Viteri propone construir cárceles en islas deshabitadas. Esto opinan los expertos

Tan solo días después de un enfrentamiento en la Penitenciaría del Litoral, el 5 de septiembre de 2022, la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, propuso que se construyan cárceles en islas deshabitadas. 

En una entrevista con Radio Canela y en una rueda de prensa, la alcaldesa socialcristiana dijo que al “trasladar la cárcel a una de las islas, sacas la comunicación porque no hay señal, no hay una forma de salir”. 

Te contamos los detalles de la propuesta de Viteri y qué opinan los expertos sobre ella. 

¿Qué propone Viteri?

En palabras sencillas, la alcaldesa Cynthia Viteri propone construir cárceles en islas donde no vive nadie. 

Según Viteri, esta propuesta nació después de haber traído a Guayaquil a expertos israelíes que asesoraran al municipio local para darle al gobierno un plan para combatir la inseguridad en el país. Viteri dijo que parte de ese plan es “quitar las cárceles de las ciudades”. 

Viteri propuso que para poder llevar esto a cabo, se pueden establecer centros carcelarios en islas deshabitadas como algunas que rodean a la ciudad costera de Guayaquil. 

La alcaldesa dijo que en lo que el Municipio guayaquileño respecta, “ponemos [las islas deshabitadas] a disposición del Gobierno central”. 

También dijo que para que no haya preocupaciones sobre su administración, “hay empresas que, por concesión, se encargarían hasta de construir la cárcel si se la concesionan por 25 años, 30 años”. Viteri no dio los nombres de las empresas que podrían hacer ese trabajo pero dijo que hay compañías internacionales que se harían cargo. 

Cynthia Viteri además le dijo al presidente Guillermo Lasso que imite lo que están haciendo presidentes como Nayib Bukele en El Salvador.

 La alcaldesa dijo que Bukele está combatiendo la inseguridad en el país centroamericano y que por eso debería copiarlo. Viteri no dijo nada sobre las críticas que se le han hecho a Bukele por violaciones de derechos humanos. 

¿Qué opinan los expertos en general?

El antropólogo Jorge Núñez dice que “construir una isla penitenciaria no solucionaría nada”. Según él, “la extrema violencia apareció justamente cuando la población prisionera fue aislada en mega cárceles” —las de Turi, Latacunga y Guayaquil, construidas en el gobierno de Rafael Correa. 

Pero además de no solucionar la crisis carcelaria, Nuñez dice que “construir una cárcel en una isla es absurdo y cruel con la gente que vive tras las rejas”. 

Algo similar opina la abogada experta en cárceles, Daniela Oña. 

Oña dice que de forma inmediata “y eso entre comillas, quizás la solución sea para Guayaquil porque la mayor cantidad de conflictos o de hechos de grave violencia se dan en las cárceles de esa ciudad”. Sin embargo, Oña dice que ya al hablar de la crisis carcelaria, hay que recordar que esta es “una crisis multidimensional y estructural”, y que hay que plantear soluciones en varios sentidos y dimensiones.

La abogada Oña dice que sí, que la infraestructura es parte del problema y uno de los elementos sobre los cuales hay que trabajar. Pero resalta que no es el único y que además no está pensado desde la integralidad porque se piensa en la infraestructura solo como “la válvula de escape, lo que le da algo de aire a la situación, pero no es precisamente una solución”. 

“Al final del día, ¿será una solución? creo que no”, concluye Oña.

El aislamiento, ¿funciona?

La abogada Daniela Oña dice que si pensamos en qué ganamos o qué perdemos aislando a una persona en una prisión en una isla, “sin duda yo me atrevería a decir que perdemos más de lo que podemos, entre comillas, ganar”. 

Oña explica que uno de los ejes fundamentales del proceso de rehabilitación es la vinculación social y familiar. Entonces, dice que en el momento en que se aísla a una persona de su familia, “sin duda los índices de violencia se incrementan”, dice Oña. 

Privados de la libertad en la cárcel de Santo Domingo. Fotografía de la cuenta de la Twitter del ministerio del Interior.

La experta dice que al aislar a una persona privada de la libertad, se pierden los incentivos para rehabilitarse y tener un buen comportamiento, y para realizar actividades laborales, culturales y deportivas. Esto, explica Oña, ocurre porque “el vínculo familiar es lo que permite a las personas privadas de libertad seguir conectadas con la realidad, saber que existe algo fuera de esas puertas”.

Oña, al igual que Núñez, dice que hay que recordar que la separación de las familias fue precisamente uno de los grandes cuestionamientos que se hicieron a las mega cárceles de Guayaquil, Cuenca y Latacunga. 

Según Oña, en el caso del penal García Moreno en Quito, el traslado de las personas a Latacunga causó problemas para que las familias accedan a visitas “y eso generó que muchos vínculos de personas privadas de la libertad se rompan”. Además, dice Oña, eso hizo que el comportamiento cambie y “que la violencia incrementara”. Según la experta, cuando se pierde el incentivo de la familia, se pierde también la motivación para rehabilitarse, “y entonces es muy posible que eso esté relacionado con el incremento de la violencia” que vemos ahora.

Oña dice que el aislamiento además está pensado como una pena adicional y que “es como tener una doble sanción” —la privación de la libertad y el aislamiento absoluto. Eso, explica Oña, no solo son medidas que no están relacionadas con la rehabilitación, sino que también “está en total contradicción con nuestro sistema, con los derechos de las personas privadas de la libertad”. 

Las colonias carcelarias, ¿han servido?

La propuesta de Cynthia Viteri de construir cárceles en islas deshabitadas no es nueva. Quizás el caso más conocido es Alcatraz, una cárcel que fue construida en una pequeña isla en la bahía de San Francisco, en Estados Unidos. 

Pero ha habido otras como: 

• el Presidio Modelo, en la Isla de la Juventud (en Cuba),
• la Isla del Diablo (en Francia), 
• el presidio de Martín García, en la Isla Martin García (en Argentina), 
•  y la cárcel de Robbe, en la isla del mismo nombre (en Sudáfrica). En esta estuvo detenido Nelson Mandela durante 18 años. 

En Ecuador, la Isla Isabela, en el archipiélago de Galápagos fue durante 13 años una colonia penal. 

Aunque todos estos centros penitenciarios construidos en islas ahora están cerrados, en ellos se detuvo durante décadas a cientos de prisioneros. 

Cárcel de Alcatraz, San Francisco. Fotografía de Pexels.

Pero, ¿fueron estas cárceles efectivas? La experta Daniela Oña dice que no conoce estudios que digan exactamente si estas colonias penitenciarias sirvieron o no.

Sin embargo, la abogada dice que hay que ver a estos centros desde la perspectiva de los estudios de los casos exitosos de rehabilitación. Según Oña, en estos estudios se observa que uno de los factores de éxito de la rehabilitación de las personas privadas de la libertad “ha sido la vinculación social y familiar”. 

¿Qué más opinan los expertos?

Con respecto a la propuesta de Viteri de que las cárceles sean manejadas de forma privada, vía concesión, el antropólogo Jorge Núñez asegura que “el modelo de cárceles privadas no ha funcionado en ningún lado”. 

El experto dice que solo con la experiencia de Ecuador cuando se privatizó el servicio de comida en las cárceles, se mostró “que [el penitenciario] es el sistema con más corrupción”. Núñez opina que la propuesta “es demagogia y una muy peligrosa estrategia electoral”. 

Además, con respecto a los comentarios de Viteri sobre imitar al presidente Nayib Bukele, Núñez dice que es peligroso porque emular a Bukele sería como “destruir el sistema de derechos humanos que nos queda”. 

Núñez dice que “estamos en el momento más terrorífico de populismo punitivo que ha vivido Ecuador”. Según el experto, el proyecto político del gobierno actual “es un estado policial neoliberal”.