En Ecuador, la detonación de coches bomba va en ascenso en provincias como Guayas y Esmeraldas. A las tres de la mañana deL 29 de mayo de 2022, un coche bomba, tipo taxi y marca Hyundai, explotó frente a la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVG) en la cooperativa Pancho Jaime, en el sector La Florida, en el norte de Guayaquil. La Fiscalía anunció, horas más tarde, que comenzó una investigación de oficio para encontrar a los culpables. 

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La investigación avanza

El mismo día del atentado, la Fiscalía anunció que tras un operativo en colaboración con la Policía Nacional se logró capturar a una persona que estaría implicada en la explosión.

La Fiscalía dijo que la persona fue detenida en la cooperativa Pancho Jácome, al norte de la ciudad costera de Guayaquil. 

En la audiencia de flagrancia, ya en la madrugada del 30 de mayo de 2022, la Fiscalía procesó a un hombre identificado como Jorge Alberto S. por el presunto delito de terrorismo. 

El fiscal Jackson Lima Muñoz presentó varios elementos de convicción como: 

  • el parte policial y de aprehensión de la Policía Nacional, 
  • las versiones de los testigos del atentado, 
  • los indicios recolectados por los policías que llegaron al lugar, 
  • los videos de las cámaras de seguridad apostadas en la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) y las casas cercanas, y
  • las pruebas encontradas en el allanamiento a la casa del detenido. 

Tras analizar las pruebas, la jueza de Garantías Penales, Mónica Caicedo, dictó prisión preventiva para Jorge Alberto SSegún la Fiscalía, tras la audiencia, el detenido fue llevado de inmediato a un centro penitenciario, pero no especificó a cuál.

Por haber sido detenido en las primeras 24 horas después del crimen, la instrucción fiscal contra Jorge Alberto S. durará 30 días. 

Por el delito de terrorismo el detenido podría enfrentar una condena de entre diez y trece años de prisión, según el Código Orgánico Integral Penal

¿Qué se sabe de la explosión?

Luego de que el coche bomba explotara, afectando la estructura de un patrullero de la UVG, los policías  encontraron un cartel en el capó de un vehículo que estaba a pocos metros del taxi que fue detonado. “Tiguerones” decía la nota, en una referencia a la banda narcodelictiva Los Tiguerones, liderada por alias Willy, un ex agente de seguridad penitenciaria.

De acuerdo con testigos de la zona, después de abandonar el vehículo cerca de la UVG, los autores habrían escapado en una moto blanca. Aún no se conoce si el taxi fue robado o quién era el dueño del carro.

El coronel de Policía, Maximiliano Maldonado, jefe del distrito Florida, lo calificó como un “ataque terrorista” y lanzó una primera hipótesis. Dijo que piensan que el ataque fue una respuesta a la “recuperación de espacios públicos” en referencia a que policías ha estado borrando “marcas”: murales pintados, según él, por miembros de la banda. Sin embargo, Maldonado no profundizó en la versión oficial. Dijo que cuando haya más elementos recabados de las investigaciones, darán más detalles. 

Los comerciantes de la  Florida temen que —al igual que en ciudades como Esmeraldas— las extorsiones aumenten. Camila*, una de las emprendedoras de La Florida que prefirió que no se publique su nombre real, le dijo a GK que los cobros extorsivos no solo ocurren en la provincia verde sino que se dan en su barrio.

“Trabajamos con miedo, porque esta de por sí ya era zona caliente, peligrosa. Ahora vemos lo que pasa en Esmeraldas y la situación es la misma. A mí me pidieron como 300 dólares”, dice. Camila prefirió no decir cuál banda la extorsionó por miedo a represalias. 

La versión oficial es cuestionada

El ministro del Interior, Patricio Carrillo, confirmó la versión de Maldonado: “Los policías limpian grafitis y simbolismos de organizaciones criminales y reciben atentados”, dijo.

Después publicó fotografías de murales realizados por miembros de Los Chone Killers, Los Lagartos, Los Lobos, Los Tiguerones, e incluso de Los Vatos Locos, que están en paredes del sur de Quito.

Sin embargo, en las imágenes no apareció ninguna de la organización narcodelictiva Los Choneros cuyos líderes, Adolfo Macías, alias Fito, y Junior Roldán, alias JR, han levantado, junto a los integrantes de las bandas que lideran, grandes murales en la cárcel regional de Guayaquil. Algunos tienen sus rostros en el centro. Otros, en cambio, tienen animales como águilas y tigres. 

Alias Fito cumpleaños

Adolfo Macías, alias Fito, líder de Los Choneros, en una celebración de su cumpleaños en la cárcel regional de Guayaquil.

GK también comprobó que hay graffitis en diferentes sectores de Quito como Guamaní, en el sur de Quito, San Roque y el sector de Los Túneles, en el centro de Quito, firmados por Los Choneros.

El Ministerio del Interior instó, a través de Twitter, a los municipios a colaborar con los policías para borrar los murales que “modelan la conducta social e imponen su fuerza. Sin embargo, la abogada Alexandra Zumárraga, investigadora y ex directora nacional de Rehabilitación Social, dice que la “limpieza” debería comenzar desde las prisiones. 

“Es inaudito. En las cárceles hay murales enormes de las bandas delictivas y eso demuestra el poco control institucional que se tiene ahí, en las prisiones, donde hay mayor gobernanza criminal”, opina. 

Zumárraga dice que si lo hacen en las cárceles, claro que lo seguirán haciendo en las calles. “Ese es el poder que tienen las bandas narco delictivas”, cuestiona la abogada. Por eso, el llamado de Carrillo a los municipios le parece “tibio”.

El trabajo debe comenzar en el interior de las prisiones, recalca, para quebrar el sistema de privilegios, denunciado por organizaciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Comisión de Pacificación Penitenciaria. 

Presuntas “retaliaciones” en Esmeraldas 

En diciembre del 2021, el sargento Duesis Arlen Valencia Caicedo cumplía con su turno en la Unidad de Policía Comunitaria en el barrio de La Guarachaca, en Esmeraldas, capital de la provincia costeña homónima, cuando comenzaron a sonar detonaciones.

Dos hombres armados, que iban en un vehículo aún no identificado, dispararon contra la UPC. El sargento Valencia fue alcanzado por las balas. Falleció minutos después. Tras el ataque, la primera versión que saltó fue la misma: que era una “retaliación” por operativos de limpieza de paredes y murales.

Sin embargo, la muerte del sargento Valencia aún no ha sido esclarecida. 

La abogada Zumárraga, quien trasladó a narcotraficantes y líderes delictivos como Óscar Caranqui y William Poveda, alias Cubano, enfatiza en la importancia de la depuración de la Policía, porque eso también garantizaría la vida de otros uniformados.

“Ese es el gran problema. Hay policías que trabajan con las bandas y que finalmente ponen en peligro a sus compañeros. Muchos son delatores, otros trabajan a la par. En eso se debe pensar, en controles de confianza, de uso de sustancias, entre otros”, cuestiona la abogada. 

La violencia escala, pese a estado de excepción 

La detonación del coche bomba en La Florida no fue el único ataque documentado la madrugada del 29 de mayo. Un hombre también intentó detonar un artefacto explosivo, mientras disparaba a una vivienda en la parroquia Pascuales, una de las zonas que forman parte del perímetro en el que rige el estado de excepción focalizado, desde el 26 de abril. 

Un día antes, el 28 de mayo, un artefacto explosivo fue detectado antes de la una de la tarde aproximadamente, en las calles José de Antepara, entre Primero de Mayo y la avenida 9 de Octubre, en el centro de Guayaquil.

Según un informe preliminar de la Policía, se trataría de un intento de extorsión a una empresa privada. El Grupo de Intervención y Rescate (GIR) realizó la detonación del explosivo horas más tarde. 

Personas que viven en Esmeraldas denunciaron que hubo una balacera la noche del 28 de mayo en el barrio Casa Bonita. El medio local Saeta TV Esmeraldas reportó que habría un herido. Sin embargo, GK pidió información a la Policía, pero no ha respondido hasta el cierre de esta nota. 

Pese a los más de 118 mil operativos de nueve mil militares y policías, durante el estado de excepción, según datos oficiales, la violencia crece. Casi 1.700 personas han sido asesinadas entre enero y mayo del 2022. 

En Esmeraldas, por ejemplo, las personas ya no salen a partir desde las cinco de la tarde. Tienen temor de no poder llegar a casa a salvo, dicen. Las noches —dice Sofía*, estudiante de 24 años— no son tranquilas: las balaceras se replican, mientras los coches bomba y artefactos explosivos siguen apareciendo en diferentes zonas de la ciudad. 

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Karol E. Noroña
Quito, 1994. Periodista y cronista ecuatoriana. Cuenta historias sobre los derechos de las mujeres, los efectos de las redes de delincuencia organizada en el país, el sistema carcelario y la lucha de las familias que buscan sus desaparecidos en el país. Ha escrito en medios tradicionales e independientes, nacionales e internacionales. Segundo lugar del premio Periodistas por tus derechos 2021, de la Unión Europea en Ecuador. Recibió una Mención de Honor de los Premios Eugenio Espejo por su crónica Los hijos invisibles de la coca. Coautora de los libros 'Periferias: Crónicas del Ecuador invisible' y 'Muros: voces anticarcelarias del Ecuador'.

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