecto, el crecimiento poblacional acelerado de Durán en la década de los 80 provocó que sectores que no tenían cobertura de servicios básicos se abastecieran de agua mediante tanqueros, según el reportaje Durán, los dueños del agua. El texto revela que la población del cantón depende de los gremios de tanqueros privados desde hace más de cuatro décadas debido al paupérrimo sistema de distribución de agua potable.
Este precario sistema de distribución de agua potable trae otro problema: un precario y ausente sistema de alcantarillado sanitario. “Para tener alcantarillado, primero hay que tener agua”, dice José Falquez, quien fue gerente de Emapad entre 2001 y 2008. Este es un sistema que funciona paralelamente: si no hay lo uno (agua), es casi imposible que exista lo otro (alcantarillado sanitario).
El funcionamiento de este sistema paralelo, el del agua potable y alcantarillado sanitario, se resume en cinco simples pasos: captas, potabilizas, almacenas, distribuyes y tratas el agua que llega y posteriormente sale de los domicilios, según el ingeniero en hidráulica, Walter Cevallos. Este proceso, llamado ciclo urbano del agua, satisface los servicios de abastecimiento y saneamiento en una ciudad implica obtener el agua como recurso para que llegue a la población y luego finaliza con su devolución a la naturaleza. Esta devolución se realiza a través del alcantarillado sanitario.
Para el desarrollo de este sistema paralelo, se destina una tubería exclusivamente para el abastecimiento de agua en los hogares y otra para el alcantarillado sanitario. La segunda tiene el fin de evacuar las aguas residuales, que se componen de aguas grises y negras de una vivienda.
Pero en Durán, el funcionamiento del sistema paralelo es disparejo. Así lo revelan las cifras del censo 2022 sobre la cobertura de agua potable y alcantarillado: el 58% de las 110.389 viviendas que hay en Durán, reciben agua por red pública, y un 36,9% tienen cobertura de alcantarillado.
Para entender este sistema es clave saber de dónde viene el agua del cantón.
Sus habitantes se abastecen del agua que se capta de los acuíferos ubicados en Chobo, una parroquia del cantón Milagro, situada a 37 kilómetros. La captación es mediante dos acueductos: uno de 800 milímetros que conduce el agua a los reservorios de Peñón del Río y San Enrique, y otro de 500 milímetros que conduce el agua hacia el reservorio de El Recreo. De acuerdo a Falquez, ex gerente de Emapad, previo a almacenar el agua, esta debe pasar por un proceso de tratamiento.
Pero Durán no cuenta con una planta de tratamiento de agua potable que permita potabilizar el líquido sino que solo se desinfecta y se distribuye a los 42.181 usuarios que tienen conexión a la red pública de agua, según la base catastral de la Emapad.
Esta agua, una vez que es utilizada por sus habitantes en sus casas o comercios, debe ser desechada a través de las redes de alcantarillado sanitario. Pero esto es un lujo que tienen muy pocos sectores como Brisas de Procarsa, Brisas de Santay, Centro Vial, Centro de Durán, El Dorado, El Edén, Montanavi, Panorama, Primavera 1, Primavera 2, Abel Gilbert 3 y El Recreo (todas sus etapas).
Todos los sectores que tienen alcantarillado sanitario tienen algo en común: fueron planificados y se poblaron organizadamente.
Por citar uno, el sector de Primavera 2 fue parte de un plan habitacional del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) durante la presidencia de León Febres Cordero. Según una vecina que pidió no ser identificada porque Durán se ha convertido en una de las ciudades más peligrosas del país, este sector fue planificado en todas sus etapas, el cual empezó a promocionarse entre 1984 y 1986, y empezó a habitarse en 1987. El sector tenía desde esa época todas las conexiones a servicios básicos.
En estos sectores, Emapad cobra una tasa mensual por la existencia de red de alcantarillado: 1 dólar para la categoría residencial y 1,50 para la comercial. Para el gerente actual, Rodolfo Baquerizo, estos son valores irrisorios. Según el catastro de Emapad, existen 39.533 usuarios con alcantarillado. Es decir que, con la tarifa que cobran, la recaudación al mes es poco menos de 40 mil dólares.
§
Desde 2021, Durán tiene, en papel, un plan maestro de agua potable, alcantarillado sanitario y alcantarillado pluvial. En los estudios de factibilidad y diseños definitivos de este plan —que debería solucionar la falta de agua potable y alcantarillado— dice que el cantón tiene cuatro estaciones de bombeo: en Abel Gilbert 3, Panorama, Brisas de Procarsa y El Recreo.
Una estación de bombeo es un sistema donde llegan las aguas residuales de los hogares, y son bombeadas desde una superficie más baja a una superficie más alta para finalmente verter estas aguas a una planta de tratamiento.
El cantón tiene tres sistemas para el tratamiento de aguas residuales de las casas que sí están conectadas a la red de alcantarillado, en El Recreo, Abel Gilbert Pontón 3 y Brisas de Procarsa.
Pero los estudios de factibilidad y los diseños definitivos del plan maestro advierten que la planta de tratamiento de aguas residuales de El Recreo requiere trabajos de limpieza. Concretamente, dice el documento, ha habido un crecimiento excesivo de vegetación provocado por la falta de mantenimiento.
Este mismo plan dice que los sistemas de tratamiento de aguas residuales de Abel Gilbert 3 y Brisas de Procarsa (que sí tienen alcantarillado) cumplieron su vida útil porque están colapsados por lo que la rehabilitación o reutilización de estos generarían cuantiosas inversiones.
“En Durán, la realidad del sistema de alcantarillado es muy grave. Esa es la realidad con la que nos hemos encontrado”, dice Baquerizo, quien lleva un año en la gerencia de Emapad. Sostiene que el problema del alcantarillado es un “desastre histórico” que tiene el cantón y que ha pasado desapercibido por la falta de cobertura de agua potable.
§
Aunque más de la mitad de la población de Durán no tiene alcantarillado, este tema no ha sido parte de la conversación ciudadana. Durante décadas, la falta de agua potable sí lo fue, pero en los últimos años, la atención de sus habitantes se ha volcado hacia los elevados niveles de violencia. Según el Observatorio Ecuatoriano de crimen organizado, en 2023 Durán registró una tasa de homicidios de 148,07 casos por cada 100 mil habitantes, lo que lo convierte en el más violento con relación a ciudades del país que tienen más de cien mil habitantes.
Otro problema con el alcantarillado en Durán es que no se mantiene sino que la cobertura ha empeorado: del 2019 al 2022, el promedio de cobertura fue de 22,23%, según la Agencia de Regulación y Control del Agua (ARCA). En cuatro años no varió ni un punto reflejando la nula inversión que han realizado las administraciones municipales en este sistema.
Y quienes tienen el servicio de alcantarillado dicen que está en mal estado. Según Baquerizo, de Emapad, es porque fueron instalados “a la maldita sea”.
Baquerizo explica que en El Recreo, La Unión y El Dorado esta red fue instalada por encima de la de agua potable, lo que provoca que el agua que llega a los hogares se contamine con las servidas cuando presentan fisuras las tuberías.
“En estos sectores, que tienen agua potable, hemos tenido que cerrarles las válvulas para que no les ingrese agua potable por las tuberías, sino enviarles contingencia con tanqueros porque tenemos este problema de contaminación. Las tuberías de alcantarillado que están en mal estado suelen presentar fugas y como no están instaladas como manda la norma técnica, se instaló al revés (la tubería de alcantarillado sobre el agua potable). Hay una fisura y obviamente contamina la tubería de agua potable”, dice Baquerizo.
§
Entre 2008 y 2023 se destinaron más de 47 millones de dólares para la construcción de infraestructura en la ciudad, según el portal del Servicio Nacional de Contratación Pública. En este periodo se adjudicaron al menos 65 obras en distintos sectores. Estos trabajos incluyen la construcción de aceras, bordillos, pavimentación y alcantarillado pluvial.
Durante este período, los contratos fueron asignados a 22 empresas, 3 consorcios y 11 personas naturales.
Entre 2009 y 2014, el Municipio asignó los mayores recursos para obras de infraestructura, excluyendo el alcantarillado sanitario, con un total de 23 millones de dólares. Entre 2019 y 2023, el presupuesto para estas obras fue de 20 millones. Ambos períodos corresponden al mandato del alcalde Dalton Narváez.
Según el Sercop, durante la administración de Alexandra Arce, entre 2014 y 2023, se asignó únicamente 1 millón de dólares para este tipo de proyectos. La actual administración de Luis Chonillo también ha destinado, en 16 meses de gestión, 1 millón de dólares para la construcción de infraestructura como bordillos, aceras, asfaltado y alcantarillado pluvial, pero no el sanitario.
Según el Sercop, entre 2008 y 2023, tan solo cuatro contratos, uno del 2019, dos del 2013 y uno del 2015, fueron de obras de infraestructura que incluyeron la construcción del sistema de alcantarillado sanitario: en la Cooperativa de Vivienda Marianita de Jesús, Cooperativa de Vivienda de la FAE en la Tercera Etapa de El Recreo y en el programa de vivienda Manuela Espejo.
En una entrevista con El Ferrodiario del 5 de abril de 2022, Narváez mencionó que la infraestructura para las aguas lluvias (alcantarillado pluvial) “siempre se lo ha desarrollado permanentemente” y reconoció que la falta alcantarillado para las aguas servidas es “otro problema grave que tiene de Durán”.
Para la elaboración de este reportaje, contactamos a la ex alcaldesa Alexandra Arce, pero dijo que no respondería las preguntas.
Josué Aizaga, experto en administración pública, dice que las alcaldías de Durán han priorizado las obras visibles como la construcción de aceras, bordillos, pavimentación, por encima de la invisible, como el alcantarillado sanitario. Según Aizaga, se priorizó este tipo de obras por la rentabilidad política y los bajos costos que representa y se dejó de lado el beneficio sanitario que conlleva la construcción de infraestructura sanitaria, que desde su visión, se podría construir de manera planificada y con avances progresivos.
“En la historia de Durán se han tenido los recursos por parte del Estado a través de créditos pero lastimosamente no se ejecutaron de la forma que se tuvieron que haber implementado. Aparte, hay diferentes estrategias a nivel público que se pudieran implementar en alianzas estratégicas con el sector privado u organismos internacionales, pero no se ha realizado porque te vuelvo a repetir, es el costo beneficio político. Porque todos estos dos macroproyectos, tanto el agua potable como el alcantarillado, son obras que no se van a visualizar de manera inmediata”, asegura Aizaga.
§
El acelerado y desorganizado crecimiento de Durán es una de las razones por las que el cantón no dispone de los servicios básicos adecuados a sus necesidades. Según el Plan de Convivencia Cantonal de Durán 2024, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito para la Región Andina y el Cono Sur (UNODC), los asentamientos informales dificultan la capacidad del Municipio para proporcionar servicios básicos ya que, al tratarse de áreas irregulares, la entidad no puede realizarlos.
Para Jackson Herrera, gerente de Emapad entre 2008 y 2013, el ordenamiento territorial es fundamental para cubrir las necesidades del cantón. Herrera sostiene que si Durán hubiera “manejado un poco mejor el ordenamiento de la ciudad, hoy por hoy tendríamos una ciudad, quizás con menos gente y extensión territorial ocupada, pero más ordenada con una mayor capacidad de atención de los servicios a la ciudadanía”.
Las cifras de los cuatro últimos censos del INEC —1990, 2001, 2010 y 2022— revelan la explosión demográfica que ha tenido Durán y el retroceso en servicios básicos.
La cobertura de red alcantarillado en Durán creció de 1990 al 2001, mientras que de 2001 al 2022 decreció de forma abrupta. Lo único que aumentó es la utilización de los pozos sépticos en las viviendas del cantón por la poca cobertura del sistema sanitario.
§
Los pozos sépticos como una solución a la falta de alcantarillado pueden tener consecuencias que afectan tanto a la salud de los residentes como al entorno.
El epidemiólogo Víctor Cajias etiqueta a Durán como un cantón “altamente vulnerable” a enfermedades que podrían causar “epidemias o brotes”, especialmente entre los niños y niñas de la ciudad. Esta vulnerabilidad se origina por “por la falta de dotación de aguas seguras y también de eliminación de las excretas (aguas negras)”.
Las enfermedades parasitarias son las más comunes cuando hay manejo inadecuado de las aguas residuales. En Durán, este riesgo es permanente, pero Cajias dice que en época invernal, el riesgo incrementa. “No solo este tipo de enfermedades parasitarias, sino también hay otras que se pueden desarrollar en la época invernal como la tifoidea y leptospirosis”.
La leptospirosis es una enfermedad provocada por bacterias espiroquetas del género Leptospira que tienen la capacidad de mantenerse vivas en agua y tierra contaminadas con orina durante semanas o incluso meses. Según el Ministerio de Salud Pública, podría mostrarse desde una forma leve a una enfermedad grave y a veces fatal.
En 2023, el medio Primicias reportó la muerte de un joven de 23 años tras contagiarse de leptospirosis en Durán. Vivía en El Recreo, sector que concentró la mayoría de casos de esta enfermedad ese año. Según el medio, desde el 1 de marzo hasta el 8 de mayo de 2023, hubo al menos 126 contagiados.
En lo que va del 2024, según el Ministerio de Salud Pública, Durán registra 98 casos de leptospirosis: 32 en El Recreo, 43 en Eloy Alfaro y 23 en la cabecera cantonal. Según Cajias, esta enfermedad puede transmitirse a través de la orina de ratas infectadas. “¿Por dónde andan las ratas? Por el alcantarillado y pozos sépticos”, dice.
Entre las principales enfermedades registradas en Durán de 2020 a 2023 están las parasitosis intestinales, anemias, diarreas y gastroenteritis que, según Cajias, están directamente relacionada con la falta de saneamiento básico. Es decir, alcantarillado.
Cajias sugiere que los pozos sépticos deben estar en constante mantenimiento. Una alternativa es colocar cal, una sustancia alcalina constituida por óxido de calcio, para mitigar el crecimiento bacteriano.
Walter Cevallos, ingeniero en hidráulica, sostiene que por la forma artesanal que han sido construidos los pozos, estos generan una “contaminación al ambiente” sobre todo a las aguas subterráneas. Otro de los riesgos que pueden conllevar los pozos sépticos, dice, es que si no están bien construidos, corren el riesgo de colapsar.
Los pozos de Fanny Mora y Franklin Tomalá no han colapsado, pero mientras ella espera legalizar su terreno para que la conecten a la red de alcantarillado, y él llama al Municipio para poder instalar una tapa en su pozo, parecería que los funcionarios de Durán siguen quejándose de las administraciones anteriores sin concretar soluciones en la suya. Según lo muestran los contratos, la ciudad seguirá siendo maquillada con aceras, bordillos y calles asfaltadas mientras, dentro de sus casas, sus habitantes seguirán esperando el alcantarillado.
Únete a la GK Membresía y recibe beneficios como comentar en los contenidos y navegar sin anuncios.
Si ya eres miembro inicia sesión haciendo click aquí.